Parte sin título 2




-Nunca más, nunca más, nunca más. Se repetía un muchacho constantemente teniendo su cabeza entre sus rodillas, suplicando por que la pesadilla simplemente se terminara.

Ahora simplemente era el fin de todo, Misato, Asuka y todas las personas que conocía ya no se hallaban más, simplemente desaparecieron, y el mundo estaba a nada de sufrir un nuevo impacto el cual lo único que significaba era que los humanos evolucionarían a algo diferente, libres de toda pena y toda desgracia. Ese era el plan de SEELE ese era el plan que su padre en medio de su egoísmo, había querido, pues anhelaba reunirse con Yui Ikari, él anhelaba más volver a estar con la mujer que quería que ser un padre para él. No obstante, incluso el odio a su padre ahora era insignificante, Shinji estaba completamente aterrado. Y por primera vez, no sabía qué hacer, ni qué pensar.

-Nunca más, nunca más, nunca más. Volvía repetir.

"Ese nunca más" era que ya no deseaba volver a pilotear, que deseaba morir, quién sabe, en esos momentos Shinji estaba congelado. Y no deseaba mirar absolutamente nada, simplemente deseaba desaparecer para siempre. Shinji temblaba de los pies a la cabeza, no obstante, una voz apareció en medio de todo ese mundo apocalíptico.

-¿estás bien?

Shinji volteo a mirar a la persona que se hallaba enfrente de él, esta le sonreía, era brillante, con un cuerpo claramente masculino en contraste con el femenino de Ayanami. En esos momentos, Shinji sonrió.

-Kaworu... ¿en verdad? ¿eres tú?

La figura brillante se aproximó al Eva unidad 01 alzando sus brazos brillantes para arropar a Shinji, el muchacho no opuso resistencia, finalmente se dejó seducir por aquel muchacho de cabello albino que lo había seducido de una forma que él todavía no sabía explicar.

Los ojos de un muchacho de cabello gris de veinte-nueve años se abrieron, Kaworu se hallaba en su cama, mientras llevaba su mano sobre cabeza, con este, era el cuarto sueño que Kaworu Nagisa tenía sobre Shinji Ikari. A pesar de que los dos ya no se habían vuelto a ver más después de los eventos pasados hace ya bastante años, pues prácticamente Shinji le dijo que lo dejaba en libertad, para que el circulo interminable finalmente se rompiera. Kaworu, de la misma manera que la primera niña elegida, tenían una experiencia cíclica donde vivir y morir realmente era lo mismo. Kaji le había dicho varias veces que su felicidad no debía estar ligada a la de Shinji, pero una parte de Kaworu, deseaba una vez más ver al tercer niño elegido. Shinji había dicho que lo mejor para la humanidad era un mundo sin EVAS, y había resuelto que lo mejor era que cada uno construyera su propio camino. Kaworu supo que Shinji había dejado ir a la segunda niña elegida de la misma forma que él lo había dejado ir a él.

-Lo siento mucho, Shinji-. Replicó Kaworu con ciertas lágrimas en sus hermosos ojos rojos, estaba llorando de la misma forma que lo había hecho cuando un Shinji niño le alzó su mano para ofrecerle su amistad.

No obstante, ahora esas lágrimas eran de una gran tristeza, recordaba varios sucesos de vidas pasadas todas involucradas con Shinji, conociéndose, crear una relación única, para luego morir de diferentes maneras. Kaworu volvía renacer de la misma forma que la primera niña elegida, después de todo su propio nombre lo indicaba: "Nagisa" estaba relacionado con el agua, y esta era fluida, rara vez el agua era estable, y se adaptaba a los cambios. No obstante, ¿por qué la constante presencia de Shinji le impedía ser como el agua e ir libremente?

