Tanaka&Muã


La joven de cabellera negra con aquella expresión taciturna iba caminando desinteresada por el pasillo de la institución Karasuno, con aquel sencillo uniforme con la chamarra de vestimenta deportiva de su hermano colgando y atada a su cintura. Muchas chicas se sentían molestas por ver como podían utilizar ropa de Sawamura Daichi, el guapo capitán del club de vóleibol.

Su desinterés la hacía parecer inocente, ingenua y distante a lo que sucedía a su alrededor pero al contrario estaba atenta a lo que decían de ella solo que no le daba una real importancia. Desde que sus días se habían minimizado sabía diferenciar cuales situaciones eran importantes y cuales no.

Muã Opakuevo, también conocida por pocas personas como hermana del mismo capitán, por ende, se justificaba la mala costumbre de tomar prestada su chamarra sin que el se diera cuenta, bueno, se dab cuenta al final del día.

—Sawamura-san...

La joven de ojos mieles tirando a cafe oscuro, despega la mirada del libro y enfoca su mirada en la voz, frunciendo levemente el ceño al tener que levantar la mirada hacia arriba.

—¿Asahi?... ¿Que pasa?

Seguía sin poder acostumbrarse al modo de añadir el "san, sempai" en los nombres o apellidos, era una costumbre que le llevaría años adoptar.

—¿Ya ha desayunado? —dijo el pelimarron que aveces era comparado por la misma con el parecido de un oso, uno de sus compañeros de clase.

Justamente en ese momento su estómago gruñe evidenciando la realidad de los hechos, el color suave de un suave palido en las mejillas da comienzo a la verguenza ajena.

—No. Pero ya iba hacia la cantina. ¿Por que?

—Si me permite acompañarla, no quiero que vaya a ser reprendida por Daichi. Además, hoy... Hoy me olvidé mi desayuno. —se acaricia la nuca nervioso Azumane Asahi.

—Hmp... Esta bien, solo porque tienes punto a tu favor. —hizo un pucherito tras aquella verguenza.

Siempre llevaba consigo una riñonera, por ello que utilizaba una chamarra para ocultarla de los curiosos. En ella estaba el dinero que su padre le había dado, junto a sus medicinas.

Se fija en su reloj rojo con negro, puesta en su muñeca.

—Vamos antes de que acabe.

—Si.

Ambos rapidamente y con paso tranquilo iban comentando su día entre comentarios acerca del libro que tenía en mano. Si bien, Asahi admitía que la literatura que la veía consumir por varias horas no era en un idioma conocido por él, sino que el título lo decía en español, cosa que le intrigó mucho cuando le preguntó como pronunciar, el título era "Capibara" una historia tierna, mágica y un poco cruel de su tierra natal, de una colección llamada: "Ecos y monte de arena" , de una tal Luisa Morenoa...o algo asi.

Por la portada se notaba de que animalito era, era una charla bastante tranquila y amena. Entre debates ni se dieron cuenta en que momento comieron sus alimentos ni en que momento se habían encaminado a las clases.

Asahi había conocido a Muã entre las tantas insistencias de Daichi, si, justamente el deseaba que sus amigos se llevaran bien con ella y la hicieran sentir en casa, aunque con Suga ya se notaba la comodidad pero conforme fue pasando el tiempo supo que algo en ella estiraba a cada uno a querer conocerla a pesar que al principio y bueno seguía siendo algo inexpresiva o distante. Daichi echaba como culpa al hecho de la perdida materna y el cambio de aires, pero la mirada de aquella chica daba más profundidad a esas ideas que parecía ser irrelevantes como para aplicarse al asunto dejando esto por terminado siempre cada vez que se sacaba el tema.

Muã Opakuevo, era respetada gracias a su postura tranquila, se esforzaba por comprender las clases sin perderse en el trayecto, los maeatros eran compasivos pero firmes con su enseñanza, y ella daba lucha por la misma. Aunque a veces se sobreesforzaba demasiado en estudiar para lograr pasar.

Por esola regañaba pero por su persistencia la admiraba, era una muy buena compañera, aunque el japones se le diera fatal en escribir pero de alguna manera se salía victoriosa al final de cada examen parcial o prueba sumativa de las materias.

Ժ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴

Aquel jueves fue diferente al de los demás, por ser día libre de sus clubes de literatura como de dibujo, Muã había logrado salir de la casa aquella tarde con dirección a la sección de voleibol, llevaba helado consigo.

Ya se haría una semana recien cumplida desde que Asahi se había peleado con un chico al cual mencionaban mucho pero nunca lo llegó a conocer, tal parece que era un libero o algo asi. Por ende, aprovechando el campo minado, la preocupación de Daichi sobre esos chicos había logrado que su padre dejara salir a buscarlo.

La excusa era llevar a compartir una torta helada, pero la condición había sido llevar a luriel por ende, este animalito albino la acompañaba tranquilo, cuidando de ella. Mientras que disfrutaba de un helado de uva.

—¿Crees que le demos una sorpresa, luriel?

—cokcok cocoik cok —dokea o cacarea el huron albino asintiendo nervioso.

