Clig, clog, clig, clog.

Es lo único que escucho en mis oídos. Las manecillas del reloj contando mis últimos segundos de vida.

Tomo con firmeza mi bate de béisbol preparada para golpear. Está vez no esta ninguno de los chicos para salvarme, ahora es mi turno de defenderme. Golpeo hasta llevar al pedazo de arcilla al final del pasillo.

Me dirijo hacia donde se encuentra a paso largos y llenos de furia. Me sorprendo al ver dos de ellos esperándome. Se dividió. Sin dudarlo ataco primero, golpeo a los dos al mismo tiempo pero uno escapa y va sobre mi, caigo al suelo con el segundo muñeco sobre mi pecho. Cuando lo tomo en mis manos para que el cuchillo no atraviese mi garganta me percaté de algo, su rostro, no mostraba frialdad ni ganas de matarme, sino que su rostro se mostraba tenso, como si estuviera obligado a hacer algo que no quiere.

Uno de ellos también se me va encima, los tomo y los aviento los más lejos posible, me intento levantar pero uno de ellos me toma los pies y vuelvo a caer. Me muevo bruscamente consiguiendo una pequeña cortada en hombro izquierdo y en las piernas y tobillos.

Muevo las piernas deshaciéndome de uno. Tomo mi bate y golpeo al otro, pero en eso uno de ellos me ataca por la espalda y no tardo en sentir dolor en la nuca. Llevo mi mano hacia ella y la miro, sangre, pero noto algo extraño. Vuelvo a llevar mi mano hacia mi nuca, hacia la herida. Luego llevo mi mano más hacia arriba, toco mi cabeza, y....

Rápido dirijo mi vista hacia el suelo y encuentro cabello regado por todo el suelo.

Mi cabello.

Los dos Mr. Clay se unen volviendo a ser uno.

—Esto ya se volvió personal—lo golpeo con el bate con todas mis fuerzas llevándolo hacía las escaleras, baja cayendo por los escalones hasta llegar al suelo.

Bajo las escaleras no las rápido posible para que no escape.

Pongo mis botas encima de él y lo miro fijamente.

Se mira tan vulnerable.

¿Porqué hace un momento parecía como si no me quisiera matar? Como si estuviera obligado a hacerlo.

¿Será que así lo hicieron? Puede que lo moldearon para seguir órdenes y hacerlas aunque él no estuviese de acuerdo.

—¿Enserio me quieres matar?—le pregunto a Mr. Clay.

Él deja de moverse debajo de mi pie y me mira fijamente.

—No—contesta después de un rato.

—¿Entonces porque lo haces?

—Ordenes.

—Ordenes, eh, ¿No me quieres matar?—repito.

—No.

—¿Entonces que quieres?

—Ser libre.

Su respuesta me llena el corazón.

—¿Y quién te detiene?

—Mi creador.

—Él ya no está, y si estuviera, él no tiene el derecho de impedirte la libertad.

—Pero es mi creador.

—Tu creador te hizo a su conveniencia, te moldeo para que hicieras sus películas, su trabajo sucio de matar y para que tu no fueras libre.

» Y si quieres ser libre hazlo, haz lo que tu quieras pero ya no dañes a los demás, no a personas inocentes.

Él asiente con la cabeza.

—Y si vuelves a dañar o matar a personas inocentes, recuerda que tengo la poción para que vuelvas a hacer arcilla odiaría.—amenazo.

Asiente lentamente.

Quito mi pie de encima de él y dejo que se ponga de pie.

—Ya no quiero ser Mr. Clay.

—¿Y quién quieres ser?

—Un conejo.

La respuesta me sorprende pero le muestro una pequeña sonrisa.

—Pues, se un conejo.

Sonríe y empieza a moldearse solo dándose forma de un conejo. Le ayudo en unos pequeños detalles hasta tener enfrente un adorable conejito azul.

—¡Qué lindo te ves!

—¡Marceline!—escucho que gritan los chicos.

—Oh, ¿estas bien?....

Me doy la vuelta mi me encuentro con Jack y Marcus con un par de rasguños en la cara, cuello y brazos. Y a Max sano y a salvo.

—¿Qué es eso?—pregunta Marcus.

—¡¿Qué le pasó a tu cabello?!—grita Jack dramático.

—No me digas que hay otro muñeco de arcilla que también tenemos que convertir de vuelta en arcilla normal. Porque la poción se nos cayo y no pudimos salvar ni una gotita.—dice Marcus ignorando el comentario de Jack.

Lo bueno que tengo un poco de otra poción más efectiva que la que hicimos en el pequeño frasco que tengo de collar.

