ESTAMOS JUNTOS
Capítulo 11
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—¿entonces qué dijo? ¿Ya podemos ir por él?
Kihyun permanecía apoyado en el gran espejo y su largo y liso cabello castaño cubría totalmente su rostro.
—hey... ¿Qué sucede? Estás asustandome.... — Clara se acercó lentamente al elfo que parecía no reaccionar, hasta que al estar lo suficientemente cerca pudo escuchar unos sollozos que se escapaban de la boca del hombre. —¿Kihyun?... No volverá ¿cierto? — a la Hada se le estaba formando un nudo en la garganta, estaba completamente asustada de la respuesta que pudiera darle el Elfo, pero su condición le decía que debía esperar por lo peor.
El castaño levantó su vista al techo y sus lágrimas corrían sin parar, mechones del cabello se pegaban al rostro y le era imposible callar sus sollozos; se culpaba inmensamente por haber enviado a Hoseok a aquél lugar, ahora lo estaba perdiendo y no sabía cómo recuperarlo.
—He fallado como Rey de Sujulandia, les he fallado a todos. Por mi negligencia he hecho que el príncipe de los Hados haya prácticamente desaparecido.
—¿a qué te refieres? — preguntó la hada plenamente preocupada — ¿Realmente se enamoró? Hoseok ¿se enamoró de un humano?
—lo dijo con su propia boca y luego se fue. Dice que no volverá por más que vayamos por él... Se niega volver a su mundo. —Clara soltó a llorar en cuanto escuchó aquellas palabras. Jamás pensó que el obsequio que alguna vez creyó especial, ahora estuviera arrebatandole a su amigo; se sintió culpable en su totalidad, pues de no ser por su error, Hyungwon jamás hubiese contenido el más puro amor y así Hoseok no hubiese sido su destino.
Pero en el proceso recordó algo.
—un momento, Kihyun. Si Hyungwon tenía el más puro amor contenido en su interior y Hoseok es su destino ¿Cómo se enamoraron?
Kihyun se detuvo a pensar por un momento cayendo en cuenta de que era cierto; todo no funciona de manera tan sencill. El único que contenía el más puro amor era Hyungwon, entonces eso quería decir que Hoseok de una u otra forma había sido flechado por Cupido. Sin pensarlo dos veces montaron sus caballos alados y emprendieron un largo viaje hacia el castillo de aquél hado que se encargaba de dar a todos los seres el sentimiento más salvaje y hermoso de todos; el amor.
Después de un día completo de andar llegaron a una pequeñita colina, en ella descansaba una casita sencillita y con adornos de flores de varios colores. Bajaron de sus caballos, caminaron cuesta arriba y tocaron la puerta que también llevaba adornos de flores blancas y amarillas...
—¡Zhoumi! ¿Estás ahí, Zhoumi? — desde dentro se escucharon pasos que se dirigían hacia la puerta y en poco tiempo ya estaba frente a ellos Cupido, el Hado del amor.
—¿Qué es lo tan importante como para que el Rey de Sujulandia haya querido venir a visitarme? — una voz muy noble y una sonrisa aliciente se dibujó en el rostro fino del impresionante hado.
—Lo siento Zhoumi, no quiero molestarte. Sé que no te gusta que molesten tu espacio personal, pero realmente necesitamos tu ayuda.
—bien, y ¿Qué puedo hacer por ustedes? — preguntó el hago lo suficientemente interesado por la nobleza y genuina preocupación del elfo.
—Es Hoseok, el príncipe de los Hados. — comentó Kihyun — ¿lo recuerdas?
—Oh sí, lo recuerdo bien. Aquél chico de belleza comparable a los de tu raza ¿no?
—Sí, él. Por favor Zhoumi, sabemos que hace poco le haz flechado, justo ahora está en la tierra y su magia es muy poca... Pero... Hoseok no quiere regresar, él dice estar enamorado de un Humano. Cupido, tú mismo sabes que si se queda podría dejar de ser un ente mágico; Íncluso podría desaparecer.
