Capítulo 7.
Al terminar de leer todos volteamos a ver a Marcus.
—¿Qué?—pregunto Marcus confundido.
—¿Dejaste de vuelta a Mr. Clay en la vitrina?—le cuestiono a Marcus seria.
—¿Si?—dice no muy seguro.
—¿Qué tipo de flores quieres para tu funeral?—murmure, viéndolo fijamente a los ojos.
—¿Es pregunta o confirmación?—Pregunta Jack ante la respuesta de Marcus, mientras entrecerraba los ojos hacia él.
Marcus se lo piensa por unos segundos y de repente abre los ojos horrorizado.
Y como si nos leyéramos la mente vamos todos corriendo a la habitación secreta para luego llegar al estudio secreto. Donde notamos enseguida que Mr. Clay no se encontraba en la vitrina.
—Entonces...¿ese muñeco de arcilla es el asesino?—cuestiona Marcus horrorizado.
—Mr. Clay—Max lo corrige.
—¿Acaso no leíste el libro?—le dice Jack a Marcus.—Mannete dejo a Mr. Clay en esa vitrina, porque había asesinado a varias personas. Ex trabajadores del estudio.
—¿Y no se supone que ya no tenía vida?
—Es lo que él quería que creyéramos—murmure.—Tal vez seguía con vida pero no podía salir de la vitrina por razones extrañas o mágicas.
Después de unos segundos en silencio Max habla.
—Entonces...¿qué aremos?
—No lo sé—pronuncia Jack en un susurro.
Levando la vista hacia los chicos quienes me miran confundidos, presiento a lo lejos que algo viene, no se escucha se siente, se siente un miedo y un escalofrío, que invade todo mi cuerpo. Todos nos quedamos quietos al escuchar pequeños pasos por la habitación, nos miramos entre nosotros.
—¿Qué fue eso?—pregunta Marcus horrorizado.
—Tal vez sea el duende de la casa—contesta Max.
—¿Duende?—Cuestiona Jack hacia Max.
—Si, ya sabes, personitas de baja estatura que andan por la casa robando algunas cosas o sólo cuidando de ella.
«De hecho en nuestra antigua casa había uno, nunca lo vi pero escuchaba como jugaba con una canica en el ático.
Todos se quedaron en silencio ante las palabras de Max.
Una silla se mueve y cae al suelo, y esa nuestra señal para salir corriendo de ahí.
Llegando a la biblioteca algo nos hizo tropezar todos al mismo tiempo cayendo al suelo boca abajo. En excepto yo, no del todo no me he lastimado porque Marcus me alcanzó a agarrar cayendo a su lado.
Aun Marcus sujetándome contra él vemos una figura azul correr por la habitación, sólo alcanzamos ver una franja azul.
—Sea lo que sea es muy rápido—murmura Marcus.
—¡Qué es Mr Clay, tarado!—le grita Jack irritado.
Libros nos cae en la cabeza y como podemos nos ponemos de pie y salimos de la habitación.
Al volver a la sala nos damos cuenta que esta lloviendo.
—¿Qué fue eso?—comenta Max.
Escuchamos como Franck—el perro—ladra por entrar a la casa, Max corre para ir abrirle la puerta, y luego lo escuchamos gritar. Todos corremos hacia donde se encuentra preocupados.
Soltamos un suspiro de alivio al notar que Max se encontraba bien.
Miro a Franky empapado y luego frunzo el ceño al notar que no es el único empapado.
Lucas entra a la casa más empapado que el perro.
—¿Y tu que haces aquí?—le pregunte.
Lucas voltea a verme mientras temblaba de frío.
Después de que Max secara a Franck y que los chicos le dieran ropa limpia y seca a Lucas para que se enfermara, nos encontramos todos en la sala.
—¿Porque viniste hacia acá en media tormenta?—le pregunto a Lucas. Su casa esta a medio kilómetro aproximadamente, ¿porque vendría en media tormenta?.
