17. Cordón umbilical.
Lan Sizhui a veces se encargaba de la limpieza del Jingshi. Esto era más o menos cuando sus padres salían de cacerías nocturnas que duraban algunos días y alguien debía asegurarse que todo estuviera bien con el hogar. Al ser su hijo mayor y el discípulo principal, la tarea recaía en él.
No se quejaba, la verdad. Que sus hermanos todavía fueran más pequeños que él lo obligaba a ser el responsable de la familia cuando sus padres se fueran, y él lo hacía complacido.
—Debe de estar limpiando el Jingshi —Lan Jingyi les dijo con una sonrisa a los pequeños Lan que le preguntaron dónde podría estar su hermano.
—Vamos, ya casi es la hora de comer, busquemos a su gege —Lan Jingyi y Jin Ling se movieron junto a los herederos hacia la residencia de Hanguang-Jun y el Maestro Wei a paso lento.
Lan Sizhui escuchó los pasos de personas llegar hasta el lugar, reconoció los pasitos entusiasmados de sus hermanos y posó una pequeña sonrisa en su rostro. Lan Feng y Lan Ming eran todo lo que siempre soñó que su familia sería, eran pequeños adorables y fáciles de manejar, como todos unos rectos Lan.
Abrió el compartimiento debajo del suelo de madera para limpiar, sabía que allí era donde su baba guardaba la Sonrisa del Emperador que A-die le compraba, además de un par de cosas más, como las peonías que Wei Wuxian alguna vez lanzó hacia Lan Wangji y el viejo listón rojo. Pero vio algo curioso esa vez, había una pequeña caja con un grabado de nube en su tapa, era de madera oscura y su tamaño no daba pistas a lo que podría ocultar en su interior.
Sabía que no debía revisarlo, estaba en contra de las reglas ser entrometido con las cosas ajenas. Sin embargo, tenía curiosidad porque pensaba que sabía todo lo que estaba en el Jingshi, tal parecía que no.
Fue entonces que Jin Ling y Lan Jingyi entraron con Lan Ming y Lan Feng delante suya.
—¡Gege! —dijeron al unísono con alegría y él no pudo evitar sonreírles y estirar sus brazos para que sus pequeños hermanos lo abrazaran. Los dos se estamparon contra suya al mismo tiempo que reían por su felicidad.
—¿Vinieron a buscar a su gege para comer juntos? —les preguntó y recibió adorables cabeceos apresurados—Bien, solo denme tiempo para terminar aquí y podremos irnos.
Viendo el compartimiento abierto, los curiosos ojos de los menores se enfocaron en el suelo, Lan Sizhui entonces pensó que quizá no debió permitir que ellos vieran eso, cabía la posibilidad que ellos ahora lo abrieran cuando estuvieran en la casa.
Se apresuró a limpiar para que la curiosidad de sus didis no los llevaran a revisar todo lo que allí había.
Lan Feng vio la cajita que Lan Sizhui dejó en el suelo al lado suyo, con el interés que un niño de esa edad tendría, tomó la caja para abrirla y ver qué tenía. Sus padres solían guardar sus dulces en una caja, en su cabecita pensó que también tendría dulces.
Pero al abrirla, Lan Jingyi y Jin Ling, quienes veían la acción con preocupación, jadearon entre asqueados y aterrados cuando vieron lo que la caja guardaba.
—¡Ah, A-Feng, no! —chilló Jin Ling quitándole la caja con cuidado al niño, el grito llamó la atención de Lan Yuan.
—¿Qué? ¿Qué pasó? —Lan Feng miraba confundido a su pareja, Jin Ling tenía la caja cerrada con ambas manos y pronto se la dio a Lan Sizhui para que la volviera a colocar en su lugar.
—No sé qué es lo que tus papás guardan en esa cosa pero no creo que tus hermanitos deban verlo o tocarlo —el gesto de disgusto en el Jin extrañó a Lan Sizhui, tomó la caja y la abrió solo para ver su contenido.
Bien, no sabía identificar las dos bolitas que había allí y no iba a mentir, era extraño que sus padres lo tuvieran.
Siguió el consejo de Jin Ling y volvió a dejar la caja en el compartimento para proceder a cerrarlo, rezando que sus didis no recordaran dónde estaba.
—Ugh, ¿qué era eso? Lucía horrible —Lan Jingyi sacudió la cabeza en señal de que ni pensar en ello deseaba. Con algo de incomodidad, los tres jóvenes salieron del Jingshi guiando a los niños al camino del comedor.