Kaworu nunca se había detenido a pensar si era o no egoísta, él creía que haciendo feliz a Shinji podía hacerse feliz a sí mismo, pero ¿por qué su felicidad se anclaba a la de alguien más? Y específicamente hacia ese muchacho, ese lilim, como el solía llamar a los humanos. Tal vez, porque muy en el fondo, Kaworu deseaba lo mismo que Rei Ayanami: Estar con el chico que le gustaba, estar con alguien y el estar acompañado también podía hacer a los seres humanos felices. Y en ese aspecto, Kaworu no era tan diferente de los lilims, se veía cada vez que el chico, ahora comandante de NERV, estaba con Ryoji Kaji en su campo de sandias. El comandante de NERV disfrutaba de la compañía de su subordinado, pero muy en el fondo sabía que la compañía de Ryoji Kaji en el fondo no era algo que Kaworu propiamente anhelaba sino el volver a ver a Shinji.

El chico peliblanco retiró las sabanas de su cama mientras se dirigía hacia los baños de NERV para darse una ducha, el joven peli-gris abrió la llave de la regadera, se despojó de su pijama y entraba al agua. Era tan relajante esto, Kaworu expulsó un: ¡mmm! Sobre lo bien que se sentía el agua contra su piel y cabello. En ese instante dos memorias se juntaron mutuamente. "Tu corazón es demasiado frágil, frágil como el cristal" el chico de cabello castaño oscuro lo observó y le preguntó: ¿mi corazón?" "Si es digno de ser amado, amigo" , El joven un tanto desconcertado solo respondió: ¿yo? ¿amado? Kaworu le devolvió el gesto y le dijo: "Te amo, Shinji".  El joven adulto de cabello gris sintió la memoria muy viva, como esos sueños que tenía sobre Shinji.

-¿Por qué están aquí otra vez? Inquirió Kaworu..Mientras alzaba su mano para sobar esa mejilla.

A la mañana siguiente, Kaworu se vistió con el clásico uniforme de NERV, al parecer todo estaba en orden, ahora sin EVAS ya no había mucho que hacer, NERV se había convertido en una especie de policía militar, así que cualquier disturbio que pudiese ocurrir algún miembro de un grupo superior le notificaría que tendría que actuar. Realmente el sitio de NERV era ahora bastante solitario. Kaworu reconoció algo sobre ese sitio tan lúgubre: Me aburre el estar postrado aquí todo el día, no hay nadie con quién hablar. El joven echó un suspiro mientras cabeceaba, realmente las noches de insomnio lo estaban afectando, Kaworu se acababa preguntando: ¿acabaré por poder dormir alguna vez? Era tan irónico, SEELE lo había mantenido dormido durante mucho tiempo hasta que consideraron oportuno despertarlo para concretar su plan, para eso despertaron a Kaworu de su estado de hibernación. Kaworu recordaba muy bien ese momento en el que abrió los ojos por primera vez estaba en aquella base lunar recordando todo lo de sus vidas pasadas. Más concretamente relacionadas al tercer niño en unas ocasiones, Kaworu era amistoso con Shinji, en otras ocasiones lo intimidaba, y en otras tocaban juntos el piano. Sin embargo, no importaba qué versión suya fuera todas acababan exactamente igual: Él muriendo a manos de Shinji.

¿y ahora qué versión suya era esta? Ya había pasado mucho tiempo desde que Shinji lo dejó libre, pero qué era la libertad sino era ver a Shinji. Kaworu echó un suspiro prolongado mientras que la puerta de su despacho se abría otra vez. La primera niña elegida estaba allí enfrente de él, llevaba un bento entre sus manos, y cargaba un carrito de varios libros, los cuales Kaworu asumió que la joven estaba por leer. El joven le sonrió.

-Hola. Nos vemos otra vez..

Rei Ayanami se le quedó observando con una expresión tranquila sin mostrar muchas emociones, era algo característico en la misteriosa muchacha peliazul. Kaworu en cambio le dijo.

-Así que me trajiste el almuerzo, es muy amable de tu parte.

Rei Ayanami solo asintió mientras ponía el bento en el escritorio de su superior, y es que Rei se había transformado en la secretaria personal de Kaworu. El joven Nagisa sonrió mientras abría el bento para comerlo, al parecer Rei lo había elaborado.

-Vaya lo hiciste tú, veo que estás aprendiendo.

