Capítulo O13
Jungkook aquel día me mandó un mensaje diciéndome si podía cuidar de Taehyun unas horas a la mañana. Yo, con tal de no verlo en la oficina, accedí a hacerlo.
Me sentía inmadura por tener vergüenza de mirarlo luego de todo lo que habia pasado, pero no sabía como afrontar la situación. Asi que, luego de entrar al edificio e ingresar a su casa, me aseguré de que todas las ventanas se abrieran para ventilar la casa.
Una vez hecho esto deje mi bolso en el sofá e intenté ir a la cocina. Sin embargo, cuando mis pies dieron unos pasos al frente se encontraron con la figura imponente y alta de Jungkook.
Me quede tiensa en mi lugar, sorprendida y sin saber que decir.
Jungkook estaba tomando desde una botella pequeña de agua. Estaba agitado, con su cabello humedo y con su remera gris deportiva de la cual habia un circulo mojado en la parte de su cuello producto del mismo sudor. Una toalla alrededor de su cuello, joggin y tennis. Se veía muy atractivo, incluso sudando como un perro.
—Buenos días.—dijo, para acercarse hasta mi con una sonrisa—¿Como amaneciste?
Frunci los labios. Sabia perfectamente que no estaba muy feliz luego de que huyera de su apartamento la noche anterior.
—¿Y Taehyun?
—Esta en la guardería. No me malentiendas, pero considero importante la parte social en el desarrollo y crecimiento de un niño.
Lo explicaba con tanta tranquilidad que yo sabia que realmente tenia un humor todo lo contrario a eso.
—Entonces... ¿que hago yo aquí?
Jungkook se sentó en una silla a un lado de la mesa y fingió pensarlo por unos instantes .
—Creo que tenemos que hablar.
Alcé una ceja.
—¿De qué, si se puede saber?
Nuestros tonos para ese punto eran algo filosos. Sin embargo tratabamos de controlarnos.
—No la entiendo señorita Manoban—y de nuevo, parecía como si nos distanciaran mil años— parece que juega conmigo. ¿Me exige explicaciones, me insulta y luego de tener una charla sensata, desaparece?
Suspiré.
—No fue mi intención hacer eso.
—No puedes jugar conmigo de esta forma—advierte, y esta vez puedo percibir su tono amenazante—no soy un idiota al que puedes tratar como se te dé la jodida gana.
Me invade el coraje, sin embargo trato de estar serena. Sé que lo que dice no es cierto, solo es su orgullo un poco herido actuando por el.
—Lo sé, Jungkook. No debí huir y te debo una disculpa.
Eso parece que lo dejo mudo. No se esperaba esa respuesta de mi parte.
—Sin embargo tú pretendes engañarme siempre para que acceda a tus tontos caprichos ¿eso esta bien?
Jungkook por un instante se quedó obervandome fijo, hizo una mueca de fastidio casi imperceptible, y la cual se fue tan rapido como vino.
—Te debo una disculpa también—reconoció, para mi sorpresa— quería verte. Pero sabía que por tu actitud de ayer no querrías hacerlo. ¿Porque te fuiste de esa forma?
Ahora, su tono contenia cierta decepción. No pude evitar sentirme miserable por eso.
—Me asusté—confesé— no estoy acostumbrada a confesar mis sentimientos de esta manera.
—No quiero que todos estos problemas influyan en lo nuestro.—parece que hablara de nosotros como pareja, pero sé que no es así.— No debí meterte en esto en primer lugar, lo sé. Pero quiero que sepas que sería incapaz de compartir tu privacidad con terceros. No me considero ese tipo de persona.
Miré al suelo arrepentida. No pude evitar pensar que aunque Jungkook es digno de confianza, si desconfie de el muchas veces.
—Gracias. Lo valoro.—dije, asintiendo.
Fue entonces, cuando el silencio nos invadió a ambos. No fue incomodo, pero si muy tenso.
—Te quiero invitar a cenar esta noche—dijo, tomándome por sorpresa.
Su mirada era tan intensa y abrumadora que apenas pude formar una palabra decente.
—Claro.
