ENTRENAMIENTO
Capítulo 5
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—¿te gusta la comida? Este restaurante es muy famoso por este plato.
—me parece delicioso, Shownu. Me gusta mucho.
—es bueno escucharlo de ti, incluso el aroma es exquisito. Lo escogí pensando en ti, Hyungwon.
—¿el aroma? —el castaño llevó su mano a la frente y recordó lo que había sucedido en la oficina con su hado. Desde un principio este se había mostrado como un ser rudo y poco dulce, todo lo contrario a una hada de las historias que les contaban a los niños, pero en ese momento había sido tan amable y su sonrisa fue tan sincera, que no pasó desapercibido lo lindo que podía llegar a ser.
—¿Pasa algo con tu frente, Wonnie? ¿Te duele la cabeza?
—¿ah? No... No, es sólo que estaba recordando algo. No es nada importante.
—ok, si tu lo dices.
—¿Hyunwoo? —una voz femenina sonó por detrás del Moreno; Hyungwon al levantar su cabeza abrió sus ojos de par en par, soltó los cubiertos, se levantó y acomodó su traje, mientras tanto Hyunwoo fruncía el seño muy molesto.
—Señor, Señora Son, buenas tardes. Es un placer verlos. — con una reverencia de noventa grados Hyungwon saludó a ambas personas que se mantenían de pie frente a ellos; escuchó un resoplido por parte del padre de Hyunwoo y entendió que no había sido para nada bien recibido su saludo, así que cerró los ojos y tomó aíre antes de levantar su cabeza.
—Padre, Madre... Es una gran coincidencia encontrarnos aquí.
— Hyunwoo, hijo ¿qué haces Corea? ¿Dónde está Jaebum? —la señora elegante de pies a cabeza le preguntó a Hyunwoo en un tono que mostraba un profundo desespero, en tanto miraba con desprecio a Hyungwon quien se mantenía aun de pie y con la vista gacha. No quería agrandar más el problema.
—Solo vine porque necesitaba ver en persona cómo estaban las cosas en el canal. — era evidente que el moreno había perdido la paciencia, pero se mantenía al margen de algún tipo de discusión y habría funcionado de no ser que su padre continuaba molesto y sonaba aún más decepcionado.
—¿es eso o es que alguien te obligó a venir sin siquiera decirle a tu familia de tu llegada? — su el padre que usó una voz certera y punzante que hizo que el cuerpo entero del castaño temblara. Él no quería causarle problemas a Hyunwoo, al contrario, vivía para que aquello no ocurriera, sin embargo estaban ahí frente a sus padres quienes no toleraba verlo cerca al moreno.
Estaba mal, estaba muy mal.
—padre.
—Hyungwon, por si no sabes nuestro hijo se casara con el sobrino de los Im, una persona de clase y con dinero, lleno de reconocimientos por ser un excelente actor y empresario. Espero le quede claro cual es su posición dentro de esta empresa.
—¡YA BASTA MAMÁ. Déjenos solos! Necesito hablar con Hyungwon.
—yo-yo lo siento Señor, señora Son, jamás fue mi intención molestar ni intervenir en la vida de su hijo...—un nudo se formó en la garganta del castaño luego de eso; tomó sus cosas, hizo un reverencia ante los padres de Hyunwoo y de igual manera lo hizo con su amigo, para luego salir del lujoso restaurante. Sin chistar abordó un taxi y se dirigió al lugar que acostumbraba a ir cuando sentía que todo se le derrumbaba.
─ 〄 ─
—Ey mocoso, despierta. ¡levántate! — luego de escuchar una voz lejana, poco a poco Hyungwon abrió los ojos descubriendo que al parecer se había quedado dormido y cuando los hubo abierto por completo se fijó bien en el lugar, dándose cuenta que se encontraba ahora en su cuarto.
—¿qué? ¿Qué hacemos en casa?
—te digo que te quedaste dormido mocoso — le dijo su hado quien se encontraba de pie a lado de su cama — agradece que sé lo que significa la palabra compasión, porque realmente tenía ganas de dejarte tirado en ese solitario y lúgubre parque.
—hyung, yo de verdad lo siento. No era mi...
—¿sólo te han enseñado a decir lo siento, niño? ¿A caso no conoces otra palabra que no sea esa?
—yo lo...
—aigoo —Hoseok se inclinó al instante para golpear la frente del menor, intentaba ser comprensivo pues sentía que este ya había tenido suficiente por ese día. — ahora ven, acabo de cocinar para tí.
—¿tú? ¿Quién te enseñó a cocinar, hyung?