—Elfo — lo interrumpió — ¿Lo que me propones es que vaya y lo fleche con una flecha del dolor y rompa el lazo que tiene con aquél humano? — Zhoumi vio por todo el rostro del elfo y en seguida frunció el ceño contrariado — ¿es eso lo que quieres?
—Por favor. Solo tú, Cupido, tienes esa habilidad de entre todos los seres mágicos. Si no eres tú, la única opción que nos quedaría sería la anciana Kaoko y eso de entrada es imposible, nunca podríamos contactarla de ningún modo. —Zhoumi entró de nuevo a su casa y entre sus cosas buscó un espejo; después de recitar unas palabras de inmediato apareció la imagen de Hoseok. Cupido observó meticulosamente y suspiró cansado al cabo de varios minutos; ya no había nada qué hacer por aquél ser que estaba viendo a través del espejo.
Desvaneció la imagen preguntándose por la genuina posibilidad de aquél lazo tan extraño, es decir, nunca antes seres tan diferentes se habían unido de tal manera tan fuerte ¿Qué estaba sucediendo ahora entonces? Cupido soltó el espejo y caminó hasta la puerta de nuevo donde estaban sus inesperados invitados.
—Sigan...
Tanto Kihyun como Clara, quien había permanecido atenta a todo lo que hablaban los dos hombres, entraron y se sentaron en la sala acogedora de aquella casita; todo era muy adorable y habían cosas de ambos mundos que adornaban la casa.
—¿Y bien, Zhoumi? ¿Podrás hacerlo? — Kihyun estaba más que ansioso y eso podía notarlo con sólo verlo y escucharlo. Hubo un largo silencio antes de decir nada.
— Lo siento, elfo, sé que lo que haces es porque amas a ese chico como tu hermano de verdad, pero no puedo desvanecer su amor por aquél humano de ninguna manera. Es Imposible.
—¿no puedes o no quieres? —dijo ya muy enfadado Kihyun. No debía, sabía que cupido no tenía la culpa de nada, pero su desesperación estaba cegandolo completamente. —
—No puedo. Ese lazo no es cualquier lazo, lo suyo es una sinfonía del alma. Sus almas están sincronizadas, es imposible separarlos ahora; ellos son uno solo ya... Lo siento de verdad, elfo. Si hubieses dicho que esto tenía que ver con el más puro amor, entonces desde el principio me hubiese negado a hacer algo al respecto ¿cómo podría ir yo en contra de algo tan profundo y duro de romper como el destino?
—Por favor, Zhoumi, Se lo ruego. Yo soy quien le brindó el más puro amor al chico del cual está enamorado el príncipe Hoseok, es mi culpa que todo esto esté sucediendo, Así que por favor Se lo pido de rodillas, haga que nuestro príncipe cambie de parecer.
—Levántate, Hada. Ya les dije que no está en mi poder, aquello de lo que hablamos no es nada más ni nada menos que el destino, eso se escapa absolutamente de mis manos; se supone que Kaoko es la única que puede ayudarles. Pero eso de nada servirá, Porque como les dije, ellos ya están unidos. Hoseok prácticamente ha aceptado esto.
Kihyun se levantó furioso, no podía concebir que no hubiera nada para poder traer a su amigo de vuelta. Caminó hacía la salida y frenó de golpe frente a la puerta en cuanto escuchó que desde afuera había alguien con una magia tremendamente poderos, de inmediato se puso de rodillas al igual que lo hicieron los otros dos que venían detrás del elfo.
Las puertas de la casa se abrieron dejando ver a una anciana de pequeñita estatura y a un gato gris a su lado, entró y tocó la cabeza de Kihyun, siguió su camino e hizo lo mismo con los otros, hasta llegar a la sala donde antes se encontraban discutiendo.
