𝟓𝟕 - 𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐢𝐳𝐨 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲

Draco se paseó por su habitación. Estaba enfadado. No lo dejaban salir. No tenía varita. Estaba atrapado.

Hacía dos días que habían aparecido aquí desde el castillo. Una vez que les llegó la noticia de que Potter estaba realmente vivo y había matado a Voldemort, su padre lo encerró directamente en su habitación como un prisionero.

-Es por tu propio bien. - siseó a través de la puerta. Su padre había puesto encantos mágicos adicionales en la puerta y las ventanas para que no pudiera atravesarlas con fuerza.

Draco estaba desesperado por encontrar a Rosie. No tenía ni idea de dónde estaría o incluso si estaba bien.

Potter lo había hecho de verdad. Pero no podía permitirse sentirse aliviado hasta que tuviera a Rosie en sus brazos de nuevo.

Dejó de pasearse cuando oyó las campanadas de la puerta principal. Saltó hacia la puerta de su habitación, pegando la oreja contra ella, desesperado por escuchar noticias.

Unos pasos ascendieron por las escaleras. Parecía más de una persona. Los pasos se hicieron más fuertes y Draco retrocedió de un salto al oír cómo se abría su puerta.

La puerta se abrió y su madre entró. Lo miró con severidad y respiró profundamente, como si se estuviera preparando para algo.

-Tienes un visitante.

Draco no podía creer lo que veían sus ojos cuando Potter se puso detrás de ella. Su expresión era seria.

-¿Qué...? - Draco tartamudeó. -¿Qué está pasando?

-Ella murió. - Potter dijo de forma rotunda. -Rosie murió.

No. Todo alrededor de Draco se inclinó. No. No puede ser. No Rosie. No su querida y dulce Rosie.

Draco se tambaleó. De repente no recordaba cómo mantenerse en pie y la habitación se balanceó cuando cayó de rodillas. El sonido de la sangre corriendo rugió en sus oídos. Sólo fue consciente de que Potter se acercaba a él. Le tendió algo en la mano.

Era el anillo de Draco. El anillo que le había dado a Rosie.

Draco lo cogió temblorosamente y lo apretó en la mano mientras intentaba desesperadamente evitar que las lágrimas cayeran.

Ella se había ido. Se había ido de verdad.

***

Dos días antes.

Harry estaba de pie con dos varitas en la mano, mirando el caparazón de su enemigo.

Voldemort estaba muerto, asesinado por su propia maldición de rebote.

Después de un momento de silencio, la celebración llenó el aire a su alrededor. No pudo ver por el feroz abrazo de Ron y Hermione.

Lo habían hecho.

Harry levantó la cabeza y escudriñó la multitud que lo aclamaba. Vio a Rosie ponerse de pie, con su rostro cansado brillando de alivio.

Y entonces se dio la vuelta y desapareció de la Sala.

Empujó a Ron y a Hermione a un lado y fue tras ella. Necesitaba darle las gracias, disculparse por haber sido siempre frío con ella. Necesitaba hacerle saber lo mucho que había significado para él su amistad a lo largo de los años.

Vio cómo ella corría hacia los cobardes que se llamaban a sí mismos mortífagos, que se retiraban.

No, Rosie. Su corazón martilleaba. Ella no podía ir tras él, no después de que él los eligiera a ellos. Él los eligió a ellos en lugar de a ella y, sin embargo, ella seguía corriendo detrás de él. La amable y gentil Rosie, que nunca podía ver lo malo en nadie.

Sus pies golpeaban el suelo mientras corría tras ella.

-¡Avada Kedavra!

Y entonces el corazón se le atascó en la garganta al ver que su cuerpo era arrojado al aire como una muñeca de trapo.

¡NO! ¡No podía morir por él! No por ese imbécil.

Los mortífagos se dispersaron y Harry vio su cuerpo desplomado en el suelo junto a una roca destrozada. Sus piernas no podían alcanzarla lo suficientemente rápido.

Se sumergió tirando de su cuerpo hacia él. Ella tenía los ojos cerrados, pero él notó, para su total alivio, el suave ascenso y descenso de su pecho.

Todavía estaba viva.

La maldición asesina no la había detectado.

***

-¿Draco?

Harry se estremeció.

