—¡No lo van a creer! —chilló emocionada Marlene entrando a la habitación.

Me desperté sobresaltada al escucharla gritar, me quite el pelo de la cara y vi el reloj muggle que tenía la pelirroja en la pared.

—Si lo creo, despertarnos a las ¿siete de la mañana? ¡Mckinnon! —grité molesta, mientras me volvía a acostar.

—Bueno a lo que iba —contestó rodando los ojos —. ¿se acuerdan del chico de Hufflepuff con el que he estado saliendo las últimas semanas? bueno él y yo ibamos caminando por los pasillos, cuando de repente un muérdago se formo arriba de nosotros ¡y él me beso! ¡me besó y me pidió ser su novia! —exclamó saltando.

Alice y Lily chillaron emocionadas.

Rodé los ojos.

—¿Eso era todo? maldición —murmuré entre dientes y me volví a tapar con la cobija.

—Y no saben a quién vi —murmuró Marlene molesta.

—¿A quién? —preguntó Lily curiosa.

—Black y una chica de Ravenclaw —dijo y yo me senté rápidamente.

—¿Sirius? —pregunté frunciendo el ceño.

—Estaban en un pasillo besándose —dijo apenada.

Lo sabía, sabía que él nunca cambiaría.

—Bien, puede hacer lo que él quiera —dije saliendo de la habitación aún en pijama.

Subí a la habitación de los chicos, todos dormían menos Canuto, que no estaba claramente.

Me acerqué a la cama de mi mellizo mientras abría un poco las cortinas para meterme a la cama junto a él.

Él se removió y abrió lentamente los ojos.

—¿Pequeña? ¿qué haces aquí? —preguntó confundido.

—¿Puedo dormir contigo? —murmuré abrazándolo.

—Por supuesto —contestó riendo suavemente —. Desde hace unas semanas no hemos podido pasar tiempo de hermanos —dijo suspirando mientras acariciaba mi cabello.

Solo asentí un poco cerrando los ojos.

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—Hora de despertar Cornamenta —exclamó Remus.

Abrí los ojos lentamente, James me sonrió y besó mi frente.

Abrió las cortinas y me senté en la cama sonriendo a los dos chicos.

—Hola Hals —saludó Peter sonriendo.

—¿Y Canuto? —preguntó James viendo la cama de este.

—Aquí —contestó saliendo del baño.

—¿Tu ya despierto y listo a esta hora? ¿te caíste de la cama amigo? —preguntó burlón Remus.

—No estaba cuando yo entre —dije y Sirius me vio por primera vez.

—Halston —mencionó nervioso y levanté la ceja.

—¿Donde estabas? —preguntó Peter confuso.

—Dando un paseo, no podía dormir —contestó restándole importancia.

—Claro, con una águila ¿no es así? —dije levantándome.

—¿Qué? —balbuceo sorprendido Sirius.

—Una chica Ravenclaw ¿acaso no recuerdas? —mencioné poniéndome frente a el —. Marlene los vio en un pasillo besándose —exclamé y salí de la habitación empujando con fuerza mi hombro con el de Sirius.

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NARRADOR OMNICIENTE

James se levantó de su cama lentamente y vio a Sirius de forma furiosa.

—Vaya Canuto. No te entiendo, pasaste semanas enteras tratando de hablar conmigo, rogando si podías salir con mi hermanita, prometiendo que no volverías a estar con otra chica porque "amabas a mi melliza" ¡para qué demonios gastaste saliva si te ibas a ir de nuevo con otra! ¡ah! —gritó James furioso mientras entraba al baño, cerrando con fuerza la puerta.

—No entienden, enserio puedo explicarlo chicos—contestó pasando sus manos por su cabello.

—No seas absurdo —negó Remus rodando los ojos.

—¿Cómo pudiste? —susurró Peter negando decepcionado.

Sirius suspiró frustrado, pero una idea llegó a su cabeza.

—Saca a Cornamenta del baño —exclamó corriendo al baúl de bromas.

Peter confundido le dijo a James, este salió del baño quitándose la camisa.

Sirius agarró un frasco con el líquido de veritaserum, se tomó todo el contenido y vio a James.

—Pregúntame —mencionó serio.

James levantó una ceja confundido.

—¿Besaste a la chica de Ravenclaw? —preguntó molesto.

—No, no lo hice —confesó y suspiro aliviado al saber que le creerían.

Los tres merodeadores lo vieron impresionados.

—Entonces ¿como pasó? —preguntó Peter curioso.

—Iba al jardín a planear una sorpresa para mi Hals, pero la chica llegó y se me insinuó, cuando me di cuenta esta estaba sobre mí besándome —dijo haciendo una mueca —. La aparte inmediatamente —dijo y suspiró.

—¿Le acaba de decir "mi Hals" a mi hermana? —preguntó James a Remus mientras fruncia el ceño, ignorando lo que Canuto había dicho.

Remus lo golpeó en la cabeza.

—Tienes que hablar con ella Canuto —comentó Remus serio.

—No podré, me odia —dijo pasando su mano por su largo cabello.

—Tienes que decirle la verdad, ella lo entenderá —mencionó Peter encogiendose de hombros.

—Hablaré con ella —dijo Remus y Sirius sonrió.

—Solo te diré algo Canuto, escuchame bien —dijo James acercándose de forma amenazante —. Dañas a mi hermana, haces que derrame una sola lágrima, y te juro Sirius Black que dejaré de ser tu mejor amigo y te haré la vida imposible —amenazó tomándolo de la camisa con fuerza.

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