—No es ningún otro muñeco de arcilla, es el verdadero Mr. Clay—explico, presentando al pequeño conejo azul.

—¿Qué?—dicen Marcus y Jack. Mientras Max se encontraba con una sonrisa amplia.

Les explico lo sucedido a los chicos, captan que " el creador" era mi tío y que él era el que lo manipulaba y obligaba a hacer su trabajo—incluyendo el de matar—Lo obligaba a matar a las personas que sabían su secreto aunque Mr. Clay no quería para nada eso. ¿Pero que podía hacer él?

—Me gusta tu nuevo corte—me comenta Max.

Llevo mis manos a mi cabello, esta demasiado corto. Me dirijo a un enorme espejo que se encuentra en el vestíbulo principal y me veo.

Si demasiado corto, lo que me queda de cabello se encuentra muy arriba de los hombros casi por la mitad del cuello. Y además muy disparejo.

—Te miras muy bien—me dice con cariño Marcus, mirándome por el espejo.

—Si, ve lo positivo de esto, ya no sufrirás calor, tendrás la cabeza ligera y ya no tardaras tanto en el baño.—río por el comentario de Jack.

—Gracias. Por cierto ¿dónde estaban los tres?

—Ah, eso. —Empieza Jack—Mmm. Marcus y yo estábamos en la sala...atrapados en una trampa.

Río por lo bajo.

»En una especie de telaraña muy extraña. Intentamos darle la poción a Mr. Clay pero no pudimos, en los intentos se nos cayo y no quedó ni una gota.

—¿Mr. Clay estaba con ustedes?—pregunto confundida.

Ellos asienten.

—Es que también estaba conmigo—les digo—Bueno, en un punto vi dos de ellos puede que uno de ellos estaba con ustedes.

Todos asiente confirmando que es lo más probable.

—Max, ¿y tu dónde estabas?—cuestione.

Todos volteamos a ver a Max que se encontraba más limpio a comparación de nosotros.

—Estaba escondido en una pequeña habitación secreta—explica con una amplia y brillante sonrisa.

—¿Una habitación secreta? ¿Otra?

—¿En dónde?

—Vengan—Max empieza a caminar y lo seguimos.

Tomo al nuevo conejito azul en mis manos y lo seguimos.

Llegamos a su habitación, y frunzo el ceño confundida porque yo lo busqué y no lo encontré.

Entramos a la habitación y justo en la pared, detrás de la puerta, Max se agacha y toma una pequeña perilla abriendo una pequeña puerta casi del mismo tamaño que Max.

—¡Taran!—exclama Max mostrando la pequeña habitación en la pared.

—La habitación se encuentra entre la habitación de Max y la mía—explica Marcus.

—Quiero entrar—digo apartando a mis hermanos para poder entrar.

—No hay nada ahí adentro—escucho decir a Max, encontrándome adentro en la pequeña habitación.

Salgo de la habitación llena de telarañas.

—¿Cuántas habitaciones hay en esta casa?—pregunta Jack.

—Cinco—volteamos a ver al conejo azul sorprendidos por su respuesta.

—¿Qué?

—Si, el estudio secreto, la biblioteca, uno en el ático, esté, y el que se encuentra debajo del estudio.

Quedamos boquiabierta al escuchar sus palabras.

»El que se encuentra debajo del estudio es por donde escaparon la hija y la esposa del señor Manette.

Ellas pudieron escapar.

Pensé que había descubierto todos tus secretos pero resulta que hay más.

Continúa hablando y explicando que desde que lo crearon le han dicho que hacer, incluso hacer cosas personales. Hace dieciséis años él fue mandado por Manette a asesinar a mi padre. Y también él fue quién asesino a los hijos de Manette, lo hizo por que él fue quién le dijo que tenía que deshacerse de toda persona que supiese su secreto, pero mi tío no contaba que sus mismo hijo se enteraran del secreto. Eso provocó que pusiera a dormir a Mr. Clay con una poción. En todo eso, Mr. Clay era manipulado, era el muñeco de titiritero.

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Autora: ¡Hola! Espero que les haya gustado la historia y hayan captado el mensaje.

Sean ustedes mismos, no dejen que los moldeen al gusto de los demás. Moldéense ustedes mismos.

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Cuéntenme, ¿Quien fue su personaje favorito?

¿Cuál fue su escena favorita?

¿Se esperaban algunas cosas en la escena? ¿Fue predecible o no se lo esperaban?

¿Esperaban otro final?

👆🏻Los chicos buscando un arma en la cocina.

12 de junio de 2023.