-No, Rosie. Soy yo, Harry. - susurró mientras se inclinaba sobre la cama de hospital de Rosie. Llevaba casi dos días inconsciente.

La observó, con la confusión grabada en su rostro, para ver lo que le rodeaba.

-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Draco? - su voz se volvió de pánico cuando empezó a incorporarse, tirando de las sábanas que la ataban a la cama.

Harry le puso una mano en el hombro, tratando de calmarla.

-Está bien, Rosie. Estás bien. - la tranquilizó, pero en sus ojos seguía apareciendo una expresión de desconcierto. -Alguien te lanzó una maldición asesina, pero falló. Le dio a una roca que estaba a tu lado. La explosión te dejó inconsciente, pero te pondrás bien, te lo prometo.

-Harry ¿dónde esta Draco? Necesito ir con Draco.

-Se fue, ¿recuerdas? Volvió con ellos. - el puño de Harry se cerró. No podía entender por qué seguía preguntando por él después de lo que había hecho.

-¡Intentaba protegerme! Creíamos que estabas muerto, Harry. - las lágrimas llenaron sus ojos azules y el corazón de Harry se apretó. Se inclinó hacia delante y la abrazó mientras ella sollozaba en su hombro.

-Los Malfoy huyeron antes de que terminara la batalla, Rosie. - su voz era suave ahora, tratando de hacerla entender. -Él ya se había ido cuando tú fuiste tras él. Te dejó allí para salvar su propio pellejo.

-No, no. - ella sollozó. -No tuvo elección, Harry. Nunca la tuvo.

Harry no podía creer que ella siguiera defendiéndolo. ¿No podía ver que Malfoy no era más que un cobarde? Siempre se ponía en primer lugar, y sin embargo Rosie estaba dispuesta a morir por él.

Hubo un suave golpe en la puerta y Harry giró la cabeza, su corazón se calentó cuando Ginny entró.

-Siento inter-¡Oh Rosie! Está bien, no llores, todo va a estar bien a partir de ahora.

Ginny se acercó al otro lado de la cama y se encargó de consolar a Rosie de manos de Harry. Ginny miró a Harry interrogativamente mientras acariciaba el pelo de Rosie. Harry le habló de Malfoy y ambos intercambiaron miradas silenciosas.

-Sólo necesito estirar las piernas un rato. - le explicó Harry a Ginny mientras salía en silencio de la habitación.

La cabeza de Harry aún daba vueltas a los acontecimientos de las últimas cuarenta y ocho horas. Tenía muchas emociones, todas luchando por ser la dominante, y eso hacía que le doliera la cabeza. No sabía si sentirse eufórico o enfadado, feliz o triste. Sí, había derrotado a Voldemort, pero había sido a costa de muchas vidas inocentes.

Mientras reflexionaba, Harry se fijó en una mujer que le resultaba familiar. Ocultaba su pelo rubio bajo un mechón gris y miraba a su alrededor como si estuviera perdida. Era la madre de Draco.

Temblando de rabia, Harry se acercó a ella. No quería que viera a Rosie. No quería que la molestara.

Ella notó que Harry se acercaba y sus ojos se abrieron de par en par. No sabía si era por miedo.

-¿Qué estás haciendo aquí? - escupió. -¿No deberías estar ya huyendo con tu marido y tu querido hijo?

Ella se estremeció visiblemente, pero no replicó con ira.

-Se niega a venir. No hace más que preguntar por ella. - el disgusto en su rostro era evidente.

Harry no necesitó preguntar a quién se refería. -Ella no lo necesita. Está mejor sin él. Nunca va a estar mejor con él en su vida. - gruñó.

-Por una vez, Potter, estamos de acuerdo en algo. -ella lo fulminó con la mirada.

-Entonces, ¿por qué estás aquí? - él sólo la quería lo más lejos posible de Rosie.

-Iba a decirle que se alejara de mi hijo. Pero ahora... ahora tengo otro plan. Un plan mejor. Uno que asegurará que se vaya de aquí para siempre con nosotros.

Harry estaba escuchando.

***

nt; estoy chillando CHILLANDOOO 

LPM ROSIE  Y DRACO SOLO QUIEREN SER FELICESSS 😭😭😭😭😭

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