Rei solo asintió, la chica peliazul quiso alejarse pero Kaworu la detuvo.

-Espera.

La joven de ojos rojos volteo a mirar a Kaworu, y le dijo.

-¿Qué ocurre?

-¡mm! Antes de que volvieras a morir aquella vez, le dijiste al tercer niño que era el chico que te gustaba  ¿no?

Rei suspiró y dijo.

-No sé si lo hice. Probablemente fue otra yo, pero cada vez que veo a Ikari-kun mi deseo de estar junto a él se incrementa.

Kaworu sonrió, y le preguntó.

-¿es un egoísmo nuestro?

Los ojos de la chica de ojos rojos se giraron a mirar los de su superior los cuales eran muy parecidos a los suyos.

-No sé.

-¡mmm! El egoísmo es un sentimiento muy curioso de los lilims.. Quizás nosotros lo tengamos arraigados dado a nuestra semblanza con ellos.

Rei Ayanami contempló a su superior y le preguntó.

-¿es amor? 

-¡mmm! Puede ser. Y el tuyo sería más aceptado que el mío.

Las almas de Lilith y Adán contempladas en una misma habitación observándose mutuamente. Después de la plática con Rei Ayanami, Kaworu siguió supervisando las instalaciones de NERV con ayuda de Ryoji Kaji quien lo observaba con la usual mirada relajada. Ahora Ryoji Kaji ya era un adulto de una edad cercana a los 50-60 años por lo que había adquirido una gran sabiduría, no obstante, seguía manteniendo su carácter relajado.

-Vaya veo que si comiste el bento que Ayanami te ofreció.

Kaworu solo asintió y le dijo.

-Ha mejorado mucho. Algo me dice que sigue viendo a Shinji.

-Je. Je. Si que ha crecido el chico. Es una suerte que no haya heredado los rasgos del comandante Ikari.

Kaworu dio una media sonrisa.

-Me alegra saber que Shinji-kun está bien.

-Puedes apostarlo. ¿y tú? ¿no has querido ver a Shinji-kun?

Kaworu echó un suspiro lleno de tristeza.

-No sé si está bien que lo vea. Ya no sé qué es lo que me hace feliz.

-Bueno te dije aquella vez que tu felicidad no debe estar anclada a la de Shinji. Le recordó Kaji.

Kaworu dio una media sonrisa.

-Antes de que la primera niña elegida falleciera pues no podía alejarse mucho de ese sitio donde ambos estábamos anclados, dijo que le confesó a Shinji que ella deseaba estar con el chico que le gusta antes de morir delante de él.

Kaji se sorprendió al escuchar eso.

-¿lo supiste por qué....?

-Ella me lo dijo. Respondió. -Al final ella dijo que estar a su lado la hacía feliz. Pasar tiempo con el chico que le gusta.

-Vaya.- Entonces Rei también desea a Shinji ¿no?

-Quizás ella encontró en Shinji lo que faltaba en ella.

-Entiendo. ¿entonces tu sientes que algo te falta?

Kaworu colocó sus ojos rojos en los de Kaji y le preguntó.

-Tal vez.

Kaji le sonrió y le dijo.

-¿Por qué no salimos? Tal vez salir te caiga bien.. ¿qué dices?

Kaworu se sorprendió, pero finalmente aceptó la propuesta de Ryoji Kaji de salir juntos.

Los dos caminaron por las calles de la ciudad, la ciudad estaba en calma, sin duda alguna la idea de Shinji de vivir en un mundo sin Evas había sido efectivo, todo el mundo parecía en calma no existían nada como Tokio 3, ni había toque de queda por el ataque de un ángel. Kaworu observó el sitio con cierta calma, era tan relajante. Ryoji Kaji llevó a Kaworu a una cabina donde había un piano, Kaworu se sorprendió de ver allí un piano.

-Hace mucho que no tocas. ¿por qué no lo intentas?

