Capítulo 1. Café en mi abrigo

Era un típico día para el joven albino de 16 años, esperando desde su asiento de la escuela a que el timbre sonará para ser liberado de sus obligatorias clases. Miraba por la ventana a la nada, tenía un propósito en mente: Ser el mejor detective de todos los tiempos y llenar de orgullo a su segundo padre adoptivo, Nakahara Chuuya. Aunque todavía no lo conocía en persona, el albino heterocromático no baja sus expectativas. Su celular comenzó a vibrar, sacándolo de sus pensamientos, el albino miro el dispositivo que contenía un mensaje de su compañera.

[Cuando salgas de la escuela ¡Tráeme un café!]

Suspiro cansado, Lucy siempre le hacía lo mismo. De por si tenía un tiempo justo para salir de la escuela y llegar a las oficinas donde trabajaba como asistente del mejor detective de todos, Osamu Dazai, y padre adoptivo hace ya algunos años. Le agradecía su nueva vida, su libertad y sus ahora buenos amigos. Kenji fue quien se acercó al albino – Nakajima-san, mañana es fin de semana, ¿te gustaría ir con nosotros al karaoke? – cuestiono. Atsushi miro a sus compañeros, eran los hermanos Tanizaki y Miyazawa. Atsushi inclino su cabeza

― lo siento, debo ir a trabajar

Fue salvado de múltiples preguntas cuando la campana sonó. Atsushi tomo su mochila – lo lamento, nos vemos el lunes. – con la frase en la boca y la mochila en su espalda se retiró del salón, iba a paso rápido, no quería recibir el regaño de Kunikida por llegar tarde, y aun así, debía pasar por el café de Lucy.

Siguió su camino normal hasta las oficinas de la agencia armada de detectives, miraba a los lados buscando un café o simplemente se reportaría con Kunikida y volvería a salir por el café, para su buena suerte encontró uno sobre un callejón, tenía una fachada burgués, entró más que nada por lo curioso. Solía vivir en las vegas por lo que conocía cafés extravagantes pero en Yokohama era el primero que conocía así. Llego directo a la barra – buenas tardes joven

― Hola, buena tarde – respondió el albino – podría darme un café americano y un moka helado. Para llevar por favor

― En un momento estará su orden, serían 1200 JPY

Pagó el café, mientras tanto sus cafés eran preparados, realmente tardo más el Moka. Tomo ambos en una bandeja de cartón y se dispuso a retirarse, la verdad no notó el movimiento de los trabajadores, el solo termino de tomar su café y se dirigió a la puerta de salida pero fue interrumpido por un ligero choque.

Si hablamos de culpas, es la del azabache frente a él quien caminaba como si nada mientras el albino llevaba cuidado por el café americano reciente, sin mencionar que el azabache había entrado prepotente y regañando al personal.

El personal que por cierto, estaba inmóvil sin saber qué hacer, mientras que el albino agradecía inmensamente que el contrario llevaba un abrigo grueso – Lo lamento tanto, ¿llegó a quemarse? Debe usar agua fría y

― No me queme, el abrigo – le interrumpió respondiendo frio y cortante

― Uff – dijo aliviado – que suerte que está bien, vendré mañana por la factura de la tintorería, con permiso.

Los trabajadores estabas nerviosos pero el albino le sonreía, el azabache estaba algo sorprendido, jamás le habían sonreído de tal forma, sin miedo ni prejuicios.

Cuando lo mancho de café quería matarlo, ahora solo quería preservar su sonrisa. - ¿no tienes un contacto?

― Vendré mañana – dijo el albino comenzando a retirarse

― Pero

― Lo lamento tengo prisa. – dijo saliendo del lugar.

Y así el chico albino desapareció aquel día.

