Nishinoya Yu&Muã
Daichi y Suga, junto a la fémina acompañante iban llegando aún regañandola por el gran susto de antes. Estar internada por dos días, habían hecho poner tensos y preocupados a ambos, pero igual ya iban llegando a la cancha así que ya no tenían totalmente la atención de Muã ya que la misma había notado a la perfección la recepción hecha, por lo que parecía ser Nishinoya.
—¡Omg!
Pero enseguida Daichi como un hermano celoso y protector la cubrió, conociendo perfectamente a Nishinoya y su fetiche especial.
Kageyama esta sorprendido al igual que Hinata, pero este había dicho con demasiada emoción lo diminuto que era... Realmente media menos de 1,50 y aquello para Muã había sido llamado en su puro esplendor "cosita tierna" aunque para variar aquel día había logrado tener a su pequeño amiguito. Luriel, su hurón albino que iba escondido entre su chamarra y uniforme.
Muã se había enternecido, tal vez había errado en sus pensamiento pero seguía siendo kawai la estatura de aquel chico.
—¿Q-que pasa?
—Es la primera vez que veo a alguien de arriba desde que comencé las actividades del club.
Hinata estaba emocionado tanto que lloraba de felicidad. Y claro que la pelinegra sabía de la sensacion de sentirse una vez en sientos de momentos un rascacielos, claro encontrandose con personas mas pequeñas que ella misma.
—¡No es para llorar de la alegría! ¡Ademas no me estas mirando desde arriba!
De un momento a otro, Muã ya se encontraba tras de él. Emocionada.
—A lo mejor el no, pero yo si.
Nishinoya Yuu se quedó estático al sentir una caricia tan delicada y luego un pequeño revolver en su cabello percatandose de una chica de cabello negro, ojos miel, corte punk con la ultima sobre 1,64 mirandolo con mucha ternura y brillitos en los ojos pero su postura daba millones de sensaciones que le producían intimidación de todos los tipos.
Pero sus ojos se maravillaron al notar el uniforme femino lucir en ella, quedándose medio en las nubes. Que si no fuera por el saludo de su mejor amigo, no hubiera salido del estupor.
—¡Oh! Noya-san, Muã-sempai!
—Hey, Ryu.
El pequeñito había al fin nombrado en la cabeza de la femina presente con tal vez un poco al medio corto del nombre del susodicho. Colocándola más curiosa, inclusive Noya lo hacía ante el nombre curioso con aquel acento extraño al pronunciarlo.
—¡Nishinoya!
Comprendiendo mejor, que tal vez no era su nombre, sino su apellido. A veces odiaba confundirse con estas formalidades.
Fue saludado en general por el equipo. Hasta que Daichi empieza a caer en cuenta de la mirada aficionada de los nuevos y Muã.
—Es cierto, es la primera vez que lo ven. Él es Nishinoya, segundo año.
—Buenas. —saludan Hinata y kageyama por educación y entusiasmo.
—Hola. ¿Ustedes son de primer año? Tú, el que estaba haciendo los saques. Tú, el tipo alto que tiene la mirada de antipático.
—Ella también tiene una mirada que da miedo. Tks...
—¿Que yo que... Kageyama-san?
El aura de la chica tras Nishinoya había cambiado haciendo retroceder y tragar saliva a Kageyama. Pero para la buena gracia, Sugawara se acerca para calmarla con una suave sonrisa.
—Solo lo dijo en broma, Muã-san.
—Uhm, no sonó como una —la chica hizo un puchero cruzándose de brazos.
Logrando que Nishinoya riera por lo infantil que de repente su sempai se comportaba. Pero de igual manera llevó de nuevo su mirada a Kageyama y preguntó:
—¿De que escuela media vienes?
Seguía apuntándole con entusiasmo. Aunque Muã estuviese un poco acaparando el momento siempre había uno peor que ella.
—Kitagawa Daichi.
Para Muã todos los nombres en japones le sonaban a un idioma de ovni. Igual si estuviera viviendo o sabiendo ya del idioma. Daba todo a que lo mismo pasaría al hablar en guaraní, sin querer.
Aunque ya se había dado cuenta que su presencia junto a los de los demás habían quedado a segundo plano, pero no le molestaba, igual se mostraba interesada en ver la conversación tan amena.
—¿De verdad? Esa es una escuela poderosa. Ahora entiendo el por qué de tu saque. Durante la escuela Media, jugamos contra ustedes y perdimos 2 a 1.