Kaworu solo se sentó mientras ponía sus manos en las teclas del piano, ahora lo recordaba, Shinji y él tocaron una vez, se habían sincronizado de una manera esplendida como si fuesen almas gemelas. Kaworu se preguntaba, ¿será que con la primera niña elegida esa misma sincronización existía? En lo más profundo de su ser, Kaworu se dio cuenta de algo: ¿me molesta si Shinji llegó a conectar bien con la primera elegida? De repente las palabras que le había dicho a Rei hicieron acto de presencia: ¿será nuestro egoísmo? ¿Seré yo egoísta? Se terminaba preguntando Kaworu, ¿dónde está mi felicidad entonces? Las manos de Kaworu distraídamente se movieron y comenzó a tocar una canción que había escuchado hace tiempo atrás. La letra de la misma apareció en su cabeza.

Qué es la juventud: fuego impetuoso

Qué es una doncella: Hielo y deseo

El mundo sigue adelante

Una rosa florecerá y luego se desvanecerá

Así como la juventud

Así como la doncella más bella

Llega un momento en que una dulce sonrisa

Tiene su temporada por un momento

Entonces el amor se enamorará de mí.

Algunos piensan en casarse

Otros se burlan y demoran

La mía es la mejor parada

Cupido nos gobierna a todos

Salta que salta, cántame la canción

La muerte vendrá pronto para silenciarnos

Más dulce que la miel, y amargo como la hiel

El amor es un tiempo pasado que nunca palidecerá

Más dulce que la miel y amargo como la hiel

Cupido nos gobierna a todos.

Una rosa florecerá, y luego se desvanecerá

Así como la juventud

También la doncella más bella.

Kaworu podía sentir las palabras en su boca aun las sentía tan vivas, volteo a mirar al público hubo un gran aplauso, Kaworu dio una sonrisa tímida, mientras se alejaba del sitio, Kaji también le aplaudió, le invitó una copa y le dijo.

-Vaya, decidiste no cantar la canción ¿por qué?

-¿Qué caso tiene cantarla si no hay nadie a quién dedicársela? Preguntó Kaworu.

-Es una canción romántica. Le explicó.

Kaworu dio una sonrisa triste.

-Lo sé.

Kaji no volvió a insistirle a Kaworu, y ambos regresaron.

Sabía que, a la hora de dormir las pesadillas, mejor dicho, los recuerdos de vidas anteriores volverían, ahora estaba en una iglesia destruida con un piano tocando el himno de la alegría, un chico delgado de cabello castaño oscuro lo observaba, el joven llevaba un gato entre sus manos. Kaworu había dejado de tocar para luego acercarse al joven mostrando una actitud bastante confiada y una sonrisa que en este momento solo podía ser catalogada como cínica. Kaworu al verlo le dijo.

-¿y tú qué haces aquí? ¿también te has perdido?

Shinji volteo a mirarlo con bastante inquietud.

-No, no... yo no.

-¿por qué llevas a ese gato contigo? Volvió a preguntar Kaworu con gran interés.

-Po... por ningún motivo.. Se excusó Shinji.

El chico dejó caer el gatito, diciéndole.

-Vamos vete ya,

El gato simplemente no se iba, estaba en el mismo lugar, maullándole a Shinji, el tercer elegido le dijo algo molesto.

-¿Qué no entiendes que no puedo llevarte conmigo? Márchate.

Kaworu observó al gato con una mirada de superioridad, tomó al gato, le dio una sonrisa suave y luego procedió a estrangularlo. El gato soltó un horrible chillido.

-Espera, ¿qué haces?

Kaworu no prestó atención a las suplicas de Shinji quien le rogaba que no matara al gatito, pero ya era tarde. Después del horrible maullido, el animal dejó de respirar.

-!Bahh! está muerto ya.

Kaworu arrojó el cadáver del gato, Shinji lo observaba de forma asqueada.

-¿por qué has hecho eso? Replicó enojado.

-Te molestaba que te siguiera ¿no? Replicó el chico.

-Pero eso no significa que tuvieras que matarlo. Dijo Shinji.

-Si dejaba al gato vivo hubiese muerto de todos modos, No tenía padres, ni comida. Y salvo tú y yo, seguro que por aquí no viene nadie.  Se hubiera ido muriendo poco a poco de hambre, por eso era mejor matarlo.

