REGRESO
Capítulo 3
•••
—¿tenías que anunciar nuestro compromiso por ésta revista de quinta? —un pelinegro elegante y de excepcional belleza ventilaba una revista en frente de un moreno que lo veía con total desdén.
—Jaebum, hice lo que mejor pude hacer, tu familia quería que fuera oficial y ya es oficial; así que no me molestes de nuevo. Al fin y al cabo no es algo que hice con el mayor de los gustos.
—¿cuándo será el día en que comiences a respetarme, ah? ¿Crees que yo quiero casarme con un perdedor como tú? No te tolero, te odio.
—pues en un principio habría sido de ayuda si te hubieras negado a la petición de tu tío de una forma madura, en lugar de escapar y dejarme metido en todo este embrollo por mi cuenta ¿no crees? —el moreno bufó molesto y se tiró en la silla sin ganas de discutir más, porque entendía perfectamente que era perder el tiempo.
—no eres más que un inútil y un imbecil ¿acaso eres el tonto títere de mi tío? ¿cómo fue que terminó comprometiendonos? — el hombre frente a él soltó una fuerte maldición, pateó el escritorio aún más furioso hasta dirigirse al mayor con una voz amenazadora y oscura — si termino por casarme contigo juro por Dios que te haré la vida un infierno.
—¿en serio? Dime algo que no esté sucediendo.
En un impulso el pelinegro lanzó la revista que tenía en su mano a la cara del moreno, este no se inmutó y simplemente recibió el golpe sin esquivarlo; cerrando los ojos sintió como el otro salió ofendido del despacho ¿Qué más podía hacer? no se soportaban y a duras penas y se distinguían, aún así, de la noche a la mañana, habían terminado por estar comprometidos.
Soltó el aire con ironía; quién iba a decir que terminaría por estar en una situación que bien podía ser peor que un dolor de culo. Cansado tomó su teléfono y al encenderlo apareció como fondo de pantalla una foto que se había tomado en días preparatoria junto a su amigo Hyungwon, miró la foto con nostalgia y sonrío un poco triste preguntándose cómo podría decirle acerca de toda la locura en la que se había convertido su vida ahora.
Flashback.
—¡Vamos corre, corre Hyungwon oppa, ya casi estás en la meta!
El castaño corría lo que más podía, cerró sus ojos en un gran esfuerzo por sobrepasar su límite y en el momento en que cruzó la franja roja notó que al fin había alcanzado a la meta; Hyungwon estaba tan mareado por todo el sol que había recibido, que de manera inesperada se desmayó, fue impresionante para todos quienes asustados se acercaron para saber lo que le sucedía, rodeandolo de manera tal, que no dejaban que le llegara nada de aíre; en ese momento por la canchas pasaba el presidente de la escuela, no tenía por qué hacerlo, pero acostumbraba a ver a su amigo Hyungwon a lo lejos cada que podía.
Le gustaba hacerlo.
Cuando hizo una vista panorámica y no notó a nadie en la pista, dirigió su mirada hacia el tumulto de gente que permanecía intranquila al rededor de algo, se extrañó y se preocupó cuando no encontró su figura entre ninguno de los que estaban ahí de pie; sin pensarlo dos veces soltó las cosas que llevaba entre los brazos y corrió hacia ellos sin dudarlo.
—Permiso, permiso ¿qué sucede?
—Hyunwoo oppa, es Hyungwon, se desmayó de repente. — la castaña lloraba sin parar y eso sólo hizo que su calma fuera nula.
—¡muévanse! —un terror se apoderó del moreno quien logró disipar a las personas con una sola orden, vio que el castaño se encontraba tendido en el suelo y su rostro estaba con su profundo rojo característico, así que decido lo levantó y lo llevó en sus brazos hasta la enfermería; realmente se notaba que se había esforzado de más. Una vez en la enfermería, Hyunwoo acostó a Hyungwon en una de las camillas dispobles, buscó una comprensa fría y antes de ponerla corrió los cabellos castaños que caían y se pegaban a su frente debido al sudor. Se quedó observándolo y su corazón dolió.
