𝐂apítulo Ⅷ: de esta manera, no
Los vikingos estaban ahí, incontrolables. Hablaban todos a la vez y hacían caso omiso de las autoridades. Esta vez, ni a la vikinga más ruda escucharon.
— ¡¿Nos pueden explicar por qué demonios tuvieron una niña?! —habló uno de ellos, realizando una pregunta tan estúpida.
—Eh, no sé si sean conscientes que la gestación del bebé no se da por nosotros, ¿verdad? —respondió Hiccup, enfadado.
—Esto es un insulto para los dioses. ¿Acaso Odín fue mujer? ¡Claro que no! El hombre fue hecho para liderar.
Astrid llamó la atención, arrojando su hacha a la mesa: —A ver, vikingos. No los entiendo, ¿cómo pudieron aceptarme a mí y no aceptar que la próxima heredera al puesto sea una mujer?
—Porque eres la mano derecha, no el centro. Lady Astrid, todos confiábamos en usted. ¿Cómo pudo traicionar al legado vikingo de esta forma? —Hiccup se alteró a escuchar cómo incriminaban a Astrid.
— ¡Basta! ¡Esto es ridículo! Una discusión y desacuerdo que no nos trae a nada porque la niña ya nació —argumentó, furioso.
— ¡Claro que podemos hacer algo! Volver a tomar nuestra postura vikinga. Perdonaremos a Lady Astrid y oraremos por ella para que consiga el perdón de Odín si ninguno se interpone a sacrificar a la criatura —Astrid quedó anonadada y su corazón empezó a acelerarse.
Por supuesto, Hiccup aún más furioso, negó con rapidez y casi se subió a la mesa tratando de quedar frente a frente con este descerebrado macho de la aldea.
—El perdón, ¿de qué? —preguntó, irónico —. Astrid no ha cometido un solo pecado para que ustedes le cierren las puertas del Valhalla. ¡¿Qué tonterías dicen?!
—Jefe, esto no es coincidencia. ¡Así son esta clase de mujeres! Odín no concedería un acto tan repulsivo. ¿Cómo puede pensar eso del padre de todo? Seguramente suplicó a la encargada del inframundo.
Astrid, ofendida por todas las acusaciones que estaban haciendo sobre ella, además de poner sus doctrinas muy alejadas a lo que ella en toda su vida ha perseguido y es el mismo templo que todo vikingo busca.
—Ustedes están locos —comenzó la rubia, imponiéndose —. Yo jamás pondría la vida de mi hijo a servir de Heilhem. Odín nos concedió una niña y eso es lo que hay. ¿Tanto los preocupa que una mujer gobierne mejor que un hombre? —los retó. Sabía que no eran las palabras adecuadas, pero estaba molesta.
—Sencillamente, una mujer está para ser la mano derecha, como usted ante nuestro jefe —cada uno de los que estaban en contra de la niña de Berk, comenzaron a encender sus antorchas y afilaban las cuchillas de sus armas —. Entonces tienen que morir ambas —Hiccup se interpuso entre Astrid y tomó por la armadura a tan valiente sujeto que estaba amenazándolos.
—Tú la tocas, y te mueres —obviamente, todos murmuraban ante lo salvaje que había sido Hiccup con ellos, pues un jefe protegía a su puedo, e Hiccup iba en contra de él.
Astrid vio en la mirada del vikingo que éste no estaba dispuesto a alejar sus armas del castaño, por lo que rápidamente corrió y se puso en medio de ambos.
—Hiccup, basta. ¡De esta manera no! —le suplicó, tratando de alejarlo.
—Tienes esta semana, Haddock. Cuando menos lo esperes, si no entregas a la niña, tu esposa y ella estarán muertas.
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Había quedado tan confundido, tan decepcionado. Cargaba en sus brazos a su hija y solo se preguntaba cómo diablos podían pensar que esta criatura inocente podía ser fruto de algo oscuro y frío.
Esta pequeña fue mandada y bendecida por todos los dioses desde el pueblo de oro; y ahora, solo podía sentirse inútil, sin saber que hacer, sin saber cómo podría entregar este pedazo de él.
—Madre, los odio —el castaño derramaba lágrimas, mientras acurrucaba a la niña en su pecho.
—Hijo, no digas eso, es tu pueblo —Valka, de antemano, sabía las creencias de estos señores. Ella tampoco estaba de acuerdo, pero un jefe no podía darle la espalda a su pueblo. Era su deber.
—Son unos malditos machos, eso es lo que son —la niña empezó a llorar. Astrid, desde su cuarto, corrió hacia ella y cuando vio que estaba bien, que estaba en brazos de su padre, se relajó y suspiró.
