28. Juegos.
Lan Wangji subió el camino que lo llevaría hacia los Túmulos Funerarios, llevaba en sus mangas una bolsa de dinero y de condimentos para que las comidas no fueran tan simples y tuvieran más nutrimentos.
Eran su apoyo a Wei Ying y Lan Yuan.
Gusu Lan no pudo llegar a un acuerdo favorable para que Wei Ying y los remanentes Wen aceptaran ir a Gusu. Lo que ofrecían era una vida en prisión, y aunque ahora vivían como exiliados, todavía tenían la oportunidad de escaparse con otras túnicas e ir a disfrutar el mercado o festivales que se organizaban en Yiling.
La secta Gusu Lan no les ofrecía lo mismo pese a que escucharon la historia y era evidente que eran inocentes. Lan Qiren no dio su brazo a torcer y terminó con las esperanzas de Lan Wangji para tener al amor de su vida e hijos con él. Estuvo tentado a dejar su secta para ir con ellos, pero no podía dejar a su hermano solo y, aunque le pesara, necesitaba tener estabilidad económica para poder proveer a su familia. Pondría en uso sus comodidades como Segundo Maestro Lan, finalmente.
No era sorpresa para nadie que el hijo de Hanguang-Jun vivía en los Túmulos Funerarios junto a su otro padre, lo que sí resultaba ser una sorpresa era que este lo permitiera, era un caso desafortunado, en verdad. Lan Wangji no podía hacer nada por su amado e hijo y tenía que conformarse con sus visitas hacia donde su familia vivía. Una historia muy triste de dos amantes forzados a estar separados por las circunstancias.
Lan Wangji llegó hacia las barreras que lo reconocieron con facilidad y de la misma manera le permitieron entrar. Wei Ying hizo un ajuste a su pase de jade para Gusu que también le permitiría cruzar las barreras protectoras de los Túmulos Funerarios.
A mitad del camino, unas pequeñas túnicas blancas corrieron y revolotearon hacia él, junto a ellas había un rastro de los gritos emocionados de Lan Yuan. Lan Wangji se agachó en su lugar para recibir a su hijo en sus brazos, sintiéndose completo finalmente al poder tenerlo con él después de un tiempo. Su hijo le abrazó entusiasmado por tener a su A-die nuevamente en casa, estaba ansioso por enseñarle todos los cambios que hicieron durante ese tiempo alejados.
—¡Diedie! Baba y yo decoramos la cueva ayer, ¡tienes que verla! —informó con su energía infantil disparada hacia los cielos por tener a su padre de regreso. Lan Wangji le acarició la mejilla todavía a su altura, su pequeño se veía sano y limpio, al menos le aliviaba saber que estaba bien atendido.
A lo lejos del mismo camino donde su niño vino, Wei Ying apareció con una sonrisa suave y ojos tiernos mirando la escena de padre e hijo. Sus manos cuidaban el vientre de cinco meses con ímpetu.
—Llegaste temprano —murmuró caminando la corta distancia que lo separaba de su familia. Lan Wangji se levantó del suelo para besar los rosados labios de su zhiji.
—Mn, no podía esperar —escuchar eso hizo feliz a Wei Wuxian, la mano del patriarca bajó hasta la cabeza de su hijo que estaba parado entre ellos dos, y con el mismo cariño que su padre, acarició los cabellos de Lan Yuan.
—¿Nos extrañabas, Lan Zhan? —habló al mismo tiempo que palmeaba la cabeza de su hijo y su vientre abultado, haciendo énfasis a que ellos eran su familia. Lan Wangji vio esto con orgullo.
—Mucho —murmuró mirando directamente a los ojos de Wei Wuxian.
—Ah, eres un descarado —el avergonzado cultivador de negro soltó risas bobamente tratando de ignorar el sonrojo que sentía calentar sus mejillas—Vamos, subamos, A-Yuan quiere enseñarte los juguetes que shijie le envió.
Y como si esto hubiera recordado algo en la mente del infante, pronto tomó las manos de sus padres y comenzó a arrastrarlos hacia montaña arriba.
—¡Vamos, vamos! —dijo entusiasta.
—Tranquilo, baobei, recuerda que no puedo correr —sin sofocarse, eso era lo que faltó agregar.
Lan Wangji escuchó atentamente a su hijo cuando este le estaba enseñando los juguetes que su guma le había enviado la semana pasada. Le mostró con particular emoción unos muñecos de tela que curiosamente tenían las mismas ropas que ellos.
