Capítulo 1
Maldecí al ver la hora en el reloj muggle de Evans, me había dormido.
Agarré rápidamente un botiquín, mi varita y la capa de invisibilidad, me la coloque y corrí por las habitaciones de los hombres.
Entré a la de los chicos, me destruía verlos así, después de cada luna llena era lo mismo, venían con rasguños, una que otra morida y grandes ojeras.
Suspiré mientras sacaba del botiquín algunas cosas para desinfectar las heridas, con la varita haría un hechizo para terminar de sanarlas.
—Por Merlín —suspiré al ver a Remus, era el que siempre terminaba más afectado, me senté frente a este para curarlo.
—¿Qué haríamos sin ti? —preguntó haciendo una mueca.
—Morir—contesté mientras negaba.
—Sabes que te amamos... aún siendo testaruda —mencionó mi gemelo James, levanté la ceja mientras me sentaba a su lado, presioné una de las heridas que tenía en el estómago —. Demonios —gruñó con dolor, sonreí inocente.
—Chicos, deberían dejarme ir, tal vez un aura femenina ayude —dije sentándome frente a Peter.
—Ya hemos hablado de eso Hals, me da miedo hacerte daño —negó Remus.
—No serías capaz de hacerme daño cariño —mencioné sonriendo con dulzura.
—No me puedo controlar y lo sabes —contestó bajando la cabeza —. Eres mi mejor amiga, no quiero perderte —sonreí tiernamente por sus palabras.
Terminé con Peter y me senté de nuevo al lado de Rem para abrazarlo con fuerza.
Limpie la lágrima que caía por su ojo y bese su mejilla, sabía cuánto le dolía hablar sobre su condición peluda.
Luego de me senté frente a Sirius, diablos hasta con la cara demacrada se veía lindo.
—Por favor, soy una loba, si las cosas se descontrolan, podré defenderme —dije viéndolos —. ¡Vamos chicos! no me convertí en animaga solo para verlos hacerse daño, la próxima luna llena iré —ordené seria.
Pase el algodón por el labio de Canuto, mientras él me veía coqueto.
—Bien —respondió James rodando los ojos.
Chillé feliz mientras corría para tirarme encima de mí hermano, lo escuché quejarse, pero igual me abrazó de vuelta.
—Pero al primer indicio de peligro, saldrás de ahí muñeca —ordenó Sirius serio, apuntándome con el dedo.
Asentí rodando los ojos.
—Ahora si soy una merodeadora al cien por cierto —murmuré sonriendo.
—Siempre lo has sido —tartamudeó Peter.
—Lo sé cielo, pero no me incluían en todo —dramaticé y James rió.
—¿Por qué siempre consigues lo que quieres Halston Jade Potter? —preguntó mi hermano negando divertido.
—Son los genes Potter —giñé un ojo.
—Deja de ser como tu hermano —Remus negó con una sonrisa.
—Tienes razón. Somos los gemelos Potter, encantadores, inteligentes... los mejores —concluyó y chocamos los cinco.
—Otra vez no —susurró Peter poniendo una almohada en su cara, reí.
—Ego Potter activado... —Remus rodó los ojos.
—De nuevo —concluyó Sirius y le saque la lengua, él hizo lo mismo burlón.
Los cinco merodeadores, James y Halston Potter, Remus Lupin, Sirius Black y Peter Pettigrew.
Los cinco éramos mejores amigos, siempre será así. Y cuando terminemos en Hogwarts, seremos leyendas.
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