CREO QUE ES EL INICIO II

Prefacio 2
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—Niños,  todos al salón, comenzaremos clase en cinco minutos. ¿Y tú pequeño Hyungwon? ¿Nuevamente no saliste al receso? Dime ¿No te gusta jugar con los otros niños?

un pequeño castaño afirmaba con su cabeza, mientras seguía dibujando figuritas en su cuaderno de dibujo; tenia las mejillas rojas, rojas como las fresas  y a duras penas y se notaban unas cuantas pecas.

—mmm ya veo. Y ¿qué dibujas? —Preguntó la maestra muy curiosa.

—Ha-hadas...—medio balbuceo el pequeño.

— ¿crees en las Hadas?

el castaño nuevamente asentía con su cabeza y la profesora comprendió que quizá sus respuesta distantes eran producto de que estaba inmerso en la labor de dibujar;  por un lado le alegraba al menos saber algo de lo que pensaba, puesto que era demasiado introvertido, pero por otro le preocupaba que aún siendo tan chico no le interesara jugar y divertirse afuera.

El pequeño se llamaba Chae Hyungwon y tenía apenas cinco añitos; era un niño increíblemente inteligente, con capacidades de ser lo que quisiera, pero su único problema es que había sido bendecido, o mejor dicho, maldecido con una de las peores cualidades que pueden existir; La timidez.

el día de su nacimiento, mientras estaba en su incubadora, la hada de las cualidades fue a hacer su trabajo  otorgándole las cualidades y capacidades que definirían a cada uno de los bebés que se encontraban en el hospital; pero a veces esta hada era como medio tonta y aquella noche estrellada no fue la excepción.

Flashback

—bien,  veamos. tú pequeñin, tus padres te pondrán Lee Min Ho. mmm, serás atractivo, tendrás tambien habilidades de canto y actuación,  además de inteligencia y elegancia. —con un movimiento se mano, las letras cobraron forma y se introducían una a una en el frágil cuerpecito del bebé.

—ahora tú, déjame veo ¡Ah, claro! ¡Chae Hyungwon! veamos, en realidad no sé qué deba darte porque  tienes pinta de doctor, cantante, actor, bailarín e incluso de periodista o modelo,  podrías ser modelo... Pero tienes algo especial, me intrigas chiquitín. ¡ya sé! Debes ser tímido ¿Tímido?  ¿será que podría ser tímido alguien que tenga todas esas habilidades?.. Tímido... —siguió diciendo la torpe hada— Ok,  podrías ser un poco tímido, MUY tímido o sólo tímido, no importa; eso sí, serás atractivo, muy atractivo, inteligente, honesto, recto, pero definitivamente serás tímido. La hada chasqueó sus dedos alegre por lo que había hecho; sin embargo olvidó algo importante y eso era borrar las palabras que había lanzado al viento, ya ni recordaba lo que había dicho, dijo tantas cosas que todas entraron como avalancha en el cuerpo del pequeño y la pobre hada no supo qué hacer, más que dejar terminar de sellar el otorgamiento.

—por todos los dioses de las hadas, ¿que he hecho?—la hada miraba a aquel niño que daba pataditas y la veía curioso,  se dijo que después de todo no habría ningún problema si la mayoría de cosas eran positivas; no era tan malo después de todo, al menos no para ella. Así siguió otorgando sus cualidades al resto de bebés que se encontraban en la sala.

Hyungwon fue creciendo,  desde muy temprana edad mostró  capacidades impresionantes, aún cuando era demasiado para un niño; pero solo había un problema, un gran problema, y era que no podía relacionarse con nadie. Hyungwon se ponía muy nervioso y difícilmente articulaba una palabra cuando se rodeaba de gente, el pequeño se sonrojaba y las pecas que tenía se desvanecían todas  por causa del mismo sonrojo.

durante el jardín los niños lo molestaban porque siempre andaba solo y también porque se quedaba paralizado cada vez que trataba de hablar con alguien o hacer una amistad. Al fin y al cabo ¡era demasiado tímido! su adorada madre lo consentía y cuidaba con mucho amor,  pues sabía que era un chico especial; y claro que ella sabía que su hijo era demasiado introvertido para un niño de su edad, por lo que deseo por mucho tiempo que al menos un poco de su timidez fuera borrada de él; lo deseó con tal fuerza, que de inmediato llegó la petición al castillo real de Sujulandia.

* * *

—¿Qué tenemos para hoy?

—rey Kihyun, aquí tenemos una petición algo extraña, no es para la persona que lo deseó; Parece ser que es para su familiar. La persona es Chae Jan Di,  madre soltera,  25 años y desea...bueno, es que ella quiere que su hijo deje de ser tan tímido.

—¿qué?  Pero eso es exagerado. Cada persona tiene sus cualidades, unas un poco más que las otras, todo es en su medida, así que ¿cómo es que tal petición llegó aquí?