Jungkook levanto apenas las comisuras de sus labios. Conocía era mirada, y una parte de mi disfrutaba ser el centro de atención. Y por otro lado, recordando los sucesos anteriores, no podia evitar sentir que las piernas comenzaban a temblar.
Jungkook entonces, se quitó de repente la camisa, dejandome atónita.
—Iré a ducharme.
Dió dos pasos firmes hacia mi haciendo que levantara la mirada para observarlo. Yo me encontraba dura como una roca, desde mi punto podia ver a la perfección los tatuajes de su pecho que recorrian sus brazos trabajados, sus pectorales y su abdomen firme.
Tragué saliva sin poder evitarlo.
Jungkook entonces, tomó mi mentón suavemente y agacho ligeramente su cabeza para unir sus labios a los míos y darme un mordisco suave, que despertó en mi hasta la celula mas dormida de mi cuerpo, provocando que una corriente me recorriera de pies a cabeza.
Luego de hacer esto, Jungkook pasó por mi lado y fue directo a la ducha.
¿Acaso me estaba invitando...?
Una sonrisa producto de mi excitación me asaltó de repente. ¿Como demonios hacia para ser tan magnético?
Me sorprendi a mi misma pensando en meterme a la ducha con el. Yo no era asi de... fogosa. Solia ser mas reservada pero a esta altura me quedaba claro que Jungkook alborotaba mis hormonas a puntos impensados.
De pronto escuché el ruido del agua correr dentro del baño y mis sentidos se agudizaron.
Mis manos fueron hasta los botones de la camisa a cuadros que traía puesta y me quedé allí, pensando si realmente lo iba a hacer.
Mordí mi labio, sintiendo mi corazon latir a mil por hora. Sin embargo, no desistí. Comencé a desabrochar los botones de la camisa hasta quitarla completamente. Luego, hice lo mismo con mis converse y mis jeans.
Caminé a pasos silenciosos hasta el pasillo y me coloqué delante de la puerta. Mis manos comenzaron a sudar, pero no paré nisiquera cuando tome el picaporte de la puerta. No paré tampoco cuando abri la puerta y vi a Jungkook de espaldas a mi, con su ancha espalda y su trasero firme y redondo, dandome la mejor de las vistas.
El, nunca se dió cuenta de que abrí ni tampoco de que entré. No fue hasta que una de mis manos toco suavemente su hombro y comenzó a bajar hasta llegar a su espalda baja, que el colocó tenso y dejo de enjuagarse la cabeza.
Mordí mi labio divertida por ser yo la que controlara el juego. De pronto, mi mano bajó hasta su abdomen y siguió descendiendo hasta llegar a su miembro. Entonces ahí, lo sujeté suavemente y comencé a masajearlo.
Jungkook alzó la mirada al cielo, mientras jadeos casi inaudibles salían de su boca. Me relamí los labios, ansiosa por oirlo cuando llegara al climax.
Sin embargo, eso no pasó. De repente, Jungkook tomó mi mano y la sacó de su miembro, dandose media vuelta de repente.
Sus ojos oscuros y llenos de deseo me observaron de arriba a abajo. Entonces, murmuró:
—Mira a la pared.
Y ahi estaba el hombre controlador que yo conocía. Sonreí sin poder evitarlo.
—¿Y si no qué?
Jungkook oscureció aún mas la mirada, si es que eso era posible.
—¿Te atreves a desobedecerme?
No dije nada, pero alcé el mentón retadora.
Eso lo calentó aún más.
Jungkook sujetó una de mis muñecas y me obligó a salir de la lluvia de agua. De pronto, me vi en la situación de ser la mujer que era llevada al cuarto de juegos. Mi cabello estaba tan mojado que se pegaba a mi cuerpo, y debido al cambio de clima, me contraje en mi lugar mientras dejabamos un camino de agua en la alfombra.
Jungkook sin mucha dificultad, abrio el cuarto de juegos y cerró la puerta tras de mi.
Cuando me di media vuelta, Jungkook ya estaba sobre mi devorandome con su boca. Sus manos recorrieron todo mi cuerpo hasta llegar a mi sostén y arrancarlo con sus manos.