—¿quién más podría ser? Es obvio que lo aprendí por mi cuenta; deberías estar agradecido de tener como tu padrino a un hado como yo. Tomé esas revistas que tienes para decorar la cocina, esas que tienen fotos de comidas deliciosas e hice algo para que comieras.
—no tengo hambre, hyung.
—si no te levantas ahora mismo, haré desaparecer tus dedos meñiques.
como un mandato, Hyungwon se levantó de la cama y caminó hacia afuera de la habitación. Una vez ahí se encontró con que el aroma que salía de la cocina era delicioso, era un aroma que de inmediato le abrió el apetito.
—¿en serio cocinaste?
—tengo cara de estar bromeando con mis logros?—dándose vuelta, Hoseok miró serio a Hyungwon haciendo que este último se rascara la cabeza e hiciera unas cuantas reverencias en son de disculpa. —siéntate, te serviré.
el hado puso la mesa, unas cucharas se movían solas y los platos se limpiaban en el aire por si solos también; a Hyungwon le sorprendía el espectáculo, pero también lo amó tanto, que por un momento olvidó lo mal que se sentía. vio con diversión el cómo Hoseok se encargaba de la cocina. Cuando la cena estuvo servida, tanto custodio como elegido se encontraban frente a frente cenando; el castaño estaba disfrutando de su plato, hasta que Hoseok volvió a preguntarle por lo que había sucedido horas antes.
—¿ahora si me dirás lo que sucedió con el semental?— Hoseok repentinamente se tornó muy serio. Si algo podía ser cierto, era que el castaño no quería saber nada acerca de lo que había sucedido, sólo quería meterlo en un cofre y lanzarlo al mar, que se fuera lejos y así no poder recordarlo nunca más.
—hyung...yo-no- no quiero hablar de ello...
—Si no hablas, entonces ¿cómo piensas que podré ayudarte con el semental? A este paso jamás lograrás nada con él ¿sabías? Debes decirle cuanto antes.
—no soy lo suficiente bueno para él, nunca lo fui. Yo, no creo que sea alguien que merezca pensar en crear una vida junto a Shownu... Sólo mírame...
—eres más idiota de lo que pensé — el mayor se escuchó completamente fastidiado debido a las palabras de su custodio, no era bueno consolado y creyó que eso ya lo había comprobado a la perfección; sin embargo se vio en la necesidad de hacer algo al respecto. — ¿De verdad crees eso?
—hyung, yo...
El hado soltó los cubiertos, se levantó de golpe y caminó firmemente hacía el castaño que aún permanecía sentado en su silla; este se giró quedando frente al pelinegro y se quedó esperando por lo que haría.
Esperaba ansioso y con un corazón latente.
—Hyungwon, eres mucho más que cualquiera de los humanos que te rodean, incluso más que ese semental, así que no cometas el grave error de sentirte inferior a nadie; si tú piensas así de tí, entonces dime ¿quién te tomará en serio? Te lo dije, que dejaras de ser negativo y comenzaras a luchar por lo que quieres. — Hoseok estaba con los brazos cruzados, negó con la cabeza porque su custodio era todo un dolor de culo, pero aún con ello, seguía siendo la persona a quien debía proteger y eso estaba haciendo; debía abrirle los ojos a la verdad.
—hyung, pero yo...
—pero nada; niño, las reglas del juego cambiarán a partir de ahora. Más que tu hado seré tu entrenador, haré que el semental no tenga que dudar entre tú o cualquier otro y de paso lograré mi objetivo.
—¿y cómo podrías tú entrenarme? No lo sé, esto suena demasiado problemático, hyung. No estoy seguro — Hyungwon desvió la mirada a un lugar cualquiera dentro de la habitación; era tonto porque se suponía su temple había mejorado con el paso de los años, pero cuando se trataba de su hado no podía sostenerle una mirada por más de unos cuantos segundos, él era demasiado fuerte en todos los sentidos.
—primero debes hacer que esa negatividad tuya se vaya, tu timidez.... Rayos, tartamudeas más que los trolls y ese peinado, esa ropa... Creo que lo único rescatable de tí es ese delicioso sabor y aroma que desprendes, el resto todo está mandado a recoger ¿Dónde hay musas cuando uno las necesita? ellas son especialistas en estilo, harían un maravilloso trabajo contigo.
—¡Hyung! No me estás ayudando en realidad, sólo estás contradiciendo todo lo que dijiste hace un momento. No quiero cambiar en ese sentido, sólo quiero se yo mismo.
—bueno... Digamos que aquí lo más importante es cambiar tu actitud pesimista y tímida; en el proceso puedes pagarme con esos besos que me...
—¡alto ahí! —con sus dos manos cubriendo su boca, Hyungwon detuvo la acción del mayor quien estaba a punto de besarlo. —aún no comienza el entrenamiento así que no tienes derecho a besarme. No te aprovecharas de mi.
—aaissh! Para lo único que eres extremadamente bueno es para acabar con mi paciencia. —molesto y refunfuñando, Hoseok caminó de regreso a su asiento y cuando vio que el castaño bajo su guardia chasqueó sus dedos apareciendo justo detrás del menor sorprendiendolo de inmediato.
—¡hyung! —Hyungwon cerró sus ojos ante la intensa sensación de la cálida lengua del mayor pasando por el contorno de hombro hasta llegar a su garganta, su respiración comenzó a hacerse más agitada y los pensamientos comenzaban a hacerse nublados. Cerró los ojos con fuerza, su cuerpo que estaba tenso comenzó a sentirse liviano y el calor le nubló el pensamiento por completo con cada beso proveniente de sus suaves labios.
—H-Hyung.... —Ya no valía la pena decirlo. El rostro del castaño ardía y ese rojo que solía aparecer en el mismo de nuevo se hacia presente, pero esta vez era por un sentimiento de ardor que asaltaba todo su cuerpo; los besos que repartía Hoseok por su garganta fueron reemplazados por pequeñas y placenteras mordidas que lo doblegaron por completo, gimió sin ser consciente de lo que ello conllevaba, ladeo la cabeza hacia un lado para abrirle espacio al otro de hacer lo que quisiera y se aferró con fuerza a la mesa pensando en ello como el único hilo de cordura que poseía. — Oh, por dios, esto es...
—este es tu castigo por desobedecer mis peticiones. — Hoseok se separó de golpe del castaño y se dirigió hacia la habitación como si nada, dejando a Hyungwon en otro mundo. — lava tu los platos, mocoso. —fue lo último que dijo para después desaparecer por completo.
el menor llevo una de sus manos a su cuello y lo sintió sensible, respiraba entre cortado y su entre pierna dolía un poco; nunca se había sentido así, era tan nuevo el sentimiento que creyó que su cuerpo perdía toda fuerza de voluntad.
Se encontraba deseoso de probar más.
con su rostro rojo y sin ningún pensamiento claro en su mente se levantó de su siento, fue en dirección a la habitación pero no vio al hado por ninguna parte, lo llamó pero tampoco funcionó; cansado se dejó caer en el suelo y se preguntó sobre cuál era el hechizo que le había puesto el mayor, porque definitivamente no se sentía como el mismo en ese justo momento.
─ 〄 ─
—Hoseok, hoy me llegó un reporte alarmante. Gastaste más de la magia requerida haciendo un hechizo de búsqueda en el mundo de los humanos ¿Cómo ocurrió eso? — La pregunta salió de sus labios con un profundo interés en lo que sea que el hado hubiese estado haciendo, porque aún lo veía como algo absurdo. No le tomó mucho a Hoseok el poder interpretar que cualquier cosa que dijera podría terminar en un regaño, así que dejó de lado las excusas y sólo actuó natural.
—Solo pasó. Igual me recuperaré con sólo dormir ¿no? — se lo dijo como si nada, pero algo en la expresión de su amigo el elfo no le dio una buena señal de la situación.
—no, esa energía no se recupera más. Lo lamento, pero si no tienes más cuidado de ahora en adelante, entonces vas a tener que volver.
—¿qué sucederá con mi magia, Kihyun? La necesito para ayudar al mocoso a cumplir su deseo y si no la tengo yo... — era aterrador, tener que pensar en perder algo que se asemejaba en necesidad al aire era demasiado aterrador. Tomó aire y se tranquilizó porque sentía que correría asustado en cualquier instante, soltó e aire y volvió a dirigirse al elfo — lo siento...
—no importa. Sé que tienes la suficiente magia para cumplir con tu misión y volver, sólo haz que el chico se declare lo más pronto posible antes de que tu magia se agoté y no puedas regresar.
—¿a qué te refieres con que no podré volver si se acaba mi magia? Tú puedes regresarme.
—una vez se agote toda tu magia no podrás abrir el portal de ese lado, se necesitan ambas fuerzas, las del contratista y el hado para abrilo, y si no poses la suficiente entonces simplemente no hay forma de que puedas regresar.
—aaissh maldito Kihyun, eres peor que salir con una troll ¿no crees que debiste haber dicho eso antes de enviarme sin decirme lo más importante de todo?
