13. Contracciones.
—¿Te gusta, Lan Zhan? —Wei Wuxian alzó un poco la caja para permitir que el otro viera la caja de madera que sus manos cuidaban con delicadeza—¿Crees que es un buen regalo para Jin Ling?
Lan Wangji afianzó su agarre en la cintura de Wei Wuxian al mismo tiempo que bajó la mirada para analizar lo que su pareja le decía. Sin mayores deliberaciones, asintió con un sonido y su respuesta causó que Wei Wuxian se riera emocionado.
—Perfecto, entonces. Mi sobrino solo merece lo mejor —guardó el presente en su manga. Se giró a ver por encima de su hombro para localizar a Wen Ning, quien los seguía de cerca pero no tanto, dándoles algo de privacidad. Se rió ligeramente, Lan Zhan hizo una cara muy divertida cuando le dijo que Wen Ning lo acompañaría hacia la Torre Koi y luego se quedaría alrededor por seguridad.
Fue entonces que Lan Wangji decidió que sería él quien lo escoltaría hacia la celebración, no dio pie a reclamos ni sugerencias, sería él únicamente. Wen Ning fue por petición de Wei Wuxian, mas no era un ciego, no le era indiferente el rechazo que Hanguang-Jun sentía por él, por lo que decidió mantener una distancia prudente de ellos.
Era normal que ambos tomaran la seguridad de Wei Wuxian con demasiada cautela, estaba en sus últimas semanas de embarazo, su bienestar y la del bebé eran lo más importante para ellos en esos momentos, y sabiendo que el mundo del cultivo lo veía como un enemigo, no lo dejarían desprotegido cuando saliera a dar la cara en público.
—¿Puedes creerlo, Lan Zhan? Mi bebé podría nacer en una fecha cercana a la de su primo —Wei Wuxian acarició su vientre con una suave sonrisa—Lastima que no podrán crecer juntos —sabía la situación en la que estaba, estaba plenamente consciente de lo difícil que sería para su hijo el tenerlo como su padre.
Lan Wangji detestó escuchar ese tono melancólico en la voz de su pareja, verlo resignarse a ser un exiliado por el resto de su vida le estrujó el corazón en agonía.
—Xiongzhang y yo no permitiremos eso —le prometió con la determinación de lograr su cometido. Ni los ancianos del clan ni el mundo del cultivo lo detendrían de tener a su familia cerca.
Wei Wuxian aligeró el ambiente con una risa.
—Buena suerte con esa discusión —enfrente de ellos, la carretera Qiongqi se comenzaba a ver. Tendrían que pasar un puente para comenzar con el camino directo que los llevaría hasta la Torre Koi. A pie era más cómodo para Wei Wuxian, que se mareaba al viajar en espada—Xichen-ge y tú tendrán que hacer un gran esfuerzo para lograr cambiar sus necias mentes.
Lan Wangji se sintió inútil, incapaz de ayudar al amor de su vida para tener la vida que se merecía. Frunció el ceño ligeramente al pensar en las palabras de Wei Wuxian.
—No nos rendiremos —afirmó sin dudar de sus promesas, estaba dispuesto a cumplirlas sin importar el costo.
Wei Wuxian se conmovió por la voluntad de Lan Wangji por darle una vida mejor de la que ahora tenía, pensaba que era una manera de expresar su gran amor por él, lo cual era innecesario porque en él ya crecía el fruto y la más hermosa prueba del amor y devoción que Lan Zhan le profesaba cuando lo tenía en sus brazos.
—Lan Zhan, gracias —sentía que debía decirlo cada vez que veía al otro, al verlo, solo veía a un hombre que era capaz de admirar más allá de la superficie de la fachada rota que el Patriarca Yiling se dejaba lucir frente a los ojos de los demás. Lan Zhan lo veía como ese joven chico que conoció en el Descanso de las Nubes y seguía creyendo que era ese jovial y travieso hombre del cual se enamoró.
¿Cómo no iba a amarlo tanto?
Lan Wangji conectó sus miradas al responder con algo que Wei Wuxian ya sabía que diría.