La tomó en brazos. Tanto Hiccup y ella solo se habían compartido unas miradas de miedo desde aquella junta.
Lentamente se adentró a su cuarto, tratando de consolar el deprimente llanto de su bebé. Pero la mujer estaba tan alterada, desconectada; recién acababa de parir y no ha empezado con su cuarentena, no estaba reposando y claramente no estaba con un metabolismo tranquilo. Tenía las hormonas al tope y la desesperación le invadió cada que la bebé alzaba más sus llantos.
— ¿Qué tienes? ¿Qué pasa? —preguntó, sollozando, como si la bebé fuera capaz de responderle. Valka la vio frustrada y lo primero que hizo fue quitarle a la niña.
—Tú estás muy cansada. Debes dormir —le ordenó, duramente —. Lo siento, Astrid, pero dormiré con ella en donde antes era mi cuarto hasta que puedas tranquilizarte. Sí, la niña te necesita, pero tú te necesitas más en estos momentos —Valka arrullaba a la bebé y se acercó a su hijo —. No te preocupes. La voy a cuidar esta noche, pero tú debes cuidarla a ella —miró a Astrid. El castaño tragó saliva y asintió.
—Astrid, no debes estar angustiada. Yo no voy a permitir que nadie las toque —llegó con ella y se hincó, poniendo sus manos en las rodillas de Astrid.
—No es por mí, Hiccup, ni por mi hija —admitió, con los ojos rojos —. Pero todo el pueblo se está poniendo en tu contra. Pueden hacerte algo, ¡yo jamás me lo perdonaría!
—Astrid, basta; si me llegara a pasar algo es a causa de esos cabezas de carnero, no estarías cerca ni de ser la culpable.
—No, no, no —se lanzó a él, con las manos en su cuello. Lo abrazaba con tal intensidad, como si lo fuera a perder en cualquier momento —. No sigas, no digas eso, por favor —se ocultó en su cuello.
—Nada nos pasará si estamos juntos... —la tranquilizó, pero esa era la palabra que, tristemente, le hacía ruido.
Juntos...
El estar juntos, le iba a traer una vida de peligro a ambos. Sabía que la vida de su bebé y de Hiccup estaba en sus manos. En su mente, la solución de esto era clara. Pero no la aceptaba, simplemente no.
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Había pasado más de la semana que los vikingos habían dicho. Todos desayunaban en la mesa, intentando que todo aquel tema fuera solo un mal sabor de boca.
Hiccup había estado trabajando con todos sus aldeanos, haciendo mejorías en casa e invirtiendo de su propia economía para tenerlos contentos. Estaba agotado, pero funcionaba.
Se despidió de su madre, Astrid y su hija para continuar con otro agotador día. Valka también tenía unos pendientes, pues se había unido a Hiccup. Quería que su nuera y nieta estuvieran seguras, viviendo sin miedo.
Por consiguiente, Astrid se quedó sola en la casa. Afortunadamente, no había mucho de qué preocuparse, ni tanto trabajo, por lo que podía descansar y hacerse cargo de su bebé.
La colocó en la cuna y comenzó a buscar entre su ropero una manta. Su piel heló y comenzó a temblar, al sentir un objeto puntiagudo en su espalda.
—No te muevas o haremos que su muerte sea lenta y dolorosa —le hablaron al oído. Astrid había asentido, pero como pudo, golpeó con su codo al sujeto que la amenazó y rápidamente cargó a la niña.
Al voltear, una oleada de vikingos la esperaba con toda clase de armas.
—Les dijimos una semana, ha pasado más de la cuenta.
Astrid les aventó un vaso de vidrio y salió con dificultad por la ventana. Corrió lo más lejos que pudo, pero se vio detenida por un precipicio.
Por un momento, pensó que todo estaba perdido, pues una luminosa especie llena de furia llegó al lugar y los atacó.
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¿Qué tal? Yo les dije que iba a haber mucho drama X'D creo que fue un poquito rápido como pasamos de la semana a otra, pero realmente no veo el caso ponerle relleno a esto.
He tenido tantas ideas para esta historia, unas re lindas y otras bien macabras, pero por eso la historia viene con advertencia y la etiqueta de contenido adulto XD. Al menos para mí, sí tiene tema sensible.
Espero que les guste, háganmelo saber. Cualquier sugerencia, aclaración o duda, pueden mandarme un mensaje privado o al tablero.
Prefiero que los errores o descontentos me los hagan saber por privado, de preferencia XD estoy totalmente de acuerdo en ser corregida pero sí me da penita ser expuesta jaja :'v pero para lo demás, ahí está el tablero público uwu.
Los quiero, nos leemos luego.
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