04
Es día de escuela y me encontraba con Jack en la clase de deportes. Eran los últimos minutos y estábamos regresando dentro para usar las duchas e irnos de inmediato a otra clase, pero escuchamos gritos desde lejos y varios compañeros de otras clases corrían asustados.
¡Bang, Bang!
—¿Qué fue eso? —pregunto Jack, nervioso.
—¿Por qué corren? — había preguntado yo, pero sin recibir respuesta.
Esos sonidos eran provocados por un arma de fuego de alto calibre. Comenzamos a correr Jack y yo, siguiendo a una de las chicas con las que compartimos clases, Jack y ella estaban en obviamente en pánico. Yo estaba acostumbrado por mis actividades nocturnas, incluso recibí algunos en carne propia.
—¿Qué demonios está pasando? —hice la pregunta como si no tuviera idea de lo que pasaba—. ¿Lindsay? ¿Viste algo?
Lindsay es la chica con la que nos ocultamos en un aula cercana. Era una chica que por lo regular se juntaba con los chicos populares, no somos amigos pero una o dos veces hemos hablado pero solo temas sobre la escuela.
—¿Jack, Alejandro? ¿Eran ustedes? —preguntó ella, como si no recordara lo de hace unos momentos.
—Sí, somos nosotros —dijo Jack, viendo a Lindsay—. ¿Qué sucede?
—Todo fue muy rápido... varios sujetos entraron a la escuela, de la nada había escuchado gritos y estruendos fuertes —dijo ella, temblando del miedo.
—¿Qué hacemos? —preguntaba Jack, viéndome—. No podemos quedarnos aquí, estamos cerca de la entrada trasera... Si es lo que creo, estamos muy expuestos.
Jack tenía razón. A pesar de tener miedo estaba pensando de manera clara.
—Debemos movernos, tal vez al gimnasio o a un aula central —dije mientras pensaba en algo.
No podía hacer algo mientras estuviera en mi ropa de deportes, y tampoco con tantas personas corriendo alrededor mío. De pronto algo se escucho por los altavoces de toda la escuela, algo que hizo que me detuviera en seco.
—Hola chicos, ¿Cómo están? —Preguntaban el dueño de esa voz—. Muchos de ustedes se preguntaran ¿Quiénes somos y que hacemos aquí? Verán chicos, el director de esta escuela, junto con a alguno de sus padres nos deben una cantidad enorme de dinero. Ignoraron nuestras advertencias y ahora están sufriendo las consecuencias. Si cooperan, no les haremos daño... en caso contrario, su familia sufrirá de una gran perdida.
—¿esta apagado? Creo que sí, pero bueno. ¿Dime que piensas, Hugo? Pensaste que no cumpliríamos nuestras amenazas ¿Piensas que somos idiotas?
Se podía escuchar como golpeaban al director, los gritos de dolor y los gritos de pánico no solo de él, si no de varios alumnos que iban corriendo por los pasillos. Los disparos sonaban de vez en cuando, pero no sabía si eran en forma de advertencia o si en verdad habían privado de la vida a un alumno.
—No, por favor paren —dijo el director antes de que se escuchara un disparo por los altavoces.
Un grupo delictivo desquitando sus perdidas con los hijos de sus deudores. ¿Por qué ir tan lejos? No era el modo en que operaban las bandas criminales de la ciudad, o tal vez se tratase de algo mayor que un grupo delictivo... Las posibilidades no se acaban.
Sacado de mis pensamientos por el ruido de la puerta intentando abrirse, los gritos de Lindsay y el claro miedo en el rostro de Jack, tuve que actuar de manera rapida.
—Callados, vamos al armario —dije con voz baja, gateando hacia el armario del aula.
Entramos en el momento justo, cuando abrieron la puerta un sujeto con un rifle de asalto entro al aula apuntando a todos lados. Estaba vestido como el conserje escolar, usaba gorra y estaba usando lentes oscuros.
—Se que están ahí mocosos, salgan en este instante y no les hare daño —dijo el sujeto —. A la cuenta de tres... Uno, dos...
Los tres salimos, el sujeto al vernos nos apunto y dijo.
—No hagan nada tonto, si lo hacen lo van a...
Aprovechando que estaba distraído haciendo su monologo, me abalancé hacia el y conecte un golpe directo en su mandíbula, dejándolo fuera de combate y probablemente con una contusión o el cráneo roto.
—Tenemos que irnos, pero ya —dije tirando el arma del sujeto por la ventana.