—Lo siento, pero eres de poco usar magia; además tu quisiste ir y dijiste que podrías hacerlo en tan sólo tres meses...
Era cierto que había dicho muchas cosas con una seguridad de la que no había sido del todo consciente, pero eso no significaba que no pudiera en realidad; era sólo que si se ponía a considerar el nuevo punto planteado por Kihyun, pues entonces podría llegar a la fácil deducción de que su misión sería más peligrosa de lo que pensaba.
—Hablando de eso ¿Tengo que volver exactamente en cuanto terminen los seis meses?
—Hoseok, de todo lo que te dije antes de partir fue en eso en lo que fui más insistente en que recordaras; sabes que después de esos seis meses tu vida como ser mágico comenzará a desaparecer... mmmm No me digas que enfermaste.
—¿quién? ¿yo? Prrrsss, ¡claro que no! solo era una broma que estaba haciéndote... ¿Me creíste loco como para obsesionarme por algo tan fácilmente? Soy el mejor hado de Sujulandia, podré con esto, te lo aseguro.
—Obsesionarse es más fácil de lo que crees, sucede sin si quiera saberlo, Hoseok. Una vez pruebas aquello que te obsesiona ya no podrás parar nunca, así que evita a toda costa cualquier cosa que te atraiga de manera incontrolable.
El hado bufó y llevó sus manos a su rostro en una reacción a al alta frustración que estaba sintiendo; todo lo que le había dicho Kihyun estaba haciéndolo sentir demasiado cansado y aún ni cumplía su objetivo; nada estaba saliendole bien. Primero había sido la estúpida conexión con aquél humano al que estaba custodiando, segundo su uso de magia había sido reducida a la mitad y ahora no sabía si había enfermado o no, lo único que tenía claro era que el sabor de aquel chico le parecía de lo más exquisito, pero eso no era prueba suficiente para decir que se había obsesionado con él.
Era ridículo.
—ey, Hoseok ¿te encuentras bien?
—Si-sí estoy bien... Te hablaré si necesito algo más, por ahora debo dejarte...
—cuídate, trata de volver sano y salvo.
—Lo haré, Kihyun... Lo prometo. — no quería preocupar a su amigo con algo que quizá era banal, para Hoseok, el hecho de sospechar haber enfermado no era algo que fuera realmente tan importante como para perder la cabeza por ello, así que calló. — antes de que te vayas ¿podrías por favor averiguar acerca de las conexiones entre seres mágicos y humanos? Necesito verificar algo.
—¿aún insistes con eso? Creí haberte dicho que es absolutamente imposible Hoseok, los seres mágicos jamás podrán tener alguna conexión espiritual con algún humano. No existen excepciones — dijo el elfo con seguridad — sé que existen casos, pero sólo se da entre seres de la misma clase, es decir, humanos con humanos y seres mágicos con seres mágicos; el hecho de que suceda ya es un gran bendición de la diosa del destino.
—la otra vez también nombraste a la anciana Kaoko ¿Cómo es que ella se encarga de eso?
—ten más cuidado, a quien te refieres por su nombre no es nadie más ni nadie menos que la diosa del destino de todos los seres vivos, incluidos los seres mágicos, también los humanos, la naturaleza, todos somos bendecidos por ella; le debes el máximo respeto, Hoseok.
—está bien, que intenso resultas ser a veces, Kihyun — con un expresión casi de sorpresa por el inminente regaño de su amigo, Hoseok se quejó y trató de disculparse a su manera ya que no quería fastidiar más al elfo — Cuéntame lo que hace Kaoko noona con esa conexión espiritual.
—pues según lo que he escuchado por parte de las musas es que si tienes una conexión espiritual con alguien podrás sentir todo lo que siente esa persona, sus temores, sus tristezas y sus alegrías; no habrá nadie más con quien puedas compartir una conexión tal. Es una leyenda que puede sonar muy bonita, pero también escuché que si se llegan a encontrar entre todos los seres del universo, estas dos personas podrán ser felices sólo dependiendo del destino que tengan previsto; el amor es lo único que podrá cambiar un mal destino.
—el amor ¿Cupido? Ey, no fastidies, eso suena ridículo — Hoseok sintió que el estómago se le revolvió con sólo escuchar las palabras, era ilógico y más porque en ningún momento se había sentido atraído hacia alguien como Hyungwon; para él, la leyenda era sólo eso, una leyenda sin sentido.
