6. Patadas.

«¡Hanguang-Jun lo logró! ¡Al fin logró someter al perro Wei y lo ha llevado a Gusu para recibir su castigo!»

La gente celebró esas palabras. Alabando el nombre del Segundo Jade, del gran Hanguang-Jun que no permitiría que alguien como el Patriarca Yiling saliera ileso de sus crímenes en la carretera Qiongqi contra los inocentes cultivadores Jin que murieron al intentar detener al demonio We de liberar a los perros Wen para así crear su ejército.

Si había alguien que podría contra Wei Wuxian, era Hanguang-Jun, siempre lo supieron. Era cuestión de tiempo hasta que el prodigioso y honrado cultivador de Gusu Lan lograra capturar al Patriarca. No había un clan más indicado para impartir justicia que Gusu Lan, ellos manejarían como era debido a un hereje como Wei Wuxian, podían estar seguros y tranquilos sabiendo que estaba en manos justas. Al fin la justicia prevalecería.

¿Verdad?

Hablaron sobre el juicio que se llevó acabo entre miembros de Gusu Lan, algunos aseguraron que poco después de su captura, Sandu Shengshou fue visto llegar al Descanso de las Nubes, lo cual enriqueció la historia pues estaban seguros que Jiang Wanyin castigaría al defector de su secta con la misma ira que su madre, la Araña Violeta.

Cuando el nombre de Nie Mingjue fue mencionado, fue como sentenciar a muerte a Wei Wuxian, Chifeng-Zun jamás lo dejaría con vida en nombre de la justicia. Todos ellos en Gusu solo para ponerle fin al perro Wei, ¡fue un alivio para todos!

Que Jin Zixuan también asistiera fue un detalle menor, claro que iría a ver que se hiciera justicia por sus cultivadores asesinados, su padre debió haberlo enviado para que fuera testigo de cómo debía lidiar con quien se saliera del camino del bien, le serviría como futuro líder de secta.

Idiotas, así es como se vieron al celebrar la supuesta captura de Wei Wuxian.

Nadie podría haber adivinado lo que esto causaría, menos de tres semanas después de que el rumor se extendiera a lo largo de todas las sectas, Gusu Lan, Qinghe Nie y Yunmeng Jiang unieron fuerzas para formar una alianza contra Lanling Jin y presentar un caso acusando a Jin Guangshan de una lista interminable de crimines.

Decidieron hacerlo en la conferencia que Qinghe Nie supervisó, presentaron pruebas, testigos y con eso acorralaron tanto a Jin Guangshan como Jin Guangyao, no dándoles ninguna oportunidad de escapar.

En medio del caos que se había formado previo al arresto de Jin Guangshan, su hijo bastardo y sobrino, el silencio se formó por fin cuando una figura se hizo presente entre el contingente Lan.

¡El Patriarca Yiling estaba allí!

—¡Wei Wuxian, ¿qué haces aquí? ¿No se supone que Gusu Lan lo castigó cuando lo capturaron? —el Líder Yao señaló con un dedo a Wei Wuxian, luciendo incrédulo de verlo vivo. Todos lo creían muerto, cuando mucho, incapacitado para jamás poder cultivar.

Las miradas que recibió a partir de su comentario lo desconcertaron, ¿qué había dicho mal?

—¿Castigar? ¿Quién habló de castigar? —Lan Xichen tensó su sonrisa al mirar al hombre—Gusu Lan nunca habló de ninguna captura o castigo.

—Son rumores —afirmó Lan Qiren, endureciendo su postura al lado de su sobrino—Y Gusu Lan tiene prohibido los rumores.

—P-Pero, ¡Hanguang-Jun capturó al demonio Wei! ¡¿Por qué otra razón lo llevaría a Gusu sino para castigarlo?! —Jin Zixun, retenido por cadenas y con su energía espiritual sellada, gritó enloquecido por el miedo de lo que pasaría si no lograban convencer a todos de que Wei Wuxian era culpable.

Jin Guangyao, el bastardo inútil, solo miraba con ojos con tintes de traición y dolor cómo Lan Xichen ni siquiera posaba sus ojos en su figura. Jin Zixun quería patearlo de las escaleras de la Torre Koi para que reaccionara y los sacara de ese problema. Su tío parecía tener la misma idea porque comenzó a gritarle para que hiciera algo, culpándolo de todo al ver que Jin Guangyao no hacía nada.

—Saca el nombre de mi hermano de tu boca —estalló Jiang Wanyin junto con algunos destellos de Zidian, mirándole con pura rabia.

—Está bien, Jiang Cheng —Wei Wuxian alzó su mano para posarla en el hombro de su shidi y asegurarle que no le afectaba en nada las palabras de un hombre como Jin Zixun—Sabemos que Lan Zhan jamás haría nada en mi contra.