—No hay necesidad de gracias o perdón entre nosotros —el corazón de Wei Wuxian se calentó en el más puro y dulce amor, perdiéndose en la profundidad dorada de los ojos de su pareja.
Se detuvo en su caminar porque quería plantar un beso en los labios de Lan Zhan. Se movió para hacer justo eso cuando sus sentidos se erizaron y el sentido de supervivencia –intensificado por su instinto de protección maternal– se activó al prestar más atención a los alrededores.
Paró su camino hacia su amado, dejando a un confundido Lan Wangji haciendo un puchero mental por ser negado un beso de su Wei Ying. Sin embargo, al verlo tensar su cuerpo y mirar alrededor de donde estaban parados, Lan Wangji también decidió prestar más atención a su alrededor.
—Hay algui-
El sonido de una flecha rompiendo el aire interrumpió sus palabras, dejándolo con ellas en su boca y obligándolo al instante a usar sus reflejos para llamar a Wen Ning. Él estuvo a su lado de inmediato y atrapó la flecha en el aire mientras que Lan Wangji colocaba a Wei Wuxian detrás de su cuerpo para sacar su espada y apuntarla hacia el punto de donde el proyectil había sido disparado.
Los ojos blancos de Wen Ning miraron con molestia cómo varios cultivadores salían de los arbustos con arcos y espadas apuntando directamente hacia donde Wei Wuxian estaba.
—¡Wei Wuxian, levanta tu maldición o este será tu último día con vida! —la voz de otro cultivador resonó a un costado izquierdo del valle—No te molestes en tratar, ningún cadáver vendrá a tu llamado, limpiamos la zona.
—Es una emboscada —susurró el hombre vestido de negro, pegando su cuerpo lo más que podía de Lan Zhan sin entorpecer su postura de autodefensa. Wen Ning se colocó detrás suyo, protegiendo su espalda—¿Quién rayos es él? ¿De qué maldición habla? Ni siquiera lo conozco.
—Jin Zixun —Lan Wangji lo llamó para que el hombre escuchara y supiera que el ataque no saldría impune si alguien de un clan prominente salía lastimado. Peor si se trataba de uno de los Gemelos Jade—Retírate.
Con un nombre ya para poder ponerle al hombre en pomposas túnicas Jin, Wei Wuxian trató de hacer memoria para encontrar una conexión entre ellos. Las túnicas no eran de los discípulos, al contrario, eran mucho más finas y detalladas, usando la peonía que solo la familia principal podía usar. El pavo real no tenía más hermanos, ¿verdad? Ese cultivador solo podía tratarse de un primo.
—¿Hanguang-Jun? —Jin Zixun perdió momentáneamente su color y postura al detallar al hombre de túnicas blancas que acompañaba al Patriarca.
Hanguang-Jun lucía furioso. Tragó duro al ver la pesada mirada sobre él, tanto que se incómodo por unos segundos. Sus cultivadores notaron su duda y comenzaron a tener las mismas inquietudes al estar alzando sus armas contra el respetable Hanguang-Jun, un héroe de la guerra.
Pero, idiota como él solo podía ser, Jin Zixun decidió que tenía una cara que mantener. Organizó la emboscada para librarse de la maldición, con la posibilidad de también librar al mundo del cultivo del Patriarca Yiling, no iba a permitir que su trabajo en reunir a los discípulos fuera en vano.
Bufó con sorna, mostrando una sonrisa soberbia que alentó a los discípulos a volver a centrar sus armas en el objetivo.
—Se creía que Gusu Lan era justa e íntegra, ¿quién diría que su estimado Hanguang-Jun se juntaría con el enemigo público de los clanes? —allí, Wei Wuxian recordó esa molesta voz diciendo algo similar sobre Yunmeng Jiang. Atacando la secta de sus hermanos.
—Deja a Lan Zhan fuera de esto, el problema lo tienes conmigo —quiso pararse enfrente para dejarse ver, Lan Zhan no lo permitió al impedirle el paso con su brazo y volviendo a empujarlo detrás de él—Lan Zhan, puedo defenderme yo solo...
—No, no puedes —su mano tanteó la curva del vientre de Wei Wuxian, recordándole la valiosa razón por la que no podía usar su cultivo.
