Capítulo 9: RECUERDOS. PARTE II

"Me miró con esa mirada suprema

Que le queda a la belleza cuando triunfamos sobre ella."

VICTOR HUGO

Su vejiga iba a estallar. Hermione estaba segura de eso.

Y a medida que las horas pasaban, sin tener nuevas visitas de los mortífagos, ni noticias de Ron, su ansiedad iba creciendo casi tan rápidamente como su sed.

Mataría por un vaso de agua.

Y un baño.

Al instante siguiente de pensarlo, se reprendió mentalmente, a sabiendas de que Ron podría estar pasándola peor que ella y sus necesidades biológicas insatisfechas.

Esperaba que Malfoy aún no hubiese resuelto "qué hacer con él", como había dicho, y que su amenaza hubiese mantenido a los otros lo suficientemente alejados de Ron como para darle un respiro.

También esperaba que Harry intuyera mágicamente donde encontrarlos y llegara, ojalá montado en un dragón escupefuego y enarbolando la espada de Gryffindor, a rescatarlos. Después de todo, tener esperanzas en un momento así, por inverosímiles que fueran, no denotaba necesariamente locura, sino desesperación. Y, considerando las circunstancias, nadie podía culparla por estar desesperada.

El ruido de pasos acercándose, logró traerla de regreso a la húmeda mazmorra, donde no sentía sus manos, y tenía la imperiosa necesidad de orinar.

Hermione notó un temblor helado recorrer su espalda, cuando el ruido de la cerradura al abrirse dio paso a los tres hombres, todos cubiertos en oscuras capas, observándola como si se tratara de un animal en exhibición.

"Te lo dije: la Sangre Sucia Granger, ni más ni menos", Carmichael fue el primero en hablar, secundado por una risa entrecortada, como si riera de una broma que solo él entendía.

"Se ve distinta", la voz hizo que los ojos de Hermione se abrieran exageradamente y que su estómago se revolviera. Recordaba bien esa voz como la del molesto chico que la había perseguido intentando besarla durante una cena en sexto año.

"Cormac", susurró, más por reflejo que por esperar algún tipo de reacción por parte de él. La guerra le había enseñado a no guardar muchas esperanzas por nadie. No realmente.

"Mira tú... la muy puta te recuerda". Sonrió Harper, el tercero del grupo.

McLaggen no parecía haber cambiado mucho desde la última vez que Hermione lo vio. Conservaba los mismos ojos verdes y el cabello rubio ensortijado, con hoyuelos flanqueando su sonrisa. Al igual que Malfoy, parecía más alto y con hombros más amplios, pero en su caso, el cambio no añadía atractivo, sino más bien una aura de rudeza. Su porte recordaba más al de un matón que al de un caballero.

"¡Claro!", siguió Carmichael. "Ahora que recuerdo, corría el rumor de que te la cogiste en sexto año".

"Un rumor infundado", aclaró Cormac, sonriendo de lado, mientras avanzaba hasta quedar amenazadoramente cerca de ella. "La muy puta lo intentó, pero era difícil sentirse atraído por ella cuando parecía tener un palo metido en el culo todo el tiempo".

Hermione sintió la sangre agolparse en sus mejillas, no tanto por la vulgaridad del comentario, como por la rabia. Y aunque sintió una impulsiva necesidad de aclarar ante todos el cómo recordaba ella la historia, la sequedad de sus labios, así como el poco deseo de provocar al idiota en una situación en que no tenía como defenderse, la hicieron guardar silencio, limitándose a fruncir el ceño y morderse los labios, para transmitir su ira.

"¿Seguirá ahí?"

"¿Qué cosa?", preguntó Harper, perdido en el hilo de la conversación.

"El palo en el culo", aclaró Carmichael, riendo de su propia broma.

"Supongo que... tendremos que averiguarlo", sugirió McLaggen, pasando la lengua por sus labios mientras alzaba su varita en dirección a ella.

Hermione apretó los ojos y tomó aire por reflejo.

"DIFFINDO"

El frío de la habitación fue impactando en su piel, a medida que la varita de McLaggen descendía en su camino, cortando la tela que la cubría con una precisión impecable, exponiendo su pecho desnudo y dejando jirones de sus jeans colgando de sus caderas.

Hermione gritó y pateó desesperada cuando dos pares de manos comenzaron a jalar de los restos de su ropa, de sus zapatos, y de su pelo, hasta desnudarla por completo. Con cada movimiento, sentía una nueva oleada de dolor brotando de sus muñecas y recorriendo su cuerpo, y con cada patada que intentaba dar, sentía su vejiga a punto de explotar.

"¡Vaya! No recordaba estas, Granger", rio Cormac, apretando su seno izquierdo suavemente, como si buscara apreciar con los dedos su volumen. Ella intentó escapar de su agarre, pero el dolor de sus muñecas provocó un grito saliendo por sus labios, mientras alguien jalaba su cabello desde atrás, con tal fuerza, que sintió crujir su cuello.

"Nada mal para una sangre sucia", susurró Carmichael, peligrosamente cerca de su oído, mientras su mano viajaba más abajo de su ombligo. "Me pregunto si ya estarás suficientemente húmeda para nosotros", siguió su voz, y sintió la asquerosa tibieza de su lengua recorriendo el lóbulo de su oreja, mientras el mortífago por detrás de ella presionaba contra su espalda y Cormac pellizcaba su pezón en el minucioso análisis que parecía querer hacer de su cuerpo.

La parte más lógica de Hermione calculó que no había mucho sentido en resistirse a lo que claramente iba a ocurrir, excepto agregar más dolor a todo. Pero otra parte de ella, la combativa, ignoró el dolor o las consecuencias y comenzó a removerse y patear, y gritar insultos que no imaginaba conocer, con tal de retrasar lo inevitable.

El primer golpe no tardó en llegar. Se sintió caliente sobre su cara, seguido de un nuevo jalón de cabello, e insultos faltos de sentido muy cerca de su rostro. Una mano apretando su pecho sin ninguna delicadeza esta vez, con el solo objeto de provocar dolor, mientras alguien sostenía sus caderas por detrás y una mano rozaba su entrepierna.

Y entonces sintió la tibieza de algo húmedo recorrer el mismo camino por el que ascendían los fríos dedos de Carmichael. Y un inesperado alivio contrayendo su vientre.

"¡Qué mierda!", gritó Cormac, con el asco claro en su expresión. Y Hermione comenzó a reír, más por reflejo que por otra cosa, en medio del pánico y la vergüenza, oyendo como el tibio líquido golpeteaba contra el piso por debajo de sus pies, haciendo eco, junto con su risa, en el amplio espacio de la habitación.

"Maldita hija de...", Carmichael ni aún terminó el insulto antes de soltar una segunda bofetada contra el rostro de ella.

Y pese a la rabia que había en los ojos del mortífago, Hermione sintió que había dolido menos que el primero, y siguió riendo.

"¿Te orinó encima?", soltó McLaggen, entre la burla y la incredulidad, retrocediendo a suficiente distancia, para que Carmichael extendiera su brazo hacia atrás, tomando impulso para el siguiente golpe.

Pero este no llegó.

"¿Qué demonios creen que hacen?", retumbó la voz de Malfoy a espalda de los otros.

Hermione se entretuvo probando la sangre que brotaba de sus labios, sin querer pensar en lo que pudiera traer consigo esa interrupción.

"¡Vamos, Draco!, solo nos divertíamos un poco", oyó decir a Carmichael, con un timbre de voz apagado, distinto al que usó con ella. