Estaba en la habitación de los chicos, practicando tácticas, ya teníamos preparada la lista de estudiantes que nos ayudarían a formar el ejercito.

Rem y mi hermano estaban ayudándome, ya que ni Peter ni Sirius estaban.

En eso azotaron la puerta, haciéndome sobresaltar.

—Estoy harto —exclamó mi novio.

Mi mellizo y yo nos vimos confundidos.

—¿De que hablas Canuto? —preguntó Rem.

—El idiota de Regulus me acaba de decir que si no voy en lo que queda de esta semana, Walburga esta dispuesta a tirar todas mis cosas —negó sentándose en su cama —. Maldición, ahí deje cosas importantes —gruñó.

—Puedo acompañarte si gustas —dije y él me vio rápidamente.

—¿Enserio? dulzura sabes que si vas mi madre te atacará con todo su lenjuage soez —dijo haciendo una mueca.

Reí suavemente y me senté a su lado.

—Creo que puedo soportarlo, ven ayúdanos con esto y mañana temprano iremos a esa casa de locos —dije besando su mejilla.

Él sonrió y asintió, nos sentamos con los chicos, siguiendo con los preparativos.

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Salimos de la chimenea, vi intrigada la enorme mansión, se sentía vacía, no había nada emocionante, todo era de colores motonomos y aburridos.

Caminamos directo a la habitación de mi novio, pero una señora muy elegante nos cortó el camino.

—¿No pensabas saludar hijo mío? —habló con sarcasmo.

—No tengo nada que hablar contigo, haré tu sueño realidad, recogeré mis cosas y me iré —dijo poniéndome detrás de él.

La señora Black me vio seria.

—Halston Potter, bueno, por lo menos hiciste algo bueno con tu vida, estás con una sangre pura —dijo viéndome de arriba a abajo.

—No es de tu incumbencia ¿puedo pasar ya? —preguntó irritado.

—Antes necesitamos hablar Sirius, es algo importante —dijo y lo agarró del brazo —. Vete, quiero hablar con mi hijo —me vio mal.

—No, lo que tengas que decirme ella puede estar presente —dijo agarrando mi mano.

—Por supuesto que no, son asuntos familiares —dijo indignada.

—Claro y desde cuando te importa que yo sea parte de esta familia —habló mi novio con sarcasmo.

—Yo cuido de ella hermano, ahora ve con madre —dijo Regulus saliendo de una habitación.

Sirius lo vio mal, iba a decir algo pero lo interrumpí.

—Ve Sirius, esta bien —dije poniendo mi mano en su hombro.

Este me vio indeciso, pero terminó asintiendo.

—Le haces algo y juro que te mato —amenazó a su hermano y se fue con su madre.

Vi seria a Regulus.

—Puedes venir a mi habitación, no muerdo —sonrió coqueto y entró a la habitación que había estado antes.

Rodé los ojos y entré a la habitación del menor.

Vi curiosa como un elfo acomodaba la habitación con Regulus.

—Pon estos papales en la mesa de allá Kreacher —dijo dándole una pila de papeles.

—Por supuesto amo Regulus —asintió y los agarró para acomodarlos.

—Puedes sentarte en mi cama si gustas —dijo sin verme.

Lo ignoré.

—¿De que habla tu madre con Sirius? ¿de porque no vuelve a la familia y se convierte en mortifago como tu? —pregunté directa y ambos me vieron fijamente.

—¿Qué dijiste? —se acercó amenazante.

—¿Creíste que no lo sabría? solo era cuestión de tiempo para que se supiera sobre los seguidores de esa bestia —dije rodando los ojos.

—Oh querida, si solo supieras —dijo sonriendo cínico.

—¿De que hablas? —me crucé de brazos.

—Hasta los que menos crees pueden fallarte —dijo simplemente.

Frunci el ceño y lo vi seria.

—No trates de manipularme Black —rodé los ojos.

—Deberías unirte a nosotros, dicen que eres una bruja excepcional —dijo burlón.

—¿Y para que lo haría, para matar a impuros, a muggles? con que sentido, ellos no nos han hecho nada —dije seria.

—No solo se trata de eso ingenua Potter, se trata principalmente de guerra, esto va ser una masacre... y el que no este del lado del señor tenebroso tendrá grandes consecuencias, así que deberías pensarlo bien, algunos no solo están por poder, algunos están por seguridad —dijo viéndome serio.

—No le tengo miedo y realmente me entristece que tu lo hagas —dije haciendo una mueca.

—Conveniencia pequeña Potter, aveces es mejor, uno decide si tomar el camino fácil —dijo encogiendose de hombros.

—Nos vamos Halston —dijo Sirius apareciendo por la puerta.

—Apuesto a que te negaste —dijo Regulus sonriendo con burla.

—Por supuesto que me negué, no soy un idiota para ser un mortifago Regulus, si esto es pertenecer a la familia y al estúpido árbol genealógico, pues creo que estoy tomando una buena decisión al alejarme de esta casa de monstruos —exclamó molesto y agarró mi mano para salir de ahí.

Iba a seguirlo, pero alguien agarró mi mano.

—No soy tonto, se sobre la profecía, si necesitas ayuda sabes donde encontrarme, se que tengo la reputación de ser cruel, pero te sorprenderías lo que puedo hacer por proteger a mi familia —susurró en mi oído y me soltó.

Lo vi sorprendida, Sirius me jaló de la mano para llamar mi atención, caminamos rápidamente a su habitación, apareció un baúl y empezamos a recoger todo lo que tenía.

—Que fue eso de mi hermano —preguntó Sirius volteandose para verme con el ceño fruncido.

—Solo me estaba diciendo una estupidez —mentí encogiendome de hombros

Cuando bajamos, vimos como su madre estaba justo al lado del tapiz.

—Sirius Orion Black enserio quieres hacer esto —dijo Walburga sacando su varita y apunto el tapiz con el árbol genealógico.

—Tu y toda tu familia váyanse al diablo —contestó serio.

—Si así lo deseas —lo vio furiosa y empezó a quemar su retrato.

Vi sorprendida como este se quemaba, Sirius apretó la mandíbula y bajó la mirada, sabía que por dentro le dolía.

Iba a acercarme a golpear el estúpido rostro de mi adorada suegra, pero mi novio agarró mi cintura y negó.

—Buena vida Walburga —murmuró Sirius y salimos de ahí.

—No los necesitas, los merodeadores somos tu familia —dije besando su mejilla.

Él sonrió.

—Lo sé pequeña, no sabes lo agradecido que estoy por eso. Si me dieran a alegir de nuevo entre los Black o ustedes, siempre elegiría los merodeadores, siempre volvería a ustedes... siempre volvería a ti —dijo besando mi cabello, sonreí enternecida y agarré sus mejillas para besarlo.

—Que se vayan al diablo, nos tenemos nosotros y eso es lo único que importa —dije y ambos sonreímos.

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