—¿Qué? —los cultivadores de las sectas ajenas al caso se miraban entre sí completamente confundidos. Sabían lo que escucharon, no podían estar mal.

De uno de los pasillos, Lan Wangji apareció junto a unas personas que dejaron a todos boquiabiertos, sembrando aún más el silencio.

—¡Son perros Wen! ¡El General Fantasma! —alguien gritó, otros le iban a seguir para iniciar otro caos. Bastó con una fría mirada por parte de Hanguang-Jun para callarlos.

Wen Qing y Wen Ning agradecieron el apoyo antes de seguir caminando junto al hombre con la cabeza en alto. Sabiendo que nadie se atrevería a atacarlos si eso significaba pelear contra Hanguang-Jun.

—¡Lan Zhan! —Wei Ying llamó entusiasmado, levantándose de la mesa donde estaba sentado para correr hasta Lan Wangji.

Todos pensaban que el mundo se había vuelto loco, ¿Hanguang-Jun y el Patriarca Yiling no pelearían? ¡Incluso el cultivador demoníaco usaba el nombre de nacimiento del Jade!

Pero todo se congeló cuando notaron la enorme barriga de Wei Wuxian al correr a los brazos de Lan Wangji.

—Ah, Lan Zhan, nuestro baobei te extrañaba tanto, no podía dejar de pensar en ti —una vez atrapado en un más que bien recibido abrazo, el hombre de túnicas negras se colgó del cuello del otro.

—Wei Ying sabía que vendría hoy —respondió con calma Lan Wangji, moviendo sus manos hasta la espalda de Wei Wuxian y acariciar la curva que su vientre abultado causaba y liberando tensión de allí—También los extrañé.

¡¿Qué rayos estaba pasando?!

—¡Tendrás que recompensarme por los días que me dejaste solo! —¿eso era un puchero en el rostro del Patriarca Yiling?

—Mn —Lan Wangji se inclinó para besar ese mismo puchero sin pensarlo.

—Van a matar a alguien de una desviación de Qi —Wen Qing dijo, rodando sus ojos por las empalagosas costumbres de la pareja—Y no me refiero solamente al Gran Maestro Lan.

Lan Qiren hizo el amago de un bufido para luego desviar la mirada de donde su sobrino recibía los besos de su pareja.

—A-Xian, concentrémonos en lo importante —Jiang Yanli dejó ir pequeñas risas que ocultó con la manga de su túnica. Estaba encantada con la felicidad de su hermano, pero no era el momento.

—Darle la bienvenida a mi zhiji es importante, shijie —aún en los brazos de Lan Wangji, él se giró para ver a su hermana.

—Claro que lo es, sin embargo, hay temas de urgencia, Joven Wei —Lan Xichen también tenía un gesto suave al ver la escena. Ver a su didi ser feliz era una de las mejores sensaciones del mundo.

—De acuerdo —derrotado, Wei Wuxian dejó que su futuro esposo lo llevara de regreso al lugar de Gusu Lan.

—¡Esperen! ¿Van a explicar esto? ¿Por qué él se está sentando con Gusu Lan? —algún cultivador de Baling Ouyang exclamó a lo lejos.

—Wuxian se sienta donde el padre de su hijo se siente —Lan Qiren habló con su influyente voz que llamaba al silencio y el cesar de las protestas. Siendo maestro por varias generaciones, había cultivadores viejos y jóvenes que todavía lo recordaban como el estricto maestro que era y seguían acatando sus órdenes por costumbre y respeto—Lleva a un heredero de Gusu Lan dentro suyo, su lugar en la secta debe ser respetado.

—Ja, así que a este nivel es a donde Wei Wuxian ha caído para salvarse —Lan Wangji reconoció esa voz por la mera molestia que le causaba—Y el tan respetable Hanguang-Jun se prestó para tal sucio encubrimiento, ¿es tan débil que no pudo actuar en contra de los trucos de Wei Wuxian? ¿O no es tan respetable que accedió a engendrar un bast-

Su She fue silenciado antes de que Zidian pudiera golpearlo, el látigo solo alcanzó a golpear el suelo a pocos centímetros de los pies del patético hombre.

—No estás calificado para hablar de Wei Ying y nuestro hijo —algunas risas se escucharon alrededor de la sala. Hanguang-Jun siempre sería genial, incluso con las presentes circunstancias. Solo alguien como él lo lograría.

Nie Mingjue silbó bajo al escuchar las palabras y el tono cargado en dureza.

—Tu hermano sabe poner en su lugar a las personas a pesar de hablar poco —le susurró a su hermano jurado, haciendo que este tosiera un poco avergonzado.

—Bueno, quizá ha pasado mucho tiempo con su cuñado —mentira. Lan Wangji solo necesitaba un par de palabras para que lo dejaran en paz. Jiang Cheng te diría hasta de lo que morirías si lo hacías enojar.