—yo también lo creí extraño y por eso bajé para averiguar de qué se trataba todo y creo que el hada de las cualidades —la elfa asistente suspiró— ella introdujo tantas veces la palabra tímido,  que ahora el niño se pone como un tomate cada vez que alguien lo ve aunque sea un poco.

—¿QUÉ? ¡llámala inmediatamente! —demandó el rey de los elfos.

—¡ey!  ¿Cómo están? ¿Qué hay de nuevo, Kihyun?

—Hoseok,  no molestes por favor,  necesito solucionar un problema.

—¡Ok, Me voy! —el hado daba la vuelta en sus talones y salia del salón Real. Lo último de lo que quería saber era de problemas.

—Se-se-señor,  ¿envió por mí?

—¿no tienes algo que decir, Clara?

—Aammmm, no...

— Kihyun la miró serio y entrecerró sus ojos buscando que la hada mentirosa dijera la verdad.

—está bien, me comí la ambrosía del hada de los dientes,  pero es que estaba deliciosa y tenía mucha hambre.

—vaya que eres lenta,  tonta y tras de eso, una ladronzuela;  yo no me refiero a la ambrosía de Sofía, me refiero al trabajo que hiciste hace cinco años con un niño llamado Chae Hyungwon.

—¿Chae?.. ¡Aaahhhh!  ¿Chae Hyungwon? ¿Ese Chae Hyungwon? ¡claro! Maravilloso niño,  tiene tantas capacidades, bello el muchacho.

—¿quieres que te expulse?

—¡NO!  por favor rey, se lo ruego. Lo lamento, no fue mi intención, es que olvidé borrar las palabras que dije a la hora de sellar sus cualidades, lo siento de verdad.

—¡el problema está en que lo hiciste demasiado tímido! ¡Ve y arreglalo!.

—s-si señor...

La desafortunada hada iba de vuelta a la tierra, debía reparar su error, pero para eso tenía que esperar a que fuera de noche y que el niño estuviera en cama; así no sería descubierta. Ella no era un hada que cumpliera deseos,  Clara simplemente era una hada de clase media que otorgaba cualidades.

Esa tarde el pequeño Won fue recogido en el jardín por su madre,  nuevamente la profesora la había llamado para preguntarle sobre las condiciones en la casa con su hijo;  con prejuicios decían que tal vez la razón de que el niño fuera tan introvertido, se debía a que era porque no tenía un padre, pero su madre repetía una y otra vez qué no era por ello. Hyungwon veía por la ventana del auto a su madre un poco agitada y se culpaba por tener tal defecto; pensaba que si él no fuera un niño tonto y extraño,  como decían sus compañeros, su mamá no tendría por qué sufrir por él.

—Vamos a casa hijo, te prepararé algo delicioso,  ya verás.

—mamá,  ¿estás triste por mí?

—la joven que iba a comenzar a menejar, apretó el volante y sintió como sus lágrimas estaban a punto de salir; le partía el corazón pensar que su hijo estuviera sufriendo por algo.

—No hijo. — dijo tomando fuerza y reteniendo las lágrimas — jamás estaría triste por ti. Tú no tienes la culpa de nada, así que no dejes que nadie te diga lo contrario. —el niño sonrió ante la expresión llena de amor de su madre. aunque no tuviera un papá,  se sentía muy bien con sólo el amor que la mujer le brindaba, además siempre estaba cuidándolo.

durante las tardes Hyungwon hacía sus deberes y jugaba algunos videojuegos que tanto le gustaban;  después de que el tiempo para ello se acababa se ponía a dibujar las hadas de los cuentos que su madre le leía en la noche, luego de dibujar cenaba, tomaba un baño e iba a dormir. Esa noche después de su baño, el pequeño tomó una de sus historias favoritas de hadas y pidió a su madre que se lo leyera, pero al cabo de haber terminado Hyungwon no tenía sueño; aún así fingió estar dormido para así poder seguir leyendo por más tiempo.

mientras tanto afuera, la torpe hada miraba  por la ventana y notó que el pequeño niño  ya estaba completamente dormido, la abrió por completo y entró; tronó sus dedos estirandolos, tomó aíre y comenzó a extraer una a una todas las palabras "timido" que había introducido en él. cuando faltaban dos más, el pequeño abrió un ojito y se asombró de haber visto a la joven que estaba concentrada reparando su error.

—¿quién eres? —la pregunta curiosa del niño asustó por completo a Clara, detuvo lo que estaba haciendo y quiso correr hacia la ventana de nuevo, pero tropezó con algunos juguetes que mantenían en el suelo.

—¿estás bien?

—shhhhhhhh,  niño,  Van a descubrirme. Ahora duerme.

