parte única


En el momento en el que ella sale por la puerta, dejo de fingir.

Si tu madre supiera todas las cosas que hacemos

Si tu madre supiera me mantendría tan lejos de ti...

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La madre de Sana mira a Tzuyu con cariño, de seguro ella era la indicada para su hermosa hija.

Tzuyu era educada, hermosa, y sobre todo respetaba a su hija.

La Señora Minatozaki no tenía dudas de que era la indicada, confiaba en que Tzuyu haría feliz a su amada Sanake.

──Me alegra tanto que sean pareja, y sobre todo que respetes tanto a mi hija.── Una sonrisa amable es la que adorna los labios de Tzuyu mientras tiene entrelazada su mano con la de su amada Sana.

──Yo amo a su hija, Señora, siempre la respetaré...

Por otro lado un Sana bastante enamorada miraba el hermoso rostro de su novia, amaba tanto a esa pequeña mentirosilla.

──Como veo que ambas se comportan las dejaré solos un momento, debo ir al super a comprar lo necesario para la cena, por que te quedarás, ¿cierto?.

──Claro que sí, Señora Minatozaki, encantada.

──Ay, tan linda ésta muchacha... nada comparada con tus anteriores novias Sana ── la nombrada le reclama a su madre.

── No digas esas cosas frente a Tzuyu, me avergüenzas.

La Señora Minatozaki solo ríe y se despide de la tierna pareja ante sus ojos. Sale por la puerta y toda la ternura y educación de Tzuyu pareciera que es tirada a la basura.

Para Tzuyu, Sana era como un pastel de chocolate; tan deliciosa y tentadora. Era como ese pastel de chocolate que su madre le preparaba cuando era tan solo una pequeña, el cual lo descuidaban un momento y ya estaba siendo devorado por el pequeño Chou.

──Así que..., ¿soy mejor que tus anteriores novias?── una sonrisa traviesa invade los lindos labios de Sana, quien se acerca a Tzuyu y pasa sus manos por el pecho de éste.

──No lo sé... podrías demostrar que eres la mejor novia, haciéndome gemir tan alto en mi habitación.── Una risa llena de complicidad escapa de la garganta de la menor y toma entre sus manos el trasero de Sana para que enrede sus piernas en su cintura.

──¿Qué pensaría tu madre al saber lo que hacemos, cariño? Lo que te hago...

Con pasos largos Tzuyu sube las escaleras y camina hacia la habitación de su novia.

──No lo sé, tal vez la impresión de niña buena que tiene sobre ti se iría.

──Tal vez... pero por lo pronto, tú mi linda y sexy novia, vas a gemir mi nombre.

El menor baja a Sana y esta ataca sus labios con desesperación, tratando de tocar bajo la ropa de Tzuyu y ésta no se niega.

Los chasquidos de besos no se hacen esperar, sus labios eran devorados por el otro, sintiéndose tan malditamente bien.

De un momento a otro Tzuyu ya había bajado sus pantalones junto a los de Sana, no se desnudarían por completo, no correrían el riesgo de que las descubrieran.

La menor besa obscenamente el trasero de la mayor, haciendo un camino hasta llegar a su entrada, saboreando con su lengua lo que podía.

Como no tenían mucho tiempo, Tzuyu fue rápida. Puso el condón en su ya erecto y adolorido miembro para después penetrar a Sana, éste soltó un gran gemido. Le encantaba rudo.

Las embestidas no se hicieron esperar, haciéndolo con prisas pero sin perder ese toque de placer y la adrenalina que sus cuerpos recorrían por el miedo de ser descubiertas.

Sana movía sus caderas ayudando a su novia a hacer las penetraciones mas profundas, haciendo así que ambas se perdieran en la otra.

La mayor gemía en alto, tal y como lo había pedido, la polla de la menor la llenaba tan bien...

Por otro lado la Señora Minatozaki entraba a su hogar con varias bolsas en sus manos, pero sorpresa que se llevo al no encontrar a la pareja ahí. Un grito se escucha en el segundo piso, así que ni lenta ni perezosa, la Señora Minatozaki sube.

Abre la puerta del cuarto de Sana y mira con extrañeza el lugar.

── Hola mamá, ¿acabas de llegar?.── La menor estaba sentada en su cama sosteniendo su móvil fingiendo mandar estar escribiendo.

──Si... acabo de llegar, solo que escuché un grito y subí── sin disimulo alguno la mayor observa a su alrededor── y... ¿Tzuyu?

── Se tuvo que ir, sus padres la llamaron y me pidió que la disculparas por no quedarse a la cena.

── Oh... comprendo, después será. Bien iré a la cocina a prepara la cena, tu padre no tarda en llegar.

── Bien...

Cuando la puerta es cerrada, Sana se apresura a mirar por su ventana, viendo como Tzuyu esta sentada en el cesped y observaba con una sonrisa a su dirección.

──Nos vemos esta noche, dulzura... ──argumento solo moviendo sus labios esperando que la mayor entendiera. Sana asiente y le manda un beso.

Pero lo que no sabían es que la madre de Sana se había dado cuenta del pequeño error que dejaron al hacer su travesura.

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Ya eran pasadas las diez de la noche y una vez más Tzuyu se encontraba en la habitación de Sana, pero esta vez sin que los padres de ésta supieran de su presencia.

Ambas fumaban un poco de el pequeño porro que Tzuyu traía, no eran adictos ni nada por el estilo, solo lo hacían cuando estaban aburridas, y como la habitación de los padres de Sana estaba alejada de ellas, podrían hacer un poco de ruido sin preocupación.

Sana estaba sentado en el regazo de la menor mientras dejaba pequeños y calientes besos en el cuello de ésta. Ambas se encontraban desnudas, ya habían disfrutado más de una hora de sexo, pero aún tenían demasiada energía, así que la mayor tomo el miembro de Tzuyu el cual estaba duro y se auto-penetró, haciendo que ambas soltaran un gemido.

──Salta cariño, salta como la pequeño puta que eres── la mano de la menor se estampa con fuerza sobre la nalga izquierda de Sana.

Haciendo que éste se excitara más y saltara con más entusiasmo.

Tzuyu apagó el porro y lo dejó sobre la mesita de noche de la mayor para después tomar entre sus dos manos el buenísimo trasero de su novia y amasarlo a su antojo.

Amaba el trasero de su Shasha, era tan esponjoso y bien trabajado que lo hacía delirar cada vez que lo veía.

Pero ninguna de los dos contaba que la puerta sería abierta y los padres de Sana aparecieran con caras de sorpresa y horror en sus rostros.

Al parecer olvidaron cerrar la puerta...

Ambas se apresuran a cubrirse.

──¡Más vale que corras por tu vida jovencita!

Y Tzuyu no necesito más para tomar sus cosas y saltar por la ventana de Sana como tantas veces lo había hecho ─claro, besando a su novia con rapidez antes de irse─.

Y como el Señor Minatozaki lo dijo, esa noche Tzuyu corrió por su vida, no importaba su desnudez, debía sobrevivir para estar con su Shasha y después poder reír de lo que estaba ocurriendo.

Porque los padres de Sana ya habían descubierto la verdad, ya habían descubierto lo que ambas hacían mientras ellos no estaban...

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Moraleja, no sean sucios y hornos como este par. 👹

Créditos a HoJiTae por darme permiso de adaptar su historia. (⁠っ⁠˘⁠з⁠(⁠˘⁠⌣⁠˘⁠ ⁠) ♡︎

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