—La has cagado —dijo Remus comiendo una barra chocolate

Gruñi tirándome a la cama, golpeando una almohada con fuerza.

—Pero no dije nada —me excusé torpemente.

—Por eso mismo —dijo Alice rodando los ojos.

—No le iba a decir que a mi también me gusta —murmuré sentándome en la alfombra.

Alice, Dora y Remus estaban en la habitación.

—¿Por qué no? —preguntó Dora curiosa.

Alice estaba acomodando la ropa de su armario, Dora haciendo una pulsera de flores, y Remus estaba sentado a mi lado.

—Tengo miedo —admití al fin.

—Miedo ¿ah qué? —preguntó Remus frunciendo el ceño.

—Miedo a que me utilicé, ser una más de su lista —mencioné poniendo mis manos sobre mi cara.

—Sabes que eres diferente para él —suspiró acariciando mi brazo.

—Y cómo se si el mantendrá ese pensamiento, un día podría aburrirse de mi eh ir tras otra, como siempre ha hecho con otras chicas —murmuré —. No tengo nada de especial ¿por qué le podría gustar?, sólo mirenme, esto no ayuda en nada —dije señalando mis cicatrices.

—Eres hermosa Halston, solo mírate —dijo Dora tomando mi mano mientras me posicionaba frente al espejo de cuerpo entero.

—Tus lindos ojos miel y tu hermoso cabello liso —dijo Alice sonriendo.

—Te gusta el quidditch, las bromas, eres divertida —mencionó Remus.

—Un gran partido, Black sería un completo imbécil si no gusta de ti —dijo Lily entrando a la habitación con Marlene.

Los vi y sonreí un poco.

—No se que haría sin ustedes, gracias chicos —suspiré sonriendo.

—Tienes que disculparte —dijo Marlene sentándose en la cama.

—Y corresponder su amor —me apuntó Alice con su dedo.

—Ya es tarde, lo haré mañana —dije  viendo mis manos.

—Tienes que hacerlo Hals, si no ambos terminarán haciendose daño. Tengo que irme, buenas noches pequeña —se despidió Remus besando mi frente mientras salía de la habitación.

—Te veo mañana Hals, te quiero —me abrazó Dora y se fue detrás de Lunático.

Me senté en mi cama mientras suspiraba.

—Nunca te agradecí —susurró Lily sentándose a mi lado, aprovechando que Alice y Marlene estaban distraídas —. Antes de eso te traté horrible Hals, eso fue mi culpa. Tenía tanto miedo de hablarte y que me odiaras, aunque te entendería si lo hicieras. Me salvaste la vida y yo... solo... gracias. Te lo agradezco mucho, siempre has sido una de mis mejores amigas, y quiero que sepas que estaré en deuda contigo —murmuró apenada.

—No te odio Lily, no tienes porque disculparte, se que no fue fácil saber que eramos tus amigos y te estábamos ocultando el problema de Rem, pero no era fácil para nosotros decirlo, no queríamos meterlos en problemas, pero jamás me enojaría contigo por eso, fue un accidente, en cualquier caso todo está bien, siempre has sido mi amiga y eso no va a cambiar —negué sonriendo, ella sonrió y me abrazó con fuerza.

—Gracias Hals, te quiero —dijo sonriendo.

—¿Sabes? acepta una cita con mi hermano —mencioné y ella me vio confundida.

—¿Qué? —preguntó nerviosa.

—Me acabas de decir que me debes una, paga tu deuda y sal con mi hermano —sonreí burlona y ella negó haciendo una mueca.

—No, ni pensarlo —dijo frunciendo el ceño.

—Se que también tienes miedo, entiendo perfectamente como te sientes, porque yo siento lo mismo —mencioné tomando su mano.

—No sabes como se siente —negó bajando la mirada.

—Oh por favor, mi hermano y Sirius son iguales, grandes mujeriegos que han pasado por la mitad de las chicas de Hogwarts, piensas que si le das una oportunidad, todo lo que el sentía era un simple capricho, se aburrira y se irá con otro como siempre lo ha hecho —dije haciendo una mueca y ella me vio seria.

—Al parecer si sabes lo que siento—susurró acostándose a mi lado.

Cerré las cortinas y la vi.

—James está enamorado de tí. Solo dale una oportunidad, se que aveces se comporta como un completo idiota y tiene esa rara enemistad con Severus, pero sabes que mi hermano daría todo por ti —murmuré y ella suspiró.

—Quiero que el cambié —susurró.

—¿Cambiar? sabes que si le das una oportunidad él dejaría la vida de mujeriego —me encogí de hombros.

—Quiero esperar, no quiero que él lo haga solo porque yo se lo pido—dijo haciendo una mueca y asentí.

—Bien, te comprendo —asentí mirando el techo.

—¿Y tú? —preguntó volteandose de lado para observarme.

—Rem tiene razón, lo arruine, siento que ahora las cosas estarán incómodas entre nosotros, no sé cómo arreglar esto —susurré.

—En tu caso es diferente, Sirius ya no es lo mismo a como era antes, él a cambiado por ti, todos pueden ver lo enamorado que está —mencionó viéndome con una sonrisa, besó mi mejilla y salió de mi cama para ir a la de ella.

Asentí y cerré los ojos con cansancio.

Esto es más difícil de lo que pensé.

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