—no tonto, estamos hablando de algo más fuerte que eso, la leyenda se refiere al verdadero sentimiento de amor. Algunos lo llaman puro amor o algo así y
son contados los seres que tienen ese sentimiento tan intenso en su interior; el más puro amor. Si te preguntas, sólo las hadas de las cualidades lo dan a quienes pueden contenerlo.
—que aburrido y complicado resulta ser esto ¿Cómo es que lograste averiguar tanto?
—ya sabes, mi más grande habilidad es poder escuchar cuanto sea. — el elfo se enorgullecía de la manera en que obtenía información con gran facilidad, así que no le fue difícil sentirse un tanto importante.
—eso sólo te vuelve un elfo chismoso. — lo molestó cuando tuvo la oportunidad y se rio de su expresión de fingida indignación — Bien, me iré.
— de acuerdo, por favor cuídate y que la fuerza de los elfos te acompañe.
Hoseok desvaneció con su mano la imagen de Kihyun la cual se reflejaba en el agua, la noche era estrellada y el aire fresco; notó que él mundo de los humanos no era muy diferente al de los seres mágicos a excepción por la oscura noche que se asomaba después de ciertas horas del día, a excepción de la tierra, en Sujulandia reinaba tanto el día y la noche, eran pareja y se amaban profundamente. De verdad se decepcionó un poco de que en la tierra mantuvieran separados.
Bostezando aperezado se tiró sobre la hierba y comenzó a recordar lo que había sentido en su interior cuando estaba besando el cuello del castaño, de nuevo sintió su corazón moverse a mil y quiso chasquear los dedos para detener aquél golpeteo tan molesto, pero le era imposible. Hyungwon era alguien muy inocente y parecía hasta ignorante del peligro por el cual estaba a punto de pasar, pensó incluso en que si no se hubiera dicho a si mismo para detenerse habría ido mucho más allá y sabia perfectamente que eso no podía ser.
Era una completa locura.
aunque tuviera muchas ganas de cruzar la línea con el menor y aprovecharse de su lado inocente, eso era algo que no podía ni debía hacer y no porque estuviera estrictamente prohibido, sino porque era una idiotez perder el tiempo con un inexperto como él. Al menos eso se decía.
Y sií, no lo negaba
ese mocoso — como lo llamaba — le despertaba un lívido que ni siquiera una elfa o elfo había podido despertar, pero pensar en que podía lastimarlo de alguna forma lo frenaba; nunca había tenido que pensar de esa manera con nadie y se preguntó sobre el por qué, llegando a la conclusión de que era porque había sido enviado a protegerlo, esa era su real misión así que no debía arruinarlo.
Hyungwon debía estar con el humano que le correspondía y ya.
después de un buen rato de estar pensando en todas las cosas que lo abrumaban y luego de aclarar su mente con respecto a lo que iba mal con él, regresó a casa en taxi; debía ahorrar toda la magia posible ahora que sabía que era vital.
Al llegar a la casa vio a la vecina chismosa asomada en la venta, esta vez simplemente lo dejó pasar y siguió adelante, como no tenía llaves, usó magia para abrir la puerta ya que después de todo era muy poca la que debía usar; entró dando pasos pesados, cerró la puerta despacio para no despertar al castaño que parecía estar ya dormido y caminó hacia la habitación para corroborarlo. Como lo había intuido, Hyungwon se encontraba acostado en la cama durmiendo en paz, se sentó a un lado casi envidiado la profunda paz en la que se encontraba y notando lo frágil que parecía sólo con estar ahí tendido.
— tks... Eres peor que un dolor de cabeza. — murmuró con fastidio. Al cabo de unos minutos de estarlo observando se levantó, dio la vuelta a la salida y se sentó en el sillón de la sala; siendo sincero no tenía sueño, pero se suponía que debía descansar para que su cuerpo se mantuviera con energía, por lo que se acostó y cerró los ojos tratando de ignorar fuerte aroma tan embriagante que provenía de la habitación del castaño. Debía hacer algo al respecto antes de caer de nuevo, creía que si lo hacía no tendría forma de regresar jamás y eso nunca.
─ 〄 ─
El frío en sus pies lo incomodó, así que buscó con los mismos la cobija para poder cubrirse, en el proceso Hyungwon recordó que su hado había desaparecido hace varias horas, y que lo había esperado tanto tiempo, que al final terminó por quedarse dormido; se levantó como un rayo poniéndose una bata, entró al baño, miró su cuello en el espejo y notó que en algunas zonas tenía marcas que seguro había hecho el mayor la noche anterior. Se avergonzo profundamente por la manera en que había reaccionado a sus caricias, la sensación de sus labios contra su piel se había vuelto efímera, así que cerró los ojos recordando cada instante; preso de un tonto anhelo se cubrió el rostro con ambos manos y porque seguro estaría peor que sonrojado.
