Nancy Bobofit (PJo)
Nancy estaba tranquilamente descansando en un parque, cuando de repente una niña encapuchada se acercó y le metió un balazo en la cabeza, fin.
Nah, es broma.
Nancy estaba tranquilamente sentada en un banco del parque que estaba frente a su casa, ya no aguantaba los gritos de sus padres, siempre era igual, su padre llegaba a altas horas de la noche borracho como una cuba y con una chica colgada del brazo, su madre, cuando llegaba de las prácticas de enfermería en el hospital, se encontraba a su marido con una fulana en su propia cama, las primeras veces lloraba ahí mismo, pero hacía un tiempo que solamente hacía café le ofrecía a la chica, intentando conservan un mínimo de dignidad.
Luego le echaba la bronca a su marido.
Y entonces él intentaba pegar a su madre.
Nancy odiaba eso, no odiaba a sus padres, pero digamos que ella pensaba que era penoso que su madre (ni siquiera era su madre, sinó su madrastra) no se divorciase de su padre, es decir, Nancy sentía lástima por ella, pero no era su verdadera madre, así que ella no se sentía traicionada ni dolida, la verdad es que esa mujer ni siquiera le agradaba, siempre era demasiado cariñosa y perfecta, ella prefería mil veces a su padre, borracho y putero, sin nadie a su lado.
También estaba el tema de que se había quedado sin su juguete favorito, Percy Jackson, ese renacuajo que se metía en problemas por ayudar a otros, su juego favorito era hacerle la vida imposible, además, a ella nunca la pillaban, ya que tenía fotos comprometedoras sobre la profesora de química y el director. Así que por muchas cosas que hiciera, tenía la libertad garantizada, y nadie, ni mucho menos el pardillo de Jackson y su cobarde amigo Underwood podrían con ella.
Pero ahora no tenía a nadie a quién molestar, así que se dedicaba a, en vacaciones, asustar y molestar a niños pequeños en el parque de delante de su casa, dónde estaba ella ahora.
Había una cosa extraña, una niña, en realidad.
Llevaba una sudadera verde que no dejaba ver su rostro, pero parecía mirarla a ella. ¿Quizás la hermana de algún niño? De repente, una especie de chasquido sonó tras ella, no tuvo tiempo se girarse, porque un pequeño brazo la agarró y desapareció.
Fue la experiencia más horrible que había tenido jamás, sintió un vacío bajo los pies y luego como si la cabeza quisiera despegarse del cuello, para por fin llegar a un lugar, cayendo de bruces contra un suelo duro, húmedo y lleno de piedras que se incrustaron en su piel.
-Arriba, escoria.- sintió un pie patearla en las costillas, luego en el estómago, y se añadieron más pies, no, pezuñas, estaba segura de que había visto pezuñas.
En un momento dado, empezó a escupir sangre, sus pulmones dolían, sus costillas dolían, su estómago dolía, lo único que no dolía eran sus extremidades y su cabeza.
-¡Arriba he dicho, maldita escoria mortal!- grito de nuevo esa voz, era femenina, grave, casi demasiado, sintió como unos fuertes brazos la alzaban por los pies, entonces pasó, vio lo que eran, la niña del parque, y unas extrañas criaturas, centauros, pero ella aún no lo sabía.
Todo estaba patas arriba, la cabeza le daba vueltas y, de repente, vomitó, echó fuera todo lo que había y no había comido, vomitó sangre, y expulsó hasta el último alimento ingerido.
Luego llegaron las patadas, esa vez, iban dirigidas a su rostro, prácticamente no había ningún intervalo de tiempo ente una patada y la siguiente.
Al final, esa niña misteriosa pareció cansarse, porqué paró de golpearla, y pasó a sacar una daga extraña, cogió uno de sus mechones pelirrojos y lo cortó, rió encantada y siguió con su labor, a veces cortando demasiado y llevándose piel consigo, luego, cuando la cabeza de Nancy quedó calva, hizo un par de cortes en su rostro, luego en sus brazos que colgaban medio muertos y también en sus piernas.
Luego echó encima agua alcoholizada, consiguiendo que cada corte y cada herida ardiera como el infierno.
Nancy gritó. La niña rió. El monstruo que la sujetaba (palabras suyas, no mías) la zarandeó hasta el cansancio, y, una vez dejó de gritar y se acostumbró al dolor (osea, cinco minutos después, cuando ya ni ardía) el centauro la soltó de golpe, dejándola caer en el suelo y clavándose más piedras en la cabeza.
Entonces una criatura más bajita y bastante fea (que mala Nancy, Trix es hermoso) se dirigió a la niña.
-Señorita Moon, puedo...?- pidió con una voz chillona e inocente, la recién nombrada como Moon sonrió de una forma tierna, y asintió, sin dejar que la parte superior de su rostro se viera.
La criatura chilló emocionada y dió un par de saltitos de alegría, entonces la niña le dió un relicario de plata con una imagen de una serpiente en forma de S y le advirtió que lo hiciera como habían ensayado.
-Y con cuidado, Trix.- añadió Moon.
Trix se acercó a Nancy, a la que habían atado en una silla mientras tanto, puso el relicario alrededor de su pálido y maltrecho cuello, dejando la cadena por delante y el relicario por detrás, entonces cogió entre sus pequeñas manos la cajita de
plata y estiró.
Estiró hasta dejar a Nancy Bobofit sin respiración, hasta clavarle la cadena en la carne de su cuello, hasta que sus pulmones dejaron de recibir aire, hasta que su cerebro se apagó para siempre, hasta que oyeron el último y débil latido de su corazón podrido.
-¡Felicidades Trix!- todo el equipo se acercó al elfo a felicitarle, éste estaba encantado, matar a gente mala y de corazón podrido sentaba tan bien.
En todo el día no quitó su sonrisa, Moon incluso le había dejado tomar la foto y escribir la carta!
"Trabajo hecho
NievesBlanca/SamAlAbbas,
Ha sido un placer"
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