9. Habitación del bebé.

—Oh, y aquí podríamos colocar el buró con las ropas —Wei Ying tenía una misión, una muy importante misión.

Hacer la más preciosa, cómoda y hogareña habitación para su bebé que nacería en unos meses.

El anuncio de su embarazo estuvo cargado con muchas felicitaciones y regalos por parte de los demás clanes en honor al bebé del Segundo Gemelo Jade y el Patriarca Yiling. Gusu Lan misma se encargó de comenzar a confeccionar las ropas que el bebé usaría apenas naciera, mandaron a construir una cuna apropiada con una madera cara y con finos detalles, dejando de lado un poco la regla sobre la ostentación.

—Lan Zhan, ¿deberíamos colocar la bañera en la esquina derecha o izquierda? —Wei Wuxian no quería que su bebé pasara frío, por lo que su cambiador y la tina estarían en la misma habitación para agilizar el proceso.

—Como Wei Ying mejor considere —respondió Lan Wangji, había terminado de arreglar las pinturas de conejos adorables que un artista envió semanas atrás. Con ese detalle, esa habitación realmente se sentía como la de un bebé.

—Mm, creo que lo prefiero en la derecha. En la izquierda quiero colocar la canasta para los juguetes —la habitación cada vez más parecía una para un bebé, tal y como deseaba para su A-Ming. Los discípulos eran muy amables con él, desde que se enteraron de su embarazo le comenzaron a dar regalitos que pudieran ser útiles para su hijo; juguetes, trapos para pañales y mantas para mantenerlo calientito en medio del clima de las montañas altas de Gusu. Incluso le regalaron tiernos pequeños guantes para esa temporada fría, ¡eran la cosa más hermosa del mundo!

—¿Dónde deberíamos poner los colgantes? —Wei Wuxian sonrió con ello, esos colgantes fueron enviados por Jin Ling, eran colgantes que en los adornos de estrellas tenían talismanes de protección, parecidos a lo que él intentó regalarle en su celebración de un mes. Sintió mucho tristeza cuando leyó la carta que explicaba eso, pues él le agradecía la intención aun cuando su regalo no pudo llegar a sus manos a causa de Jin Zixun.

—Debajo de donde está la cuna, así estaré más tranquilo cuando duerma —estaba emocionado, en unas cuantas semanas más, su bebé estaría con él en los brazos de sus dos padres. Estaba impaciente por poder verle su tierna cara.

La habitación de su bebé estaba al lado de la suya, antes Lan Zhan la usaba como un pequeño estudio donde revisaba los exámenes y leía los reportes de los juniors. Ahora que su hijo estaba pronto a nacer, comenzaron a remodelar la habitación para que sea la de su bebé hasta que tuviera la edad para irse a vivir con los otros discípulos.

Iban a disfrutarlo lo más que pudieran durante esos años, sabían que algún día tendrían que dejarlo ir, mas hasta que ese día no llegara, atesorarían cada momento que vivieran en su casita, solo los tres.

—Ah, esto es hermoso, Lan Zhan —con pocas cosas que acomodar, la habitación estaba ya casi lista para ser usada. Parados junto al otro en la entrada, los futuros padres apreciaron la vista—Lan Ming será muy feliz aquí, ¿no lo crees?

—Mn —Lan Wangji estaba particularmente orgulloso de las patitas de conejo que había logrado pintar en la cuna, su Wei Ying se había reído suavemente al verlo usar las patas de los conejos para hacerlo, para luego lavarlas con algo de desesperación y así evitar que la tinta se quedara en su pelaje.

—Ah, ¿qué dices, baobei? ¿Te gusta tu habitación? Tu papá y yo la decoramos con mucho cariño para cuando llegues —sus manos se movieron alrededor de su vientre, sintiendo que las de Lan Wangji se unieron a las suyas poco después—Tienes de todo aquí, nada nunca te va a faltar mientras estés con nosotros.

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Lan Ming adoraba su habitación, cuando sus ojitos se abrieron y pudo por fin ponerle un rostro a esas voces que le hablaban con cariño, sus adorables ojos miel miraron con intriga los adornos de su habitación cuando su padre lo bañaba allí, o cuando jugaban junto a su gege, siempre le llamó la atención todo lo que estuviera allí.

—¿Te gustan las estrellas, A-Ming? —Lan Sizhui se percató de dónde los ojos de su hermanito veían detrás de su cabeza, se movió de la vista para dejar que Lan Ming mirara los adornos que Jin Ling le regaló—Son bonitas, ¿verdad? A-Ling te las dio cuando aún estabas dentro de baba.

El bebé se rió al ver a su hermano sonreír y mover las estrellas para que llamaran todavía más la atención de Lan Ming.