Wen Ning se acercó con cautela.
—Joven Maestro Wei, escuche a Hanguang-Jun, A-Yuan y su bebé lo necesitan —Wei Wuxian cedió sin quejarse, ellos tenían toda la razón. Tenía una familia que cuidar, no podía ser irresponsable y ponerse en riesgo cuando llevaba una vida dentro suyo.
—Wei Wuxian, ¿levantarás tu maldición o tendré que matarte para liberarme de ella? —el cultivador demoníaco gruñó por lo bajo, no le gustaba que le amenazaran con su bebé consigo.
—¿Qué maldición? Si quisiera matarte lo haría con mis propias manos, pero sigues vivo, ¿no es así? —Jin Zixun apretó la mandíbula.
—¡Eres tan soberbio para no tener un clan! ¿Crees que Jiang Yanli vendrá a defenderte ahora que eres un defector de su clan? —su shijie era un tema que tocaba la moral de Wei Wuxian, ahora que Jin Zixun había tomado ese rumbo, dio justo en el blanco para atraer al Patriarca fuera de la seguridad de Hanguang-Jun y el General Fantasma.
—Dímelo tú, ella fue quien me invitó a la celebración de su bebé —él estaba conmovido por aún tener un lugar en el corazón de su shijie, que le diera la oportunidad de ser parte de la vida de su shizi. Sin embargo, ahora, estaba usando ese gesto para restregarlo en la cara de ese tal Jin Zixun.
Jin Zixun no supo cómo responder a ello, porque si Jin-Er-Furen envió la invitación, entonces su primo seguramente lo habría aprobado. Es decir, que estaba de acuerdo con que Wei Wuxian viniera a la celebración de Jin Ling.
—¿No piensa bajar sus armas, gongzi? Somos únicamente tres personas, ¿así es como Lanling Jin recibe a sus invitados? —el Patriarca también sabía dar donde dolía. Esos pavos reales en amarillo eran todo sobre su estatus, amenazar eso era la única manera de hacerlos retroceder—Puede que a nadie le importa lo que pase conmigo, sin embargo, no creo tengan el mismo sentimiento hacia Lan Zhan.
—Son dos personas —los ojos de Jin Zixun miraron hacia Wen Ning. Necesitaba una excusa para estar apuntando hacia ellos, de otra manera, por supuesto que todos se pondrían de lado de Hanguang-Jun incluso si estaba con Wei Wuxian—Eso es tu arma, no una persona.
Algo en Wei Wuxian se rompió en su mente, la rabia comenzó a consumirlo por escuchar a Wen Ning ser rebajado menos que un ser humano por el clan que lo asesinó y causó su caída hacia ser un cadáver.
¿Cómo se atrevían? Ellos que asesinaron a inocentes y los torturaron como si no valieran nada, ¿cómo tenían el descaro de ser honorables después de las atrocidades que cometieron?
Ese coraje se sentía tan familiar para la energía resentida que corría por su cuerpo. Esa energía que comenzaba a pedir más, después de tanto tiempo sin poder sentir nada, ansiaba más, susurraba en la mente de Wei Wuxian que asesinara a aquellos que se atrevieran a lastimar a su bebé, le nublaban su juicio con sucias jugadas porque sabían de sobra que haría lo que fuera por su hijo.
—Wei Ying, concéntrate —Lan Wangji sintió el aumento del resentimiento alrededor de su amado, comenzó a desesperarse, quería, debía sacarlo de allí.
Porque, aunque no lo supiera, eso iba a tornarse en un camino que no a todos les convendría.
Lo que Lan Wangji no sabía, era que eso ya estaba fuera del control de Wei Wuxian. Algo reconoció que estaba perdiendo la consciencia y comenzó a propiciar que esto aumentara.
La formación puesta por Jin Guangyao.
—Wen Ning, llévatelo de aquí —Lan Wangji vio con creciente preocupación cómo una ola de energía resentida comenzó a rodear el cuerpo de Wei Wuxian. Los característicos ojos grises se tornaron rojos con un parpadeo.
Wei Wuxian se llevó una mano a la cabeza para tratar de luchar con todas las voces que gritaban en su cabeza.