—Tu harás lo que yo te diga—susurró. Fue entonces que sujetó mis muñecas y sin que lo hubiera visto venir, me encadenó al techo.
Y Ahí me encontraba, mis brazos estaban elevados al cielo mientras Jungkook bajaba lentamente por mi cuerpo dejando una estela de besos humedos y fogosos hasta llegar a mis muslos y abrirlos lentamente.
—J-Jungkook...
—Shh.—dijo él, y entonces, introducio dos dedos en mi.
Mis manos apretaron con fuerza las cadenas que colgaban del techo mientras Jungkook repetía los movimientos acelerando el ritmo. Mi vientre comenzó a desprender su líquido y yo senti la necesidad urgente de entregarme entera a Jungkook. De sentir su piel contra la mía, de sentir su miembro ingresando en mí...
Luego de unos instantes, Jungkook paró y elevó mis piernas rodeandola con su cadera. Podia sentir su dureza, su líquido gotear muy cerca de mi cavidad...
Jungkook entonces, se impacientó y con una mano acomodó finalmente su miembro y lo ingreso en mi lentamente.
Abrí la boca y esbocé un suspiro mitad gemido mientras sentia como llenaba mi hueco vacío. Fue entonces, que comenzó a moverse.
Al principio fue lento, disfrutando del momento y del encuentro, hasta que luego, fue imposible hasta para el, y comenzó a aumentar la velocidad.
El ruido de las cadenas y el ruido de nuestros sonidos corporales y guturales era lo único que se oía en el ambiente: las cadenas forcejeando para no soltarme, nuestros movimientos pelvicos que chocaban entre si, los gruñidod y gemidos...
En el momento que sentí que estaba por llegar al climax, fue cuando mas me desesperé y sujete con fuerza las cadenas al punto de dejar marcas en mis palmas. Jungkook por otro lado hundió su rostro en mi cuello, mientras comenzaba a exhalar fuerte sintiendo como se venía dentro de mí.
Apreté los dientes, sintiendo el orgasmo abrazarme entera.
Finalmente, luego de asegurarse de haber dejado todo en mi, Jungkook salió lentamente, tratando de recuperar el aliento.
Su rostro se encontraba sudado a pesar de estar mojado, y sus mejillas continuaban rojas.
—Quítame esto.--pedí.
—No he terminado.
Levanté la mirada y pude ver que a mi sorpresa, se encontraba un Jungkook toalmente divertido y extasiado por mi reacción.
Jungkook fue hasta uno de sus enormes roperos y saco de el dos pelotas pequeñas cubiertas con goma. Fruncí el ceño sin saber que significaba eso, sin embargo, el nisiquiera me explicó. Simplemente encendió el juguete y este empezó a vibrar.
Me quedé rigida, pensando que demonios haria con eso. Pero no fue hasta que me desencadenó y me hizo dar media vuelta hasta arrojarme a su gran cama, que lo entendí.
Sentí dos bolas pequeñas entrar en mi cavidad repentinamente y ahogué un gemido producto de la sorpresa.
—¿J-Jungkook?
De pronto, las vibraciones se hicieron más fuertes. Y yo caí a la cama rendida, tratando de controlar los espasmos de mi cuerpo.
—¿Que es est...?
Una tercera vibración, aún mas fuerte, me recorrió entera y no pude evitar mirar al techo y arquearme del placer.
—Mirame—pidió Jungkook.
Yo, con la vista nublada por el placer, hice lo que me pidió.
Jungkook estaba de pie a unos pasos de mí, asi como vino al mundo, con sus tatuajes impresionantes, su cuerpo de dios griego y esa mirada que te devoraba con la mirada. Jungkook pronto comenzo a tocarse, viendo como no resistía los espamos y me contraía cada tanto.
—-No dejes de mirarme.
A pesar de mis esfuerzos, yo segui observandolo. Desde su mirada que se concentraba en mi hasta en la forma que se tocaba gracias a mi y mi cuerpo.
Y entonces, los gemidos que salían de mi boca se acoplaron a los gruñidos de Jungkook. Y de pronto, en la habitación nos volvimos uno.
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