Capítulo 3. Los conejos de King of Sheep

En las noticias de todos los hogares resonaba la noticia. "The King of Sheep ataca de nuevo", "destruye un edificio de 12 pisos", "la cabra más despiadada"

Chuuya había regresado a la base con Akutagawa, en su despacho personal podían quitarse las máscaras, se sonrieron entre ellos – perfecto, ya no tendrás competencias con ese edificio destruido

― Solo queda esa cafetería frente al parque

― Paso a paso, no quieres que sospechen de ti

― Si señor

― Ahora... hablemos de amor ¿te enamoraste?

― Algo... - trago saliva – algo así

― Cuéntame

― Es menor que yo

― Oh, oh ¿Qué tan menor?

― No lo sé aun, lleva uniforme de la preparatoria Bungo

― Hay por dios, debes cuidar tu imagen, como mafioso está bien que mates pero el empresario Akutagawa no debe salir con un menor de edad

― ¿y qué hago si ya me vuelve loco?

― Hablemos de eso luego, cuéntame más del chico

― Es un chico amable, sonriente. Su sonrisa es algo encantador Chuuya-san, sonríe y parece que te clava un par de cuchillos en el cuerpo para que lo ames

― Que descripción – menciono sirviéndose vino – continua

― Es amable con todos, incluyéndome, no teme de mí. Me mira con sonrisa e incluso se preocupa por mi

― Suena a todo un encanto – menciono recordando a su esposo

― ¿dije algo malo?

― No, recordaba lo atento que solía ser mi esposo. No te preocupes, continua.

― Chuuya-san ¿de verdad está bien?

― Mi esposo me aviso que está noche no volvería, tiene mucho trabajo en el bufete, creí que ayudándote podría pensar en algo más

― ¿tan mal va su matrimonio?

― No sé, no hablamos, y cuando hablamos peleamos. Necesito algo que me motive a ser lindo con él de nuevo pero él tampoco se esfuerza en nada

― ¿Por qué no recrea su primera cita?

― Ja – dijo bromista mientras se recargaba en su silla y terminaba su copa de vino – esa vez... fuimos a una feria, jugamos, y jugamos... y jugamos, y jugamos más, y más, y más – suspiro alegre – conseguí un estúpido collar – menciono nostálgico – el debió olvidarlo ya... fue nuestro primer objeto de novios.

― Chuuya-san, sé que es difícil, pero sé que usted todo lo logrará

― Lo sé – sonrió – feria

― ¿feria?

― Llévalo a la feria, jamás falla, pueden hablar sin estar incomodos y si llegan a estar incomodos entran a un juego. Pueden comer y divertirse. Nada les interrumpirá, yo me encargaré de la seguridad

― Se lo agradezco

― Solo avísame, créeme. Será genial, cómprale de todo, mímalo, crea una enredadera en su corazón, tapa sus ojos con tu cariño y jamás lo sueltes. Y si la venda comienza a soltarse... - miro su copa de vino – sería bueno... intentar recuperar el amarré

― Creo que hoy hará algo raro con su esposo

Chuuya sonrió – veremos que tanto logro atarlo de nuevo

― Gracias Chuuya-san

― Nos vemos otro día

― Gracias, nos vemos

― Avísame cuando será tu cita

― Si señor

El azabache se retiró y Chuuya se sirvió más vino - ¿aún le atraerá mi cuerpo? Jamás le volvió loco mi abdomen pero... Estoy más bueno hoy en día... - sonrió de sí mismo – intentémoslo ¿Por qué no? – Reacciono - ¡CIERTO NO ME DIJO SI ES MENOR O NO!

֍×֍

Atsushi esperaba el timbre de salida del lunes, se sentía culpable por enfermarse el fin de semana cuando todo se volvió loco común edificio derribado. Dazai no había parado de buscar a The King of Sheep, él también quería ayudar, se sentía derrotado por haberse enfermado del estómago en fin de semana, después de salir de clases, caminaba sin ánimos, todo lo que quería era ser digno para conocer a Chuuya y a la primera oportunidad se enferma. Siguió pensando en lo malo que estaba siendo su vida, cuando fue interrumpido – Atsushi – escucho su nombre, alzo la mirada para ver a aquel chico.

Vestía de traje negro bastante elegante, su cabello peinado hacia atrás, enderezo su espalda avergonzado e intento verse no tan mal – A-Akutagawa-san, buena tarde

― ¿te ocurre algo?

― ¿Qué? ¿eh? N-no... pensaba

― ¿quieres entrar?

― ¿eh?

Atsushi miro a su lado, estaba frente a la cafetería, trago saliva – no, no... Debo hacer tarea

― No te quita nada entrar a tomar un café conmigo ¿no?

― Pu-pues no...

― Adelante, invito yo

― Gra-gracias

Atsushi entro a la cafetería al lado del azabache. Se sentaron en una mesa para dos, una que casualmente estaba más decorada que las demás, el azabache dijo el tímido "lo de siempre para ambos, y agrega una rebanada de pastel de chocolate con fresas" Atsushi se sentó frente a él. Estaba nervioso por aquel hombre de tanta confianza – entonces... - empezó a hablar el albino pero fue interrumpido

― Hay algo que quiero preguntarte Atsushi

― S-si

― ¿Qué edad tienes?

― Oh... ¡OH! Te-tengo 17 años, falta poco para mi cumpleaños

― ¿en verdad?

― Si

― El mío está cerca

― ¿en serio? ¿Cuándo es?

― Esté fin de semana, 01 de Marzo

― ¿e-en serio?

― Me encantaría ir al parque de diversiones, tengo mucho tiempo sin ir ¿te gustaría acompañarme?

― N-no lo sé, qui-quiero decir... us-usted debe tener muchas amistades

― Hay muchos a mi alrededor, pero solo quiero pasar el día contigo, Atsushi

El albino se puso completamente rojo, el café y la rebanada de pastel llegaron. El mesero se retiró y el albino tomo su cuchara – Akutagawa-san, lo acompañaré el fin de semana. – declaro el albino – pero no tengo nada para ofrecerle.

― Me basta con tu compañía. – le sonrió ligeramente – cuando eres alguien como yo no sabes quién es realmente tu amigo o no, a ti eso no te interesa, y eso a mí me interesa

El albino volvió a sonrojarse, sonrió. Tomo un poco de pastel con su cuchara y le dio una probada – está delicioso.

― Le diré al chef – expreso alegre. Atsushi tomo otro pedazo y lo acerco al azabache - ¿qu-que?

― Es agradecimiento, coma.

El azabache estaba sonrojado, tomo la cuchara con su boca y el albino sonrió. – Es perfecto – menciono haciendo al azabache sentirse nervioso. Miro a otro lado mientras revisaba unos papeles. Atsushi siguió comiendo del pastel – justo como dijo Dazai-san – pensó el albino. – lo tengo para mí...

֍×֍

Dos horas después Atsushi llego a la agencia, esquivo a Kunikida y subió a las oficinas, Dazai revisaba unos papeles cuando Atsushi apareció a su lado haciéndolo saltar – santa madre de Papantla tus hijos vuelan – expreso el castaño recuperando el aliento – Atsushi-kun, deja de actuar tan silencioso

― Perdón, llegue tarde y no quiero que Kunikida-san me encuentre

― Cada vez eres mejor eh, sigue así y te subirán a oficinas

― Dazai-san, tengo una cita

― ¡¿Qué?! ¿Cuándo? ¿desde cuándo?

― Le pedí consejos ¿lo olvida?

― Oh sí, estoy concentrado con lo de the King of Sheep

― Disculpe que me enfermará

― Pequeño, ya te he dicho, no puedes evitarlo pero

― Entonces ¿puedo ir el fin de semana con él?

― Pídele permiso a Kunikida-kun

― Pero Dazai-san, Kunikida-san me dirá que no

― No puedo hacer nada si el no da su permiso, el lleva los registros

― Dazai-saaaan ayudemeeee

― De acuerdo, de acuerdo... vamos juntos a hablar con él

― ¡Oh sí!

Así fue como ambos llegaron a la oficina de Kunikida, el rubio estaba concentrado en unos papeles, los dos se asomaron por debajo del escritorio – Kunikida-san/kun...

