CREO QUE ES EL INICIO I

Prefacio 1
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Desde tiempos inmemorables las hadas madrinas se han encargado de traer al mundo de los humanos alegría y felicidad, pero ellas no son como todos se las imaginan, con campanillas, vestidos multicolores o con brillantina, mucho menos varitas con destellos o frases como bibidi babidi boo; Nada que ver con aquellas historias que nos contaban para ir a dormir. Las hadas caminan entre las personas normales, estas pasan desapercibidas por su gran similitud con los humanos, excepto porque poseen una extraordinaria belleza casi irreal, además de que siempre tienen una tendencia extraña a obsesionarse por cualquier cosa en específico que les atraiga con gran intensidad.

Algo que no saben, es que en el reino de Sujulandia, lugar donde conviven los seres mágicos de todas la clases, también existen los hados padrinos. Sí, a comparación de las hadas madrinas, los hados son los encargados de llenar Sujulandia de atractivo, color, música y arte en general; lo llenan de armonía. Entre esos hados padrinos hay uno que es completamente diferente a los demás.

* * *

—¡Hoseok!

—¡aaahh! Kihyun por favor perdóname, te juro que no volverá a suceder. Déjame probarte que cambiaré ¿sí?

—¡esta es la enésima vez que me dices lo mismo! ¿¡Cuándo diablos vas a madurar!?

—baja la voz, no querrás que los demás escuchen al rey de los elfos gritando como loco ¿o sí?

—Tú, hado endemoniado.. — Kihyun frenó su patada en cuanto unas bellas musas pasaron mirándolo extrañadas por su notable estado de enfado; el castaño lanzó una iluminadora sonrisa, lo cual hizo ruborizar a las hermosas musas, estas rieron entre dientes y se fueron muy coquetas por la belleza del elfo. Feliz por la acción y al ver que las bellas musas habían seguido su camino sin sospechar, quiso seguir con lo que había dejado pendiente, pero el escurridizo hado ya había hecho su mejor jugada; huír.

—Ahora sí... ¿Hoseok? ¡HOSEOK!

el pelinegro corría cómo alma que perseguía el diablo, él sabía muy bien que no era nada fácil lidiar con el mal temperamento del rey, y que aunque fueran amigos, este siempre encontraría la forma de castigarle y de reclamarle por sus fechorías. Para colmo, Justo esa mañana había ido con un par de elfas a las afueras de Sujulandia y había tenido un lindo momento bastante mágico; lo que no sé imaginó era que una de ellas era la novia de Kihyun, algo de lo cual no se culpaba pues ella nunca lo mencionó.

—Ey, ey ey ¿y tú de dónde vienes que estás tan agitado? es raro en ti, hado holgazán. Verte hacer  ejercicio en horas de la tarde no es común.

—¡Mamá Kim! es Kihyun, se enteró de que andaba jugueteando con su novia; pero me declaro completamente inocente, ella se me insinuó y yo solo hice lo que debía hacer, después de todo soy un hado bastante popular ¿no?

—Muchacho, como una vieja hada madrina te recomiendo que te mantengas calmado, ya verás como un día cualquiera llegará alguien que te pondrá a caminar como el príncipe tabla.

—¿y cómo es eso?— Hoseok se acercó a la anciana y la miró con extrema curiosidad, pues esperaba escuchar una increíble respuesta.

—pues bien derechito. —la vieja hada madrina reía sin parar ante su propio chiste, mientras que Hoseok la veía con una expresión aburrida y cansada.

—Vaya mamá Kim, que increíble. Casi que me ahogo de la risa. —fingió el joven hado.

—no tienes que ser sarcástico para hacerme entender de que no fue nada gracioso lo que acabo de decir, pero entiéndeme, cada vez me hago más vieja.

—si, te creo, esas arrugas me lo dicen todo.

—¡Hoseok! —la anciana al escuchar las certeras palabras del hado lo golpeó levemente en el brazo, dándole así  un pequeño merecido.

—¡Auch! Lo siento mama Kim, sólo no golpees mi rostro. No sabes lo mucho que me cuesta mantener mi piel tersa y sin imperfecciones.

—aigoo-ya, no eres más que un hombre engreída. Si me hubieras conocido hace 245.000 años atrás, habrías querido acostarte conmigo sin dudarlo. — el Hado se quedó mirándola por un determinado tiempo y sonrió haciendo que sus mofletes se inflaran como los de una ardilla.