—Levántense...
el primero en hacerlo fue Kihyun, quien como dardo corrió a los pies de aquella anciana a rogar para que permitiera que Hoseok regresara. —Noona Kaoko, por favor, permita que el príncipe Hoseok regrese a casa con su familia y amigos, se lo ruego.
— Kihyun, eres alguien que no conoce su lugar ¿cómo osas pedir a la diosa del destino tal cosa sin saber? —el gato cobró forma y se dirigía muy tajante al elfo que permanecía aferrado a las piernas de la anciana.
—Heechul, está bien. Él es un buen chico, Solo está preocupado. — comentó la anciana haciendo que el alto de cabello negro retrocediera — Tú Hada ¿eres quien brindó el más puro amor al pequeño Hyungwon?
—S-s-sí señora, Kaoko...
— Haz hecho un buen trabajo, te felicito. Tienes un gran ojo para asignar las cualidades. Ahora, Joven elfo, sé que estás sufriendo al pensar sobre el futuro de tu querido amigo, pero eso es algo que solo él y el humano del que está enamorado pueden resolver; si regresa o no, si desaparece de este universo o no, esas son cosas que ahora dependen de sus decisiones. Lo que sucederá de ahora en adelante ya no está en las manos de nadie.
—Pero, señora...
—ahora debo regresar. Sólo he venido a decirles que no se interpongan, el destino no es algo que les corresponde a ustedes. Vamos Heechul, llévame de vuelta.
—en primer lugar, nunca debimos haber venido a este lugar, vieja bruja. —un fuerte viento se formó dentro de la casa y con un pequeño tornado que alborotó todo desapareció, tanto el chico alto de cabello negro como la pequeña anciana.
— Creo que debe haberles quedado claro... — comentó Zhoumi con recelo — en las cosas de la anciana Kaoko nadie se mete, Kihyun. — después de asimilar lo que estaba sucediendo, el elfo lloró de manera amarga por no poder hacer nada para poder volver a ver a su gran amigo, Hoseok.
* * *
— ¿qué vamos a hacer para diluir este problema? Es claro que Hyungwon no solo es el presentador de un programa en este canal, sino que también hace el papel de presidente; es la imagen de toda la empresa y si eso llega a confirmarse, entonces estaremos en problemas. — comentó uno de los directivos con un toque amargo y que no era apropiado.
—de igual manera debemos cuidarlo, como vicepresidente del canal pienso que...
—¡es porque es tu amigo! —replicó el anciano adinerado que hacía parte de la junta directiva del canal y otro más le siguió. La reunión estaba yendo de mal en peor y eso comenzaba a colarle los sentidos.
—¡Es porque Hyungwon es una persona que merece ser defendida como lo sería cualquiera de los que están aquí presentes! —replicó Changkyun ya muy enojado— ¿o acaso no se acuerda señor Park el escándalo que tuvo con la joven cantante? Fue el canal quien lo respaldo hasta el final y hoy en día mantiene a su familia y su dinero.
—¡Changkyun, ya basta! —se escuchó un grito a un lado de la sala. Todos voltearon a ver al castaño, unos molestos, otros confusos; todo era un caos desde que el escándalo de Hyungwon había salido en las noticias.
Las teorías eran muchas, sólo Hyungwon sabía lo que sucedía en realidad entre él y su Hado; Pero, claro, que todo saliera al público significaba que comenzarían a investigar la vida de su hyung, lo cual lo pondría en una situación bastante riesgosa, por lo que había optado por callar hasta ahora. De igual forma debía hacer algo para que dejaran de especular, pues ya estaba afectando a la empresa.
Hyungwon tenía que actuar muy rápido.
—Daré una conferencia de prensa mañana. Lo Explicaré por mí mismo. — no estaba seguro de sí sería exactamente lo adecuado, es decir, se entregaría a los lobos, pero no hallaba ninguna otra solución que pudiese frenar cualquier tonta especulación.
