Capítulo O19

Abrí los ojos lentamente acostumbrandome a la luz del sol en mi cara. La cabeza me dolía tanto que sentia que estaba por explotarme.

Gemí adolorida tapandome el rostro, hasta que de pronto, todo se volvió oscuro de golpe.

Quite mi mano confundida y miré hacia el causante de ello, pero de pronto la sangre se me congeló al ver la figura imponente y siniestra de Jungkook.

Este ultimo llevaba una camisa blanca sin mangas y un joggin negro. Su cabello estaba despeinado ligeramente, como si lo hubiera agarrado el viento. Los tatuajes que recorrian sus trabajados brazos eran lo que mas resaltaba de él,y para ser sincera me encantaban. Le daban un aire de rebeldía y maldad, y que toda esa sensación maravillosa la ocultara con un traje de oficinista para verse prolijo y comun, era curioso.

Jungkook me miraba tranquilo y en silencio, casi sin notar en todo lo que pensé por unos cuantos segundos. Aun asi sabia que estaba de todo, menos tranquilo. Probablemente se aguantaba las ganas de gritarme, y eso me parecía injusto.

--¿como...?--carraspeé, confundida--¿cómo demonios me encontraste?

Escenas borrosas de la noche anterior se comenzaron a presentar en mi mente; el bar, el chico del bar, el vaso de agua, Jungkook corriendo hacia mi y...

Mis mejillas se calentaron al recordar como Jungkook se quitaba su saco en plena calle y lo arrojaba al cesto de basura mas cercano, mientras probablemente me maldecia en mil idiomas debido al disgusto de ser vomitado.

--La foto.--dijo el de repente, quitandome de mi ensimismamiento- Detras tuyo decia el nombre exacto del bar en una pared. No fue dificil encontrarte.

Bufé fastidiosa.

--Gracias por preocuparte, casi que no parece que me ignoraste completamente la semana pasada--apunté hacia él y vi como esbozaba una mueca retorcida y llena de odio.

--Lo que hiciste es peligroso, Lisa.--advirtió, pero comenzó a sonar preocupado-- ¿no entiendes que pudiste poner en peligro tu vida?

De pronto me senti avergonzada. Mordi mi labio y mire hacia el ventanal evitando sus ojos.

--Me dejaste sola.

No queria que sonara como a reproche, pero lo hizo.

--No creí que fueras a hacer esto por mis tonterías.--de nuevo, comenzó a sonar borde.

--Pues ya ves que sí.--respondí igual de filosa.-- ¡No puedes simplemente desaparecer y pretender que yo este conforme con eso!

Me incorporé al decirlo, la rabia en mi estaba quemando tanto que opté por salir de la habitación en ese mismo instante.

--¡LALISA, DETENTE!--gritó haciéndome estremecer.

--¡NO. ME. GRITES.!--chillé de vuelta--¿CREES QUE ERES MEJOR QUE YO? ¿QUE PUEDES JUZGARME MIENTRAS TÚ HACES LO QUE SE TE PLAZCA? --vociferé explotando

--¡No es...!

--¡Porque claro, todos debemos obedecer al gran Jeon Jungkook! ¡Si no, estamos jodidos! ¡Eres un hipócrita!

--Detente...--pidio en voz baja mirando al suelo, pero era muy tarde para detenerme.

--¡NISIQUIERA PUEDES CUIDAR DE TAEHYUN! ¿DONDE ESTA EL AHORA?

--¡¡TE DIJE QUE TE DETUVIERAS!! ¡¡CARAJO, DETENTE DE UNA PUTA VEZ!!

De pronto, su tono de voz me asustó por completo. Su rostro estaba tan lleno de ira que no lo reconocí cuando comenzó a caminar hacia mi dando grandes zancadas.

Mi corazón se paró y retrocedi por instinto, hasta que finalmente tropece y cai de espaldas al suelo.

Uno...

Dos...

Tres...

Luego de eso, un silencio absoluto nos invadió.

Pasaron varios segundos que me resultaron eternos, incluso me pareció extraño el cambio de clima repentino.

Y no me di cuenta hasta que unas manos tomaron mis brazos y me sobresalté, que yo me encontraba en el suelo cubriendome el rostro con mis brazos, como si ellos fueran mi escudo ante la amenaza.

El rostro de Jungkook se presentó frente a mis ojos y fue una imagen borrosa debido a mis lagrimas, que no sabia que tenia hasta ese momento. Jungkook por su parte, habia eliminado todo rastro de la bestia y ahora lo veia, por primera vez desde que lo conocía, con rostro realmente herido.

--Lisa...--su voz fue casi una súplica-- n-no crei... --cerro fuertemente los ojos, como si fuera una tortura-- yo jamás sería capaz de lastimarte. Nunca. ¿lo entiendes?

Y de pronto, estallé en lagrimas.

--Lo sé--chillé entre mis lloriqueos-- lo se Jungkook, lo siento pero yo... yo tuve tanto miedo que creí...

--Lisa...--jungkook me rodeó con sus fuertes y tatuados brazos y me arrojó hacia él.-- no te disculpes, pequeña... no es tu culpa. Siento haberte gritado como lo hice. Siento haber sido un imbécil todo este tiempo.

--No m-me siento bien.--confesé, sintiéndome derrotada.--por favor, no me dejes sola.

--No pensaba irme a ningún lado.--susurró en su lugar.

Un olor similar a la menta me inundó por completo. No olia a fragancias, era un olor casi imperceptible muy propio de el y me gustaba mucho.

Inhale profundo su aroma y de pronto, no quise estar en otro lado que no fuera con Jeon Jungkook. Quien me repetía que todo estaba bien y me acariciaba con una de sus manos la mejilla, mientras que la otra sostenia mi espalda y su menton se apoyaba en mi cabeza creando una especie de armadura para mi.

Ambos nos quedamos ahi abrazados un largo rato, no supe si fueron minutos o horas, pero con él, la percepcion que tenia del tiempo siempre era distinta. Como si nunca tuviera suficiente tiempo para quedarme satisfecha. Jungkook comenzaba a ser mi adicción favorita.

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