El azabache giro sobre sus pies, y miro a los trabajadores con su mala cara, todos volvieron a trabajar, salió de allí y subió a su auto, allí condujeron hasta las afueras de la ciudad, volvió a bajar y se metió entre callejones, entre uno y otro, giro y un revés, llego a la base secreta de la Mafia. – Akutagawa, ¿Qué le paso a tu abrigo nuevo? – cuestiono su jefe

― Un encuentro con el destino – expuso serio.

Se sentó en su oficina, encendió su computadora y se dispuso a investigar, quería saber quién era aquel chico. Ordeno a su secretaria Higuchi buscar también usando las cámaras de seguridad de la ciudad, pero no obtuvo nada de información.

Ese día, Atsushi llego justo a tiempo a las oficinas, dejo el café para Lucy y fue bebiendo de su Moka hasta su oficina, junto a la de Dazai. El castaño lo miro y sonrió – Atsushi-kun ¿Qué tal tu día de clases? – pregunto mientras el albino le acercaba el vaso

― Fue normal, hoy... me invitaron a salir al karaoke

― Deberías ir – menciono para tomar un sorbo del Moka – Entraste a la escuela en año pasado y aun no haces amigos

― Pero... si voy, y ¿si bajo mis calificaciones? Chuuya no me querrá, usted dijo que iría a la escuela solo para enorgullecer a Chuuya

― Atsushi-kun, te he dicho que Chuuya te querrá, seas tonto o no

― Entonces ¿Por qué todavía no puedo conocerlo? – se quejó y el castaño le devolvió el Moka

― Tenemos mucho trabajo, lo sabes

― Pero... ¿entonces por qué me sugiere salir?

― No digo que te pierdas, solo sal unos minutos con alguien, distráete. Quien sabe, podría ser amor ¿no crees?

Atsushi bebió del Moka con ligera molestia, a veces no entendía al castaño. El castaño volvió a esconderse en su escritorio mientras el albino fue al suyo, encendió su laptop y busco el café en redes sociales – Que raro... No hay nada – suspiro – quería calificar el lugar, es rico.

― ¡Mocoso! – grito Kunikida

― ¿s-si? Kunikida-san

― ¿Dónde estuviste? ¿ya hiciste tu práctica de tiro? ¿Por qué sigues en oficinas? Aun no puedes subir, debes terminar tu entrenamiento físico, te falta mucho para ascender a cinta negra, que fueras del circo no te va a ayudar en nada – gritaba el rubio. Atsushi trago saliva.

― Llegue temprano

― Llego temprano

El rubio tomo el moka del escritorio del albino - ¿en serio?

― Bu-bueno fui por café para Lucy y compre un Moka

― Delicioso por cierto

― ¡Cállate Dazai!

― Lo siento Atsushi-kun, estás solo.

― Atsushi, sabes que no debes andar solo, la mafia está en todas partes y debemos estar alertas

― Lo sé Kunikida-san, solo quería un Moka

― Oye, Kunikida-kun, no molestes al niño, acaba de llegar

― Dazai, tú lo malcrías demasiado

― Solo digo que Atsushi-kun tiene 16 años, déjalo salir con sus amigos

― Ah, la nota – expreso el albino

― ¿Qué nota? – pregunto Kunikida

― Bueno... ca-casi quemo a alguien con el café americano de Lucy-san

Kunikida suspiro agotado. – haré un cheque

― Gra-gracias

La tarde continuo igual, día a día era igual, aunque agradecía en grande tener a la agencia con él, ese día subió a lo más alto de las oficinas, el viento soplaba, y solo podía ver las luces de la ciudad bajo de él. A su lado, llego el castaño – Atsushi-kun...

― Dazai-san... Todo lo que quiero es jugar con Chuuya...

― Lo lamento, solo... Espera un poco más – menciono nostálgico – solo... debemos arreglar unas cosas. Por favor

― Esperaré... - suspiro mirando a la ciudad – Yokohama es hermoso

― Igual que tu corazón Atsushi-kun

― Dazai-san... ¿encontraré a ese amor que sonría como usted?