-!Dios! Qué sádico de mierda eres.

Esto último no lo había dicho propiamente el tercer niño sino el mismo subconsciente de Kaworu, el chico de ojos rojizos solo dijo con gran pesar: ¿yo hice eso? Con razón en esa vida pasada Shinji terminaba por despreciarlo. El joven Nagisa ya no quería volver a soñar, ¿por qué precisamente aquellos recuerdos se manifestaban en la noche? Qué le estaba sucediendo. El hombre de cabello gris se inclinó sobre la cama mientras pasaba su mano sobre su rostro. De pronto sus ojos rojos se enfocaron en la puerta la cual en ese momento se abrió. Era la primera niña elegida.

-No puedes dormir ¿verdad?

Kaworu dio una suave sonrisa y dijo.

-¿y tú?

-Las memorias me siguen cuando cierro los ojos.

-¡mmm! Tenemos algo en común. El lilim de nuestro interés nos dejó libres y ahora no sabemos qué hacer con nuestra vida. Aunque, Kaji-san me dijo que tú lo sigues viendo ¿verdad?

Rei no dijo nada, a pesar de su mutismo, Kaworu había aprendido a leer a su secretaria, bueno no era tan difícil, después de todo, ambos eran parecidos. Aunque Kaworu fuese más extrovertido de alguna forma acabaría entendiendo a Rei, de la misma forma que ella a él.

-¿cómo está?

-Bien. Cuando lo vi por primera vez pensé que se parecía a su padre, pero ahora que ha crecido creo que se parece a su madre.

-¡mm! Así que no heredó en el reino de la adultez los rasgos de ese hombre, interesante. Vi fotos de ella, sin duda alguna, tu y ella se parecen.

-Y tu le recuerdas a su padre. Eso te dijo.

Kaworu le sonrió..

-Sí, supongo que sí. Pero no somos ellos ¿verdad?

Rei negó con la cabeza y respondió.

-No. Una misma sustancia, pero en el fondo somos la representación de Adán y Lilith. Eso lo tengo muy vivo. Yo estaba delante de Ikari-kun, luego tu tomaste mi lugar. Fuiste tú el que tranquilizó a Ikari.

Kaworu le sonrió y le dijo.

-Si me acuerdo de que estuve allí.

-Quizás tu lograste llegar a su corazón. Replicó Rei.-

-¿Qué estás diciendo? Inquirió Kaworu.

-Hace un par de días me preguntabas si eres egoísta, no es el egoísmo lo que te impulsa. Querías proteger a Shinji ¿no?

Quizás era la primera vez que Rei hablaba más que en toda su vida, la bella mujer peli-azul agregó.

-Tú felicidad estaba en hacer feliz a Shinji.

-Sí. Pero ahora que me dejó en libertad te confieso que lo extraño tanto. Quizás estos sueños, mis vidas pasadas....

-Tal vez no deberías intentar huir de ellas. Quedarte allí. Tal vez esas vidas pasadas te están diciendo algo.

-¿Qué quieren decirme?

Rei se quedó callada y le dijo.

-A mi también intentan decirme algo.

Kaworu observó cómo su secretaria se alejaba de su cuarto, tal vez, la primera elegida tenía razón, si era capaz de conectar con sus otros yos, ellos podrían darle la respuesta que buscaba.

Kaworu volvió a acomodarse en la cama, entonces cerró sus ojos, intentando dormir, finalmente se vio a sí mismo en el departamento de Katsuragi Misato, allí estaban él y Shinji, Kaworu intentaba convencerlo de que se fuera con él.

-¿A dónde iremos?

-A la luna, Shinji.

-¿A... la luna? Inquirió perplejo.

-Si a la luna, de ese modo seremos felices para siempre. Eso es lo que quieres ¿no?

Esa nueva versión era diferente a la anterior, si bien no era tan bárbara en sus sentimientos, ni atemorizó a Shinji matando a un inocente gatito, esta era más explicita en sus sentimientos. Kaworu identificó que esa versión suya había aceptado sus sentimientos por Shinji pero al mismo tiempo deseaba llevársela con él.

