2•
Él llegó al castillo desde su juventud, pasó sus mejores años admirando a la hija del Rey.
Ella, joven y enamoradiza, fijó sus ojos en aquel curioso muchacho.
Un amor prohibido que al pasar el tiempo se volvía mas tentador.
Él la observaba de lejos, sus ojos siempre atentos a aquella joven doncella que paseaba por el enorme jardín del palacio real.
Ella salia todas las tardes y admiraba el hermoso jardín del castillo de su padre, su lugar preferido eran los rosales, lugar donde las cuadrillas y los establos estaban a la vista; pero lo que más le gustaba era observarlo a la distancia, captar esas miradas de soslayo que se intercambiaban entre ellos.
Él sabia que Ella se daba cuenta, tenia la ligera sospecha de esas miradas que él le lanzaba.
Ella lo buscaba, siempre con cuidado.
Él sentía miedo, no estaba al nivel de Ella, ¿Él, un simple mozo de cuadrilla? Imposible, no era su destino soñar con algo que no estaba a su alcance, pero aún así, Él la deseaba.
Ella soñaba con Él.
Él se alejo por un tiempo.
Ella lo buscó más.
Él se negó.
Y un día ella decidió romper la brecha, le habló.
Él se sorprendió.
Así inicio su amistad.
Él le alistaba su caballo en la cuadrillas.
Ella montaba siempre y cuando Él fuera quien la ayudara a subir a su caballo.
Mantuvieron su amistad en secreto, pero pronto quisieron más que ser sólo amigos.
Fue esa noche, ella lo invito y él correspondió.
Se vieron en las noches para estar mas tiempo juntos, se besaban y acariciaban; las cosas no pasaban más allá de bellas palabras y suaves caricias.
Él estaba enamorado.
Ella también.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top