Muã sonríe feliz y le acaricia la cabecita suavemente, una vez que llega a la cancha ingresa con los zapatos correctos, con solo verla Daichi se reune con ella.

Los chicos Suga, Ennoshita estaban con Tanaka llegando a encontrarse con algunas cosas para seguir con el entrenamiento. Aunque Tanaka como siempre se había adelantado para llegar pero escucha a daichi hablar con una voz femenina.

—Ahora di ah~ que quiero que pruebes este sabor.

—Uhm, ¿tanto te gusta que me lo quieres dar solo tu? ¿O temes que me lo coma todo de ti? —su capitan se escuchaba tranquilo y divertido, sorprendiendo a Tanaka.

—h-hey chicos, parece que Daichi esta con una fan, ¡está con una chica! —dice emocionado mientras hace señas pero se detiene en la puerta para observar y esconderse ansioso.


Suga se acerca para comprobar a que se refería su amigo pero al escuchar la voz sonríe suavemente, tan solo era la hermana de Daichi por ende para sacar del estupor a Ryu, lo empuja hasta salir del escondite.

Daichi los ve, pero en la forma que los encuentran todos podrían malinterpretar la situación ya que podrían considerar la acción de compartir cuchara como un beso indirecto. Pero como Ennoshita y Suga ya la conocían no lo hicieron, pero Tanaka se acercó a dejar en evidencia su envidia.

—¡NO VA SER! ¡E-ESTAS CON UNA CHICA! ¡T-TE HA DADO UN BESO INDIRECTO! AAAAH QUE ENVIDIAAAA....

Muã Opakuevo, termina la acción de invitar el helado a su hermano y siente perfectamente como su hurón se tensa por el ruido, por ende solo lo acaricia.

—Ah.. Tanaka lo estas malinterpretando todo. —suspira Daichi algo incomodo— ella es mi hermana, Sawamura Opakuevo Muã.

A Tanaka casi se le sale otro tercer ojo al escuchar aquello, tanto que observa curioso a ambos buscando algo parecido, el aura en el momento ambos parecía transmitir el mismo, el cabello era igual pero el rostro y color de piel como rasgos ya no.

—Es... No se parecen tanto. Además el nombre es distinto, ¿puedo salir con ella? —se aventura a decir, pero recibe un zape en la cabeza en la parte trasera. —¿P-pero porque me pegas suga!?

—Más respeto a tu sempai Tanaka. Tratala mejor —Suga sonríe tetricamente tranquilo.

—Daichi, Suga, tranquilos. No ha dicho nada malo. No siempre salir equivale a cita. ¿Verdad que quieres una salida de amigos, no? —pregunta tranquila mientras abraza a Daichi por la cintura, evitando que los celos protectores de hermano mayor llegaran al pobre chico, mientras un huron se enrozcaba entre ellos.

—pfff... —Tanto Ennoshita como Suga se aguantaban las ganas de reír por lo dicho.

—E-eh... —lagrimas querían salir por ver como la chica lo friendzoneaba pero al ver que ella no entendió quiso decir algo, por su orgullo dolido, pero Daichi lo mira serio, tragando saliva—¡S-si así es! ¡Solo le estaba ofreciendo mi amistad!

—¿Ven? Aunque... ¿Estas bien? ¿Quieres un poco de helado? Parece que quieres llorar y... Ups... P-perdon si te ofendí Kouhai-kun.

Muã enseguida pasó la torta helada a manos de Daichi quien con un poco de sorpresa lo agarra para luego ver como Luriel que estaba como bufanda se va con ella.

Aquellos ojos ambarinos observan preocupada y acercandose mucho al chico pelado para quitar las lágrimas, ocasionando que se escuchen gruñidos disconformes mientras Ryu se vuelve tomate.

—T-tranquila, estoy... Estoy bien
Muã-sempai.

La mirada preocupada cambia a una suave y tranquila, pero sin querer a Tanaka le da u sofoque de impresion al ver a la rata blanca bajar por sus brazos hacia el. Iba a gritar pero la mirada seria y de advertencia de la chica lo enmudeció.

—Él es mi mascota entrenada, mi mejor amiguito Luriel. Y estaríamos encantados de ser tua amigos. —sonríe dulcemente.

Logrando así como Tanaka se vuelva rojo y desmaye de tanta belleza. De lo que se estaba perdiendo Noya.

—¡Kouhai-kun!

Suga se alivia raramente al verla lejos de Tanaka, mientras que esta le pica el cuerpo para ver si lo mató o no con un palo.

—Tranquila Muã-san, sigue vivo.

—Pobre Kouhai, no quería matarlo de ternura en el primer día —dijo con un pucherito infantil, logrando asi sin querer ver como los otros mayores caían con derrame nasal, osea Suga y Ennoshita.

Daichi le anima a revivirlos con la torta, cosa que pone entusiasta y menos preocupada, por ende, fue así como todos terminaron siendo decorados los rostros con helado en la inconsciencia.

Siendo asi como aquel día simplemente había salido encontrado a quien mimar, quien se convertiria en su defensor, su pequeño kouhai y tambien con quien levantar los celos de Suga, su mejor amigo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top