Un respiro

Advertencias: Ninguna.

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Las cosas siguieron tensas los últimos meses de su primer año, pero un nuevo ciclo significaba que iban a revolver los grupos para integrarlos. La clase de Tenko fue predominada por las mujeres, que superaban la mitad del grupo, algunas caras conocidas, pero la mayoría totalmente nuevas.

A Tenko le encantó ese ambiente, los chicos no eran malos en general, pero le gustaba estar rodeado de compañeras amables y cálidas, aunque claro, dejaba claras sus intenciones de mera amistad. Antes de poder escribir sus primeras notas, tocaron la puerta del aula, era su profesor de literatura—. ¿Me permite a Nishimiya unos minutos?

—Ya voy —se puso de pie acomodando su corbata—. No estoy interesado en ser parte de ninguna de sus actividades.

—Necesito que lleves estos papeles al salón A— lo interrumpió el mayor.

—¿Me sacó de mi mi clase de cálculo solo para hacer su trabajo?— retrocedió unos pasos con una expresión de frustración.

—Te daré un justificante si es necesario— gruñó el más grande—. No seas una gallina, pequeño Dexter.

—Usted es de los adultos más desagradables que conozco...¡Y Dexter era bajito!— tomó las hojas indignado, al llegar hasta el salón encontró a los chicos haciendo un desorden, su profesor se ausentó por lo que necesitaban la lista de actividades—. ¿Quién es su presidente?.

—Ebisu, te hablan— señaló una chica de ojos cafés.

—Ya voy— hablaba con un grupo de varones, pero velozmente se incorporó para ir hasta Tenko—. Gracias, espera un poco, debo llevar algo —pegó las hojas en la pizarra antes de tomar sus antiguos trabajos ya terminados, se acercó al pelirrojo que parecía no reaccionar—. Vamos para la misma dirección.

—Claro— abrió la puerta para dejarlo pasar—. ¿Cómo te llamas?.

—Ebisu Tanaka, es un gusto— le dió una leve sonrisa, Tenko notó que por lo menos le sacaba una cabeza, pero de todas formas no era tan bajito, considerando que él medía casi un metro con ochenta centímetros—. ¿Eres Nishimiya?.

—Si, me llamo Tenko— le quitó algunos de los cuadernillos que cargaban—. Espera, te ayudo con esto.

—Gracias— siguieron caminando por el pasillo que resultaba demasiado corto para Tenko—. Nos vemos después, Nishimiya-san.

—Si, hasta luego— agitó la mano antes de salir corriendo por su justificante.

—¿Tienes fiebre?, Estás más rojo— preguntó el profesor Nakamura.

—Usted me agrada, profesor.

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—¿Cómo te fué? ¿Hiciste amigos?— milagrosamente su madre ya estaba en casa, lo que significaba tener una conversación banal sobre sus actividades omitiendo partes sentimentales.

—Vaya, yo tenía ganas de cocinar— sonrió mientras quitaba su mochila y saco—. Hablé con alguien muy amable.

—¿Una chica que te gusta?— Kasumi siendo un poco metiche buscó el cuerpo de su hijo.

—No...eso no tiene nada que ver, era un chico amable —su incomodidad fue tan palpable, que la mayor apartó la mirada—. Es como un amigo de otro grupo...solo eso.

—Dejémoslo así, vete a lavar las manos— quitó el mandil mostrando que no se cambió desde que llegó, pues aún usaba su traje.

—Si... gracias por la comida.

¿Por qué le molestaba tanto la palabra marica?, no, era el hecho de que lo insultaron como si tuviera rabia, y yo él los hubiera mordido. Esa palabra lo lastimaba y mucho.

Su mamá estaba ayudando a un muchacho a revisar su tesis, pues antes de que su padre muriera, ella era profesora de carrera. Este chico del cual no siquiera recordaba el nombre, o cuyo nombre no quería recordar, fue la causa de un mal que hasta años después le dejo una cicatriz en el alma.

Regresaba de correr, por lo que estaba muy sudado, llamó a su madre, pues era su día libre, al no recibir respuesta, caminó hasta la cocina quitando su camisa listo para meterse a la ducha en minutos. Sirvió un vaso de agua sin percatarme de aquella presencia.

—Tú debes ser su hijo, ¿Tenko?

—Mierda— su voz lo hizo saltar del susto—. ¿Qué haces aquí?.

—Tu madre me ayuda con una tesis, fué a buscar un marcador— le sonrió a medias—. Cuando me dijo que tenía un pequeño, no imaginé a un chico tan alto.

Frunció el ceño, estaba entre ofendido y divertido—. Mamá exagera con el tamaño, tengo dieciséis años

El de cabellos castaños soltó una risa nasal—. ¿Qué diablos les dan de comer? Yo no lucía así a mis dieciséis.

—¿Cómo conoces a mi madre? —interrogó más interesado en el hombre, pues pocas veces conversaba con una figura tan varonil.

—Mi prometida tenía una clase con ella, me habló de que tu madre podía ayudarme con mi tesis y la contacté, es encantadora.

—Bueno, te dejo en tu casa— al dar la vuelta, su madre estaba desde la puerta mirando mal a su acompañante.

—Tenko, ve a ponerte una camisa, por favor —le ordenó con ese tono incorregible.

—Si, compré flores, las dejé en la sala.

Tenko siempre hizo lo que ella quería, no la odió incluso siendo adulto, pero ese día pensó algo malo, algo que siempre quiso borrar "Tú debiste irte, en lugar de papá".

Sintió un increíble vacío en el estómago, por lo que corrió a la cocina en busca de algún refrigerio, sonrió al ver al invitado de su madre aún haciendo correcciones mientras la mujer trabajaba en la barra.

—¿Quieren algo?— preguntó ganando una sonrisa del muchacho.

—Es muy dulce de tu parte, pero estoy bien. Tu hijo es todo un caballero, Kasumi

Arqueó las cejas mientras le pasaba un yogurt a su madre, que al ver su expresión soltó un quejido. Al final pasó la tarde haciendo tarea en su cuarto, esperando a que ese hombre se fuera, nunca tuvo hermanos mayores pero le agradaba que trataba de ser amistoso, los amigos de Kasumi nunca lo trataban así de bien, siempre lo hacían sentir como un niño fuera de lugar.

—Tenko, ¿Puedo pasar?— escuchó su voz, le dió el permiso y entró mirando a todos lados—. Quiero hablar contigo de algo.

—¿Ya se fue tu invitado?, me cae bien, creo que porque no es tan mayor...y su prometida suena como una chica-

La mayor lo interrumpió—. No hagas esas mariconadas en casa— soltó aún mirando la habitación.

—¿Qué?— sentió un nudo en la garganta, que le impidió decirle lo equivocada que estaba. Ese sujeto no estaba coqueteando con Tenko, era repugnante que lo creyera.

—No era la mejor palabra, solo no te comportes así en casa— no buscaba nada en específico, solo no lo miraba, pensó entonces que le daba asco.

—Pero si yo no hice nada malo...

—Esta plática terminó, acaba la tarea rápido, y baja a cenar, preparé...

—Vete— pidió al borde del llanto—. Sal de mi cuarto.

No podía sentirse más patético, enamorado de un chico que ni siquiera lo notaba, y con el cual no tenía oportunidad para entablar una conversación, y estar llorando por un regaño de su madre.

Quizás solo necesitaba un respiro de su rutina.

Creo que es obvio que la relación de su madre con Tenko es malísima, pero eso no impide que Tenko la quiera. Esto nuevamente es solo ficción, pero no estamos obligados a amar a quien nos lastima
-Honey

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