—No, Hyungwon, hay muchos periodistas que quieren que hagas precisamente eso — le refutó Changkyun sabiendo lo que sucedería si accedía a tal locura — te destrozaran con preguntas, lo sabes.
—Changkyun, es algo que puedo manejar. Por favor confía en mí.
El peliazabache bufó y se tiró en su silla, se había levantado de la sola frustración que sentía; pero ¿qué más podía hacer? no habían encontrado más soluciones y la prensa era cada vez más exigente con conocer la verdad, las personas y fans de Hyungwon estaban comenzando también a insistir por ello e incluso enviaban cartas pidiendo que sacaran a Hyungwon del aire.
—está bien, lo prepararé para mañana. — dijo con desdén — Llamen a todos los canales aliados, son los que menos harán daño con sus preguntas ¡Demonios!
Hyungwon le brindó una sonrisa débil a Changkyun en agradecimiento, luego se levantó para así salir de la sala de juntas y detrás de él salió el peliazabache, quien lo detuvo por un momento para darle fuerzas; siempre diciéndole que lo iba a sacar de ese embrollo tan ridículo. Volvió a sonreír e incluso dijo que las cosas estarían bien sin siquiera estar seguro de si sería así, una vez tomó el ascensor para bajar a su oficina y al cerrarse las puertas, suspiró e hizo que su alma regresara a su cuerpo, se sentía tan casado y mareado; a veces la situación le daban ganas de llorar, pero debía ser fuerte, no solo por él sino por su hado también; él necesitaba mantener su bajo perfil el mayor tiempo posible.
Llegó a su piso y al salir del ascensor miró hacia su oficina, en realidad hacia el escritorio vacío de Hoseok; le habían dicho al mayor de no ir por un tiempo mientras todo se solucionaba, pero a Hyungwon no le había gustado mucho la idea, aunque quiso protestar, el que le hubiesen aconsejado que era por el bienestar de su hado hizo de ello un factor clave para aceptar la ridícula propuesta.
Caminó directo a su oficina y se encerró; se sentó cansado en su silla y miró al techo mientras tomaba su lápiz y comenzaba a jugar con él. No le molestaba para nada tener que aceptar una relación pública con Hoseok, le gustaba y mucho, por todos los lados era una maravillosa idea... pero intuía que el mismísimo Hoseok no estaría pensando lo mismo.
Él nunca lo aceptaría.
—hyung, me gustas... — practicó intentando sonar dulce, pero su voz era gruesa y baja, no sanaba tan dulce como quizá quisiera.
—hyung, creo que... Tú me gustas... — De muchas formas practicaba la manera en que le diría la verdad; pensaba en que después de que todo estuviera solucionado lo haría, se confesaría y esta vez estaba muy seguro de poder hacerlo sin rodeos.
Se sonrojó al imaginarse siendo correspondido y aún cuando habían altas probabilidades de que fuera rechazado — según él — no importaba, porque insistiría hasta el fin de los tiempos. Así, mientras estaba dentro de una de sus tantas fantasías, escuchó como sonaba el teléfono de su oficina y de inmediato contestó.
—Dime, Sunny.
—Joven Hyungwon, es su madre al teléfono.
—¿¡mamá!? —el castaño se sacudió todo y tomó la llamada de inmediato. Hacía un tiempo que no hablaba con su madre con la excusa que de tenía mucho trabajo, y no porque fuera mala u odiosa, sino porque no le gustaba preocuparla con sus problemas; pero este era uno el cual no podía mantener oculto... Al menos no tanto tiempo.
—Hijo.. —se escuchó una dulce voz al otro lado.
—Mamá, lamento no haberte llamado durante todo este tiempo. Supongo que ya debes saber de la noticia que anda rondando por ahí — tanteo terreno para saber qué tanto sabía su madre, no obstante ella sonaba como si lo supiera todo y más.
—es imposible no saberlo hijo, todo él día aparece tu nombre por todos los medios ¿Estás bien?
