𝙥𝙖𝙧𝙩 𝙩𝙬𝙤 //

—Pagarás muy caro todas tus travesuras.

Su cuerpo fue bruscamente presionado contra el escritorio. Su espalda chocaba con este y sus labios fueron atacados por los contrarios.

Posó sus manos en el cuello del mayor instintivamente, apenas podía respirar debido a los besos que no tenían fin ya la excitación que sentía en ese momento.

Yoongi desabrochó el pantalón del estudiante, bajando la cremallera y
metiendo sus manos en la parte trasera de estos.

Tae se limitaba a jadear y de vez en cuando giraba su cabeza a ver hacia la puerta, esperando que nadie entre por esta. De ser así, el mayor sería llevado a los juzgados y él no quería eso para su más grande amor platónico.

Relamió sus labios y reprimió un gemido cuando Min amasó su trasero a su antojo, aprovechando que él menor había arqueado su cuello para dejar besos y pequeñas marcas de tonalidades púrpuras y rojizas en este.

Min amaba sentirlo tan pequeño y vulnerable debajo suyo. Disfrutaba el que Taehyung sea tan bajito y delgado, la curvatura que se formaba en su cintura y espalda baja, era sin duda una de las cosas que más le fascinaban del cuerpo de infarto del estudiante.

—Siéntate —dictaminó el pequeño, posando sus pequeñas y ágiles manos  en su pecho y empujándolo levemente.

Yoongi abrió su boca para articular una palabra, con un semblante confuso en su rostro. Se sorprendió al ser su cuerpo impulsado hacia atrás, cayendo sentado, con los pantalones y ropa interior muy por debajo de sus rodillas.

El estudiante lo inspeccionó de pies a cabeza, con un dedo sobre sus labios y una mueca burlona. Amaba tener el control, y no permitiría que el mayor lo tuviera, al menos no en ese momento.

—¿Qué crees que haces? —cuestiono, su semblante serio. No le gustaba en
absoluto que Taehyung esté jugando con él, cuando corrían el riesgo de ser
descubiertos.

—Yo seré el que tome el control de la situación desde ahora —se sentó en su regazo, con las piernas abiertas y tomó de los fuertes brazos de su acompañante hasta ponerlos detrás de la silla. Se quitó la corbata que llevaba puesta, y usó el típico nudo que estaba acostumbrado a hacer para atar las manos del mayor.

Esbozo una sonrisa victorioso al tener al mayor atado, así podría tener todo a su favor.

—Sueltame, o lo pagarás muy caro —. ordeno, removiendo sus brazos para intentar liberarse.

—No quiero —se levantó de las piernas del más alto. Este último dejó atrás su intento por soltarse y presenció atentamente el pequeño show que protagonizaba su menor en esos momentos: se sacaba el uniforme con movimientos provocadores y que incitaban a Yoongi a recorrer con sus manos aquel cuerpo al que tanto quería besar y marcar.

Chasqueo la lengua cuando el más bajito se inclinó sobre el escritorio, exponiendo su trasero y dejando una muy buena vista de su entrada. Sin resistirlo mordió su labio inferior desesperado por adentrarse en aquella cavidad.

El rubio se sentó una vez mas sobre las piernas de Yoongi, pero esta vez, de
espaldas. Se movió lenta y torturosamente, haciendo fricción su trasero con el miembro del pelinegro. No pudo más, necesitaba algo dentro suyo o sentía que iba a fallecer en cualquier momento. Por lo que, se apoyó hacia atrás, con su camisa —la cual había sido desabotonada minutos atrás —abierta y nada debajo de sus caderas. Llevó tres dedos suyos a la cavidad bucal de Min, sintiendo perfectamente cómo este chupaba y mordía hábilmente sus cortos dedos.

Luego de un rato suponiendo que estaban lo suficientemente húmedos como para entrar con facilidad, los introdujo de a poco dentro de sí mismos, de uno en uno. Preparándose, encantado de ser observado por el azabache.

Movía sus dedos en círculos, o por el contrario, los abría simulando que estos eran tijeras y jadeando en el acto al sentir la expansión.

No obstante, necesitaba más, más de Min Yoongi. Quería y ansiaba ser llenado por el mayor, quería percibir la sensación de ser llenado por los flujos del contrario, escucharlo jadear al apretarlo y disfrutar ambos del momento al máximo. Así que con esto en mente, su traviesa mano izquierda tomo del gran miembro de Yoongi y de a poco lo llevó hasta su trasero, sin insertarlo, simplemente provocando y desesperándolo.

Introdujo lentamentebel pene de Yoongi y gimió ante la sensación de sentirse lleno una vez más. Sus ojos se pusieron en blanco y su boca se abrió en una grande "o".

Amaba esto.