—¿puedes cumplir mi deseo?  Quiero que mi mamá no sufra más por mi. — la hada se levantó del suelo limpiando su hermoso vestido azul y lo limpió mientras negaba con la cabeza.

—lo siento, pequeño Hyungwon, pero no soy un hada de los deseos, sólo soy un hada de las cualidades y capacidades. Soy un hada obrera.—el niño puso su carita triste y parecía que ya no le quedaba más que llorar.—pero no te preocupes —continuó la amable hada— tu madre te ama y cada día es muy feliz porque tú estás en su vida y aquí. —Clara tocaba el pecho del niño,  indicándole que su madre lo tenía en su corazón.

Hyungwon al escuchar las palabras de la hermosa hada se puso muy feliz y comenzó a sonreír; la hada notó que él realmente era un niño especial como lo había previsto,  por lo que terminó de sacar una última palabra y la reemplazó por otra.

—El más puro amor...—fueron las palabras que salieron de los labios de Clara como un susurro, seguido a eso chasqueó sus dedos y  aparecieron grandes y luminosas; poco a poco se fueron metiendo dentro del castaño quién estaba un poco asustado por lo que estaba pasando. Cuando terminó el ritual, Clara miró a los ojos al pequeño y recitó otras cuantas palabras más que Hyungwon no pudo entender y de inmediato cayó dormido.

—buena suerte con tu destino, pequeño Chae Hyungwon. Ama siempre con esa misma fuerza e intensidad que tienes, mereces amar y ser amado por todos los que te rodean y en especial por tu persona destinada. Esa persona te amará más que nada en este mundo. —así sin más Clara desapareció de la habitación dejando al pequeño completamente dormido.

Fin del Flashback.

◇◇◇

Diez años después.

—Ahí viene,  ahí viene. Sólo acércate y dile algo. —una joven empujaba emocionada a su amiga, quien iba a confesarse a uno de los chicos más lindos de la escuela.

—Ammm... Oppa, Ten,  por favor acepta esto de mi parte.

—¡Oh! me sorprendiste — una voz gruesa y baja salió de unos gruesos labios, seguido una sonrisa se plasmó en los mismos — lo aceptaré, muchas gracias. Es muy bonito.

—espera, oppa... Tú... ¡Tú me gustas! Por favor acepta salir conmigo. —la chica estaba completamente sonrojada y nerviosa, veía al chico alto en frente de ella y no podía evitar sentir millones de mariposas en su vientre.

—Agradezco que te fijes en mí, me siento honrado pues eres una buena persona y muy bonita, pero no puedo corresponder a tu propuesta porque ya hay alguien a quien amo.

—¡oppa! ¿Quién es esa persona? —la chica hizo un pequeño berrinche y sintió ganas de llorar por el coraje de pensar acerca de quien era la afortunada que tenía el corazón del alto y muy atractivo castaño.

el chico formó otra sonrisa y antes de hablar llevó su mano a la cabeza de la indignada mujercita— eso Nana, es un secreto. — revolvió los cabellos negros de la chica y salió en dirección al salón donde lo esperaba aquella persona que le robaba el aíre. Caminó a través del largo pasillo y en el salón del medio se detuvo y abrió la puerta,  ahí,  en el puesto de adelante se encontraba él, la persona que amaba con fervor desde la primera vez que lo había conocido.

—Llegaste al fin,Hyungwon. Ven,  siéntate,  debemos revisar estas peticiones de los estudiantes; se supone que eres el asistente del presidente y nunca estás cuando te necesito.

—Lo-lo siento, Me retrase sólo un poco. —el castaño se sonrojó y llevó su mano a su nuca, las palmas le sudaban un poco y sus piernas temblaban; sintió vergüenza porque  aún quedaban rastros de su antiguo mal, aunque él no lo recordara exactamente.

—Ven Wonnie,  siéntate a mi lado. No te quedes ahí parado y ayúdame con todo esto,  siento que me volveré loco con tanto trabajo. Justo ahora pienso que no debí haber aceptado ser el presidente de la escuela.

—No-No digas eso, Muchas personas están felices de que seas el presidente escolar —«yo lo estoy» — así que trabaja fuerte para que esas personas sean aún más felices.

—eres Especial, Hyungwon. — el chico alto y moreno se levantaba para acariciar la cabeza del castaño; poco a poco el sonrojo se hizo más evidente, pero esta vez sus pecas no desaparecieron por completo, al contrario, se resaltaron haciendo que su rostro se tornara tierno y lindo. —entonces trabajemos, hay mucho por hacer.

—S-sí, Shownu...

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Bueno, esta es una historia relativamente corta la cual estaré actualizando semanalmente al igual que Boys Don't Cry. Espero que les guste 💕

Si hay algún error, pueden comentarlo o escribirme un mensaje, yo trataré de darle la mejor solución. Gracias!

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