Los tres salimos por la ventana y nos mantuvimos detrás de los arbustos mientras avanzábamos lento.
—¿Por qué hiciste eso, idiota? —preguntaba Lindsay, viéndome con enojo.
—Se dice gracias, estoy seguro que el nos iba a matar a Jack y mi para hacerte cosas sucias a ti —dije en defensa, cosa que era real.
—No es momento de discutir, debemos hacer algo para escapar o ayudar a los demás —dijo Jack buscando entre su short—. Mi teléfono, no lo tengo.
—¿Ibas a llamar a la policía? —pregunto Lindsay.
—Sí...
—oigan, será mejor que nos movamos —dije para empezar a gatear pegado al muro.
Jack y Lindsay me siguieron, tenemos que ser cuidadosos para no romper una rama o hacer demasiado ruido y delatar nuestra posición. ¿Qué debo hacer? por mi actividad nocturna nunca trate con una situación de rehenes, menos cuando mi amigo y una chica con la que apenas hablamos esta con conmigo.
—¿Qué hacemos? —pregunto Jack
—No tengo idea, no pude ir por mi teléfono tampoco —dijo Lindsay, viendo a Jack.
Jack me vio a mi con la esperanza de que pudiera hacer algo, como la ultima vez.
—No se que podamos hacer, me lastime la mano con el golpe que le di a ese sujeto —dije una mentira—. Deberíamos intentar huir... llamar a la policía y esperar que se hagan cargo.
—Si tan solo Diablo estuviera aquí —dijo Jack, con algo de esperanza.
—No digas tonterías, Diablo solo es una leyenda urbana —dijo Lindsay algo molesta.
—No peleen, puede que haya sujetos armados vigilando la escuela por fuera... vamos a tratar de salir del campus, creo que no estamos lejos de una salida —dije para distraerlos.
¡Crack!
Pronto nos vimos rodeados por cuatro de los tipos armados, cada uno apuntando a nosotros. ¿Cómo fue posible? No tengo idea, puede que hayamos llamado la atención... baje la mirada y no había nada, entonces no fue por el ruido que hicimos. Seguro nos vieron por pasar por alguno de los sitios vacíos de la jardinera.
—¿Qué tenemos aquí? —pregunto uno de ellos.
—Parece que tratan de escapar —respondió otro.
—Ustedes tres, arriba y caminen hacia nosotros —uno de los que estaba detrás dio la orden.
—¡Hagan caso, idiotas!
El ultimo sujeto tomo a Lindsay por la mano y tiro de ella, del mismo modo con Jack. Cuando iba hacer lo mismo conmigo, no tuve más remedio que defendernos.
Antes de que pudiera tocarme, lo sujete yo a él y lo tire en contra de sus compañeros. Dos de ellos cayeron y el sobrante comenzó a dispararme. Jack y Lindsay estaban horrorizados y se desmoronaron en el suelo al ver que las balas me impactaron.
Las balas a pesar de ser de alto calibre, no eran lo suficiente como las armas que usaron los sujetos que iban con ese tipo Sansón, que en verdad dolían como nada... Estás en cambio eran más pequeñas.
Tome al ultimo sujeto por el cuello y lo lance hacia la pared, vi que escupió algo de sangre. A los sujetos que estaban levantándose les di un golpe a cada uno en el rostro y en el cuerpo para dejarlos fuera de combate y asegurarme que no se volvieran a levantar, al igual que tome sus armas y las doble para volverlas inservibles.
—¿Jack, Lindsay? —pregunte acercándome a ellos—. Me lleva la chin...
Estaban desmayados, así que los cargue a cada uno bajo mis brazos y salte un poco para entrar a uno de las aulas frente a nosotros.
...
Pasaron unos minutos en los que tuve que cuidar de Jack y Lindsay para asegurarme de que no les ocurriera nada al despertar. Me tuve que revelar pero necesitaba hacerlo, las intenciones de estos sujetos eran evidentes, hacernos a un lado a Jack y a mi para poder aprovecharse de Lindsay.
En estos momentos no se que pueda estar pasando en otras áreas de la escuela, pero estoy seguro de que debe haber por lo menos una docena de alumnos heridos y no quiero imaginarme lo peor.
—¡Alejandro! —Lindsay despertó primero—. ¿Cómo es que sigues vivo? ¿Dónde estamos?
—Ay dios mío, guarda silencio Lindsay no hagas ruido —dijo Jack, despertando—. ¿Por que Alejandro nos esta viendo así?
—¿No viste lo que sucedió hace poco? —preguntaba ella, algo enojada.