Hyunwoo llevaba varios años siendo amigo del castaño, le preocupaba porque este siempre iba más allá de lo que podía dar, y aunque en cierta medida era bueno, en la mayoría de los casos Hyungwon siempre resultaba herido y eso lo molestaba; claro que le era difícil ver a su amigo en ese estado, no le gustaba verlo sufrir por nada y le causaba una enorme molestia en el cuerpo, más le era imposible decirle a Hyungwon que se abstuviera de intentar. Se acercó al rostro del castaño y divisó aquellas pecas que tanto le gustaban, su sonrojo las hacían ver mucho más lindas de lo que ya eran, cosa por lo cual río, al recordar que Hyungwon le había dicho que las odiaba y que las ocultaría siempre con maquillaje; aunque por fuera solo reía y asentía a lo que decía, por dentro moría por decirle que tal como estaba era ya hermoso y perfecto.
su vista bajó escaneado todo el rostro de su amigo hasta detenerse en sus gruesos labios, aquellos labios que tanto había deseado besar; al final todo en el castaño le gustaba, no había nada que no deseara de él, pero al fin y al cabo sólo eran amigos ¿cómo podría arruinar una amistad de tantos años por ello? sin poderse resistir cerró la brecha entre él y su amigo; lo besó, fue un pequeño beso que le llenó el alma de una alegría extraña, la cual nunca esperó sentir, era tanto lo que sentía que punto que pudo disfrutar plenamente de la suavidad de sus tiernos labios hasta temer volverse codicioso sobre ello.
Hyungwon lo era todo para el.
al escuchar al grupo de estudiantes que aproximaban al lugar, seguro en busca de Hyungwon, se separó ansioso y caminó hacia la ventana pretendiendo no haber hecho mayor cosa; estaba nervioso y emocionado porque jamás había hecho algo igual, pero tampoco se arrepentía porque realmente sentía que lo amaba; amaba de verdad a Hyungwon.
Fin del Flashback.
Hyunwoo suspiró triste, se sentía miserable por haber sido tan cobarde de no luchar en contra de su familia y también como un completo tonto por no haberlo si quiera intentando un poco, al menos por el amor tan grande que sentía hacia el castaño. Sin darle más vueltas al asunto abrió su lista de contactos y marcó el primer número que aparecía en el listado; al cabo de varios segundos que le parecieron eternos, contestaron al otro lado.
—Ho-hola ¿Shownu?
—Wonnie ¿Cómo estuvo tú día? ¿Muy duro?
—ammm sí algo, pero todo ha salido bien. Cada vez las cosas en el canal son mejores.
—Ya veo. Verás, Hyungwon.
—Shownu, Yo... — hubo un largo silencio que lo inquieto, la voz del castaño sonaba llena de nervios e insegura, por lo que se preocupó aún más.
—¿Wonnie, sigues ahí?
—S-sí-sí. Yo lo siento...
«¿lo siento? ¿Por qué lo siente?» — Hyungwon ¿qué está pas...
—¿no se lo dijiste? Díselo ya o sino déjame lo hago yo.
— ¿qué? ¡Claro que no!
—¿Hyungwon, hay alguien contigo?
—No-no, claro que no. De verdad lo siento mucho, Shownu. Luego te llamo, prometo hacerlo pronto.
—Espera, Hyung...won... —el pitido le indicaba a Hyunwoo que la llamada había sido finalizada y se extrañó demasiado pues aquella tercera voz no le recordaba a ninguna que conociera; quiso volver a marcar, sin embargo se sintió estúpido al pensar en preguntar por algo igual ¿qué podría decirle y con qué excusa? Su angustia aumentó al imaginarse que tal vez el castaño ya había encontrado en alguien más lo que no había encontrado con él. Sintió temor, porque al final de cuentas no quería perderlo.
* * *
—¿estás loco? ¿¡Por qué hiciste eso!? ¡Era Shownu, Shownu!
