— ¿Entonces, es cierto que te irás? —

— Mi familia dice qué las vacaciones terminaron y debemos volver  —

— Tu no quieres irte —

— ¿Cómo lo sabes? —

— Jeje, te conozco d-a-r-l-i-n-g —

— ¡H...hey! —

— ¡Vamos dijiste que podía llamarte así! —

Se podía ver cómo dos pequeños niños jugaban en los columpios de un parque al atardecer, pronto las familias de ambos llegaron y antes de despedirse se tomaron por los dedos meñiques

— ¡Nos volveremos a ver! —

— ¿Puedes prometer eso? —

— ¡Si! ¡Ganaré mucho dinero y volveremos! —

Se despidieron con un abrazo y una promesa al terminar ese verano.

— ¡Nos vemos |=ו¶! —

— ¡Nos vemos Mugi! —

Así, el verano se fue y ambos prometieron algún día encontrarse, la promesa más grande hasta el momento en la vida de dos pequeños de 6 años