—Oh, ojalá aprendas algo de tu prometido, te serviría con gente como Meng Yao —era un golpe bajo, Nie Mingjue lo sabía, pero estuvo muy enfadado por ver a Lan Xichen romperse al escuchar y confirmar que lo que Jin Guangyao le había dicho era mentira. Una mentira que mató a inocentes y casi condenó al mismo destino a los sobrevivientes.

Lan Xichen no dijo nada, aunque tampoco lo tomó a pecho. Su A-Cheng lo consoló tras horas de llorar en sus brazos, y sí le dio un pequeño sermón sobre cómo no debía confiar tan ingenuamente en cualquier persona.

Que Meng Yao fuera amable con él no significaba que era una buena persona con los demás. Le costó un poco aceptar que tal vez ese hombre sí existía, sin embargo, también existía el hombre que con tal de ganar el favor de su padre, o poder, haría lo que sea.

—Concéntrate en tu futuro con Jiang Wanyin —Nie Mingjue le dijo como último consejo antes de caminar hasta Jin Zixuan para ayudarlo a iniciar el juicio.

Ante sus palabras, Lan Xichen se giró a ver a su pareja al lado suyo. El hombre de túnicas moradas tenía ese conocido ceño fruncido al mantener su vista en los Jin esposados en una línea frente a todos.

Pero cuando Jiang Cheng sintió su mirada, sus ojos amatistas se movieron para ver los ocres de su prometido. Al instante sus cejas se relajaron y le regalaron una serena expresión que pocas veces se veía en el joven líder.

—Todo saldrá bien, A-Huan —Lan Xichen fingió que sus mejillas no se sonrojaron con eso.

Sí, su futuro con Jiang Cheng era mucho más agradable de pensar que su pasado con Meng Yao.

—Se acabó, Jin Guangshan. Tus mentiras ya han sido expuestas —Nie Mingjue comenzó, poniendo orden con su poderosa voz resonando por todo el salón.

—¡Esto es una locura! ¿Qué mentiras? —bramó el hombre luchando inútilmente contra las cadenas en sus muñecas.

—Basta, padre. No hay palabras que te defiendan cuando las pruebas están aquí —Jin Zixuan mostró algunos pergaminos y cartas que iban desde registros y testimonios.

—¡No le pueden creer a los perros Wen! —Wei Wuxian rodó los ojos, bien, estaba cansado y muy embarazado como para estar soportando las mentiras de esa excusa patética de hombre. Ya había probado su inocencia ante las personas que le importaban, no necesitaba de la aprobación de nadie en ese salón.

Así que mejor se concentró en ese delicioso plato de sopa de loto que su hermana le preparó y le fue entregado por un discípulo Lan en medio del juicio, felizmente tomó la cuchara y comenzó a comer, satisfecho por tranquilizar el abismal hambre que su hijo le hacía sentir. Casi comenzó a bailar de lo delicioso que sabía, quizá porque su bebé estaba comiendo y su nombre estaba siendo limpiado por su familia, pero quiso llorar de repente. Aunque tal vez también eran sus hormonas alborotadas.

Tal pareció que su bebé coincidía con que toda esa experiencia estaba despertando muchas emociones en tan poco tiempo, pues, por primera vez, Wei Wuxian sintió algo moverse dentro de su vientre.

—¡Ow! —se quejó bajito porque, de hecho, ese movimiento le dolió en primera instancia. Pero luego del dolor, vino la sorpresa al darse cuenta de que su bebé se había movido.

Las voces del juicio se volvieron como un ruido más de fondo, solo pudo prestar su total atención a su vientre, aguardando por cualquier otro movimiento por parte de su bebé.

«Vamos, baobei, hazlo de nuevo» pensó eufórico con una gran sonrisa surcando su rostro.

Con sus emocionadas manos acarició la curva de su vientre para animar a su bebé para repetir lo de hace unos segundos.

Entonces, justo allí, lo que reconoció como una patada lo hizo jadear en dolor, sorpresa y emoción un poco más alto de lo que hubiera querido.

Sintió la mirada dorada de Lan Zhan posarse encima suyo apenas su quejido se dejó escuchar.

Wei Wuxian estaba extremadamente sumergido en su dicha que su único deseo fue tomar la mano de Lan Wangji y colocarla en su pancita para que él también pudiera sentir la maravilla de momento que su hijo les estaba regalando.

—¡Lan Zhan siéntelo, nuestro bebé se mueve! —su voz salió con todas las emociones que estaba experimentando; felicidad, esperanza y euforia. Todo convertido en una bella sonrisa que contagió a Lan Wangji incluso antes de que el bebé se moviera contra la mano del mayor.

—Wei Ying —musitó en asombro por lo extraño que era sentir a su hijo patear su mano como si lo estuviera saludando. Era extraño y hermoso a la vez. Sin poder resistirlo, movió su otra mano para situarla junto a la otra.