Dazai suspiro, miro a la ciudad, oscura y ligeramente iluminada – espero que si... Espero que sí.

֍×֍

Al día siguiente, el azabache llego a la cafetería desde temprano, tenía a los empleados nerviosos, pues se sentó y no se movió de allí, había llevado una Tablet donde estaba haciendo su trabajo, desayuno, almorzó, comió y ceno allí. Su paciencia tenía un límite y estaba llegando a ella, cuando en pleno atardecer el albino llego. Tomo a uno de los meseros de su brazo y esté nervioso le miro – Quiero que lo traten como rey – ordeno el azabache. El mesero trago saliva y asintió.

Atsushi iba hacia la barra cuando el mesero llego a él – di-disculpe, ¿en qué puedo atenderlo?

― Ah, ayer vine en la tarde, por accidente regué café en un señor y

― ¡ah! Sí, mi jefe

― ¿es tu jefe?

― Si... ha estado aquí todo el día – le señalo. El albino sonrió

― Muchas gracias

Atsushi fue hacia el azabache y el mesero se persigno – que dios te acompañe chico.

El albino llego hasta el azabache y con sonrisa en su rostro le hablo – buena tarde señor

― ¿señor? – cuestiono molesto y le miro

― Ah, es que como es dueño de aquí, y ese abrigo que llevaba, se ve mayor...

― No soy tan mayor – se quejó el azabache - ¿Qué necesitas?

― Ayer ensucie su abrigo, traje un cheque

― ¿cheque?

― Sip – dejo el cheque en la mesa – espero sea suficiente.

El azabache miro la cantidad, eso no pagaba la tintorería de él si no una cualquiera, el albino se inclinó y se retiró – espera, ¿A dónde vas?

― A mi casa

― ¿solo viniste por eso?

― Sí señor, volveré el lunes por la nota de la tintorería

― Eso no importa, tire el abrigo

― ¿Qué? Pero no puedo pagarlo

― No te preocupes

― Pero...

― Mejor... Toma una taza conmigo

― ¿u-una taza?

― Ayer llevabas un americano ¿no?

― Me gusta el Moka

El azabache le señalo el asiento frente a él, el albino se sentó y el azabache cerró su Tablet. El mesero se acercó - ¿señor?

― Trae un Moka helado para el chico

― De a-acuerdo

― Gracias señor, usted es muy amable

― Para empezar, mi nombre es Akutagawa, ¿Cuál es tu nombre?

― Ah – le sonrió amplio. – soy Atsushi, Nakajima Atsushi.

Atsushi y Akutagawa hablaron por horas, hasta que el albino tuvo que irse, el azabache estaba impaciente por volver a verlo.

֍×֍

Al día siguiente, Atsushi volvió al café, solo iría por un Moka y un Capuchino, le tocaba entrenamiento con Dazai. En cuanto piso la cafetería, los empleados informaron al azabache, y en lo que el albino esperaba sus cafés, el azabache llego, justo cuando el albino pagaba, se la acerco, el albino iba a resbalar y el mayor aprovecho para tomarlo de la cintura – ten cuidado

― ¡ah! Akutagawa – dijo alegre – muchas gracias

― No hay de que – menciono cortes - ¿ya te vas?

― Sí, tengo practica hoy

― Entiendo, diviértete

― Gracias

El albino sonrió y se retiró, el mesero le miro – jefe ¿le gusta el chico?

― Cállate, ya te dije, es un rey en la cafetería

― Sí señor.

Atsushi seguía frecuentando la cafetería, el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes estaba en clases cuando Kenji se le acerco – Nakajima-san, últimamente te vez más alegre

― Es que hice un buen amigo

― ¿de verdad?

― Sí, es un lugar rico – Atsushi pensó un momento – Kenji-san ¿te gustaría ir conmigo?

― ¿eh? ¿en serio? – le sonrió amplio – sí, claro.