Lucas suspira y se arropa más con la cobija que le dieron los chicos.
—Mi madre me mando a ver como se encontraban, porque tu madre llamó muy preocupada porque nadie contestaba el teléfono.—nos habrá llamado cuando estábamos con la caja fuerte o cuando estábamos en el estudio.
—¿Te mandó tu madre en media tormenta?—cuestiona Max.
—Al parecer, si.
Lucas asiente con la cabeza.
—Se nota que no es el favorito de mami—comenta Marcus burlón.
— Y ¿qué estaban haciendo?—pregunta Lucas curioso.
—Nada—contestamos al mismo tiempo.
Lucas nos mira confuso y luego asiente con la cabeza como si sospechara algo.
—Bueno, voy a llamar a Margarita para avisarle que nos encontramos todos bien—dice Marcus poniéndose de pie.
Regreso mi vista hacia Lucas que esta mirando al chimenea. Sigo el trayecto de sus ojos, huellas, nuestras huellas de pie que van directamente a la puerta secreta que lleva a la biblioteca.
De repente se escuchan de nuevo pasitos con la habitación. Lucas voltea a verme con el ceño ligeramente fruncido confundido.
—Es una rata—digo.
— O un duende—agrega Max.
Un silencio incómodo se apodera de nosotros, el ruido de la lluvia es lo único que se escucha.
—¡Ay goteras en la cocina!—avisa Marcus—¡vengan!
Nos ponemos de pie y nos dirigimos a la cocina. Encontramos a Marcus poniendo platos y vasos sobre el comedor.
—Ayúdenme, por allá hay más platos, vasos y ollas.
Luego de unos cinco minutos casi llenamos la cocina ollas, platos y vasos.
—¿porque hay tantas goteras? ¿No se supone que arriba esta el ático?—protesta Jack.
Marcus levanta la vista hacia él y asiente ante su comentario.
—Muy bien, Jack, ve al ático y resuelve el problema de las goteras—lo manda Max con una sonrisa malévola.
—¿porqué yo?—reclama Jack.
—Porque tu dijiste—responde Max.
—Yo sólo aporte un comentario, no me ofrecí a arreglar el problema.
—Estos dos solo van a discutir nunca lo van a arreglar—le murmuro a Lucas.—Vamos.
Tomamos más ollas y cita adhesiva para tapar las goteras.
Mientras nosotros subimos al ático aún escuchamos a mis hermanos discutir.
Abrimos la puerta del ático y no me sorprende ver que hay mucho polvo y telarañas. Camino tranquila y alerta por si un muñeco de arcilla color azul aparece.
—Me caen bien tus hermanos—comenta Lucas mientras pone una olla en el suelo donde se encuentra una gotera.
—A mi también, aveces.
—¿Aveces?
—Si, sé que no son Perfectos, y que tengo que aceptarlos tal y como son pero... hay veces que no me agradan. Pero sé que así son, es su personalidad. Tengo que aceptarlos tal y como son.
Volteo a ver a Lucas que dejó de hacer lo que estaba haciendo.
—Okey, comentario innecesario—digo antes de fruncir los labios.
—No, esta bien. Sólo que me gustó lo último que dijiste: "Aceptarlos tal y como son". Es algo que la mayoría de las personas no hacen, hay personas que moldean a otras para su gusto y aceptación. Y otras se moldean solo para que los demás o sociedad lo acepten. No son ellos mismos.
—¿ Y tú eres tu mismo o estas moldeado para ser aceptado?—cuestiono.
—Soy yo mismo, no me da miedo y mucho menos me importa los comentarios que dicen de las personas de mi. ¿Y tú?
—También, soy yo misma, mi verdadero yo siempre ha sido libre. Nunca lo escondí por los comentarios de los demás y mucho menos para ser aceptada. Me amo tal y como soy, aunque admito que no me soporto aveces—Lucas ríe ligeramente—Siempre he sido yo, y más con las personas de confianza. No me avergüenzo de mi.