—Lo sé y también sé que estás enamorado de él desde hace mucho tiempo, así que mocoso, tienes que confesarte lo más pronto posible — Hoseok negó con su cabeza el hecho de que su custodio fuese tan tímido con algo tan simple como lo era una confesión y se cruzó de brazos haciendo que los músculos de los mismos se marcaran — Dios, sólo mira ese sonrojo, por todos los elfos ¿cómo haces para vivir a diario con esa cara tan ridícula?
—yo... ¡Eso no te interesa! Ahora sal de mí casa, porque no pienso dejar que un loco pervertido viva conmigo, nunca.
—ya te dije que aunque quieras o no tengo que vivir contigo, esas son las reglas de Sujulandia; todas las hadas madrinas viven con la persona a la que custodian y como estoy haciendo el trabajo de una, entonces tengo que vivir Aquí, contigo. — volvió a insistir el hado.
—hadas, hados. Mira, todo esto es una simple locura, no eres más que un acosador que se metió a mi casa quién sabe con qué intención ¡Llamaré a la policía! Sí, eso haré.— Hyungwon marcó los números en tiempo récord y llevó el teléfono a su oído; pensaba debía deshacerse de aquél loco de alguna manera y como él solo no podía, entonces buscaría por ayuda antes de que terminara quién sabe dónde.
Hoseok, al ver lo terco que estaba siendo su custodio, chasqueó los dedos y el teléfono desapareció de sus manos, pasando luego a estar a las suyas; si quería lograr algo en poco tiempo no podía permitir que el tonto arruinara su estadía en la tierra por una torpeza como esa.
—qué ¿Qué hiciste? ¿Cómo...Cómo es que mi teléfono... Oh, por Dios...
—Es magia tonto. Ya te dije, soy un hado padrino y estoy aquí para custodiarte; pero me pones las cosas difíciles si haces tanto ruido — le miró con intensidad los gruesos labios y se pasó la lengua por los suyos recordando el sabor embriagante que poseía su custodio — ¿debería quitarte la boca? — dijo en un murmullo apenas audible. Aún se sentía hechizado por su aroma.
Hyungwon, quien no entendía a lo que se refería el extraño hombre, se cubrió con las manos la boca y negó con su cabeza preso del miedo; lo último que quería era que un ser extraño ser le quitara alguna parte de su cuerpo. Hoseok, al ver las acciones inocentes del castaño salió de su trance y comenzó a reír, además de tonto y ruidoso, también era muy fácil de engañar; era todo un personaje cómico.
—¿de qué te ríes? Yo no le veo la gracia a que te amenacen con quitarte alguna parte del cuerpo. Eso es aterrador.
—eres un tonto, creí haberte dicho que estoy aquí para cuidarte ¿por qué te borraría la boca de tu lindo rostro? Y por favor no te sonrojes, lo dije porque realmente pienso que Clara hizo un fabuloso trabajo en tí dándote tal belleza natural. Casi podrías ser un elfo, de no ser por ese extraño sonrojo en tu rostro y esas pecas...
—¡No me mires! Me pongo así cuando siento que están mirándome. Me hace sentir incomodo.
—está bien, no te miraré; Dios, que sensible. Pero sí necesito que comiences a pensar la manera en que le dirás a tu amigo lo que sientes, tienes que hacerlo lo antes posible para que todo este martirio termine pronto. Así ganas tú y gano yo.
—yo no tengo nada que decirle. — Hyungwon se molestó, sus grandes ojos estaban cristalinos y su pecho volvió a sentir ese vacío molesto — el ya-el ya es un hombre comprometido, además es mi mejor amigo...no hay- nada...
—no puedo explicarlo ahora, pero a mi no puedes mentirme; puedo ver a través de tí y sé que estás muriendo por dentro — Hoseok no quiso decir nada al castaño acerca de que podía sentir lo mismo que el, en lugar de eso, prefirió hacerle caso a Kihyun y dejarlo como algo que había sucedido por el estrés del momento.