Luego de lograr un equilibrio entre la calma y la ansiedad, salió del baño para después ir a ver si era que su extraño e inoportuno hado lo había abandonado o no; por supuesto una alegría inmensa llenó el corazón del castaño al darse cuenta que el mayor descansaba en el sillón de su sala, su estatura era promedio por lo cual podía caber perfectamente en él; se acercó aún más y se inclinó para verlo de cerca asombrandose de la belleza increíble que podía poseer un hado, sus cejas eran brillantes, tenía pestañas largas y abundantes; sumergido en ello bajó a su nariz y cayendo en cuenta de cómo la misma encajaba perfectamente con sus rostro que se veía tan masculino, y una vez bajó a la boca se quedó mirando aquellos labios que eran gruesos.... Tan suaves.
— por Dios, qué sucede contigo, Hyungwon...
Fue un hilo de voz lo que se deslizó por sus labios; su corazón comenzó a latir fuertemente al recordar los besos que había recibido de su parte y de verdad se preguntó si lo que había sucedido con cuerpo era alguna clase técnica o magia que había provocado tal reacción; No sabía con claridad qué había sucedido, pero lo que sí le causaba mucha curiosidad y que absolutamente quería corroborar, era el por qué de los labios de su hado siempre se desprendía aquél sabor tan dulce. Saliva pasó por su garganta al pensarlo, quizá si lo hacía rápidamente él no se daría cuenta; al menso eso creyó antes de ser tomado por sorpresa.
—¿qué crees que haces pervertido? —el pelinegro lo vio directamente a los ojos dirigiéndose a el en un tono serio, se acomodó en el sillón de manera tal que quedó sentado frente a frente a su elegido y volvió a hablarle, pues este sólo se había limitado a sonrojarse de manera exagerada como siempre. —¿qué? ¿Se comieron la lengua los ratones? ¿No estabas acaso tratando de hacerme algo? —mientras hablaba estiró su cuerpo y bostezó; en lo que a él respectaba, ahora se sentía un poco más renovado.
—h-hyung... yo-tú-tú desapareciste anoche y no sabía si me habías dejado, además echaste un hechizo extraño en mí así que ... Espera ¡Tú eres el pervertido! — Hoseok dejó de estirarse, hizo una expresión en su rostro de estar recordando lo que había hecho y soltó a reírse sin más, agitó la cabeza hacia los lados tal vez sacudiendo los recuerdos, chasqueó sus dedos y en menos de un segundo apareció más cerca de Hyungwon quién se había alejado asustado; el castaño cerró sus ojos muy fuerte anticipando lo que conseguiría por haber sido terco ante su hado, pero en lugar de un beso sintió su cabello ser revuelto, así que los abrió sólo para ver a Hoseok irse a la habitación mientras le daba la espalda, de nuevo. El aire que se le había cortado momentos antes volvió a circular, respiró sintiéndose agitado, y aunque de alguna forma se sentía decepcionado, en su interior aseguraba que estaba bien que el mayor no hubiera hecho más que molestar su cabello; más sin embargo la expresión en su rostro decía todo lo contrario.
Al final para ir al trabajo tuvieron que abordar un taxi, Hyungwon había dejado su auto en el estacionamiento del canal y nunca regresó por él; cuando ambos bajaron para entrar a la empresa, Hoseok — quién iba en frente — se detuvo y miró hacia el menor que se había quedado de pie sin mover un músculo; sin dudarlo se devolvió, lo tomó de la mano y entró junto con él al edificio.
—¡Hoseok! ¿Estás bien? ¿Qué fue lo que te sucedió ayer? —Sunny estaba tan preocupada que apenas vio entrar al pelinegro por la puerta, lo primero que hizo fue levantarse de su puesto de trabajo e ir corriendo hacia él.
—lo siento pequeña Sunny si te hice preocupar, prometo que de ahora en adelante solo traeré sonrisas a ese bello rostro.