Atsushi y Kenji fue a la cafetería, el azabache ya lo esperaba en la mesa de siempre, cuando lo vio llegar con el joven rubio, apretó su Tablet y respiro profundo – llevan el mismo uniforme, deben ser solo compañeros – se dijo a sí mismo y respiro profundo. Atsushi pudo verlo y se acerco

― Akutagawa, buena tarde

― Hola Atsushi. ¿Qué tal tu día?

― Genial

― ¿Quién es? ¿el chico del que hablaste? ¿es tu buen amigo? – pregunto Kenji y el albino se sonrojo

― Sí, es el. Akutagawa, te presento a mi amigo Kenji Miyazawa, Kenji-san, él es Akutagawa.

― Es un placer

― Lo mismo, bienvenido

― ¿bienvenido?

― Akutagawa es el dueño del lugar

― Vaya, que honor, muchas gracias Akutagawa-san

― Tomaremos nuestro café – dijo el albino

― Claro, adelante

El rubio y el albino se retiraron, el azabache se sonrojo y sonrió – ha hablado de mi... Soy su gran amigo... - se dijo así mismo el azabache. Su celular sonó, sabía que significaba, llamo a sus empleados pidiendo que vigilen al albino, se acercó a la mesa del albino – Atsushi, debo atender negocios, espero lo disfruten

― Gracias Akutagawa

― Gracias.

El azabache se fue retirando, Atsushi se sonrojo, se levantó y fue con el azabache – Akutagawa

― ¿sí?

― Qu-que le vaya bien – menciono

― Claro, gracias.

Aun sonrojado, tomo la manga del azabache y le jalo ligeramente, beso su mejilla y regreso con Kenji rápidamente, el azabache sonrojado, tosió ligeramente y con ello se retiró.

֍×֍

Atsushi había llegado por la tarde a la oficina de Dazai para reportarse, Kunikida le gritaba y regañaba pero el albino se sentó en un banco y dejo su cabeza en la mesa, Dazai le miro confundido, se sentó en su silla y puso su cabeza en la mesa para mirar la cara del albino – Atsushi-kun ¿Qué ocurre?

― Dazai-san ¿Cómo se le declaro a su esposo?

― Esa es una larga historia romántica

― ¿puede contarme?

― ¿estás enamorado?

― N-No, solo quiero saber

― ¡¿MOCOSO ME ESTAS ESCUCHANDO?!

― Perdón Kunikida-san, no escuche nada

― ES EL COLMO, DAZAI TE CONSIENTE DEMASIADO

― Kunikida-kun ¿Por qué no me dejas esto a mi hoy? Por favor

― Dazai, si sigues consintiéndolo

― No lo haré, lo juro. Por favor, déjamelo a mi

Kunikida chasqueo la lengua y se retiró. Dazai volvió a acostarse para mirar al albino - ¿quieres que te cuente como paso con Chuuya?

― Si por favor, cuénteme como enamoro a Chuuya

― Es una linda historia... - dijo nostálgico – recordarla ahora... Hace parecer que fue hace mil años, tan lejana al ahora...

― Dazai-san ¿está bien?

― Sí, estoy bien. Te contaré... Mira todo empezó...


֍×֍

Eran varios años atrás, cuando Dazai y Chuuya estaban en los últimos años de preparatoria. En el mismo salón y también en su peor momento. Chuuya abrió la puerta de golpe - ¡OSAMU DAZAI! – grito. El castaño solo dormía en su asiento, se levantó por el grito aun con la baba en su boca

― ¿Qué? ¿Qué? – pregunto confundido.

Chuuya se sentó en la mesa - ¿tienes baba? – señalo su labio – aquí

Dazai se tallo su boca y miro a Chuuya - ¿Qu-Que ocurre?

― Tenemos un proyecto juntos

― ¿en serio?