Hyungwon lo miró fijamente, aquel tipo no parecía estar jugando en realidad, se burlaba, pero todo lo decía con una seriedad inquebrantable; añadido a eso, también estaba el hecho de que había hecho desaparecer su teléfono con un chasquido de sus dedos ¿Cómo podría explicar eso? Debía estar diciendo la verdad de alguna forma. —¿cómo puedo confiar en que eres mi hado padrino? Demuéstramelo primero y luego de eso podré creer en que me ayudarás.
—vaya, no eres tonto después de todo ¿no? Bien, entonces ¿Qué quieres que haga?
—haz aparecer ¡Una paloma!
—¿una paloma? — preguntó confundido — ¿Y eso que es? ¿Se come?
—¿no sabes lo que es una paloma? — Hyungwon esperaba ver algún acto de magia tipo las vegas, más lo único que halló fue el rostro confundido del hado — ¿Qué les enseñan antes de venir a la tierra?
—solo estudie lo que me importaba, es decir, la comida y algunos ámbitos de tu aburrida y tonta vida; nada más me importaba.
—¿de dónde dices que vienes? —Hyungwon sin darse cuenta de ello había comenzado a interrogar al ser sobrenatural que estaba ya sentado en la sala. Este rodó los ojos y se levantó del sillón muy falto de paciencia.
—aaissh, este inútil interrogatorio está matándome ¡Sujulandia, Sujulandia! Es el lugar donde habitan los seres mágicos de todas las clases.
el castaño comenzaba a creer poco a poco las palabras del pelinegro que tenía en frente, y claro que tenía miedo, pero de alguna forma le parecía familiar; recordó que en sus antiguos cuadernos de dibujo que guardaba en casa de su madre, habían muchos dibujos sobre hadas. —tú dijiste que alguien había borrado mi memoria ¿Podrías hablarme acerca de eso? —preguntó muy curioso.
—Clara, su nombre es Clara. Es una hada de las cualidades y por ella es que eres todo lo eres hoy día; incluso tu sonrojo se lo debes, aunque Kihyun me dice que era peor antes, que ni siquiera podías acercarte a nadie sin parecer un tomate maduro.
—¿es cierto eso? Debes estar mintiendo. No recuerdo nada igual.
—pues pregúntale a tu madre, fue ella quien pidió el deseo para hacerte más extrovertido. La sinceridad de sus palabras hizo que Kihyun se diera cuenta de tu problema, mocoso.
—¿acabas de llamarme mocoso? — el castaño se vio ofendido porque desde que el dichoso hado había aparecido, este no había hecha nada más que llamarlo tonto y mocoso como si las mismas palabras fuesen algún tipo de conjuro mal logrado. — A ver, si vas a vivir aquí, entonces a partir de hoy tendrás que llamarme hyung; es claro que soy mayor que tú por años muchachito ¿o es que acaso no les enseñan a respetar en tu mundo? Sólo eres un maleducado. — se cruzó de brazos mostrando su molestia.
—¿en serio? —Hoseok sonreía y cerraba los ojos totalmente molesto por lo que acababa de decir el castaño, tratando de encontrar la suficiente paciencia frotó su rostro y después notó que él en serio esperaba su obediente respuesta.
—A ver mocoso, dejemos algo claro; aquí el único que llamará hyung a alguien eres tú a mí. — suspiró cansado y puso las manos a ambos lados de la cintura — Mi paciencia contigo se está volviendo nula, así que no juegues con eso, te aseguro que no querrás verme enojado. Y Sí, soy un hado Joven, lo acepto; pero mi edad claramente sobrepasa la tuya y por mucho.
—oh vamos, no tienes que mentirme para parecer mayor. Nadie podría creerte.
—tengo 12.000 años y tú apenas y estás en tus veintes ¿no? Así que pongamos límites de una vez.
—¿¡cuántos!? Imposible...