Las sonrisas de los futuros padres empalagaron a las familias y conocidos de ambos que, un poco avergonzados por la manera en que los estaban ignorando a ellos y a la seria situación, evadieron la mirada de la burbuja de amor entre Wei Wuxian y Lan Wangji.

No Jiang Yanli, por supuesto, quien se levantó de prisa para caminar hasta su hermano para igualmente sentir a su sobrino.

—Shijie —la voz se le estaba ahogando en su llanto, sus ojos llorosos miraron a su hermana inclinarse a su lado y posicionar sus manos en su cuerpo después de que Lan Wangji alejara las suyas.

—Esto es hermoso, A-Xian —lo felicitó con suaves caricias y dulces palabras que fueron acompañadas por una reconfortante sonrisa—Tu bebé está feliz porque tú lo estás.

—¡Ay, por los cielos! ¿Cómo pueden premiar esta abominación? Hanguang-Jun claramente fue hechizado por el Patriarca Yiling para así conseguir protección —Jin Zixun no podía creer que estuvieran haciendo un juicio en su contra cuando a Wei Wuxian lo dejaban sentarse libremente junto a los demás clanes, ¡era injusto!

—¡Sí, y ni hijo de Hanguang-Jun debe ser! —gritó alguien desde atrás, como un cobarde—Después de todo vendría de familia, ¿no? Siempre se dudó de que Wei Changze no fuera el verdadero padre de Wei-

—¡Cierra la boca! —antes de que cualquiera pudiera seguir con la porquería de discurso, Wei Wuxian se levantó de su lugar rápidamente, teniendo cuidado de no empujar a su hermana en el proceso—Pueden escupir mi nombre todo lo que quieran, pero no voy a permitir que ensucien el nombre de Lan Zhan y mucho menos el de mi madre o padre.

—¿Son estúpidos? Wei Wuxian es prácticamente la copia de su padre —una voz extraña se alzó entre las otras. Al seguirla, vieron al Líder del Clan Qin sentado recto y confiado después de vocear sus palabras.

—Eso es verdad, Wei Wuxian es bastante parecido a su padre, mientras que no comparte ninguna característica ni con el fallecido Jiang Fengmian o sus hijos —Lan Qiren se acarició la barba mientras miraba a los Jiang para que entendieran el mensaje y defendieran el honor de sus padres.

Jiang Cheng, como líder de secta, se movió para hablar, con los puños y mandíbula apretada por la bazofia que esos cultivadores hablaban.

—El matrimonio de mis padres no fue perfecto, pero si había algo que ninguno de los dos fue en algún momento de sus vidas era ser infiel —Jiang Yanli asintió con firmeza, sus manos estaban ocupadas deteniendo a Wei Wuxian de matar a quien sea que comenzó la discusión, porque era inútil, para ese punto tal persona ya debió haber escapado como el cobarde que era.

—Además, no quieran cambiar el tema, Wei Wuxian solo es una víctima de las mentiras de los acusados —Jin Zixuan frunció el ceño, disgustado por toda la situación. Por la participación de su padre y medio hermano en la muerte de inocentes y la hipocresía de los clanes—Sus mentiras enviaron a un hombre embarazado a un lugar horrendo como los Túmulos Funerarios porque el mundo le dio la espalda a la verdad y justicia.

Wei Wuxian se relajó al ser defendido por su cuñado, casi bufó por el cambio de Jin Zixuan, tal vez ya no era un pavo real del todo.

—Aiya, ¿podrían dejarme en paz? Mi único interés de todo esto es que los Wen sean libres de vivir pacíficamente —Wei Wuxian colocó un puchero en su rostro—Mi bebé está pateando y me están arruinando la experiencia con su parloteo.

—Sí, bueno, sigamos —Nie Mingjue estuvo de acuerdo, así que, volviendo a mirar a los Jin con un profundo ceño fruncido, continuó el juicio.

—Wei-xiong —un murmuro se escuchó detrás suyo, y al darse vuelta, vio a Nie Huaisang parado luciendo como si se hubiera escabullido del lado de su hermano para acercarse a él—¿Puedo sentir a tu bebé?

Wei Wuxian se soltó a reír en voz baja.

—Ah, Nie-xiong, clara que puedes —con su confirmación, su amigo colocó sus manos en él en un estado de emoción pura.

Su bebé respondió al tacto con patadas, y para ese punto, Wei Wuxian ya comenzaba a acostumbrarse al dolor que eso provocaba. Más que nada porque no sobrepasaba la inmensa dicha que traía.

De fondo escuchó la sentencia hacia los Jin y supo que su bebé nacería en un mundo donde su padre ya no podría ser acusado de las mentiras de esos hombres.

Y aunque lo intentaran, tenía a toda una familia que los defendería.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top