Al terminar de sellar las goteras con cinta adhesiva, bajamos de nuevo a la cocina donde se encuentran mis hermanos aún discutiendo mientras cambian los recipiente llenos de agua.
—¡Bueno, se acabó, haré el sacrificio de ir al sótano!—Anuncia Jack.
—Muy tarde, ya lo arreglamos—avisa Lucas.
—¿Qué? ¿En qué momento?
—Hace como diez minutos.
Todos nos quedamos en silencio al escuchar de nuevo pequeños pasos.
—¿El duende?
Interroga Lucas.
Marcus suelta una ligera risa y se calla de golpe al escuchar ruido en la alacena.
Nos quedamos viendo entre nosotros.
Lucas confundido y los chicos y yo preocupados ya que sabemos de quienes son esos pequeños pasos que se escuchan.
—¿Ese no es Mr Clay?—Dice Lucas apuntando el comedor.
Volteamos lentamente hacia esa dirección y efectivamente Mr Clay se encontraba de pie sobre la mesa del comedor.
Por unos segundos permanecimos donde estábamos procesando si era real. Hasta que de repente corrió con rapidez por el suelo y todos entramos en pánico. Escúchanos ruido por la cocina, en los trastes sucios y luego vemos que aparece sobre la mesa que se encuentra aun lado de nosotros.
Lucas y yo reaccionamos rápido y nos agachamos al ver que nos lanzó algo. El objeto lanzado cae al suelo y ambos abrimos los ojos horrorizados al ver que se trataba de un cuchillo.
Jack y Marcus gritan al ver que el muñeco de arcilla toma otros dos cuchillos y huyen de la cocina.
Tomo a Max de la mano que sigue en Shock y lo llevo a un lugar seguro. Antes de salir de la cocina recojo el cuchillo del suelo y me lo llevo.
Subimos escaleras al segundo piso. Jack y Marcus aparecen en el pasillo armados con pistolas de lanzan bolitas de plástico.
Le dan una arma a Max y a Lucas.
—¿Y a mí que?—Les reclamo.
—Tu tienes tu cuchillo—increpa Marcus.
—No te preocupes hermana nosotros te protegeremos—me hace saber Max, me posicionan detrás de ellos empiezan a disparar como locos al ver a Mr Clay aparecer en el pasillo. La bolitas de plástico lo atraviesan pero aún sigue en pie.
No le hizo nada.
—Wow—digo con sarcasmos hacia los chicos.
—Al menos agradece el esfuerzo—Jack respondió a la defensiva.
Lucas se pone frente a mi cuando Mr Clay avanza hacia nosotros. Y en cuestión de segundos...¡pum! Desaparece.
—¿Dónde...
—¡AAHH!
Mr Clay se encontraba en el rostro de Marcus.
Todos intentamos quitárselo de la cara pero estaba muy pegado al rostro de mi hermano.
Jack logra quitárselo y lo avienta hacia la pared, choca en él y cae al suelo, no pierdo ni un segundo y me lanzo hacia él. Sin piedad lo corto en pedacitos con el cuchillo.
Cada corte y puñalada lo disfruto. Se siente satisfactorio.
Respiro con pesadez mientras me pongo de pie viendo a Mr Clay hecho migajas en el suelo.
Volteo a ver mis hermanos y a Lucas que tiene la cara pálida y con los ojos bien abiertos.
—Recuérdame nunca meterme contigo, o sino terminare como ese—comenta Lucas.
—¿Qué te a hecho el pobre muñeco para que lo dejaras como puré?—cuestiona Max.
—Atacar a mis hermanos.
—Y el bello rostro de Marcus—agrego bromeando.
Ríen ligeramente, pero se desvanece al ver que los restos de Mr Clay se mueven.
—¡Corran!
Grita Max.
Y no dudan los chicos en correr, Lucas me toma de la mano haciéndome correr y seguir a los chicos entrando a la primera habitación que vemos.