― No

― Pero Kunikida-san, no le he dicho nada

― Es un no

― Kunikida-kun escucha al niño

― No

― KUNIKIDA-SAN POR FAVOR, NECESITO IR A LA BIBLIOTECA A HACER UN TRABAJO CON COMPAÑEROS

― Oh – el rubio miro al albino - ¿sí?

Atsushi movió los ojos, Dazai sonrió – sí, sí pero yo le dije que lo necesito el fin de semana

― Por favor Kunikida-san

― De acuerdo, yo te cubro

El albino y el castaño se inclinaron, salieron de la oficina del rubio y chocaron los cincos - ¡lo hicimos!

― ¡lo hicimos!

― ¡yeeeey!

― ¿con quién iras a tu cita?

― No le diré, no aun

― Pero Atsushi-kuuun, no puedo dejar que mi bebe se vaya solito, te seguiré

― ¿Qué? No, no, no, no. Dazai-san puedo cuidarme solo

― Vamos Atsushi-kun, eres mi responsabilidad

― ¿y quién distraerá a Kunikida-san?

― Pues eso... Oye – le miro serio – pequeño, estas aprendiendo bien de mi

― ¿significa que puedo conocer a Chuuya?

― Después, preocúpate por tu cita ahora

― Si Dazai-san...

La semana siguió tranquila aunque Dazai se concentraba más y más en The King of Sheep, precisamente ese año estaba tan desastroso y Dazai le desesperaba no capturarlo. Entre la desesperación del equipo por capturar al mafioso.

El fin de semana llego. Atsushi despertó en la sala de habitaciones de la agencia, era una unidad secreta bajo tierra, las puertas se abrían solo por sensor que reconocía, sus huellas digitales. Atsushi se estiro en su cama, miro su reloj que estaba al lado de una foto de Dazai y Chuuya. Había sido un regalo del castaño cuando llego a Yokohama. Sonrió al retrato – buenos días – dijo alegre – hoy es un nuevo día para ser mejor Chuuya – tomo el retrato – estoy seguro que pronto te conoceré...

Dejo el retrato y salió alegre de su cama hacia las regaderas, tallaba su cabello con shampoo neutro, y dejo el agua caer en su cabeza, fue allí cuando pensó - ¿debería ponerme algún perfume? – se cuestionó. Kunikida entro a las regaderas y Atsushi sonrió - ¡Kunikida-san!

― ¿Qué sucede? – cuestiono el rubio quitándose los lentes

― Kunikida-san, ya que tengo que ir con amigos, ¿Cómo debería vestirme?

― Solo harás tarea

― Pero usted siempre dice que debo lucir presentable

― Aún recuerdo cuando no querías ni bañarte, ahora mírate todo desnudo aquí

Atsushi cubrió su cuerpo – Kunikida-san – se quejó avergonzado.

― Ve a mi habitación, allí encontrarás una fragancia de flor de gardenia

― ¿huele rico?

― Definitivamente

― ¡de acuerdo!

― Y otra cosa

― ¿sí?

― Ve con Yosano-sensei, o con Lucy y pídeles crema corporal

― ¡de acuerdo!

Atsushi volvió a su regadera para terminar de enjuagar su cuerpo, después de ello salió casi corriendo, Kunikida lo miro - ¡PONTE UNA TOALLA NAKAJIMA! – le grito. Atsushi volvió por la toalla y le sonrió. Volvió a correr por los pasillos – Ese chico me va a sacar de quicio. – dijo a sí mismo. Suspiro profundo – ira a su primera cita... ¿tan estricto soy para que no me diga que es una cita? – Se quejó consigo mismo – soy más su padre que ese inútil de Dazai.

Por su parte, Atsushi había ido a la habitación de Kunikida tomando la fragancia, y después fue con Lucy - ¡LUCY! – la pelirroja lo miro y suspiro

― ¿se puede saber por qué vienes a mi habitación en toalla?

― ¡Tengo una cita! Y pensaba que podías prestarme crema

― ¿una cita? ¡¿POR QUE NO LO DIJISTE ANTES?!

Lucy tomo por los hombros al menor – vas a ver qué lindo vas a quedar ¿Qué ropa te pondrás? ¿A dónde vas?