—Lan-
Un ardor en la parte posterior de su hombro detuvo sus palabras, el impacto de la flecha incrustada en su cuerpo lo hizo tambalearse hacia adelante unos pasos, todo bajo la mirada de horror por parte de Lan Wangji.
—¡Wei Ying! —ninguno vio el punto ciego que se había dejado. Por eso ese arquero pudo acertar en su tiro.
Dio justo en el punto que quebró por completo la consciencia de Wei Wuxian, la energía resentida explotó en filosas ráfagas que se dispararon en todas las direcciones. Wen Ning se lanzó en contra de los cultivadores bajo el comando de su maestro.
El instinto maternal de Wei Wuxian estaba enloquecido porque fue atacado y por ende, su hijo estaba en peligro.
Lan Wangji sacó su guqin para ayudar a desviar las flechas que seguían lloviendo sobre ellos, su corazón latía descontrolado por querer ayudar a Wei Ying a disipar el resentimiento que comenzaba carcomerlo.
Wei Wuxian no podía distinguir entre los gritos de las voces en su cabeza y los de agonía que los cultivadores Jin vociferaban en sus últimos momentos antes de morir a manos de Wen Ning.
Solo había una voz que era clara entre todo ese desastre.
«Matarán a tu bebé si se los permites» le decían con burla, sabiendo que eso lo volvería loco.
Los cadáveres que cayeron fueron levantados poco después para unirse en contra de su propio clan. Un golpe bajo que solo se le permitió en la guerra por ser contra los Wen, pero ahora, era casi un insulto.
Jin Zixun quiso huir cuando vio la masacre que eso sería, creyó que con limpiar el valle de cadáveres sería suficiente, ahora veía que eso no era así.
Wei Wuxian no le dejaría huir así sin nada, no después de haberle amenazado.
—¡Si me matas, no serás perdonado por nadie! ¡Te matarán! —Wei Wuxian se rió, una risa que envió escalofríos por la piel de Lan Wangji, porque esa no era la risa que amaba escuchar de Wei Ying.
Esa era la risa del Patriarca Yiling.
—Estarás muerto de todas maneras —varios cadáveres se levantaron frente a Jin Zixun, dejando en claro la verdadera amenaza y motivos.
—Wei Ying —Lan Wangji notó que los pocos cultivadores que lograron escapar de las manos de Wen Ning se alejaban en sus espadas hacia la Torre Koi.
Pronto llegaría apoyo y estarían en problemas más grandes. Y no es que eso le importara, lo que más quería era que su familia estuviera bien. Necesitaba sacar a su amado de allí a toda costa.
—¡¿Qué está pasando aquí?! —Jin Zixun quiso suspirar en alivio al escuchar esa voz.
Jin Zixuan se acercaba a un paso apresurado hacia la escena, con el ceño fruncido y mirando los muertos de su clan que yacían en el suelo en charcos de sangre.
—¡Wei Wuxian! —vio al hombre vestido de negro rodeado por una nube negra de resentimiento y también se percató de que su primo estaba siendo acorralado por cadáveres—Detén esto —su voz salió como una orden.
Y Wei Wuxian no estaba de humor para órdenes de parte de nadie vestido en amarillo. Bufó con sorna, los del Clan Jin jamás cambiarían, ni siquiera Jin Zixuan... ni por su shijie.
Siempre sería visto como el culpable de todo, lo acusarían y juzgarían por cualquier mínima cosa. Nunca nadie creería que fue provocado, que solo se estaba defendiendo. No, jamás sería más que el culpable, el terrible y malvado hombre consumido por el cultivo demoníaco que había perdido el juicio.
—¿Que yo me detenga? ¿Por qué no le dices a ellos que bajen sus armas? —apuntó a los poquísimos discípulos que decidieron quedarse con el primo de su próximo líder.
—Wei Wuxian, para —Lan Wangji vio a Jin Zixuan caminar con la intención de acercarse hasta ellos, se colocó enfrente de su pareja y miró directamente hacia el otro hombre con convicción—¡Wei Wuxian!