—mmm no sé tú, pero a mi solo se me viene a la mente tu arrugado pellejo, vieja.

—¿no vas a correr?

—¡gracias por darme la oportunidad de decidir! —sin dudar Hoseok comenzó a correr alejándose de la anciana que sonreía feliz por verle tan sano y alegre como siempre.

—¡Sí vuelves te parto las piernas! ... aigoo, chico loco. —la hada rió divertida ante la corta y loca charla que había tenido con Hoseok, el príncipe de los Hados padrinos, quien a su vez era un chico muy guapo y deseado por muchas jovencitas; elfas, hadas, musas, incluso diosas de los bosques, todas caían ante sus encantos.

Como era costumbre, el pelinegro se mantenía merodiando por todo el valle de Sujulandia en busca de una nueva chica o chico que quisiera jugar un poco para pasar el tiempo, pues a pesar de que cada hado debía pasar por rigurosos exámenes y entrenamientos constantes para obtener el título de hado padrino, Hoseok se había graduado hacia muchos años sin siquiera haber asistido una vez a la academia, ya que  era un hado con poderes y habilidades excepcionales. su poder de crear música de la nada y de jugar con las notas era impresionante, y no solo eso, sino que también poseía los mismos poderes que poseían las hadas madrinas de hacer aparecer objetos materiales; lo cual era demasiado impresionante, pues sólo los hados de avanzada podían hacer tal cosa.

sin dudas Hoseok era alguien codiciado y deseado, con una buena posición entre los seres mágicos, grandes habilidades y con una inigualable belleza que muy pocos podían negar. Ese era Hoseok.

—¡Hasta que por fin te encuentro casanova de quinta!

—¡Por todos los elfos! ¿De dónde saliste, Kihyun?

—¿Creíste que te librarías de mí tan fácilmente? Ahora ven, vamos a hablar seriamente acerca de lo que hiciste esta mañana con mi novia.

—Kihyun, por favor — el hado mañoso cerró los ojos llenándose de paciencia —
solo piénsalo, si ella te hubiera querido aunque sea un poco, no habría ido conmigo a ninguna parte sin decirme que estaba saliendo contigo.

—Lo sé, no es eso exactamente para lo que te he capturado. Tú, idiota.

—¿entonces? Pensé que esta vez si me matarías. — su expresión fue una tierna y Kihyun rió por ello.

—bueno, esto es porque necesito que me reemplaces en una cita a la cual mis padres me quieren obligar a ir.

—¿tus padres? ¿Por qué tendrían ellos que hacerlo?

—dicen que debo casarme lo antes posible, pero es absolutamente injusto. Por todos los elfos, sólo mírame, apenas y paso de los 10.000 años de edad ¿qué sería de mí si me caso aún siendo tan joven? ¡Oh, no las chicas! Tienes que ayudarme ¡me lo debes por lo de Vanessa!

—no sé ¿Qué debo hacer axáctamente y por qué no quieres conocerla?

—es una loca hada madrina que está obsesionada con el matrimonio; ella estuvo un tiempo en la tierra con una chica que deseaba poder casarse con su novio por muchos años y al parecer esa fue la maldición de esa pobre hada. Se obsesionó y ahora no puede evitar estar en busca de alguien con quien casarse, ¡incluso quiso hacerlo con un humano! sabes que eso es sacrilegio, Hoseok ¡Está loca, ayúdame!

—no hay nada que no pueda ser solucionado. Déjamelo a mi, mañana estarás libre de cualquier atadura.

—sí la alejas de mí te estaría debiendo mi pellejo.

—¡anda que eres exagerado! sólo tómalo como un pago por lo de Vanessa y Sofia ¡venga vamos!  ¿dónde se encuentra esa jovencita y cómo se llama?

—Yoona y vive en el reino de la fantasía.

* * *

Hoseok entró al elegante castillo lleno de seguridad en sí mismo, se presentó ante el rey y la reina excusando amablemente a su amigo, el rey de los elfos y Sujulandia; seguido a eso salió Yoona, una alegantisima y hermosa hada madrina con cabello castaño, mirada atractiva y encantadora presencia.

—Bien, Iremos al jardín. Hoseok, Por aquí por favor —le indicó la joven hada.

—con permiso.