― Mis jeans negros y una camisa, vamos a la feria

― Cambia la camisa por una sudadera, y unas botas

― ¡Oki!

Lucy sentó al albino en su silla, comenzó poniéndole una crema exfoliante en su rostro y crema humectante en su cuerpo – Lucy...

― No hables, solo quédate callado y déjame hacer esto, que emocionante – menciono alegre

Atsushi sonrió, no podía esperar menos de su mejor y única amiga. Después de la crema exfoliante, fueron juntos al baño a lavarse, Kunikida los vio pasar con el albino aun en toalla y suspiro agotado, no planeaba decir nada ya. Lavo su cara y luego fueron a la habitación del albino. – Apresúrate a vestirte – se quejó Lucy de espaldas al albino.

― No me apures así – menciono con el bóxer puesto y subiéndose el jeans. - ¿crees que esto sea necesario?

― ¿quieres conquistarlo?

― Sip

― Entonces hazme caso

― ¿Qué sudadera me pongo?

― ¿ya te pusiste el pantalón?

― Si

Lucy se giró, miro las sudaderas del albino y tomo la de color mostaza – está y tus botas beige

― ¡de acuerdo!

Atsushi se puso la sudadera, Lucy metió sus manos poniéndole perfume. El albino se sonrojo aunque ya sabía cómo era Lucy, después de eso, le puso una mascarilla y ambos se acostaron en la cama del albino a dejar pasar unos minutos – cuéntame ¿Cómo es?

― Es un chico

― Perfecto, no te preocupas por hijos

― Lucy...

― Solo continua

― Bueno, es un chico amable, siempre está siendo muy cortes conmigo

― ¿Qué tanto?

― Muchísimo, atiende un café, la verdad me pareció extraño porque de buenas a primera tiene cara de chico malo, pero es todo un amor de persona, no sé, me encanta

― Esperemos que no sea un chico malo

― Para nada, lo investigue

― ¿en verdad?

― Sip, es un chico que creció con pocas cosas pero recibió de herencia el café y una empresa. Así que investigue las empresas

― ¿es malo?

― Es una empresa de productos de belleza, tres cafeterías y una fundación para los niños abandonados

― Suena todo un partido

― ¿tú crees?

― ¿Y? ¿su edad?

― E-eso...

― Atsushi...

― Ti-tiene 20, los cumple hoy

― Nakajima Atsushi, vas a salir con un mayor de edad

― Hay Lucy, yo cumpliré 18 en dos meses, ¿Qué tiene?

― No, nada – menciono mirando sus uñas – yo te cubro

― Gracias

― Pero nada de tener sexo con él hasta que tengas 18

― ¡oye!

― ¿Qué? Me toca cuidar del menor de la familia de agentes ¿o qué? ¿quieres que le diga a Kunikida que saldrás con un mayor de edad?

― N-no

― ¿y a Dazai?

― ¡menos! Le podría decir a Chuuya

― Entonces compórtese señorito

Atsushi se cruzó de brazos y Lucy tomo la mascarilla – hora de salir – dijo sonriente - ¿te llevo?

Atsushi sonrió, su piel se sentía suave y estaba listo para su salida - ¡por favor!

Salieron de la base secreta de la agencia en el auto de Lucy, la pelirroja conducía por las calles de Yokohama con el albino de copiloto – muy bien Atsushi ¿vas a querer que venga por ti?

― No lo sé, te envió mensaje

― Perfecto, ¿en caso de emergencia?

― Actuó natural, no revelo nada de mí y si es un ataque terrorista llamo a la agencia sin hacer nada peligroso.

― Correcto. Tu identidad es tan importante como el de todos nosotros

― Sip – dijo el albino sonriente

― Y por último, diviértete, pásala bien y recuerda, nada de sexo

― ¡Lucy! – se quejó el albino

― Solo cuido tu seguridad hasta tus 18 ¿ok? Si Dazai se entera que lo haces antes seguro nos mata

― Pero Dazai-san fue quien me enseño todo sobre relaciones sexuales

― Enseñado o no, es una advertencia. Ese chico podrá ser toda dulzura pero no sabes lo que quiere, quizá solo quiere un acoston y adiós.