—No lo recuerdo, me desmaye...
—Le dispararon y no le paso nada, mira su ropa y todo —dijo ella, apuntándome—. Tiene impactos de bala en el cuerpo, miralo.
Jack se me quedo viendo, y después me lanzo uno de sus tenis.
—¿Cómo es que sigues vivo?
—¿Por que soy genial? —intento ser gracioso, aligerar el ambiente.
Ahora Lindsay me lanzo uno de sus tenis.
—¿Pueden dejar de lanzarme sus olorosos tenis? —me irrite por eso, enserio huelen mal—. Den gracias a dios que estaba con ustedes.
—Pero aun no nos dices nada.
—Exacto, explícate ahora Guerra —dijo Lindsay, apuntando su apestoso calzado a mi.
—Oye, calma Lindsay... Ni si quiera somos amigos para que me hables de ese modo —Eso me molesto un poco, no es como que sea alguien para que me hable de ese modo.
—No le prestes atención, ¿Qué sucede? —pregunto Jack, algo más calmado.
—La neta es que tengo poderes —le dije a Jack con seguridad—. ¿Recuerdas la leyenda de Mr.Diablo? Pues es verdad.
—No digas estupideces —dijo Lindsay de manera agresiva.
—Si lo que digo son estupideces, entonces como puedo hacer esto —dije en modo retador, golpeando el suelo haciendo un agujero en el.
Lindsay se quedo sorprendida al igual que Jack. Ambos vieron asombrados lo que había logrado, no era muy difícil... En si lo que me dificulta todo es contenerme, pero ya me estoy acostumbrando.
—Bueno, supongamos que te creemos —dijo Jack, intentando sonar serio—. ¿Por que nos lo dices ahora?
—¿Y por que a mí? —dijo Lindsay.
—Créanme que era lo menos que deseaba hacer —dije siendo sincero con ellos—, pero viendo como se puso la situación ¿Qué otra tenía? los iban a matar o peor en el caso de Lindsay.
—¿Por que dices que seria peor para mi? —pregunto ella con algo de enojo.
—Porque he visto lo que son capaces de hacer esas personas en realidad, he visto morir mujeres y hombres por la crueldad de este tipo de bandas delictivas —dije siendo serio—. Cuando dejan viva a una o mas personas, su destino es peor que la muerte.
—¿Peor? —pregunto Jack.
—Prostitución, drogas, enfermedades, abuso e incluso la compra y venta de personas —respondí con toda sinceridad.
Si bien no había pasado mucho tiempo siendo héroe, había presenciado mucho del bajo mundo que me hizo vomitar y no dormir los primeros dos meses de estar activo. Eran lugares insalubres que no deseaba para nadie, la calidad de vida que tenían esas personas era de lo peor.
—Ya veo...
Lindsay no dijo nada y se quedo callada. Era obvio, tener que describir lo que pudo haberle pasado de no interferir de manera activa le afecto un poco.
—Ahora... no se muevan de aquí y préstenme sus hoodies.
Ellos me dieron lo que les pedí. Rompí uno lo suficiente como para hacerme una mascara improvisada que cubriera parte de mi rostro, dejando libres mis ojos. Con el otro simplemente me seque el sudor y me la puse en la cintura.
—No se muevan de aquí, voy a resolver todo lo que esta pasando ahora.
Lindsay y Jack intentaron decir algo, pero cuando salí del lugar donde estábamos ya estaba algo alejado de ellos y no pude escuchar lo que trataban de decirme.
...
En mi camino me encontré con uno de los miembros del grupo armado, en cuanto me vio empezó a lanzar amenazas pero como noto que no me iba a detener me empezó a disparar, para su sorpresa seguí avanzando hasta tomarlo por el rostro y azotarlo en el suelo.
De su ropa cayo un teléfono celular ultimo modelo. Lo tome y lo desbloque usando el pulgar del tipo que estaba desmayado y sacando espuma por la boca, mire las barras de señal y llame al 911, para reportar la situación.
Los servicios de emergencia respondieron a mi llamada y dijeron que llegarían lo más pronto posible al lugar, que mantuviera la calma y me quedara escondido.
—Espero que esos dos no tengan problemas.
Seguí mi camino hacia la oficina del director para poder detener al sujeto que inicio este estúpido día.
—Es la hora del Diablo... Diurno.
En el camino me fui encontrando con compañeros de clase, chicos menores y mayores. Algunos estaban asustados y otros estaban tratando de que los demás mantuvieran la calma, recordando lo que habíamos visto en los simulacros.
...
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