El Patriarca no podía creer que por un momento pensó que Jin Zixuan había cambiado, sin embargo allí estaba, diciéndole solamente a él que se detuviera como si no tuviera arcos y espadas apuntándole por todos los ángulos. Era tan injusto que sin importar qué, siempre su nombre sería el que llevaría la culpa.
La tormenta en su mente comenzó a ser más fuerte a medida que Jin Zixuan se acercaba, mirándole con ojos que parecían llevar enojo y furia.
—¡Zixuan, intentó matarme! —Jin Zixun gritó como si fuera la víctima, como si nada de eso no fuera a causa suya. Como si no hubiera sido él quien lo emboscó.
Y Jin Zixuan le creería, por supuesto que sí, se trataba de su primo. Por eso mismo se estaba acercando coléricamente hasta él, para defender a su familia. Todo era un desastre.
Lan Wangji levantó su mano para evitar la de Jin Zixuan que se había elevado para tomar el hombro de Wei Wuxian.
Hasta que todo se detuvo.
La mano de Wen Ning se detuvo justo a tiempo de tocar el pecho de Jin Zixuan, quien palideció al ver lo cerca que el golpe estuvo de conectar. Todo fue tan rápido, que apenas pudieron procesar aquello cuando Wei Wuxian comenzó a quejarse.
—¡Ah! —gruñó doblegándose por el dolor y tratando desesperadamente por aliviar las punzadas en su vientre con sus manos.
—¡Wei Ying! —Lan Wangji empujó el brazo de Jin Zixuan para ir hasta su pareja y ofrecerle su cuerpo como apoyo al ver sus piernas temblar. Buscó desesperado si había alguna herida, mas no había otra más que la de la flecha—¿Qué pasa, qué te duele? —Wei Wuxian siguió soltando alaridos con los dientes apretados.
—Duele, Lan Zhan... creo que son contracciones. El bebé ya viene —rodeó su mano alrededor de la ajena y se aferró a ella. Lan Wangji vio que Wen Ning recuperó su consciencia, primero mirando aterrado lo que su mano estuvo a punto de hacer y luego girando su atención hasta el dolor de su maestro.
—¡Joven Maestro Wei! —se acercó por inercia, pero bien sabía que Lan Wangji no le dejaría cargar a Wei Wuxian.
El parto se adelantó un poco dado a todo el estrés que estuvo experimentando segundos atrás. Hasta la herida se selló con ayuda de la energía demoníaca porque su cuerpo presentía que estaba a punto de entrar en labor de parto y quería concentrar sus energías en ello y no en la herida de la flecha.
Jin Zixuan sabía que Wei Wuxian estaba embarazado, por eso le había prometido a su esposa que iría a investigar por qué se estaba tardando en llegar. Para asegurarse que todo estuviera bien.
—Tráiganlo a la torre, allí lo atenderá un med-
—No quiero a tu maldito clan, me matarían a mí y a mi bebé en la primera oportunidad que tengan —escupió con rabia Wei Wuxian entre el dolor. Luego vio a los dos hombres cerca suya, miró suplicante a Lan Wangji en específico—Quiero a Wen Qing, solo confío en ell- ¡Ah! —Lan Wangji comandó con una mirada a Wen Ning para que este fuera por su hermana.
—Esperen, ¿a dónde irán? No pueden tener un parto en una posada —entendía que Wei Wuxian no quisiera un médico suyo, pero que no fuera a la torre era una cosa diferente.
—Prefiero mil veces tener a mi hijo en la calle antes que en tu-
—Jin Zixuan, ¿puede asegurar que si Wen Qing asiste el parto de Wei Yinge en su torre, su clan no hará nada? —Lan Wangji no estaba completamente de acuerdo con lo que Wei Wuxian estuvo a punto de decir. Tener un parto en la calle era riesgoso y la posada podría no estar preparada para ello.
—¡Lan Zhan, no! No quiero tener a mi bebé allí —Wei Wuxian susurró tomando pequeñas respiraciones entre los bajones en dolor que las contracciones comenzaron a tener.
—Hazlo por nuestro bebé, es más seguro así —le pidió Lan Wangji con sus ojos suplicantes, debilitando el terco corazón de Wei Wuxian.