—Guma dijo que ella misma los hizo —Wei Wuxian se rió de ver la reacción de Lan Wangji al ver la expresión seria que Jiang Yanli había dibujado en el muñeco que lo representaba.
—Shijie pone atención a los detalles —se burló con gracia. Lan Wangji ignoró a su esposo para ver la versión pequeña que su cuñada había hecho. Su adorable moño rojo miniatura derritió el corazón de Lan Wangji.
—Además, hizo a A-Yuan también —le enseñó uno más pequeño que tenía las mismas túnicas que él—Aunque didi tendrá que esperar a nacer —murmuró viendo la panza de su papá—¡Pero dijo que podría meter este pedazo de tela aquí y entonces tendría a didi como ahora está!
Lan Wangji vio de reojo cómo Wei Wuxian se escandalizaba por ver a Lan Yuan tomar un pedazo de tela y colocarlo entre las túnicas de Wei Wuxian, simulando ser su vientre. Lan Wangji se hubiera reído fuerte si pudiera, lo hizo mentalmente.
Para darle algo de privacidad a la pareja, Wen Qing se llevó a Lan Yuan después de horas informándole a Hanguang-Jun sobre todo lo que sucedía en los Túmulos Funerarios.
—Por fin solos... —suspiró Wei Wuxian entre los brazos de Lan Wangji, ambas pares de manos sobre el viente del cultivador demoníaco.
Al estar cerca, recibió un beso en su cuello. Ambos querían disfrutar del momento que estaban compartiendo. Se quedaron dormidos al estar satisfechos porque estaban juntos nuevamente. Despertaron horas después, cuando la noche ya caía y entonces decidieron ir en busca de su hijo para prepararlo para dormir.
Wen Ning les dijo que estaba en la cabaña de la Abuela Wen jugando. Cuando ellos llegaron allí, vieron que su pequeño estaba en el suelo jugando con los muñecos de su familia.
—Lan-Er-Gege —dijo imitando el tono a puchero que Wei Wuxian siempre hacía cuando quería algo.
Otra vez avergonzado, Wei Wuxian solo pudo abrir su boca entre asombrado y divertido por lo que sus ojos presenciaban.
—Mn —esta vez imitó la forma de hablar de su padre. Ante esto, Wei Wuxian apenas pudo ocultar sus risas.
Lan Yuan había imitado a la perfección la manera en la que su A-die se comunicaba.
—Te amo —continuó con la escena, haciendo que Wei Wuxian fuera el primero que dijera eso—Yo también te amo —para luego hacer que Lan Wangji respondiera. Lo que casi hizo que Wei Wuxian soltara una carcajada fue ver a Lan Yuan provocar que los muñecos se besaran con un piquito—Oh, sí, A-die y baba también aman a A-Yuan —murmuró tomando su muñeco para unirlo al abrazo familiar.
Lan Wangji y Wei Wuxian se abrazaron viendo a su hijo jugar a la familia feliz. Les gustaba saber que era verdad; que este amor era lo que Lan Yuan veía en su familia. Que solo conocía el amor y respeto que ambos se tenían.
Podría ser que sus circunstancias no eran las deseadas, pero se conformaban con que su hijo creciera sabiendo lo que era ser amado por su familia. Con eso les bastaba y sobraba.
Años después, un ya crecido Lan Yuan estaba jugando a las escondidas con su didi en el Jingshi, Lan Ming se había escondido bien esta vez, le estaba costando un poco de trabajo encontrarlo.
Al entrar a su propia habitación, le pareció curioso ver que su baúl de juguetes tenía un tela blanca atorada en la tapa. Con una sonrisa cálida se acercó hasta allí y abrió el baúl para encontrar a su hermanito.
Pero entonces vio que Lan Ming tenía abrazados a los viejos muñecos que su tía le regaló años atrás.
—¡Son A-die y A-niang! ¡Gege también! —con toda la emoción de un niño, Lan Ming le enseñó los muñecos con una sonrisa que mostraba sus pequeños dientes de leche.
—Sí, A-Ming. Son nuestros papás —le respondió extendiendo la mano para ayudar a su hermanito salir del baúl.
—¡Gege! ¿Puedes contarme la historia de nuestros papás con estos muñecos? —Lan Yuan sonrió. Esa historia era su favorita de niño cuando Wei Wuxian lo ponía a dormir mientras todavía vivían en los Túmulos Funerarios.
Ahora todo había mejorado.
Bajó la mirada hacia los muñecos.
—Inició porque nuestro baba se metió en problemas, como siempre.
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