—¿Porqué nos escondemos?, es mejor atacarlo y eliminarlo de una vez—murmuré.
Marcus cierra la puerta.
Respiramos con pesadez y el miedo se siente en la habitación, es una sensación extraña. Y es por eso que me gusta, es muy rara, me agrada esa sensación.
El miedo.
Los chicos forman un escudo humano con sus cuerpos delante de mi, como si yo fuera la princesa en peligro. Puedo protegerme sola, ¿acaso no recuerdan lo que hice hace unos segundos?.
Cuando Marcus toma en sus manos un bate de béisbol, noto que es mi habitación.
—¡Ey! Yo también quiero un arma—dice Max.
—Tienes la pistola—le recuerda Jack.
—Recuerda que no sirvió de nada—respondió Max, con la miraba busca algo que sirva como arma.
—Marceline—volteo cuando Max me habla—¿me prestas tu violín?
Frunzo el ceño confundida.
—¿Cómo para que?.
—Para usarlo de arma—contesta Max como si fuera algo obvio.
—Claro que no—le contesto seria.
Max hace un puchero hacia mi el cual ignoro.
Dirijo mi vista hacia la puerta preocupada.
—Si esa cosa entra no tendremos salida—comenta Jack.
—Claro que la hay, ¡la ventana!
Contesta Max.
—¿Enserio?... saltaremos de la ventada, de la habitación que se encuentra en el segundo piso. ¡Si, Max! ¡gran idea!.
Grita Jack con sarcasmos.
—¡Ay, CALLENSE! No ven se estamos en algo serio!.
Habla Marcus.
—Si, un muñeco de arcilla de una película infantil nos ataca, si, suena muy serio.—responde Jack.
—Chicos—murmure al ver que pequeños Mr Clay entran a la habitación por debajo de la puerta.
Los chicos siguen el trayectos de mis ojos y todos los vemos con horror.
Poco a poco los pequeños muñecos se
Unen y vuelve a regenerarse el Mr Clay de su tamaño original.
Todos ahogamos un grito al escuchar un sonido seco, Mr Clay se encontraba estampado en la pared, Marcus lo había golpeado con el bate.
—¡Afuera!
No hace falta que lo grite dos veces Marcus cuando ya nos encontramos afuera de mi habitación y bajando las escaleras.
Llegamos de nuevo a la cocina donde los chicos buscan lo que sea que sirva como arma.
—Cuchillos no, eso provoca que se divida y haya más Mr Clay.
Explica Marcus.
—¿Entonces con que?
Respondo la pregunta de mi querido hermano Max cuando saco un soplete.
Todos miran con los ojos bien abiertos fijos en el fuego que saca el soplete. Les regalo una sonrisa amplia mostrando mis dientes.
—No sé si me da miedo que tu traigas el soplete o tu sonrisa—comenta Jack.
Marcus con mi bate, Jack con un sartén, Max con un rodillo, Lucas por una extraña razón tenía un rallador de queso, y yo el soplete. Todos preparados para atacar al asesino de arcilla.
🔪🔪🔪🔪🔪
La tormenta afuera había disminuido un poco, las goteras seguían y nosotros aun estábamos alerta de una arcilla azul.
—¿Estará planeando un plan?—comenta Max cambiando de olla para poner otra en las goteras.
—Tal vez...
—Me siento en una película de super héroes—comenta Max de la nada.
—¿De super héroes? ¿Porqué no una de terror?—cuestiono confusa.
—Porque vamos a pelear con el villano.—explica Max sonriente.
Río ligeramente. Cierto, en una película de terror nunca falta que se arme una pequeña pelea o lucha con el monstruo o villano.
—Hay que estar alertas por si decide aparecer de sorpresa.—nos dice Marcus.
—Por mientras que no aparece, serían tan gentiles de contarme ¡Qué demonios esta pasando! ¿Porqué un muñeco de arcilla esta vivo y nos quiere matar?—habla Lucas desesperado.