― ¿te dormiste toda la clase? Que imbécil – se quejó - Si, así es – arreglo su cabello para pasar su fleco hacia atrás – deberías ir a mi casa

― ¿seguro? Podemos ir a la biblioteca

― ¡No! Eeem... No, - tallo su mejilla – debemos ir a mi casa

― De acuerdo, puedo ir contigo a casa esta tarde

― ¿en verdad? – le sonrió

― Si – devolvió la sonrisa - ¿nos vemos en la salida?

― Perfecto.

Bajo de la mesa de Dazai y se fue a la suya, Dazai sonrió mirándolo, aunque el castaño estaba hasta atrás, Chuuya estaba hasta el frente, pudo ver al pelinaranja recostarse en su mesa. Dazai suspiro. Reviso sus mensajes – Espero que Kunikida-san no se enoje... - hizo una pausa, cerro el celular y miro a la ventana – bueno, qué más da.

A la salida, Chuuya fue hasta el asiento de Dazai con su maleta, el castaño tomo su maleta, y se levantó mientras se la acomodaba en su hombro – Chuuya, ¿Qué haremos en tu casa? – comenzaron a ir hacia la salida.

― Obviamente estudiar

― ¿solo estudiar? ¿no sabes hacer otra cosa? Quiero comer algo y jugar videojuegos

― Te puedo preparar de comer

― ¿en serio? ¿cocinas?

― Claro, soy muy bueno

― Vaya ~ - sonrió amplio – esto será increíble

Salieron de la escuela caminando lado a lado, Chuuya solo podía voltear a verlo con sutileza, Dazai leía un libro rojo mientras le seguía. El mayor suspiro ligeramente, ahora tenía un buen problema entre manos. Cocinar. Debía ser perfecto, quizá... Debería usar ayuda pero quería lograr aquello por cuenta propia. Debía ser un chico perfecto y así lo lograría.

Llegaron a casa de Chuuya, donde entraron sin ningún problema, no había nadie – Dazai, puedes dejar tus cosas en la sala

― ¿y tus padres? – pregunto dejando su maleta en la mesa de centro

― Ellos trabajan todo el día, a veces duermen en hoteles para evitar viajar tanto. Seremos tú y yo – mintió.

Dazai se sonrojo amplio y trago saliva – ma-maldición – susurro a sí mismo. Arreglo su corbata, luego la aflojo y respiro - ¿qu? – Tocio arreglando su garganta - ¿Qué comeremos?

― Hare algo de pasta, es sencillo y podremos hacer la tarea

― Si, cierto... ¿te ayudo?

― Mejor investiga el tema

― Bien... Si, investigación, soy bueno en eso.

Dazai se sentó y saco el libro, no despejo sus ojos de aquel libro, estaba nervioso ¿Quién no? – No admitiré que es mi crush – se dijo a si mismo mientras leía.

Chuuya por su parte se asomó desde la cocina, hablo a su celular – vamos John, necesito tu apoyo – susurraba – ayúdame a hacer una pista.

― Señorito Chuuya, dudo que logre conquistarlo con engaños

― No puedo decir nada de la verdad, vamos ayúdame

― Estoy a sus órdenes señor — dijo John.

Chuuyamiro a Dazai leyendo tranquilo y suspiro aliviado – no puedo dejarlo saber que es mi crush – se dijo a sí mismo.



...

Como ya saben la historia principal de Mr&Mr Soukoku solo harán pequeñas apariciones y si no han leído Mr&Mr Soukoku les recomiendo leerlo primero antes que esto por que aquí ya está todo como que pues... Los lectores ya saben, al chile.

Es un gran honor para mi traerles una segunda temporada después de 3 años que salió la primera parte, ¿Cómo iba a imaginar que la desearían tanto? Tarde mucho en completarla pero al final está aquí.

Gracias por siempre apoyarme y desear más de mi, desean mi salud y eso es lo que me hace aun más feliz. No podría desear mejores lectores que todos ustedes. Muchas gracias y... Gracias por hacer de mi vida toda una aventura

¡Gracias por leer!

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