—si, lo estoy mamá.
—estoy enfadada contigo.— el castaño se alarmó y cambió su posición relajada por una que expresaba su profunda intranquilidad ¿qué sucedía?, ¿ahora qué estaban diciendo? No entendía cómo o por qué su madre estaba tan enfadada con él...
—Mamá, puedo explicarlo.
—¿por qué no me has presentado a ese chico? ¿Es bueno contigo? ¿Sabes hace cuanto he esperado porque tengas a alguien a tu lado? Tienes que presentarlo ante mi. — respiró y dejó salir una risa que indicaba que lo que había dicho su madre le había causado algo de gracia. No quería ser malo y por supuesto debía responde sus preguntar, pero ella era muy dulce.
—¿qué, hijo? ¿Por qué te ríes? Estoy seria en este momento —lo decía mientras reía también.
—mamá, no sabes cuánto me gustaría que fuera real esa noticia; pero no es así, no estoy en ese tipo de relación con hyung...
—¿es mayor que tú?
—Jum, por mucho. Siempre me exige que lo trate con respeto.
—¿entonces es alguien muy viejo y arrugado? por como me lo dices, pareciera que tuviera muy mal carácter.. — Hyungwon rio muy fuerte y luego contesto...
—sí, creo que es así... Pero es muy bueno con las personas, además es muy inteligente y sabe cocinar.
—Hijo, te oyes tan feliz. Antes estaba muy preocupada por tí, hace mucho tiempo no escuchaba a través del teléfono una risa tuya que fuera sincera — comentó ella con extrema ternura — Si te gusta ese señor, no importa si es mucho mayor que tú, anda, ve por él y no dejes que nadie te impida ser feliz. Hijo mio, tú mereces tener mucho amor y espero que ahora que miraste a otros horizontes, esta vez si puedas encontrar lo que has estado buscando todo este tiempo...
—gracias, mamá, Eres maravillosa. Te amo.
—y yo a tí, mi niño, te amo mucho.
* * *
Después de un corto día de trabajo, Hyungwon llegó a su casa y sacó algunas cajas del auto, iba a trabajar en su casa desde ahora hasta que todo estuviera resuelto; nadie se lo había dicho y no era necesario, pero se suponía debía estar con su hado todo el tiempo y si él no podía estar en la oficina, pues entonces tampoco debía hacerlo.
De igual forma su programa había sido pausado y no estaba grabando, aunque en realidad eso no le importaba, porque mientras estuviera junto a Hoseok todo estaba bien. Abrió la puerta y le extrañó el gato gris que salió de su casa pasando por sus piernas, se agachó un poco y pasó su mano por su cabecita, jugó con sus orejas y estaba muy entretenido con aquél gato, hasta que su dueña, la vecina loca del lado, lo sacó de su trance.
—¡Tú gato altanero, ven ahora mismo! —gritó algo enojada. No era necesario estar así si sólo lo había tocado un poco.
De inmediato el gato saltó entre los arbustos bajos que separaban las casas y Hyungwon, bufando molesto y echando un par de maldiciones, se levantó entrando a su casa con una de las cajas que había bajado de auto hace poco.
— ¿cuál es su problema? — masculló antes de buscar lo que le interesaba. —¿hyung, estás aquí? — Hoseok no contestó, por lo que dejó la caja sobre la mesa y fue a la habitación notando que este estaba dormido; sonrió feliz y se dio la vuelta para traer el resto de sus cosas. Verlo ahí dormido le daba la fuerza para continuar, no importaba cual fuera el problema, mientras estuviera junto a Hoseok sentía que todo estaba bien.
* * *
—no volverás...
—desaparecerás.....
—¿qué? ¿De qué hablan?
—no lograrás nada. Resultará mal.
—¿qué resultará mal? ¿Qué pasa aquí y dónde estoy?