Se excusó siguiendo a la mujer que no se había visto muy contenta de recibir la noticia sobre la ausencia de Kihyun, igual no se rindió en ningún momento una vez alcanzaron el jardín; el hado tomaba constantemente la mano de la chica y esta al instante se sonrojaba, él sabía perfectamente cómo tratar a las personas, ya que con solo verlas sabia lo que querían. No por nada era un hado bastante inteligente y astuto.

—Y dime, ¿Kihyun está bien? Me preocupa que esté grave, los elfos no acostumbran a enfermarse. —Hoseok sabía que  había sido una idiotez haber dicho eso, pero era la única razón válida que había hallado para salir bien librados de tal aprieto; al menos en el momento.

—Sí, pero no debe preocuparse, no es una persona que merezca estar triste. Si llora no le hará bien para ese hermoso rostro que posee.

—OH, Hoseok, Es usted muy hábil con las palabras.

—lo soy porque su belleza es la que anima a lanzar palabras dulce al aire y espero que mi constante descortesía no sea ninguna molestia para usted.

—¡oh no, no es ninguna molestia! incluso siento pena, pues me alegra que sea usted el que está acompañándome esta tarde y no el rey Kihyun.

—No sienta pena. —Hoseok inclinó su rostro y besó a la chica que se encontraba completamente nerviosa por la acción atrevida del pelinegro. En medio de su proesa , alguien llegó desde atrás y aclaró su garganta..

—su majestad, perdón por interrumpir, he traído lo que me ha pedido.

la chica en medio de su trance asintió con la cabeza e indicó al mayordomo que saliera de inmediato. Hoseok sonrió y pasó su lengua por sus labios rojizos, era algo que solía hacer casi de manera inconsciente, pero que derretía más de un corazón; con vehemencia acarició la mejilla de la hada y se disponía a seguir con lo que había comenzado, hasta que un olor dulce llegó a su nariz.

—qué.. ¿Qué es ese olor tan exquisito? — Hoseok movía su nariz en busca del aroma que le llenaba el paladar. Olía demasiado bien.

— ¿ah? ¿esto? —la hada señalaba la bandeja en la mesita—Se llaman pasteles de arroz. Envié por ellos a la tierra, directamente traídos desde Corea; además son absolutamente deliciosos.

Hoseok hace mucho había dejado de escuchar a la chica, estaba concentrado viendo el plato donde se encontraba la comida que se veía tan bien; se le estaba haciendo agua la boca...

—Sí quiere puede comer algunos.. —dijo la chica notando la ansiedad por parte del pelinegro—

Hoseok no lo pensó dos veces y tomó uno, lo miró, tocó, olfateó y juró nunca haber sentido tal olor; para su fortuna o tal vez infortunio, había encontrado en la comida de los humanos una obsesión que no sería fácil de saciar.

* * *

—¿y bien Hoseok? ¿Qué dijo la loca, me dejará ir?

—por eso no te preocupes, ella no te molestará más a tí, incluso mostró agradecimiento de que no hubieses ido.

—¿ah? ¿Qué se cree esa tonta. Acaso no sabe quién soy?

—¿no era eso lo estabas buscando? ¿Por que te enojas ahora?

—es solo que mi imagen no se ve bien cada vez que me quitas a una de mis novias.

—que estúpido, claro que jamás te he quitado a nadie, estás exagerando. Ahora, Kihyun, quiero ir a la tierra.

—Por supuesto que no irás. —al escuchar la petición por parte de su amigo el hado, Kihyun se mostró certero y se negó de inmediato. Hoseok lanzó una mirada desconcertada al elfo y quiso protestar al instante, pero el mayor continuó hablando.—Sabes muy bien que los hados cómo tú no tienen nada que hacer allá abajo, no es común. Además ¿por qué querrías tú ir a la tierra? Sólo eres un holgazán que no le gusta hacer nada más que andar de un lado a otro.

—La comida, Kihyun,  la comida es deliciosa. No puedo esperar más, necesito comer más y Yoona ya no tiene más pasteles de arroz en su alacena.

—¿estuviste en su alacena? —la expresión del elfo era un poema. Era lo más extraño que había escuchado hasta el momento.

—Kihyun, eso no es lo importante, lo que importa aquí es que me des el permiso que necesito para estar en la tierra, al menos el tiempo necesario para probar todas las delicias que preparan ahí.

—¡esto no puede ser! —gritó histérico el castaño — ¡Te obsesionaste, adquiriste ese mal desgraciado! ¿¡Cómo lo permitiste!?