Esperó hasta acostumbrarse y jugueteó con su propio miembro para liberarse
del ligero dolor que sentía que rápidamente fue reemplazado por el máximo placer, debido a que el mayor había despegado un poco su cadera del asiento y para impulsarse hacia arriba, dando de lleno en su próstata.

Un fuerte gritó salio de la boca del rubio y al volvió a su mente el lugar donde se encontraban. Llevó su mano libre hasta su boca, chupando ágilmente e
imaginando que se trataba del pene de quien se encontraba follándolo sin
pudor alguno.

Dio inicio a unos saltos que fueron acompañados del movimiento de cadera
del subdirector. Su cuello se arqueó hacia atrás, recostandose en el hombro contrario, con su boca abierta y dejándole paso libre Yoongi para que besara su cuello. Su mano fue a parar a su cabello negro y sedoso, gimiendo muy cerca de su oído y gozando de los besos en su cuello y las embestidas.

El sonido de una notificación en un teléfono sobre la mesa, detuvo el ritmo de Min, era su teléfono.

Tae se inclinó hasta tomarlo en sus manos, moviéndose en círculos, no quería detenerse por un mensaje que quizás no tuviera importancia. Desbloqueó el teléfono, que para su suerte no requería de una contraseña, y abrió el mensaje. Era una mujer que preguntaba si el pelinegro iría a su cenar esa noche.

Taehyung sonrió, una travesura suya se aproximaba.

—¿Qué te parece si le damos un pequeño regalito a tu esposa? —rió divertido y abrió la cámara del teléfono, siguiendo con el vaivén de autopenetrarse y capturando el momento en una foto que pronto sería enviada a la mujer de hace un momento.

De pronto, sintió unas grandes manos tomar fuerte de su cintura e inclinandolo, dejándolo expuesto sobre el escritorio y de espaldas, en una posición en la que las estocadas iban directo a su próstata.

Tenía la voz rota y aguda, sus piernas flaqueaban y débilmente podía sostenerse del escritorio con dificultad. Sin entender cómo el mayor se había desatado, aunque muy posiblemente se debía a los malos nudos que hacía desde siempre.

—Te encanta causar problemas, ¿No es así?, ¿Acaso olvidaste que esto es un castigo? —dio una fuerte estocada que lo hizo chillar y encorvar su espalda ¿Esto es lo que querías?, tenerme tan dentro de ti que apenas puedas pensar con claridad.

Taehyung no podía siquiera asentir y de su boca solo salían balbuceos que se convertían en gemidos y chillidos ahogados. Yoongi dio un fuerte azote a su nalga derecha y Taehyung soltó un fuerte grito que lo hizo cubrirse la boca para dejar de hacer ruidos que los delataran.

—No te calles —azotó una vez más la misma nalga y arqueó una de sus cejas, con una sonrisa al ver cómo de a poco su mano se iba dibujando en el trasero del
pequeño rubio— Déjame escucharte cielo, deja que todos escuchen a qué es por lo que venías.

—¡N-no! —soltó y se dejó caer. No cabía más placer en su pequeřño cuerpo, necesitaba correrse.

El mayor tenía otros planes, lo llevó hasta la puerta, dejándolo detrás de esta, sin salirse del él y volviendo a retomar el duro vaivén cuando lo cargo y lo puso de espadas, impulsandose fuertemente hacía arriba.

—¡A-ah, n-nos escucharán! —dijo lo útimo en un pequeño grito. A Yoongi pareció interesarle poco lo útimo, centrado en su propio placer y en hacer
retorcer al chiquillo en el más profundo de los placeres.

"Ya no puedo más" mascullo el estudiante, para terminar liberando tiras blancas en el torso de ambos.

Yoongi tiró fuertemente de su pelo, apretando fuertemente de su cadera
y parte de su cintura, buscando llegar a su tan ansiado orgasmo. Y para cuando este llegó, el mayor gruño fuertemente al sentir la opresión en su miembro, mientras que el bajito abrió su boca al sentirse lleno del líquido viscoso y blanco.

Taehyung cubrió su rostro, al sentirse observado, no pudo evitar soltar una
risita avergonzado por lo acontecido momentos atrás. Yoongi rió y quitó sus manos de un manotazo, apreciando la belleza que era el pequeño, con sus mejillas sonrojadas y sus labios hinchados a más no poder. Su cabello despeinado, con su camisa abierta y su delgado cuerpo temblando.

Era simplemente precioso y no cabía duda de ello.

Besó sus labios fuertemente, como si quisiera fundir sus labios y explorando su cavidad bucal con su lengua.

Se separaron para poder respirar correctamente, juntando sus narices en un tierno beso esquimal y respirando agitadamente.

—Creo que le debes una explicación a tu esposa —Yoongi le sonrió y acarició su cintura. Salió de su interior y se dedicó a acariciar del cuerpo de su acompañante.

—Era mi hermana.

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