—eemm, Sunny. — Hyungwon soltó la mano del mayor la cual mantenía sostenida fuertemente, lo interrumpió de improvisto y le delego unas cuantas tareas a la secretaria, seguido a eso acaparó totalmente la atención de la mujer e hizo que su Hado se despidiera primero; al ver de reojo que Hoseok pronto llegaría al ascensor, se despidió rápido de Sunny y corrió hacia el mismo antes de que se cerraran las puertas.
el castaño entró un poco agitado al ascensor, normalizó su respiración y miró de reojo a su hado quien mantenía una de sus manos dentro de su limpio y elegante pantalón negro; dirigiendo su vista al frente se preguntó por el tipo de relación que llevaba con Sunny, ya que en varias ocasiones los había visto juntos; en el día de ayer y ahora en la entrada. Eso lo intrigaba un poco.
—hyung, verás... Sunny-ella es la secretaria de la empresa, asi que deberías dejar de coquetearle mientras estás en horario laboral. No sé cómo es en tu caso, pero deberías considerarlo por tu imagen y la de ella; no creo que sepas, pero no es bien visto — lo vio de reojo, él no lo miraba directamente, más una de sus cejas se encontraba levantada casi indicando que lo que le había dicho era un poco ilógico o tonto.
—¿Mmhh? ¿A qué te refieres mocoso?
Con aquella frase el mayor giró a verlo, frunció el ceño al darse cuenta de que efectivamente no había sido tomado en serio por el mayor—«de nuevo llamándome mocoso.» — es que-pues, podrían hablar mal de ustedes y eso no es bueno ¿no lo crees, hyung? — trató de mantener la calma porque hasta él era consciente de que si perdía la paciencia sólo le daría una razón más al mayor de molestarlo, cerró los ojos y soltó el aire resignado — sólo quiero que pases desapercibido y no causes problemas.
—pues que mal porque realmente quiero divertirme con ella. — sin más el pelinegro se encogió de hombros y regresó a la posición inicial de ver al frente. Cerró los ojos y soltó el aire aburrido.
Al escuchar aquellas palabras, Hyungwon abrió los ojos de golpe —¡Puedes divertirte conmigo! —exclamó muy convencido y con un tono casi dolido.
Era en serio que no lo esperaba, por lo que abrió los ojos un tanto asombrado y volteó a ver el rostro del castaño dándose cuenta de que este realmente se encontraba convencimiento de lo que decía — «debe estar bromeando» — pensó. Supuso de inmediato que su forma de diversión era una que no tenía nada que ver con lo que el conocía por real "diversión", así rio de nuevo debido a la inocencia de su elegido; era una oferta bastante tentadora y sin contenerse mordió su labio inferior pues su imaginación no tenía límite alguno.
—cuando entiendas el significado de lo que acabas de decirme, créeme que aceptaré plenamente; por ahora sólo diré que debes tener más cuidado con provocar los deseos de alguien a quién no conoces. — con esas últimas palabras Hoseok le dio al trasero del castaño una palmada, y este, al ser consciente de dónde estaban, se sobresaltó y se puso rojo por la acción atrevida del mayor. Justo cuando se iba a quejar se abrieron las puertas del ascensor dejando ver a Jooheon y a Minhyuk.
—¡Hyungwon! Ey, quédate ahí, vamos a ir a la cafetería.
—¡chicos, yo... Está bien, vamos...
—pido un permiso, Hyungwon hyung, señores....— Hoseok salió del ascensor con una bella sonrisa dibujada en su rostro, aquella misma sonrisa captó la atención de la pareja que se miraban y miraban a Hyungwon casi preguntándole con los ojos sobre aquella extraña tensión que emanaba del estrecho ascensor.
─ 〄 ─
—nunca había visto a ese chico en el canal ¿sabes quién es, Hyungwon? — Jooheon preguntó bastante curioso, bebió de su taza de café y luego volvió a posar sus ojos en la existencia del castaño.
—es Hoseok — respondió simple y movió su pierna en repetidas ocasiones por debajo de la mesa. Estaba comenzando a ponerse nervioso con aquél interrogario.
—¿solo Hoseok? — contra atacó Minhyuk, lo miró casi rogando que parara, pero este sonrió indicándole que no lo haría.
— es-pues-amh-Shin Hoseok, su nombre es Shin Hoseok.
—bueno ¿pero y qué hace en la empresa? — no lo parecía, pero Jooheon solía perder la paciencia muy rápido, se asombraba a veces con qué facilidad lo hacía y cómo era que Minhyuk lo había aguantado por tantos años. Pensó en la pregunta y le parecía muy sencilla de responder, no obstante estaba nervioso — Hyungwon, habla claro para poder entenderte, si hablas en murmullos no sabremos que estás diciendo...
