Luego de soltar unas cuantas lágrimas, Ji Sung se pegó más al mayor sin decir nada, quedando en un silencio absoluto. Aceptando el abrazo.

En esos momentos, Hyun Jin era a quien más necesitaba.

—¿Te encuentras mejor?—Preguntó en voz baja el mayor.

—Sí, ya no importa—Respondió, escondiendo su cabeza en el pecho de Hwang.

—No tiene derecho a tratarte así—Dijo, acariciando con cuidado los cabellos del contrario.

—Lo sé, pero ya da igual—Contestó, separándose un poco del castaño para mirarlo a los ojos.

Hyun Jin sonrió con ternura ante la mirada del menor y se puso a limpiar cuidadosamente los rastros de lágrimas que habían manchado las adorables mejillas del más bajo.

—Es bueno oírlo—Rió, tomándolo de la barbilla.

—¿Y sabes por qué ya no importa?—Preguntó, haciendo reír al mayor mientras que negaba.

—¿Por qué?—Preguntó.

—Porque estás aquí, apoyándome.

Hyun Jin sintió cómo su corazón empezó a latir a un ritmo acelerado ante lo que Ji Sung acababa de confesarle.

—Entonces, salgamos de aquí—Sugirió.

Ji Sung se quedó callado ante sus palabras, sin saber qué decir. Por otro lado, Hyun Jin ya no era capaz de detener sus acciones.

"Señor Secreto, no puedo hablar".

"Señor Secreto, no puedo parar".