-Eso es lo quieres ¿no?

El Kaworu del exterior que observaba la escena, se sorprendió, ahora ese otro yo le hablaba directamente a él. Ni siquiera contemplaba a Shinji.

-¿Qué estás haciendo? Exclamó el muchacho albino.

-Haciendo que Shinji venga con nosotros. Es nuestro deseo. Después de todo ¿quién dice que un ángel no puede ser egoísta?

Kaworu observó a Shinji quien seguía contemplando a Kaworu, y estaba apunto de acceder ir con él a la luna.

-No, no.. no te lleves a Shinji. Exclamó Kaworu.

-¿y por qué no? Esto es lo que querías. Ahora que él te dejó en libertad ya no sabes qué hacer. Bueno, yo seré egoísta y me quedaré con el hijo de lilim.

-¿cómo pretendes llevártelo a la luna? Sabes que Shinji morirá si te lo llevas. Respondió Kaworu.

Su otro yo dio una sonrisa bastante torcida y le dijo.

-No morirá.

-¿y cómo lo sabes? Volvió a preguntar.

El Kaworu del departamento sonrió, dejó a un lado a Shinji, caminó hacia el muchacho peli-gris, mientras lo hacía varias versiones de Kaworu aparecieron detrás de él, la primera que le dijo a Shinji: Tú corazón es demasiado frágil como el cristal, la segunda que le invitó a tocar el piano, la tercera más salvaje que había asesinado al gato, luego aparecieron otras dos más, una de un chico de estudiante de intercambio, y otra la de otro estudiante con un uniforme negro con rayas. Todas sus vidas pasadas estaban delante de él, y Kaworu no sabía qué decir.

-¿Qué es...?

-Somos tú. Respondieron al unísono.

-¿Por qué entonces se han metido en mi sueño?

-Porque sabemos de ante mano que tu no eres feliz. Respondió el primer Kaworu.

-Y que anhelas volver a ver a Shinji Ikari.- Respondió el segundo Kaworu dándole una sonrisa.

-Pero te has marchado. ¿por qué? Replicó el Kaworu de uniforme negro con rayas blancas.

El chico de ojos rojos respondió con tristeza.

-Le hago daño si estoy con él. Tal vez lo que me llevó a amarlo fue mi egoísmo, creía que si lo hacía feliz me hacía feliz.

-Bahhh. Esas son tonterías. Replicó el tercer Kaworu.- No estaríamos repitiendo el mismo ciclo interminable por nada.

-¿De qué estás hablando?

El segundo Kaworu se acercó y dijo.

-Este ciclo interminable lo hemos aceptado en distintos universos con gusto, porque queremos el bienestar de Shinji. No importa morir y vivir, nuestra existencia inmortal se repite muchas veces. Morimos y renacemos porque nuestro amor por Shinji Ikari es como el fénix, arde en llamas y luego renace de las cenizas.

Ahora el Kaworu maduro observó a sus anteriores versiones quienes le sonreían. Los ojos del muchacho se postraron en la negra ciudad donde aparecía una figura enorme de color blanco en un principio, Kaworu identificó la figura como Rei Ayanami, pero en ese instante, la figura soltó un gemido para tomar otra forma, los pechos desparecieron, en su lugar el torso quedó plano y brillante. La figura humanoide ahora poseía la imagen del quinto niño elegido, Kaworu no se sorprendió al verlo, era él después de todo, Adán dio una sonrisa, y el quinto elegido comenzó a levitar, traspasó las paredes del departamento de Misato, hasta quedar enfrente de la figura humanoide, la misma figura que se le apareció a Shinji.

-¿estás bien? Inquirió la figura con una sonrisa. 

Kaworu le respondió el gesto a la figura gigante de él mismo y le dijo.

-tú me conoces mejor que nadie ¿verdad?