—Se lo prometo, Hanguang-Jun. Nadie molestará a Wei Wuxian o Wen Qing —Wei Wuxian pareció querer decir algo, posiblemente un insulto hacia él o su clan, sin embargo, Jin Zixuan lo detuvo—A-Li está esperando por ti. Tus hermanos están allí, ¿no quieres que vean a tu hijo nacer?
—¡No uses a mis hermanos! —ignorando la pelea, Lan Wangji se agachó para tomar a su amado en sus brazos y montarse en su espada.
Jin Zixuan les dejó ir, los alcanzaría para evitar que los guardias los detuvieran, solamente quería hacer algo antes de irse. Miró a su primo que todavía seguía contra la pared en la que fue acorralado, vio los cuerpos de sus discípulos muertos y las armas que tenían. No era idiota, tantos cultivadores en un mismo lugar sin motivo solo podía significar una cosa.
—No celebres que Wei Wuxian no te asesinó, porque A-Li lo hará cuando regreses y eso no es nada mejor —lo tomó del brazo y lo obligó a darse vuelta para encadenarlo con las mismas cadenas que Jin Zixun cargaba encima. Suponía que eran para Wei Wuxian.
—¡Él me maldijo! —quiso defenderse.
—¿Estás demente? ¡Está embarazado, atacaste a una persona embarazada! ¡¿Perdiste la cabeza?!
—¡¿Cómo iba a saberlo?!
—No solo eso, ¿ya pensaste en lo que Zewu-Jun hará cuando se entere que atacaste a su hermano? ¿El Gran Maestro Lan? ¡El Clan Lan no dejará pasar esto por ningún motivo!
Los discípulos entendieron que estaban en grandes problemas al escuchar el enojo de su heredero. Incluso si por falta de manos para llevar a Jin Zixun les fue pedido trasladarlo a ellos, su Joven Maestro les miró advirtiéndoles del castigo que les esperaba.
Jin Zixuan se subió en Suihua para emprender vuelo y alcanzar a Wei Wuxian y Lan Wangji.
Logró alcanzarlos justo antes de que llegaran a la entrada de la Torre Koi, donde rápidamente tomó delantera para pararse frente los guardias y ordenarles que despejaran el área para dejar que Wei Wuxian entrara con tranquilidad y sin miradas pesadas siguiéndole.
—Iré por A-Li y sus hermanos —señaló una habitación vacía que lucía como una de huéspedes.
Lan Wangji agradeció con un cabeceo y se apresuró a entrar para colocar a su querido Wei Ying sobre la cama. Al instante, el joven hombre suspiró por la comodidad y se movió sobre el colchón para encontrar una posición gustosa que le hiciera olvidar el dolor.
—No puedo creer que tendré a mi bebé aquí —rechinó sus dientes, decidió tomar una de las almohadas y comenzar a apretarla con sus manos para desviar su atención.
—Wei Ying, lo importante es que nazca sano, no dónde lo haga —Lan Wangji supuso que eso era algo que Wei Wuxian no quería escuchar por la manera en que le miró después de decir eso—¿Te duele el hombro? —desvió el tema hacia el motivo por el cual las sábanas se tornaron escarlatas debajo de la zona herida.
—Duelen más las contracciones —comenzaba a acostumbrarse a ellas, sabiendo cuándo respirar al sentirlas más débiles.
—Wei Ying es fuerte —la mano de jade se movió hasta su frente para acariciarlo con cariño—Nuestro bebé también lo será.
—Ya quiero conocerlo... —confesó Wei Wuxian mirando su vientre, viendo la mano libre de Lan Wangji posarse sobre ella y dándole caricias que agradeció con un sonido aliviado.
—Mn, también yo.
Justo en ese momento; la puerta se abrió y dejó ver a dos figuras moradas y una blanca entrar antes que la de amarillo.
—¡A-Xian! ¿Cómo estás? ¿El bebé está bien? —Jiang Yanli, tan hermosa y divina ante los ojos de Wei Wuxian, ella entró con evidente preocupación en su rostro y Jin Ling en sus brazos.
