Capítulo 5
Reí mientras Canuto seguía caminando conmigo en su espalda.
Íbamos de camino al gran comedor para desayunar, hoy sería el dichoso partido.
—Estoy emocionado, sieto la gloria cerca —comentó James sonriendo —. Les ganamos a esos tejones, después Ravenclaw y bueno... después será el que llegue a la final, pero es un hecho que irémos hasta lo último —comentó orgulloso.
—Slytherin quedará en la final con nosotros —dije, mi hermano me vio mal —. ¿Qué? los has visto este año, están mejorando sus estrategias —me encogí de hombros.
Cuando llegamos Sirius me bajó y me senté en medio de él y Remus, teniendo en frente a Peter y James.
—Eso no bastará, igualmente les patearemos el trasero —dijo Sirius y chocó la mano con James.
Rodé los ojos divertida y me serví una porción de tarta de frambuesa y jugo de calabaza.
—¿Solo eso comerás? —preguntó Sirius viendo la comida.
—Siempre como esto —fruncí el ceño.
—Pero ayer no cenaste y hoy es el partido, come más, no quiero que te pase nada —contestó mi mellizo sirviendo otra porción de tarta en mi plato.
Hice una mueca, pero comencé a comer.
—¿Alguien ya hizo los pergaminos para astronomía? —preguntó Peter mordiendo una pata de pollo.
—Maldición —gruñí molesta, había olvidado la maldita tarea —. Remus, cariño —sonreí de forma inocente.
—Amigo —mencionó James sonriendo.
—Oh no Potter's, ni lo crean —negó con la cabeza, lo vi indignada.
—Bien, se lo pediré a un Ravenclaw —dije rodando los ojos.
—¿No es mejor hacerlo por ustedes mismos? —preguntó haciendo un ademán con la mano.
Vi a James y ambos rompimos en carcajadas.
—¿Con quién crees que hablas Lunático? —mencionó James burlón.
—No sé ni para que hablo —dijo Rem cansado.
Seguimos comiendo.
Cuando terminamos fuimos al estadio viendo como los estudiantes se sentaban para observar.
James nos dio la misma charla motivacional, bueno prácticamente nos dice que le pateemos el trasero.
Pero bueno... algo es algo ¿no?
Salí de los vestidores mientras me hacía una coleta, Hooch nos dijo que nos pusieramos en posiciones.
Agarré mi bate y me senté en la escoba, vi a mi derecha, Canuto me giño un ojo, sonreí divertida.
Cuando el silbato sonó, el partido dio su comienzo.
La bludger venía hacía mí, rapidamente vi que un tejon tenía la quaffle, así que tiré esta en dirección a él, haciendo que este la tirara y que Sirius la agarrara en el aire.
Ya había pasado una hora y mi hermano no encontraba la snitch. Íbamos sacándoles ventaja a los tejones, 550 a 350.
—¡Cuidado! —gritó alguien.
Lo próximo que sentí fue como la bludger me golpeaba la cabeza, haciendome perder el equilibrió y caer de la escoba, escuche gritos de horror hasta que vi borroso y me desmaye.
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Me dolía la cabeza, abrí los ojos lentamente, descubriendo que estaba en la enfermería, creo que en mis cinco años de estudio mi segunda habitación a sido esta enfermería, debería tener una tarjeta de cliente frecuente.
—¡Despertó! —gritó Peter.
—Pequeña —dijo James corriendo hacía mi.
—¿El partido? —murmuré ronca.
Él hizo una mueca.
—El capitán admitió que los bateadores hicieron trampa, primero golpearon a Ross para que se le cayera el bate, pero no midieron bien el golpe hacía ti y terminaron tirándote —exclamó enojado.
Tomé su mano y sonreí de lado, es agradable ver a mi gemelo preocupado por mi.
—Nos dejarán repetirlo —comentó Sirius.
—¿Cuándo? —pregunté curiosa.
—Una semana después que Ravenclaw y Slytherin jueguen —contestó James y asentí.
—¿Cómo te sientes querida? —preguntó Madame Pomfrey.
Hice una mueca viendo mis pies, pero note como mi tobillo estaba vendado.
—Me duele la cabeza ¿qué me pasó en el tobillo? —murmuré y esta asintió.
—Ten, toma esto y ve a tu habitación a descansar —dijo dándome una cuchara con un líquido extraño.
Hice una mueca y lo tomé, que asco.
—Y sobre tu tobillo te hiciste un esguince, hoy no tienes que ir a clases, ve a descansar querida—sonrió y se fue.
—Ven —dijo Sirius tomándome en brazos.
—Puedo caminar —dije divertida.
—No puedes —dijo viendo mi tobillo —. Además puedo ser tu ¿como dicen los muggles? principe azul
—susurró para mi, lo vi divertida.
—Que sea príncipe rojo —susurré haciendo que riera, giñandome un ojo.
—No toques mucho a mi hermana Canuto —advirtió James viéndolo molesto.
Salimos de la enfermería, íbamos a las cocinas por si alguna elfina podría darme algo de comer, moría de hambre.
—Chicos —dije recordando y todos me vieron —¿Qué con el plan? —pregunté viendo a mi gemelo.
—Lo dejaré —dijo y suspiré aliviada.
—Gracias hermano, te aseguro que es lo mejor, pudiste habernos puesto en riesgo, más a Remus —negué.
Algo impacto bruscamente en la espalda de Sirius, haciendome caer a mi y al chico que lo empujó por accidente, ya que venía corriendo.
—¿Estas bien? —pregunté mientras levantaba la mirada y veía a Snape.
Diablos, de todos los estudiantes ¿por qué tenía que ser él?
Agarré su libro para dárselo, pero él me lo arrebató de las manos.
—¿Quién te crees para tocar mis cosas asquerosa leona? —exclamó enojado, mientras se levantaba.
Lo vi indignada
—Solo estaba ayudándote —dije mientras Remus me ayudaba a ponerme de pie.
—No necesito ayuda de alguien tan ignorante como tú, no puede ni sostenerse de una escoba —dijo burlón mientras se iba.
Abrí la boca impresionada por su actitud.
—¿Enserio? ¿acabas de ver como te trató? necesita saber quien manda —dijo James —. Nadie se mete con mi hermanita, el plan sigue en pie, ven Canuto —dijo y ambos se fueron enojados.
Demonios.
¿Por qué cuando algo salía bien, tiene que pasar esto?
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