—Mira, solía jugar mucho con esto cuando era pequeño, ¿te gusta? —él alzó el juguete de mariposa para que su didi pudiera verlo—¿Te gusta?

Lan Ming miró con asombro el juguete, alzando sus pequeñas manitas para intentar atraparlo, solo para que Lan Sizhui lo moviera lejos de su alcance, provocando que las risitas salieran del bebé llenando de alegría la habitación.

—Mm, sí te gustó —sin poder evitar sus ganas, Lan Sizhui acarició la barriguita de su hermano en señal de cariño—Sabes, A-Ming, cuando seas más grande, A-die te pondrá muchos conejos sobre tu cuerpo para enterrarte en una gran montaña de pequeños peluditos.

Se inclinó para colocar su rostro contra la pancita suave de Lan Ming, y el bebé no perdió tiempo en atrapar los mechones de su fleco entre sus manitas.

—Oh, no hagas eso, pequeño —teniendo delicadeza de no ser brusco, se liberó del agarre con sus dos manos y sostuvo las pequeñitas en las suyas por unos instantes, viendo la diferencia de tamaños con el corazón derritiéndose—Tienes suerte que A-niang no te enterrará en la tierra, así que no seas exigente —recordar ese día en que su papá le dijo que plantándolo a él allí ayudaría a crecer unos hermanos para jugar le hizo sentir que tener a Lan Ming fue una manera en la que su padre cumplió su palabra.

Incluso si le tomó casi veinte años, mejor tarde que nunca.

—Lan Jingyi dice que eres tan parecido a A-die —Lan Sizhui ladeó la cabeza analizando las facciones de su hermano—Tienes sus ojos, pero creo que esa naricita es de A-niang —al decir eso, presionó gentilmente con un dedo la nariz de Lan Ming, a lo que el bebé la arrugó un poco en respuesta.

Riéndose un poco al ver la reacción, se sentó adecuadamente en el suelo y dio un vistazo alrededor de la habitación. Después del nacimiento de Lan Ming muchas otras cosas fueron añadidas, los clanes siguieron enviando regalos para el recién nacido al darse la noticia.

Sin embargo, podía recordar que esta fue su habitación al vivir con su padre. Al llegar aquí ya no era tan pequeño para tenerlo igual de decorado como Lan Ming, ciertamente todos esos adornos de conejo no estuvieron allí cuando él vivió en esta misma habitación. Le gustaba que estuviera conectada a la de su padre, porque cuando tenía una pesadilla que lo despertaba en medio de la noche, le bastaba con caminar hacia la puerta –que siempre estaba abierta– y caminar hasta la cama de su padre para dormir a su lado, donde las pesadillas no podían alcanzarlo.

—Espero disfrutes tu tiempo aquí, A-Ming —recogió al bebé de la cesta donde lo tenía y lo colocó en sus brazos, cuidando de no dejar su cabecita colgando, dándole soporte con su antebrazo—¿Te doy un consejo? Ve a dormir con nuestros padres incluso si no tienes una pesadilla, definitivamente los vas a extrañar cuando te mudes a las residencias de discípulos.

Él lo hizo un par de veces, con el único deseo de sentir los brazos protectores de su padre abrazarlo hasta que volvía a caer dormido bajo su reconfortante calor. Lo hacía las veces que se acordaba de un hombre en túnicas negras, la imagen era borrosa y no podía ver el rostro, pero algo dentro suyo le decía que era importante. Su corazón siempre se tranquilizaba al verlo en sus sueños, o recuerdos.

—Aiya, ¿debería estar celoso? Tendrás a baba también —pese a sus palabras, no sentía nada de eso. Era todo lo contrario, le aliviaba saber que su hermano crecería con sus dos padres. Como su hermano mayor, él solo quería lo mejor para su didi, y eso incluía que ninguno de sus padres faltara en su vida.

—Siempre puedes venir a dormir con nosotros, A-Yuan —se sobresaltó al escuchar la voz de su papá de repente, al darse vuelta, vio a sus dos padres en la puerta de la habitación.

Sintió que se sonrojó fuertemente, el que su papá tuviera esa sonrisa traviesa no ayudaba en nada a bajar su vergüenza, ¿cuánto habrán escuchado sus padres?

—Nuestro rabanito siempre será bien recibido en su hogar —Wei Wuxian lo abrazó como pudo aun con Lan Ming en sus brazos.

—Papá... —murmuró rojo de la vergüenza.

—No le negarás eso a tu pobre padre, ¿verdad? Después de todo, yo tampoco tuve la oportunidad de dormir junto a mi rabanito y mi Lan Zhan —fingiendo estar dolido, su padre se dejó caer hacia atrás sabiendo perfectamente que su esposo lo atraparía.