La figura le sonrió con un movimiento de su cabeza, las ropas del hombre de veinte nueve años desaparecieron dejándolo completamente expuesto, a Kaworu le dio igual estar desnudo ya lo había estado en otras ocasiones. La figura humanoide de Kaworu junto las manos en un circulo dentro de este se hallaba un Shinji maduro dormido en su cama, completamente solo. ¿entonces aquella chica de lentes nunca fue su pareja? Se dijo el chico de veinte nueve años, algo en ese aspecto le alegró al saber que no lo era. El Kaworu mayor se deslizó hacia la cama del chico de veinte ocho años, se veía tan apuesto, no cabía duda, el chico se parecía mucho a su madre. 

En ese momento, el hombre joven gateó hacia su cama sin dejar de ver a Shinji dormir, el hombre peli gris pasó su mano sobre su rostro.

-Shinji-kun. Cuánto has crecido. Musitó.

Los ojos del hombre joven se abrieron, Shinji-Ikari observó a Kaworu delante de su cama, completamente desnudo. El chico Ikari entonces le dijo.

-¿Kaworu? ¿en verdad eres tú?

-Si Shinji.

El joven de veinte ocho le sonrió.

-Cuánto tiempo ha pasado.

-Bastante. Respondió Kaworu.

El joven volteo a mirarlo de pies a cabeza, Shinji estaba a punto de preguntarle qué hacía desnudo enfrente de él, lejos de asustarse, el cuerpo de Nagisa le generaba cierta paz espiritual.

-Yo, yo lo que te dije aquella vez sobre...

-No, Shinji tu me liberaste. Soy yo el del problema, no he podido lidiar con esta libertad que me has dado.

-¿libertad?

-Recuerdo que me dijiste que esperabas el volver a ser amigos.

-Sí. Pero no creas que era porque quería alejarme de ti. Yo, yo deseaba... que ya no tuvieses que morir por mi culpa. Te maté dos veces. Soy un miserable egoísta.

Kaworu se impresionó por escuchar eso, "¿miserable egoísta aquel lilim?" "No" eso jamás, Shinji no era ningún miserable egoísta, tenía un alma pura e incomprendida, un alma digna de ser amada, alguien por quien valiese la pena morir.

-Shinji-kun. No digas ese tipo de cosas. No eres ningún egoísta.

-¿y cómo lo sabes?

-Hemos vivido tantas vidas, y siempre volvemos al mismo punto. Ahora recuerdo otra más, cuando nadamos en aquel río.

-¿llegamos a nadar en un río? Inquirió Shinji.

-Si ahora lo tengo más claro. Yo te enseñé a nadar. Y créeme que esos momentos han sido los más felices de mi vida. Morí feliz en tus manos, y renací con el objetivo de volver a verte.

Shinji bajó la mirada no sabía qué decir, Kaworu tomó su rostro mientras lo incitaba para volverlo a ver. Los ojos del chico se mostraron llorosos.

-Si no nos conociéramos nada de esto abría pasado. Y no tendrías que morir cada vez que nos vemos.

-Créeme, preferiría una vida llena de sufrimiento en el infierno con Satán castigándome eternamente que vivir cien años sin haberte conocido.

-¿entonces? Preguntó Shinji. –

-Veo la verdad tan clara en tus ojos. Y te estoy tan agradecido.

Shinji le contestó.

-¿crees que de alguna manera hicimos bien?

Kaworu entonces se acercó a él y le dió un beso en los labios, Shinji se sorprendió, pero acabó aceptando los labios del joven de veinte nueve años con gusto, los dos procedieron abrazarse mutuamente, el sentir el cuerpo desnudo de Kaworu en contra sus ropas, tenía una sensación tan diferente y única. De esa forma lo bien y mal ya no importaba solo el aquí y el ahora. Kaworu sintió lo mismo al sentir el tacto una vez más de Shinji fue entonces que observó la figura gigante humanoide suya a través de la ventana haciendo un gesto. Kaworu supo en ese instante que debía irse sin más se alejó. Shinji lo tomó del brazo.

-Tengo que irme.

-¿Qué? No, no te vayas, quédate conmigo. Por favor. Suplicó Shinji con lágrimas. 

Kaworu le sonrió y le respondió.