Como una espejismo la imagen de Hyungwon apareció a lo lejos y Hoseok caminó rápido hacia ella, pero cada vez que intentaba acercarse la misma se alejaba más y más; por más que corría no lograba alcanzarlo, hasta que todo se puso oscuro y tuvo una visión...
* * *
—¡hyung! ¡hyung, despierta! ¡despierta, por favor! —Hyungwon gritaba con desesperación. Hoseok se despertó de golpe mirando por toda la habitación y las lágrimas comenzaron a salir de inmediato, vio a Hyungwon impresionado, pues este estaba en igual condición. En cuanto el hado detallo bien el rostro del menor, lo toco aún incrédulo y lo abrazo después, estaba totalmente asustado y eso ponía aún más nervioso al pobre de Hyungwon.
Porque claro, no entendía absolutamente nada.
Lograron pasar un buen rato tratando de tranquilizarse, ambos estaban cenando en absoluto silencio y el castaño levantaba su vista del plato sólo para ver que su hado jugaba con la comida; algo absolutamente extraño en él. De repente ya no aguantaba su silencio, cada cosa que sucedía lo ponía más ansioso y no toleraba que algo malo pudiese estar sucediendo, no ahora.
—Hyung... Creo-creo que es momento de hablar ¿Qué es lo que está sucediendo? — logró preguntar luego de mucho pensarlo, pero claro, Hoseok no sería nada fácil de convencer.
—Solo fue un mal sueño, Hyungwonnie, no tienes de que preocuparte. — respondió el hado tratado de finalizar la conversación, pero no se daría por vencido.
—prometiste que me dirías lo que estaba sucediendo cuando fuera el momento adecuado — replicó — Creo que este es el momento adecuado.
—Hyungwon, no es nada importante. ¿cómo estuvo tu día? —el pelinegro sonrió para que Hyungwon olvidara todo lo correspondiente a su pregunta, pero no funcionó; eso solo pareció molestar más al menor.
—¿cómo no puede ser importante cuando veo que la persona que amo está pasándola mal? ¿Cómo puedo ignorar aquél sentimiento de miedo que de repente me ataca cuando menos me lo espero? ¿A qué le tienes tanto miedo, hyung?
Hoseok se quedó estático. Las palabras de Hyungwon le confirmaban lo que ya sabía, todo el tiempo había ignorado al máximo el sentimiento del castaño, pues el no escucharlo de su propia boca lo hacía pensar como si fuera alguna fantasía; pero ahora lo que decía le reafirmaba todo, incluso el hecho de que no era el único que sentía los sentimientos de los dos. Hyungwon también debía saber...
—No llores, si lloras ahora no sabría qué hacer — comenzó por algo. Tampoco era como si supiera mucho sobre qué hacer; era verdad. — Lo último que quiero ver es que llores por mi culpa... — Hoseok soltó sus cubiertos para levantarse y dirigirse hacia Hyungwon, se agachó y secó algunas lágrimas que caían por la mejilla...— yo también siento lo que estás sintiendo, aquí —el mayor apuntó al pecho del castaño y su voz sonó entrecortada.
El pecho de Hyungwon estaba hecho una tormenta; sus sentimientos, más el miedo intenso que sentía y que no entendía por qué, le estaban comenzando a jugar una mala pasada, sentía que realmente algo no andaba bien con su custodio; lo presentía, últimamente estaba notandolo más cansado de lo normal, su tono de piel parecía mucho más pálido, pero lo que lo hacia alarmar sobremanera era el frío inexplicable de sus manos. No era la primera vez que lo sentía, hace días en el hospital lo sintió y hoy volvía a sentirlo...