—pues lo es, así que llámame Hoseok hyung, es lo mínimo que puedes hacer en agradecimiento. Con respecto a la comida, quiero que me des a probar todas las delicias que hay en la tierra, eso será en pago por ayudarte con la extraña relación que tienes con tu amigo. — Hyungwon nuevamente se sentía avergonzado por sus palabras, ni siquiera él era capaz de ventilar sus sentimientos tan fácilmente, pero aquél hado desquiciado lo hacía sin ningún problema y sin chistar. —¿y ahora qué? Por todos los elfos, siento que tendré que trabajar muy duro contigo.
—e-e-es que, hyung, tú eres demasiado directo ¿podrías evitar decirlo en voz alta? Ya sabes, acerca de eso...
—¿qué? ¿Te avergüenza que diga que estás enamorado de tu amigo Shownu? Vamos mocoso, ya deja la estupidez; si sigues así vas a perder la oportunidad y yo mi prestigio, así que deja de pensar tan negativamente y sólo abre tu mente. — en la mente de Hoseok todo era mucho más sencillo, así que buscó un ejemplo que fuera igual de sencillo a como lo veía — a ver, es como cuando quieres tener sexo con alguna elfa, su raza en general es difícil de conquistar; si quieres tener algo con ellos, entonces tienes que mostrar lo mejor de tí y eso solo se hace creyendo en tus capacidades de conquista.
Hyungwon abrió los ojos de par en par totalmente anonadado; no podía creer lo que estaba escuchando. Lo único que había hecho desde que había conocido al hado padrino era sonrojarse, maldecir y sonrojarse de nuevo, y esta no era la excepción; porque a aquél hado risueño le resultaba muy fácil hablar, no solo de sus sentimientos, sino también de algo que jamás en su corta vida había llegado a experimentar, como lo era el sexo. Para Hyungwon era casi un tabú y ni siquiera podía decir la palabra en voz alta por la vergüenza tan grande que le producía pensar en ello; según él, su sueño era poder entregarse en el lecho de matrimonio a Shownu. Eso ya hace nueve años y aún no lo cumplía.
Hoseok, al ver la reacción de su custodio endureció su rostro intuyendo que este no podía ni siquiera escuchar tales palabras sin sonrojarse, cosa por lo cual vio todo absolutamente perdido; el hado creyó que para Hyungwon sería simplemente imposible confesarse a su amigo si seguía de esa manera.
—Está bien, un hombre también debe saber aceptar la derrota; me voy. Sé que estaré arrepentido por no probar la comida de la tierra, pero supongo que puedo pedírsela a Yoona.
—espera ¿a dónde vas? —Hyungwon seguía a su hado desde la sala hasta el baño de su cuarto, no entendía por qué este se dirigía hacia allá, pero parecía bastante molesto.
—a mi mundo por supuesto, debí haber escogido al tipo que quería a alguien con quien hablar.
—Pero, dijiste que me cuidarias ¿no es ese tu deber?
—sí, es mi deber cuidarte, pero eres tan aburrido que siento que terminaré por perder mis años de vida antes de que tu decidas abrirte al mundo. —en ese instante Hoseok se detuvo en frente del espejo del baño, recitó un par de palabras, chasqueó sus dedos y así el objeto cobró un aspecto de portal; a través de él se podía ver un gran valle lleno de verdes árboles, flores y muchos castillos. — Hasta nunca, mocoso.
—Omo! ¿Ahí es dónde vives? —Hyungwon veía sobre el hombro de su Hado y se preguntaba sobre lo asombroso que podía ser ese lugar. A decir verdad, estaba un poco dudoso del poder del pelinegro, pero ahora que veía que el espejo de su baño era un portal a un mundo mágico, estaba totalmente convencido de que todo lo que había dicho y hecho hasta el momento era verdad.
— fue un placer, Sun Hyunwun. Espero alguna hada pueda ayudarte a dejar de ser tan tonto.