Nishinoya era orgulloso de ser sincero, hablaba sin filtro muchas veces y también era algo lento o despistado en otras. Por eso de cierta manera, Daichi no sabía si había sido bueno que dejara pulular a su hermanastra alrededor de su compañero de voleibol.
—Y en ese tiempo, tus saques ya eran grandiosos.
—Que ruidoso. —dijo Daichi.
—Es ruidoso como siempre.—añadió Sugawara.
—No es ruidoso. Solo curioso. Aunque estamos en la época de estar entusiastas deben disfrutar de su energía, del espíritu de la juventud. —dijo sabiamente Muã mientras emanaba un aura de Santidad que de repente a Ryu se le dio por adorarla.
Aunque bueno, para ello tuvo que empujar a un lado a Sugawara. Quién lo miró con cierta disgusto.
—¿De qué escuela eras, Nishinoya-San? —pregunta Kageyama.
—Chidoriyama.
—Para estas alturas este país se parece mas al anime de Naruto. Mo~ Ryu~...Chidori no era un movimiento especial de Kakashi? —empezó a divagarse mientras era abrazada tan mimosamente.
Esa era la situacion mas normal para Muã, no le molestaba los abrazos mientras pudiera respirar los dejaba hacer todo sin problemas. Pero, Daichi era muy protector y ya estaba allí intentando despegar a Ryu como un bicho de ella.
—Es una escuela muy fuerte.
—Muã-sempai, usted es tan kawaii. Que podría comérmela~
—¿Qué dijiste Tanaka?
Tanaka tragó saliva y enseguida pidió ayuda a Sugawara pero este parecía tener el mismo aura lúgubre. Claro que la escena, para tres individuos pasaba totalmente desapercida.
—Y-yo...
—Oigan tranquilos, solo los helados se comen. Déjense de ser tan protectores. Ni que fuese la intocable, además también me se cuidar, sola.
Mientras tanto con Kageyama, Hinata y Nishinoya este estaba el primero le pregunto sorprendido:
—¿Porque viniste a Karasuno?
Los tres que iban pululando alrededor de Muã se tensaron ante la respuesta, uno mas que otro avergonzados por lo que venía. Pero la atención de la ojiambar volvía hacia el chico con mecha rubia en el cabello.
—¿Uh?
—¿Porque escuchaste que el emtrenador Ukai regresaría?—pregunta Kageyama curioso.
La mirada seria pero pensativo de Nishinoya parecía ser enigmático como si fuera a decir un discurso.
—No... Vine a Karasuno porque...
La luz parecía iluminarlo en ese momento, tipo la rosa de guadalupe con el vientito en esas novelas cliche.
—Me gusta el uniforme femenino. Intensamente.
Y fue alli cuando supieron que la perdieron. Porque Nishinoya parecía mirar como una luciérnaga hacia la luz que en este caso representaba Muã en ese mismo momento.
Ya que era la única por el momento que llevaba el uniforme femenino de Karasuno, quedando idolatrando con la mirada a su sempai.
—¿Ara~?
Y allí fue cuando ambos mundo se juntaron para comenzar canas tanto en Suga y Daichi como en los demás. Muã había visto aquel pensamiento algo pervertido pero Noya era perfecto para ser su...¡shota!
Pero cuando iba a ir para abrazarlo, y decirle lo que sus pensamientos dictaban, Shimizu llegó y raptó la absoluta atención de Nishinoya, siendo que este se arrojaba perfectamente hacia ella, pero para la mala suerte está le había dado una bofetada en el camino, desviandolo.
—Fu... Que suerte llegó Shimizu-San a cortar el rollo. —admitió aliviado Daichi.
Mientras Sugawara volvía a respirar con normalidad, pero sintieron el frío en el ambiente, y vieron en una esquina a Muã deprimida por no haber llegado a abrazar a su shota.
—Y ya se deprimió nuestra sempai. ¡Mira lo que haces Noya! —regañó Tanaka intentando volver a levantar el ánimo a Muã.
Pero ella estaba imaginándose todo lo que podría haber pasado su su mejor amiga no llegaba a pasar en ese mismo momento, con un pucherito y llorando muy dramáticamente.
Siendo así, la forma en que Nishinoya había conocido a su sempai y hermana mayor de su capitán. Muã Opakuevo.
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Hola! Espero que les haya gustado el oneshot, no podía dejar de lado a Noya. Así que aquí esta. ¡Gracias por sus vistas y apoyo como siempre!
¡NOS leemos pronto!
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