Primer año
Advertencias: Ninguna.
Rápidamente trató de acercarse a ese joven, no conocía su nombre, pero fácilmente dió con él, cursaba el primer año en el salón A. Realmente era encantador.
"Ebisu Tanaka, es el presidente del grupo A". Su nombre era en doble de hermoso de lo que llegó a pensar. Tenko no daba muchas vueltas al momento de declararse a una persona, pero entendía que hacerlo deliberadamente podría impactar al muchacho, especialmente porque no le hablaba. Ya habían pasado unos meses desde su encuentro.
"Cuando te ví por primera vez, sentí que mis piernas dejaron de funcionar, que mis manos eran dejaron de ser mías, mi corazón se hizo tuyo, y mi mente solo piensa en ti" garabateó por algún lado de su cuaderno, una chica, Ueno lo vió escribiendo y terminó colgada de su brazo.
—¿Para que chica escribes eso?— descaradamente lo arrastró hasta la cafetería.
—Para nadie en particular— comentó tratando de seguirle el paso.
—¿De verdad?— sonrió ante su respuesta—. Digo, sería algo digno de envidiar.
—¿Crees que podría gustarle oir eso a las personas?— tímidamente desvío su mirada, no, más bien buscó a un joven entre las mesas.
—No tienes que sentir pena, solo estás conmigo...— malinterpretó la situación—. Bueno, a mí me gusta.
—Gracias, tu opinión me ayuda— sonrió antes de agitar su cabello sacando un quejido de la más baja.
.
.
.
—¿Tú eres amigo de Tenko?— pregunto la muchacha de cabellos dorados.
—Solo íbamos juntos en primaría— respondió el castaño—. ¿De verdad te gusta?.
—Si, creo que yo también le gusto— respondió con una sonrisa brillante.
—Eso es raro, bueno, nunca tuvo novios, pero le gustan los chicos— puso una mano sobre su barbilla.
—Mientes— la rubia rápidamente se incómodo—. Es un chico muy dulce.
—No lo sé, pero ese no es mi problema— su indiferencia hizo temblar a la contraria—. Claro que no se comporta con un marica.
Los compañeros llegaron de sus prácticas de fútbol. Tenko entró terminando de secar su cabello, pues las dudas eran demasiado cortas.
—Pregúntale tu misma, así dejaras de molestar, Ueno— dió un golpecito en su nariz haciéndola enfurecer.
—Verás que yo también le gusto— siendo poseída por la ira se puso de pie y avanzó hasta Nishimiya que bebía agua de un compañero—. Tenko, ¿Yo te gusto?.
Casi se ahoga, pero cuando pudo respirar sus compañeros ya hacían burla, estaba tan impactado que no terminaba de procesar la pregunta—. ¿Disculpa?.
Las mejillas de la joven ya ardían por la vergüenza, ella sabía que quizás Tenko no hablaba de ella cuando mencionó que alguien le gustaba, pero muy en el fondo se negaba a aceptarlo—. ¿Te gusto?.
—Ueno, podríamos hablar esto después— mostró una mueca ladina—, No creo que sea algo que...
—Solo dímelo— pidió al borde del llanto—. Por favor.
—Lo siento, no me gustas— se puso de pie para tratar de limpiar sus lágrimas, y acompañarla fuera del salón para conversar con más calma.
—¿Entonces si te gustan los hombres?, ¿Eres un marica?— de un manotazo alejó la mano del hombre.
Esas palabras congelaron a Tenko, mientras los chicos comenzaban a susurrar. No sabía cómo explicarle a la chica que simplemente ella no le gustaba, y que ahora había arruinado su bella amistad.
—Te dije, a Tenko le gustan los hombres— agregó Kai desde el fondo.
—Solo algunos, tú jamás me podrías gustar, ¡Eres un idiota, Kai! — elevó su tono de voz logrando asustar a la más baja.
—Te odio, sabías que me gustabas— la rubia se dió la vuelta y salió corriendo del aula, fue seguida por algunas compañeras que intentaban contener sus gritos por el pasillo.
—Eso...que incómodo —Dijo en un tono bajo tratando de desviar la atención de si mismo—. Ojalá Ueno esté más tranquila.
Fue cuestión de tiempo para que algunos varones evitaran su compañía, aún si no lo decían directamente, Tenko notaba que ya lo señalaban como un bicho raro.
~Si antes éramos amigos, no entiendo cómo el simple hecho de ser bisexual lo pudo cambiar~ pensaba cada que evitaban el contacto físico. Él mismo se segregó pues lo último que necesitaba era ser rechazado, ya tenía suficiente con su madre, no la culpaba del todo, ella siempre fue menos sensible que su padre.
Lo hacía sentir un poco culpable.
Aún con eso, trataba de ser un buen hijo, no daba problemas, era respetuoso, ayudaba a su madre en casa, y cuando está tenía algún episodio de depresión, el se metía a su cama, y la abrazaba, era una manera de hacerla saber que su hijo seguía ahí. Tenko le dió comprensión a su madre, torpemente esperaba lo mismo.
Pasaron semanas en las que pensaba en si su vida era realmente mala, no le faltaba comida, y tenía una buena posición económica. ¿Entonces por qué sentía que la felicidad estaba cada vez más lejos? ¿Por qué se odiaba tanto a si mismo? ¿Por qué quería morir?, No había una respuesta clara.
Amixes, ustedes no le deben explicaciones a nadie sobre su sexualidad, ni a sus padres. La gente debería dejar de asumir que todos somos heterosexuales.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top