34. Aprendiendo Cosas Nuevas (Inicio de Temporada 2)
10 años después
Ha pasado mucho desde el último combate que los caballeros de Atena tuvieron contra la diosa Até, la paz reinaba en todo el mundo por lo que nuestros héroes disfrutaban de una vida tranquila junto a sus hijos e hijas los cuales estaban siendo preparados para la nueva generación de caballeros dispuestos a luchar con tal de mantener la paz en la humanidad.
Shun y Hyoga habían soportado una que otra prueba pero al final nadie pudo destruir la familia que con mucho esfuerzo y amor tan mantenido durante estos años. Seiya e Ikki finalmente terminaron convirtiéndose en padres de unos pequeños de nombre Izumi y Koga, Shiryu y Shunrei procrearon a un hermoso niño llamado Shoryu mientras que Atena seguía al mando del santuario junto a los caballeros dorados.
Hyoga se había convertido en el maestro de sus dos pequeños con los cuales entrenaba desde la tierra donde alguna vez el era entrenado por su maestro Camus, por otra parte Shun se encontraba en el Santuario ayudando a Shaka con unos asuntos.
A pesar de ser un buen padre Hyoga era estricto al momento de entrenar con sus hijos, cosa que al pequeño peliverde le disgustaba.
—Pero papá, ya no siento mis manos. ¿Podemos parar? — suplicaba el niño.
—Hiro, debes tener en cuenta que si te detienes en medio de una pelea hay muchas probabilidades de que el enemigo te derrote con más facilidad — contestó Hyoga.
—Hiro tiene razón papá Hyoga, podemos aunque sea tomar un taza de chocolate... Tengo mucha hambre — habló Alek a la vez que se sentaba en el suelo.
—No puedo creer que mis dos hijos se rindan tan fácilmente, ¿que acaso no quieren ser caballeros de Atena? — Hyoga cruzó los brazos.
—Claro que si papá, pero ya no aguanto mis manos... Hemos entrenado más de cinco horas y ni siquiera hemos comido. Mamá se molestará contigo — Alek le reclamó.
—Es cierto papá, no es justo que nos tengas entrenando por varias horas sin siquiera probar un solo bocado — Hiro estaba por llorar, sin embargo a su padre no le importó.
—Comeran hasta que terminen su entrenamiento, así que levántense y sigan golpeando esos muros de hielo — dijo.
Ambos niños se miraron y suspiraron de forma frustrante, seguían golpeando aquel inmenso muro durante hora y media. Todo este entrenamiento estaba dejando agotados a ambos hasta que los dos no aguantaron más y cayeron al suelo. Hyoga se puso en frente de ellos con una mirada que generaba miedo a los pequeños, sin embargo éste último les dió la mano y los levantó.
—Ustedes ganan, vamos a comer.
Les dijo su padre, tanto Hiro y Alek sonrieron, recogieron sus chaquetas y se dirigieron hasta el pueblo.
Las personas veían al caballero Cisne y le saludaban alegremente, los pequeños no perdían cada detalle de las expresiones que hacia su padre. Hyoga era muy bien recibido por todo el pueblo gracias a las buenas obras que realizaba junto con Jacob a toda la gente que vivía en dicho lugar.
Los tres llegaron a una cafetería cuyo dueño era nada más ni nada menos que el mismísimo Jacob ahora ya convertido en un joven emprendedor, Hyoga y sus hijos entraron al lugar.
—¿Que hay Jac? — saludó Cisne.
—Hyoga, me alegra verte por acá y veo traes a tus pequeños no es así — dijo el joven castaño mientras saludaba a los niños.
—¡Hola, joven Jacob! — saludó Alek.
—¿Qué tal Jacob? — saludó Hiro.
—Venimos aquí porque quiero que me prepares ese delicioso y magnífico guiso porque no tienes idea del hambre que nos traemos los tres — Hyoga hizo un ademán con la lengua mientras se sobaba el estómago.
—Pues han venido al lugar indicado, procuraré que sea el mejor guiso que hayan probado en sus vidas, tomen asiento chicos, la casa invita — el joven se marchó a la cocina, Hyoga y sus hijos se sentaron.
...
En otra parte
El caballero Fénix combatía a puño limpio contra su hijo mientras eran observados por una pequeña castaña.
—¡Tu puedes hermano! — animaba la niña.
—No me dejaré vencer tan fácilmente papá — habló Koga.
—¿Tu crees? — Ikki sonrió malicioso.
En un movimiento imprevisto, Koga se tropezó e Ikki de inmediato lo tomó del brazo para luego atacarlo a puras cosquillas, el pequeño se sacudía y reía ante la acción de su padre.
Izumi hizo un puchero pero Ikki también fue por ella y a ambos terminó por hacerles cosquillas.
—¡Ataque de cosquillas! — Izumi y Koga reían sin parar.
—Ya... Me rindo... ¡Me rindo! Jajajaja — comentó Koga.
—Papi, me haces muchas cosquillas jajajajaja — dijo la pequeña Izumi.
En eso llegó Seiya junto a una charola repleta de comida para los tres, Ikki lo vio y le ayudó a llevar las cosas hasta donde estaban sus hijos.
—Me parece que la están pasando de maravilla con su entrenamiento verdad — comentó el castaño, los dos niños asintieron.
—¡Papa es el mejor! — dijo Koga.
—Si, y es muy fuerte — enfatizó Izumi, Seiya sonrió dulcemente.
—Es porque su padre es uno de los mejores caballeros que hayan existido — respaldó Seiya, Ikki lo abrazó y le susurró al oído.
—¿Cómo están mis dos amores? — el peliazul paso la mano sobre el vientre del castaño.
—Estamos bien, solo que este chiquitín no puede esperar más por venir al mundo — respondió Seiya.
Shiryu apareció en el lugar junto a Shunrei y su hijo Shoryu, Izumi y Koga se acercaron a él mientras Shiryu fue directamente a Seiya e Ikki.
—Shiryu, amigo. Que bueno verte por acá
—¿Qué hay lagartija? — Ikki le dió un apretón de manos.
—Tengo algo importante que decirles... Y no es bueno — dijo Dragón, Seiya e Ikki reaccionaron.
—¿Qué sucede? — cuestionó Pegaso.
—Estamos en peligro chicos — Ikki le miró preocupado.
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Hola de nuevo chicos 😃
Sean bienvenidos a la segunda temporada de Mr. Cygnus y Miss. Bonnie, espero que les haya gustado el capítulo.
Cómo dato importante quiero dejarles en claro cuántos años tienen cada uno de los niños de nuestros caballeros.
Hiro y Alek: 11
Koga: 10
Izumi: 7
Shoryu: 10
Además de nuestros chicos
Hyoga: 30
Shun: 29
Seiya: 29
Ikki: 33
Shiryu: 30
Saori: 32
Tatsumi: 50
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