El chico de labios gruesos tomó al de cabellos oscuros de la barbilla, mirándolo entretenido ante su notable sonrojo.

—Eres lindo cuando te sonrojas—Mencionó, el contrario lo miró con los ojos entrecerrados.

—No es verdad—Negó, volviendo a apartar su mirada ante un puchero del mayor.

—Sí, es verdad—Repitió.

Aunque no lo admitiera en voz alta, Han consideraba que Hwang era un chico bastante atractivo. Por unos cuantos minutos se quedó perdido en las bellas facciones del mayor.

Un cómodo silencio era lo que reinó en el lugar cuando se vieron fijamente a los ojos. Eso hasta que el sonido de unos pasos fuera del baño alertó al más bajo, abriéndo sus ojos preocupado.

—Tengo que irme—Dijo en voz baja.

—Está bien—Aceptó—Pero antes, quiero un beso.

—¿Qué? Estás loco—Negó rápidamente.

—¿Quieres quedarte aquí más tiempo?—Cuestionó, soltando una pequeña risa.

—¿Sabes qué? Olvida lo que dije—Pidió, uniendo sus labios con los del más alto.

Luego de unos cuantos segundos, el de grandes mejillas salió corriendo mientras el mayor salía del baño con una radiante sonrisa, ignorando las miradas curiosas que recibia por parte de algunas personas presentes en el pasillo.

"No te ponas nerviosa, sólo mírame".

"Tú, tú, tú, sólo mírame a los ojos".

"No dejes que nadie lo sepa,

mantén esto como un secreto".