—Yo estaré bien si tú prometes que todo estará bien, hyung — Hyungwon sólo quería estar seguro — sólo dilo. — Hoseok agachó la cabeza y se quedó en silencio por un determinado tiempo; no sabía qué contestar a esa petición, cuando ni siquiera sabía que sucedería en realidad con el futuro... —di algo, hyung... —vestigios de desesperación comenzaron a vislumbrarse en el rostro del castaño, el hado sintió como este se aferraba con fuerza a su brazo y esperaba con mucha ansiedad aquella respuesta que lograra satisfacerlo
—Todo estará bien... Todo estará bien, Hyungwonnie.... — «no eres más que un mentiroso, Hoseok ¿desde cuando has adquirido tantos males de humanos?» se decía a sí mismo mientras calmaba al castaño.
A la hora de dormir había una evidente incomodidad por todo lo dicho; Hoseok se mantenía en la cocina lavando los platos, mientras que Hyungwon salió y pasó por la sala, sintiendose nuevamente molesto por alguna razón. Se quedó mirando por un rato aquél sillón donde dormía su custodio e inquieto se fue a su habitación encerrandose.
El pelinegro brotaba con pesar la comida de los platos, ya que al final ninguno de los dos había podido probar bocado; en lo que se dedicaba a secar todo, pensaba en el sueño que había tenido y en lo terrible que había sido, el castaño le preguntaba sobre el mismo. La pregunta de Hyungwon había sido ¿por qué tenía tanto miedo? La respuesta correcta nunca fue miedo a desaparecer o miedo a ser humano...
La respuesta real era miedo a perderlo....
En su visión se encontraba en un lugar con luces brillantes, había música suave y estaban los dos solos en medio de un salón; Hoseok veía a los ojos a Hyungwon y una alegría inmensa lo llenaba, aquellas pecas le mostraban lo bello de la vida, se sentía feliz; el momento era único, porque bailaban y sonreían, no importaba si estaban solos o no. Se estremeció cuando vio al menor acercarse a su oído y recitó unas palabras que no pudo entender, después de separarse un ruido estridente lo azotó, se aferró fuerte al castaño pero cuando menos lo pensó este desplomó en sus brazos.
¿Cómo en todos los cielos de Sujulandia no podría temerle a algo de tan mala pinta? No era acostumbrado a creer en todas las fantasías que los ancianos contaban, pero esa visión había sido muy real, tan real que espantaba.
—hyung...— el castaño entró de nuevo a la cocina interrumpiendo el pensamiento del mayor.
—dime, Hyungwonnie... — suprimió el sentir y se dedicó a dejarse asombrar por el sonrojo del menor.
—quieres ¿no quieres dormir conmigo?Si no quieres no hay problema yo..
Hoseok sonrió al ver cómo nuevamente el castaño recobraba aquel comportamiento inocente y delicado. Aquel sonrojo, el que le daba alegría rememorar, le producía en el interior una a calma increíble, que no le quedaba más de otra que agradecer en su interior a todos los dioses de las Hadas por haberle permitido conocerlo, todo porque lo amaba demasiado...
—Sí, dormiré contigo.—dijo el mayor restándole importancia a su visión; porque no importaba qué sucediera, haría hasta lo imposible por proteger a Hyungwon. Era su misión y la cumpliría a como de lugar.
Una vez en la cama, Hyungwon se aferró al cuerpo de Hoseok, lo rodeo con su brazo y pegó su frente en su espalda; no quería separarse nunca de él, ni siquiera soportaba pensar en ello. Por otro lado Hoseok disfrutó del calor que le proporcionaba su elegido, de su aroma que lo embriagaba y lo hacía sentir más tranquilo; pero se preguntó también cuánto tiempo podría seguir resistiendo así, sin probar aquel sabor que tanto anhelaba su cuerpo...
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Hola a todas!
Tienen derecho a matarme con esto por dios, he sido la persona más irresponsable con este fanfic!
Pero aquí estoy devuelta, espero que puedan disfrutar de este capitulo y si necesitan entender cualquier cosa, pues ya saben que pueden preguntarme lo que ustedes quieran!
Los y las quiero un montón!
Apoyen a Monsta y a Wonho como un todo!
Gracias y coman tomates 🍅
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