—es, él es-mi-mi asistente personal.
riendo con fuerza Jooheon despertó la curiosidad de varios de los que se encontraban también en el establecimiento, Hyungwon prácticamente quería que la tierra se lo tragara y Minhyuk levantó las cejas asombrado por la respuesta que había dado su amigo. —oye, si quieres ser gracioso no tienes que llegar tan lejos, algo simple en tí ya sería demasiado para asombrarnos.
—p-p-pero es verdad, Honey. Hoseok es mi asistente personal, desde ayer lo es. —el rubio paró de reír y miró a Minhyuk estupefacto, este se encogió de hombros queriendo evitar opinar al respecto, pero se notaba incrédulo al mismo tiempo.
—....¿no estás mintiendo, Hyungwon?
—¡ya dije que no! es-es cierto, es mi asistente personal y se llama Shin Hoseok ¿qué tiene de malo que sea así?
—bueno, pues, es que tú-cómo decírtelo sin que suene extraño — Jooheon dudó en preguntar, pero al final lo hizo — ¿Es tu amante, Wonnie? —el castaño abrió los ojos de par en par y negó fuertemente con sus manos, su sonrojo amenazaba con comenzar a aparecer para delatarlo, pero fue salvado por la campana.
—Hyungwon—intervino Minhyuk antes que fuera peor— por lo general eres una persona cerrada a hacer nuevas amistades, difícilmente te hiciste amigo de nosotros y tuvo que pasar mucho tiempo para que crearas algún tipo de relación. Lo que quiero decir es que es un poco impactante que ese chico maneje tus agendas privadas....
— Pues hombre, eso sorprendería a cualquiera, más a nosotros que te conocemos más que nadie. Seguro es su amante.
— ¡Honey! — el castaño le regaño antes de continuar y el rubio hizo que sellaba sus labios, al menos por un momento. — Jooheon tiene algo de razón, es un poco sorprendete que hayas querido contratar a alguien para ese puesto, cuando por años te negaste; quizá es por eso que Honey ha exagerado. Pero tengo una duda ¿Shownu sabe de esto?
—sí, estuvo ayer cuando hyung...cuando Hoseok llegó.
—entonces lo que escuche es verdad —ahora Jooheon era quien intervenía — Shownu regresó y ni siquiera fue capaz de acercarse al área administrativa. Es un ingrato.
— Sí... — Hyungwon se acongojó por escuchar sobre Hyunwoo, al principio había estado feliz de escuchar sobre la persona que pensaba amaba, pero ahora aquello no era más que doloroso.
—¡Chicos! ¿Cómo están esta mañana? —todos voltearon a ver hacia la entrada de la cafetería buscando a la persona que había acabado de llegar y casi fruncieron el ceño al darse cuenta de quién era.
—¡Changmin! ¿Cómo estás? qué te trae a la cafetería de los ricos-pobres...
—qué dices, esta cafetería es mucho mejor que cualquier otra en la que todo es caro y mucho más feo —todos reían ante el comentario y le brindaban un puesto en la mesa. En el momento en que se sentó, levantó la mano para pedir y miró al castaño que parecía un poco decaído.
—por cierto, Hyungwon ¿sabes qué sucedió con Hyunwoo? estaba preparando su fiesta de bienvenida, así que llamé a sus padres, pero estos me dijeron que había vuelto a Inglaterra ¿sabes algo de eso?
—yo... — se quedó sin palabras, habría dado todo porque no le preguntaran sobre ello, pero suponía ya era muy tarde.
—¿no estabas con él ayer, Wonnie? — remató Minhyuk con verdadera inocencia, pero el simplemente no quería recordar.
—emm si, pero no supe que sucedió con él después del almuerzo, tuve algunas cosas que hacer afuera. — se sentía incómodo de sólo decir eso, así que bajó su mirada porque en serio no quería recordar lo que había sucedido en aquel restaurante; Minhyuk sin mucho esfuerzo notó que algo había sucedido, por lo que se abstuvo de seguir preguntando nada más.
—Perfecto, seguro ya volverá. Ahora hablemos de tu asistente personal—habló de nuevo Changmin— ¿Es tu amante?
Tanto Minhyuk como Jooheon no pudieron contenerse y soltaron a reírse por la pregunta tan repentina, en tanto Hyungwon, este se dijo en sus adentros que el haber aceptado que su hado trabajara para el iba a volverse tremendo dolor de cabeza tarde que temprano.
No tenía salida.
— ¡que no es mi amante!
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Hola, mis amigas y amigos.
Bueno, he aquí un nuevo capítulo de esta historia. Espero que se diviertan leyéndola, si encuentran algún error pueden comentarlo o escribirme un mensaje.
Gracias! Nos leemos en la próxima 💜
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