— Por favor, siento que no puedo aguantar más, déjame ir.

—ya te lo dije, no es tan fácil; para ir debes tener una razón y esa es cuidar de alguien para cumplir su mayor deseo ¿estás seguro de que eres capaz de hacerlo? No lo creo.

—¡Haré lo que sea, Kihyun, lo que sea! Sólo dime qué debo hacer. Cuidar de alguien no debe tener mayor ciencia, sólo son humanos.

—mira Hoseok, te seré sincero y te diré esto con toda la seriedad que este merece, los hados no pueden ir a la tierra principalmente por que ustedes no pueden durar mucho tiempo en ella; sus años de vida pueden ser reducidos al máximo en cuestión de años, incluso menos; añadido a eso, si te enfermas hasta el punto de no querer volver a Sujulandia, quizá tengas que vivir como una persona normal, no serás nunca más eterno. Eso no lo sé, podrías incluso morir.

Hoseok tembló ante la posibilidad de perder sus años de vida, apenas y pasaba de los 12000 años, él era demasiado joven aún; pensar en vivir como una persona normal o morir no le sonaba para nada atractivo

¡para nada!

—Yo... —dudó un momento, pero después encontró la fuerza para responder. —No enfermaré, Estaré aquí en seis meses. Eso será suficiente para probar todo lo que quiero. — reafirmó

—bien ¿Y a quién cuidarás? — se resignó, pero sólo por un momento, ya que pensaba que el pelinegro se rendiría una vez viera lo engorroso que era cuidar de un humano — Esta mañana llegaron varias peticiones. Hay unos cuantos a los que no se les ha asignado un acompañante y entre ellos existe uno muy interesante, solo déjame mostrarte. —el mayor caminó hacia la biblioteca, de la cual sacó un libro gigantesco, lo abrió y leyó las últimas líneas de una página.

—Escucha bien  y luego dime cuál eliges.

1. Henry, 16 años, estudiante de preparatoria. Desea ser el mejor doctor de Corea.

—típico, aún es joven.

2. Lee Sungmin, 33 años, Actor. Desea tener un amigo con quien hablar.

—Aburrido....

3. Chae Hyungwon, 23 años, presentador de noticias. Desea poder conocer el amor verdadero.

— Siguiente, por favor.

— esos son todos en realidad.

—¿hablas en serio. Quieres decirme que de todos los humanos que existen en el mundo, sólo esos tres han pedido deseos? Además ¿qué tipo de ser sin cerebro pide tal cosa como amor verdadero? Que no sea tonto y se lo pida a Cupido, él es el hado del amor después de todo ¿no?

—Basta Hoseok, Cupido puede ayudar hasta cierto punto a los humanos, pero cuando es demasiado difícil un hada madrina puede encargarse de que las situaciones entre las dos personas elegidas sé den de la mejor manera posible. — suspiró porque entendía que su amigo jamás comprendería tal cosa — Sabes qué, Tú no sabes lo que es el amor, nunca has sentido ni siquiera lastima por esas pobres chicas que dejas penando detrás de tí. Mi dictamen es que no vayas a la tierra o simplemente espera a que lleguen más  opciones. — cerró el libro y caminó de regreso a la biblioteca para guardarlo, en eso escuchó a su amigo hablándole de nuevo.

—¿por qué no? ¡Yo puedo hacerlo! No hay nada que sea difícil para mí. Haré que ese chico cumpla su deseo y lo haré en tres meses. Sólo eso me bastará para arreglar su situación. El resto de tiempo la usaré para comer todo lo que quiera.

—¿crees que es tan fácil como decir que arreglaras su situación? Hoseok, los humanos son más complejos de lo que te imaginas, ninguno se comporta igual ¿sabias?

—solo hazme caso, Kihyun, sé lo que hago. Ahora dame todo sus datos, a partir de mañana seré el hado padrino de  Sun Hyunwun.

—Chae Hyungwon. Y no creo que debas escogerlo a él, este chico es alguien al que...

—Eso, De él. No importa ¿si? Haré que el niño encuentre a su amorcito y luego comeré todos los pasteles de arroz que yo quiera.

Kihyun soltó el aire cansado. Hoseok era tan difícil de hacer entrar en razón.

—ok, que sea Hyungwon. Pero tendrás que vivir con él.

— espera ¿QUÉ?

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Comenzamos con un nuevo mundo 2won
Espero que les agrade.

Gracias por leer 💕

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