—¿Enserio? ¿Porque hasta ahora lo preguntas?—contesta Jack con una ceja enarcada hacia Lucas.
—Tengo una pregunta mejor. Lucas... ¿porque traes de arma un rallador de queso?—pregunta Max como si fuera una pregunta seria.
Lucas miro su arma y soltó una risa nerviosa acompañado de una encogida de hombros.
—Yo te explico luego—le hago saber a Lucas—Si es que sobrevives.
El rostro de Lucas se vuelve pálido.
Y se vuelve más pálido al ver que un cuchillo paso al lado de su rostro, terminando atravesando la pared.
Todos nos ponemos a alerta y volteamos para todas partes. Suelo, techo, muebles. Se volvieron a escuchar pequeños pasos caminando con rapidez y en menos de cinco segundos Mr Clay se encontraba en mi cabeza, sacudí mi cabeza y revolví mi cabello con mis manos, estaba aferrado a mi cabello. En cuanto lo tome con ambas manos y lo lance con fuerza al suelo.
Todos lo empezaron a golpear como si se tratase de una rata o una cucaracha. Tome el soplete e hice a un lado a los chicos para empezar a quemar al muñeco de arcilla. Se retorció de dolor hasta que se derritió y quedó como una mancha en el suelo.
Max lo toco con el rodillo confirmando si seguía vivo.
—¿Creen que se regeneré?—pregunta Max.
—No lo sé.
—Tal vez.
Jack se queja de dolor.
—¿Y tu que tienes?—masculló Marcus.
—Mientras golpeaban como locos alguien me golpeó—muestra la pequeña herida en la ceja.
—Marceline, cura a Jack mientras nosotros nos encargamos de esto—Marcus apunta a Mr Clay derretido.
Busco el botiquín de primeros auxilios y me llevo a Jack a la sala. Trato su herida, primero limpió y luego desinfecto.
—¿Quién de los locos de habrá golpeado?—cuestiono pensativa.
—Recuerdo que fue como un sartén.
Río ligeramente y niego con la cabeza.
—¿Qué?
—Jack, tú tenías el sartén.
Ambos soltemos a reír.
—No se lo digas a nadie—murmura Jack.
Asiento con la cabeza.
—Listo.
—Gracias—Jack mueve la ceja y suelta un chillido de dolor.
Cuando Jack se pone de pie, Lucas toma su lugar.
—Ahora sigo yo—dice mostrando su herida en el rostro, en la mejilla derecha.
—Veo que si sobreviviste—le sonrío.
Mientras trato su herida le cuento todo, la razón del porqué Mr Clay tiene vida, el libro, la habitación secreta.
—Y entonces ¿porqué nos atacaba?
—Talvez porque sabíamos el secreto—respondo.
—Pero yo no, y me atacó—contesta Lucas. Me quedo pensando y procesando lo sucedido. No lo atacó como así a él, lo atacaba porque me estaba protegiendo y era yo quién sabía el secreto. Por eso le lanzo el cuchillo que causo la herida en la mejilla.
No le puedo decir que ya no vuelva o conviva con nosotros ya que sabe el secreto, ahora también irá por él.
—No le cuentes a nadie, ya que quien lo sabe esta condenado a ser asesinado por Mr Clay.
Explico y Lucas asiente con la cabeza.
—Entiendo.
La lluvia ya disminuyó demasiado que ya se puede ver rayos de sol.
—¿Cómo esta tu cabeza y cabello? Vi que el muñeco se aferró de él.
—Me duele un poco el cuero cabelludo.—respondo tocándome con delicadeza la cabeza y el cabello.
—La próxima vez que se meta con mi cabello lo mato.—agrego, y es cierto.
—Espero que no haya una próxima vez.
🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪
Nota de autora:
Hola, espero que les haya gustado el capítulo. Primera aparición de Mr Clay. ¡Pam! En lo personal me gustó porque fue un poco gracioso.
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