—¡ESPERA! — el hado frenó y miró al castaño que aún se mantenía sin camisa, este le sostenía el brazo y lo miraba con un toque de desespero.—yo.... Yo quiero cambiar, hyung, quiero poder ser más fuerte y ser sincero con mis sentimientos. De verdad quiero saber lo que es el amor y ser correspondido, por favor. — en ese instante Hoseok sintió un fuerte vibrar en su corazón, legítimo indicio de que el castaño había pedido un deseo real, sincero y puro; a pesar de que había pensado en regresar, ahora oficialmente su trabajo había comenzado y algo en su interior le dijo que debía hacerlo sin dudar.
—está bien, ahora suéltame —de nuevo Hoseok chasqueaba sus dedos y el espejo volvió a la normalidad— te ayudaré con tu deseo, pero tienes que ayudarme a mi también.
—¿qué debo hacer? Lo haré, en serio.
—hazme algo de comer. — primero se quedó estático y después comenzó a reír de manera nerviosa, Hyungwon rascaba su cabeza y no podía decir nada al respecto, pues notó que su hado levantó una ceja mostrando lo impaciente que estaba siendo; tal vez no le estaba gustando su comportamiento.
—yo. Je je je je Claro, prepararé algo.
* * *
—Buenos días Sunny ¿podrías por favor enviarme todas las carpetas que contienen las noticias que están por corroborar?
—Si, señor.
—Gracias, eres muy amable.
—señor Hyungwon ¿se encuentra bien? —Hyungwon sonrió de manera forzada al recordar todo lo ocurrido la noche anterior; primero la aparición de su hado padrino y luego el hecho de que se enterara de que no podía cocinar ni agua. Había tenido que luchar porque no se fuera y convencerlo de nuevo de quedarse, además de eso tuvo que cerrar su habitación con llave e intentar dormir con la sartén en la mano porque ese pervertido que tenía por hado quería algo con su sabor o aroma y no sabía qué cosas más...
—¿por qué lo dices Sunny? — se aventuró a preguntar.
—se ve cansado. Parece como si no hubiese dormido mucho, la verdad.
— Bueno, creo que fue así. —evadió un poco la razón—no es nada grave, muchas gracias por preguntar.
—no se preocupe. Ahora, le recomiendo que entre a su oficina lo más pronto posible porque encontrará una sorpresa.
—¿ah? Una sorpresa ¿para mí? ¿Qué podría ser?
—vaya y averigüelo por usted mismo. —la secretaria reía de una forma muy picara, lo cual puso muy curioso al castaño
Como bala se dirigió hacia el ascensor y luego a su oficina, saludo a un par de personas en el camino, entre esos a Changkyun y algunos camarógrafos; cuando estuvo en la puerta recibió un mensaje, revisó su celular y se fijó que era Shownu. Su corazón latió a mil, y aunque le daba un poco de tristeza pensar en su compromiso, ya se había decidido a luchar por él sin importar qué pudiera suceder; lo lograría con la ayuda de su hado padrino. Aunque sonara loco, lo haría.
«tienes que llegar temprano al trabajo, Hyungwon; no se vale que hagas esperar a las personas que quieren verte con tantas ganas.»
El castaño se preguntó por aquel mensaje tan raro, rascó su cabeza y se preguntó si quizá Hyunwoo se había equivocado de destinatario; en el proceso de entender el mensaje abrió la puerta y cuando despegó la mirada del teléfono su corazón se detuvo, un montón de cosas comenzaron a moverse en su estómago porque de la nada estaba entre conmocionado y alegre, ni siquiera pudo articular bien su saludo.
—Hola, Wonnie. Llegas tarde, llevo esperándote... —el alto moreno corría la manga de su lujoso traje y veía su reloj para corroborar la hora— sí, llevo esperando por tí más de medía hora.
—S-s-Shownu, volviste...
—Sí, Wonnie— el más alto se levantó y caminó hacia la puerta, que era donde se encontraba el delgado totalmente paralizado. — volví porque sentí que las cosas no estaban bien contigo... — Hyunwoo acarició el rostro del castaño de manera dócil, sonrió y agradeció internamente el haber regresado porque lo había extrañado demasiado, y deseaba casi de manera egoísta que Hyungwon también sintiera lo mismo.