-Veme en la estación de Shibuya a las 2:40. Estaré allí.

-¿de... de verdad? Inquirió Shinji,-¿no te irás?

Kaworu volvió a sonreír y le dijo.

-No importa lo que pase siempre estaré contigo. Siempre.

Shinji solo asintió mientras observaba cómo Kaworu comenzaba alejarse de la habitación traspasando las paredes hasta que estuvo enfrente de aquella figura humanoide gigante brillante de color blanco, Kaworu le dijo.

-Ya he llegado.

-Bienvenido. Le respondió Su otro yo de Adán.

Kaworu simplemente se entremezcló con lo que era su otro yo de Adán, la figura humanoide dejó atrás su apariencia masculina para tomar una forma femenina, Lilith observó la ventana donde yacía Shinji.

-Nos veremos pronto, Ikari-kun

Shinji Ikari despertó después de una larga noche, era sábado ahora, el chico de veinte ocho se paró de la cama, ¿había soñado con Kaworu? Desde hace mucho tiempo no había vuelto a saber de Kaworu, es decir, estaba en la estación hablando con Rei, pero más allá no había nada. Luego apareció Mari y los dos corrieron a sus respectivos trabajos, agarrados de la mano. Durante ese largo tiempo, Shinji solo pudo conectar con Rei pero no con Kaworu, y la razón fue porque creía que tal vez el joven al no estar anclado a él, podría encontrar su propia felicidad. Shinji por otra parte, no deseaba hablar con Kaworu pues sabía que si se volvía a conectar con él de alguna u otra forma Kaworu acabaría sufriendo. No deseaba eso, no deseaba que ese círculo interminable se repitiera. Ya se lo había dicho a Katsuragi antes: Kaworu merecía vivir, no morir otra vez. Sin embargo, ahora cuando volvió a ver al chico a quien había amado, delante de él, completamente desnudo, la razón de saber más de él se volvió una realidad.

-Necesito verlo. Se dijo. Quiero ver a Nagisa una vez más.

Shinji esperó pacientemente hasta que dio la hora pactada por Kaworu para que ambos se volviesen a encontrar. Shinji Ikari volvió a vestirse mientras salía de su casa para encontrarse con Nagisa. El joven llegó hasta la estación de tren, el joven observó su reloj esperaba que lo que le hubiese dicho Kaworu si fuese cierto y no parte de un deseo que se había camuflajeado con un sueño. Shinji volvió a observar el reloj, solo habían pasado unos minutos, pero Kaworu seguía sin aparecer. El hombre joven un tanto triste decidió que lo mejor era regresar, pero en el momento en que ya iba de regresó sintió el tacto de alguien. Shinji volteo a mirarlo se trataba de Kaworu Nagisa iba vestido con ropas casuales pero que en él lucían bastante elegantes, Shinji se arrojó a sus brazos y ambos se abrazaron.

-Te encontré.

Los dos se miraron mutuamente mientras compartieron un beso, los dos enamorados se alejaron tomados de las manos. Mientras caminaban juntos, Kaworu sonriéndole le dijo.

-¿sabes? A pesar de que hemos tenido muchas memorias, creo que no tenemos un recuerdo en Paris.

-¿Paris? Inquirió Shinji  levantando una ceja.

El joven Nagisa sonrió y le dijo.

-Nos falta ir a Louvre.

-¿y ver la Mona Lisa?

-Si eso es lo que quieres...

-¿Qué si quiero? Suena fabuloso. Aunque, ¿no crees que el viaje te saldría de un ojo de la cara? Preguntó Shinji algo escéptico.

Kaworu le sonrió y le dijo.

-Quizás pueda darle un buen uso a esa salario de NERV..

Los dos se sonrieron mutuamente, cualquier cosa a lado de Kaworu sonaba muy bien, finalmente podían volver a iniciar otra vez, en un mundo sin ángeles ni Evas, justo cómo él había dicho que debía ser el mundo. Un mundo libre, donde la individualidad y el egoísmo estaban presentes pero también la libertad de enamorarse y decidir por uno mismo dónde radicaba la felicidad.

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