—Shijie~ —las emociones de Wei Wuxian se acumularon, sentía dolor, tenía tantas ganas de conocer a su sobrino y se moría por tener el apoyo de su hermana durante su parto.
—Aquí estoy, A-Xian, estamos aquí. A-Cheng también vino —al sentarse al lado del adolorido futuro padre, ella le enseñó primero al bebé.
El dolor de las contracciones cesó cuando Wei Wuxian pudo ver a Jin Ling frente a sus ojos. Eran tan bello, pequeño y visiblemente delicado, ¿así sería su bebé?
—A-Ling, este es tu tío, y tu tío es tan maravilloso y fuerte que pronto te dará un primo, ¿verdad, A-Xian? —fue un recordatorio del motivo de su presencia en la torre.
—Duele muchísimo, shijie —ella asintió a sus palabras e hizo sonidos de comprensión.
—Yo sé, A-Xian, yo sé —la mujer se movió un poco para dejar que su esposo tomara al bebé y dejar libre sus manos para permitir que pudiera dárselas a su hermanito—Pero debes ser fuerte por tu hijo y esposo.
Wei Wuxian estaba tratando, de verdad que lo hacía, pero en esos momentos daría lo que fuera por un anestésico de Wen Qing.
Lan Wangji limpió el sudor que caía por su frente con un pañuelo, su hermana susurraba dulces palabras de aliento junto con suaves caricias por sus manos, Jiang Cheng solo lo miraba sin saber qué hacer, es decir, su hermana había pasado por lo mismo así que sabía qué hacer o decir para calmarlo y Lan Wangji parecía estar haciendo un extraordinario trabajo en cuidar a su hermano. Tal vez debería imitar a Jin Zixuan y Lan Xichen, solo mirar.
De repente, después de unos minutos, la puerta comenzó a ser tocada con desesperación, las personas detrás de ella gritaban muchas cosas que casi no se entendía, solo podían saber que estaban alarmados gracias al tono de sus voces.
Jin Zixuan se movió para abrirla, devolviéndole a Jiang Yanli su bebé. Llamaría a una nodriza para que lo cuidara por mientras.
Al abrir la puerta, vio a tres cultivadores Jin con los rostros pálidos.
—¿Qué sucedió? —preguntó al ver que estaban sin palabras.
—E-El General Fantasma y una Wen están en la entrada-
—Dejénlos pasar —ordenó ignorando las caras sorprendidas que le dieron sus cultivadores al escuchar su comando.
—¿Joven Maestro Jin? —preguntó uno de ellos completamente convecido de que había escuchado mal, pero esto solo hizo que el típico rostro fruncido de Jin Zixuan saliera a luz.
—¿No me escucharon? Dejen que pasen —las bocas de los discípulos se abrieron y cerraron en incredulidad.
—Pero son Wen-
—¿Estás cuestionando mis ordenes? —dio algunos pasos hacia adelante para intimidar al que habló, logrando su cometido, pues el hombre bajó la mirada antes de que siquiera Jin Zixuan llegara a él.
—¡No! —negó inmediatamente despavorido.
—Entonces haz lo que te ordené —al no querer molestarlo más, los discípulos se despidieron y dieron media vuelta para volver por donde vinieron. Con ellos lejos, Jin Zixuan suspiró, miró por encima de su hombro que casi nadie había prestado atención después de su acto de autoridad, lo cual agradeció—Iré a asegurarme que no hagan nada idiota.
—Lo acompaño —Lan Xichen sabía que con la presencia de otro líder de secta, se dudaría el atacar o desobedecer.
—Sí, vamos. Wen Qing es la única persona en la Torre Koi a la que Wei Wuxian no querrá asesinar si se acerca a su bebé —Jiang Cheng se unió a ellos al salir de la habitación.
Llegaron a la escena en la entrada, donde los invitados se reunieron para ver que los guardias trataban de rodear a los hermanos Wen. Jin Guangshan estaba en la cima de las escaleras comandando a los discípulos que atraparan a los Wen como prisioneros. Jin Zixuan saltó las escaleras de tres en tres para llegar hasta los Wen y colocarse frente a ellos a modo de protección.