—He crecido, ya no es apropiado —trató de debatir, sin embargo, Wei Wuxian negó con determinación.

—No, no. Quiero dormir con mis hijos aunque sea una vez, es lo justo para todos —Lan Sizhui entonces recurrió a su padre en busca de su ayuda, pero, siendo sinceros, ¿cuándo Hanguang-Jun le ha negado algo a su esposo?

Fue así que la familia de cuatro se acomodaron en la gran cama de sus padres esa noche. Al principio fue un tanto incómodo para Lan Sizhui porque había pasado bastante tiempo desde que durmió con su padre, entendía que ya no era un niño. Con el pasar del tiempo su corazón comenzó a calentarse tiernamente al ver a su padre abrazar a su papá, Lan Ming estaba en medio de Lan Sizhui y sus padres, durmiendo en la perfecta postura Lan, lo cual era cómico de ver.

Si sintió algunas lágrimas en sus ojos con el pensamiento de que dormiría con sus dos papás por primera vez, las disimuló acomodándose cerca de la pared y colocando un brazo sobre su hermano para protegerlo.

—Buenas noches, A-Yuan —escuchó que Wei Wuxian susurró al ya tener los ojos cerrados. Él sonrió ligero.

—Buenas noches, baba.

Ese sueño fue el mejor sueño de toda su vida, durmiendo feliz al tener a su familia cerca.

Al despertar, sintió un peso sobre su pecho. Al abrir sus ojos vio que Lan Ming estaba recostado sobre él boca abajo, sus regordetas mejillas rosas se apretaban contra su pecho haciendo una letalmente tierna imagen. Sus manitas se aferraban a sus túnicas de dormir para evitar que se cayera y Lan Sizhui sentía que fue bendecido de alguna manera.

Su papá se había acercado a él y ahora también lo tenía abrazado. Bien, lloraría allí mismo sino fuera porque sabía que su padre también ya estaba despierto. Lo vio sentarse en la cama y darse la vuelta para mirar a su familia, hubo un rastro de una sonrisa al ver a su bebé encima de Lan Sizhui.

Antes de que Lan Sizhui pudiera saludar a su padre, Lan Ming también se despertó, cosa que sorprendió a Lan Sizhui, ¿él ya se había acostumbrado al horario Lan?

—Diedie —dijo en voz baja sabiendo que su papá todavía dormía.

Lan Wangji entendió y estiró sus manos para tomar a Lan Ming, lo acomodó en sus brazos y una vez estuvo seguro de su agarre en el bebé, se levantó de la cama, caminó un poco lejos antes de girarse a ver a Lan Sizhui.

Wei Wuxian sintió la ausencia de su esposo y aprovechó para acomodarse mejor en la cama, estirando sus brazos y piernas para tomar el mayor espacio posible. Lan Sizhui sonrió, por fortuna logró escapar antes de que su papá lo atrapara en otro abrazo.

Lan Wangji y Lan Sizhui entraron en la habitación del bebé, el joven se encargó de encender las velas para iluminarla.

—¿En qué puedo ayudar, A-die? —Lan Wangji se sentó en el suelo para proceder a dejar a Lan Ming en su cuna, donde el pequeño bebé se quedó sentado viendo a los otros dos moverse por la habitación.

—Cámbialo en lo que voy por la tina para tu papá y yo —se paró y abrió uno de los cajones del buró de ropas, sacó las túnicas que Lan Ming usaría ese día y también dejó a mano la manta que serviría para envolverlo.

—De acuerdo —agachándose para tomar a su hermanito, escuchó de fondo que su padre salió de la habitación para ir en busca de lo dicho. Lan Sizhui se acercó al cambiador y colocó a Lan Ming encima—Buenos días, A-Ming —lo saludó con una sonrisa, siendo feliz al recibir una a cambio.

El bebé fue muy cooperativo al cambiar sus túnica de dormir por las de vestir, y cuando terminó, su padre volvió con la tina, dejándola en su propia habitación.

—Ve con A-die, baobei —estirando sus brazos hacia su padre, Lan Ming balbuceó para ser tomado por Lan Wangji—Me retiro, padre. Vendré a desayunar.

—Mn —había algo en la mirada de Lan Wangji que él no pudo descifrar.

Cariño, calidez y añoranza.

Lan Wangji había olvidado lo que era dormir con Lan Sizhui. Disfrutaba dormir con Wei Ying y Lan Ming, pero estuvo de acuerdo con su esposo que necesitaban dormir con sus dos niños al menos una vez en sus vidas.

Incluso si la habitación de Lan Ming se quedaba vacía a causa de ello.

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