—No lo sé, y si preguntamos sabrán que revisamos algo que posiblemente no debíamos —respondió el mayor de los hermanos viendo cómo sus hermanitos se adelantaban jugando entre ellos. Jin Ling le tomó de la mano poco después, provocando una ligera sonrisa en Lan Sizhui.
—No creo que les moleste que seas tú, eres su hijo de todas formas —Lan Jingyi evitó rodear los ojos cuando al girar su cabeza para ver a su amigo le vio tomado de la mano con su pareja. Siguiendo los pasos de sus padres, Lan Sizhui no tenía vergüenza de demostrar su amor hacia Jin Ling.
Una dócil sonrisa de parte de Jiang Yanli y Jin Zixuan les recibió al llegar al comedor, la pareja estaba acomodando la mesa para comer cuando ellos llegaron.
Jiang Cheng y Lan Xichen estaban arreglando unos asuntos como líderes de secta antes de desocuparse para comer con su familia.
—A-Ming, A-Feng, vengan con guma para comer —la mujer abrió sus brazos hacia los infantes y pronto fue abrazada por los hermanos que adoraban a su tía.
—¿Ya están listos? —la voz de Jiang Cheng llegando anunció que podrían iniciar pronto a comer.
—Sizhui, ¿terminaste de limpiar el Jingshi? —Lan Xichen había sido quien le recordó a Lan Sizhui sobre esa tarea, así que solo se estaba asegurando de que hubiera sido cumplida.
—Sí, zongzhu —afirmó con respeto, viendo entonces que Lan Jingyi abría su boca y Lan Sizhui simplemente sabía lo que diría.
—Pero, Líder de Secta, encontramos algo extraño en una caja —Lan Yuan suspiró mentalmente, era evidente que su amigo no se quedaría con la duda.
—¿Oh? ¿Y qué fue? —preguntó Lan Xichen mirando a Lan Sizhui para esperar su respuesta.
—Eran dos bolas extrañas, no olían ni nada, solo nos pareció curioso que A-die y baba las tuvieran —Lan Xichen pareció pensar por unos segundos en qué podría ser, tal parece que no pudo llegar a ninguna conclusión pues solo se limitó a dar una sonrisa a modo de disculpa.
Pero la descripción pareció llamar la atención de Jiang Yanli, pues ella se detuvo en colocar la jarra con agua en medio de la mesa para mirar con interés a los jóvenes.
—¿En una caja dices? —preguntó, y con ello logró que los discípulos pusieran sus miradas en ella.
—Sí, una caja escondida en... algún lugar —Lan Sizhui sonrió avergonzado de casi decir la existencia del compartimento secreto en voz alta fuera del Jingshi.
—Oh, entonces son los muñónes de Lan Feng y Lan Ming —ella dijo entre suaves risas como si eso fuera obvio para todos, pronto se dio cuenta de que no era así al ver que todos le miraban sin entender.
—¿Los qué? —Lan Jingyi fue quien se atrevió a preguntar lo que todos los hombres en ese comedor pensaban.
Con una sonrisa compresiva, Jiang Yanli le pasó la jarra a su esposo y señaló su ombligo.
—Cuando el cordón umbilical se corta, queda un pedazo en el ombligo del bebé que se llama muñón. Suele caerse después de unos días y algunas madres lo guardamos como un recuerdo —Jiang Cheng arrugó la nariz, a pesar de que Lan Sizhui dijo que no tenía olor, no podía evitar pensar que sí debía oler a algo después de tanto tiempo—Yo también tengo el de A-Ling guardado —finalizó encogiendo sus hombros como si no fuera nada.
—Puedo entender por qué piensan que es tierno, pero también es algo raro —Jiang Cheng comentó tratando de alejar la imagen de cómo eso se debe ver después de años.
—Bueno, Wei Wuxian es raro —murmuró Jin Zixuan en voz baja, ganándose un golpe de su esposa, ¡ella también tenía el de su hijo!
—Si eso les pareció raro, entonces no les voy a decir que algunas personas se comen la placenta, ¡oh! Ya lo hice —Jiang Yanli soltó tenues risitas al ver que todos hacían caras extrañas después de escuchar eso.
—¡Mamá, no digas eso cuando estamos a punto de comer! —lloriqueó, Jin Ling quería golpear a Lan Jingyi por preguntar.
Lan Jingyi se arrepintió de ser tan preguntón, estaba mejor cuando no tenía nada de esa información en su mente.
Dos pequeños niños miraban a los adultos sin entender por qué tenían rostros graciosos y se quejaban mientras su guma se reía de ellos. No le tomaron importancia, su familia era extraña de vez en cuando.
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