—¡Basta, ellos no son una amenaza! Wen-guniang fue llamada porque es requerida para una emergencia médica —no tenían tiempo que perder, así que, con una mirada, Jiang Wanyin y él acordaron que era mejor llevar a Wen Qing de una vez con Wei Wuxian.
Jiang Cheng bajó los escalones hasta estar con la mujer que no se dejaba intimidar por las armas o las miradas lanzadas hacia su persona.
—¡Zixuan, no puedes hacer eso! —su padre gritó furioso, mas Jin Zixuan vio que Lan Xichen acompañó a su prometido para proteger a Wen Qing. Eso lo dejó tranquilo, no lastimarían a dos líderes de prominentes sectas. Con esa preocupación menos, pudo encarar a su padre.
—Ya lo hice —sostuvo su mirada hacia arriba, sin titubear por lo que él creía era lo correcto.
—¡Tú-!
—Wen Ning, vete. Te prometo que Wei Wuxian está seguro aquí, regresa a cuidar a tu gente —susurró moviendo un poco la cabeza, el cadáver asintió y con un salto, se alejó de la entrada y se perdió entre el bosque. Algunos cultivadores quisieron ir detrás de él, pero Jin Zixuan les detuvo—No lo sigan, no nos atacó, solo vino a dejar a su hermana.
—Jin-gongzi, esto está mal, ningún Wen puede ser perdonado, ¡él ni siquiera es humano! —Jin Zixuan se aguantó las ganas de rodar los ojos al escuchar al Líder Yao hablar.
—Si lo que mi investigación dice resulta ser cierto, el Clan Jin y mi padre tendrán muchas cosas que aclarar —fue todo lo que quiso responder por el momento. Con eso sabía que sería suficiente para ahuyentar a su padre de agrandar el problema.
Y a su pesar, a su medio hermano también.
Pasó de largo de ambos para volver hacia la habitación donde estaba Wei Wuxian, viendo que Lan Xichen y Jiang Cheng estaban afuera de ella esperando.
—¿Ya inició el parto? —preguntó impresionado, recordaba que cuando Jiang Yanli entró en labor sus contracciones duraron mucho más antes de romper fuente.
—Wei Wuxian no quiere pasar más tiempo aquí, casi hizo que Lan Wangji lo llevara a Yunmeng para tener a su bebé allí —le respondió Jiang Wanyin, el pobre joven lucía como si estuviera pasando por una crisis nerviosa—Wen Qing dijo que entre más rápido tenga su bebé, pronto se podrá ir.
—Sí, imagino que no es placentero saber que su hijo nacerá aquí —murmuró bajo.
—La presencia de su hermana es lo que menguó su necedad —Lan Xichen agregó para hacerle ver que no todo era malo.
Debido a que tenían un talismán sileciador en la puerta, no podían saber el progreso de nada. Solo cuando la puerta era abierta para que Jiang Yanli saliera a pedir agua o toallas es que se podían escuchar los gritos adoloridos de Wei Wuxian. Jin Zixuan se erizó, eran muchos más fuertes que los de A-Li cuando dio a luz a Jin Ling.
Lo que no sabían era que el dolor era mucho más extremo dado a que Wei Wuxian no tenía un núcleo dorado que aliviara un poco el sufrimiento del parto. Además de que estaba cansado por estar constantemente rodeado de energía resentida. Su parto estaba siendo uno complicado.
Pasaron horas de esa manera, la luz del sol comenzó a desaparecer y las velas de los corredores fueron encendidas para iluminarlos entre la noche que caía sobre los tres expectantes hombres.
Reponer el talismán era una tarea menor que en varias ocasiones los presentes dentro de la habitación se olvidaron de ello y se podía escuchar el sufrimiento y arduo trabajo que Wei Wuxian estaba haciendo antes de que alguno de los tres lanzara otro hacia la puerta para acallarlo.
Iban a hacer justo eso de nuevo cuando la mano de Jiang Wanyin se detuvo en seco en medio del aire.
Un llanto se comenzó a escuchar en medio de la noche. El llanto del bebé de Wei Wuxian.
El bebé del Patriarca Yiling había nacido.
Y eso cambiaría muchas cosas en la historia.
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