― Él no es así – se quejó el albino – es la persona más pura que he conocido...

Mientras tanto, en la base de la mafia, un tipo escupía sangre, el azabache miro al pelinaranja quien llevaba su mascará – no dirá nada, mejor retírate. Tienes planes

― De acuerdo – menciono el azabache sonriente – The King of Sheep ¿me acompañará?

― Claro, que se pudra en su sangre.

― Dejaré sueltas a las ratas

― Bien pensado.

Ambos chicos salieron de la habitación de tortura, por fin podían quitarse sus máscaras, entraron ambos a unas regaderas especiales – entonces ¿hoy es tu cita?

― Si, lo convencí porque es mi cumpleaños

― Buena estrategia ¿crees que te regale algo?

― Dijo que no podía darme nada

― Pues sí, es un menor, debe vivir con sus padres

― De hecho, no lo sé

― ¿Cómo qué no? ¿no lo has investigado?

― En su registro solo hay una dirección de departamentos, su tutor se llama Nakajima Oda pero no circula en la base de datos.

― Sospechoso ¿y la escuela?

― Estudio en casa hasta estos últimos años, entro directo a bachillerato

― O sea que es un niño inteligente

― Pues si

― Probablemente su padre sea algún científico, esos se mantienen en anonimato a nuestra base de datos, ¿le preguntaste a Kaiji?

― No, ¿debería?

― No, ¿Qué daño puede hacer un niño así de lindo? – se quejó Chuuya

― Tiene razón. Solo disfrutaré hoy.

Salió de la regadera y tomo su ropa, era una casual, no la que traía antes. Se colocó los jeans negros, un cuello de tortuga blanco y un abrigo largo – que elegancia la de Francia – dijo Chuuya poniéndose su pantalón gris de vestir

― ¿el respetable abogado va a su casa?

― Si, Dazai dijo que no iba a estar, tiene trabajo

― De tu esposo no me sorprende

― Cállate – menciono molesto - ¿y si te sigo?

― No, no quiero tenerlo respirando mi cuello en mi cita

― Aguafiestas – dijo poniéndose la camisa y corbata – feliz cumpleaños – dijo sonriente

― Gracias jefe.

Chuuya saco de su bolsillo un pañuelo negro y se lo dio - ¿esto?

― Regalo de cumpleaños

― ¿un pañuelo?

― Uno jamás sabe cuándo vendría bien un pañuelo, seca lagrimas o amordaza a alguien, tú eliges

― Gracias jefe

― Disfruta tu cumpleaños

― Y usted no me siga por favor

― Ya veremos

Akutagawa salió de la base en un auto, había llegado rápido a su destino, así que se quedó a esperar al albino, en realidad, vio desde su retrovisor el auto blanco, al albino y a la pelirroja, no podía escuchar que decían pero el albino se despedía de ella bajando del auto, miro la entrada y fue directo a ella. La pelirroja sonrió viendo al chico. Tomo su celular y se alejó del lugar mientras atendía su llamada, el azabache vio todo aquello y suspiro. Tomo sus cosas, bajo de su auto y fue hacia la entrada, Atsushi miraba a los lados buscándolo hasta que el azabache llego y toco su hombro - ¿esperabas a alguien chico lindo?

Atsushi dio un pequeño salto y le miro molesto, luego vio que era el azabache y sonrió – Akutagawa-san casi le insulto

― Me alegra saber que no te dejas de cualquiera

― Fe-Feliz cumpleaños – dijo con una pequeña cajita en sus manos

― ¿para mí? – Atsushi asintió repetidas veces. El azabache sonrió – gracias – miro al albino - ¿puedo abrirlo?

― S-si gusta... N-no es gran cosa...

El azabache guardo la pequeña caja - ¿no lo verá?

― Más tarde, quiero que sea especial

― Pe-pero no es la gran cosa

― Cualquier cosa que tú me des, es la gran cosa – pronuncio coqueto. Atsushi se sonrojo. El azabache saco dos boletos de sus bolsillos - ¿vamos?

― ¡S-si!




...

¡Gracias por leer!

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