— Pase por aquí. Oh, ahí está, ¡Hyungwon! — el nombrado se sobresaltó y se separó rápidamente del moreno; este por su parte frunció el ceño al oír que habían sido interrumpidos.
—dime chang...min...oh, por Dios.—el sonrojo que tenía a causa de la acción de Hyunwoo ahora había desaparecido por completo, estába pálido como un papel; por dentro estaba diciéndose que no era verdad, que todo era un sueño y que ese sueño estaba convirtiéndose en una horrible pesadilla.
—Hola, Hyungwon. — saludó Changmin muy animado — Presidente ¿cuándo volvió? Es un placer tenerlo en el canal. Lamento no haber podido recibirlo como se debe, pero bueno, usted jamás dijo que volvería tan pronto.
—No se preocupe Changmin, no tiene por qué; yo en realidad solo tomé el primer vuelo a Corea y vine sin pensarlo.
—de todas formas planearé una bienvenida, así todos podrán estar cómodos; Mientras tanto, Hyungwon mira, este es el nuevo asistente personal que solicitaste.
—¿asistente personal? —Hyunwoo volteaba a ver al presentador y notó que este veía muy sorprendido a aquél chico de cabello negro, quien era corpulento y un poco más bajo; se extrañó mucho pues ambos parecían conocerse de algo.
—Sí —Afirmó Changmin con toda la seguridad del mundo.— él es el asistente personal de Hyungwon. Lamento haber tardado tanto, de igual forma aquí lo tienes; se llama Shin Hoseok y comenzará con tu agenda desde hoy.
—Mucho gusto — La mirada que tenía Hoseok al tiempo en que se acercaba a Hyungwon no tuvo nombre alguno, el hado atrevido tomó su mano, para después depositar un suave beso sobre la misma, levantó la mirada y muy seductor clavó sus ojos en la existencia del castaño deduciendo lo que sucedería si lo hacía por mucho más tiempo del permitido.
Hyungwon estaba a punto de lanzarse por la ventana de su oficina; estar en el piso veinticinco no era mala idea ahora. Notar aquellos ojos oscuros mirándolo fijamente lo hizo sentirse inútilmente nervioso y sintió un calor apoderarse de su cuerpo, no le ayudaba de nada tampoco haber recordado aquel beso que su hado padrino le había robado la noche anterior — «¿estás planeando matarme?»— pensó el castaño mientras lo miraba a los ojos, sin si quiera notar que su sonrojo nuevamente aparecía en su rostro.
Hyunwoo, quien no pasó desapercibido el atrevido movimiento de su rival, se llenó de molestia y aumentó cuando vio que Hyungwon se sonrojó con alguien que no era él; había jurado ser el único que podía hacer que el castaño se sonrojara de esa manera, pero estaba muy equivocado. Lleno de celos se acercó a la pareja que parecía estar sumergida en su propio mundo, corrió a Hyungwon, lo puso atrás suyo y miró como aquél extraño asistente se enderezaba mientras reía de manera irónica.
—Mucho gusto, mi nombre es Shin Hoseok. — esta vez el hado estiraba su mano muy firme y sonreía mientras miraba a un desafiante Hyunwoo, que parecía no se dejaría vencer tan fácilmente.
—soy Son Hyunwoo, presidente de esta empresa y amigo cercano de Hyungwon. —el moreno tomó la mano de aquel pelinegro y lo miraba serio; no permitiría que nadie como él se acercara a Hyungwon.
—Que interesante coincidencia entonces... — Hoseok sonrió lleno de parsimonia y disfrutando de ver el rostro distorsionado del moreno que no se molestaba en ocultar nada de lo que sentía.
Hyungwon veía desde atrás de Hyunwoo todo lo que sucedía, mientras que Changmin poco a poco retrocedió por sí había algún daño colateral debido a esa guerra de miradas que había; como bien había dicho Jooheon, las cosas en el canal ya no serían igual.
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Hola,
este es un capitulo sorpresa!
Espero que lo disfruten mucho
Nos vemos en el próximo capitulo!
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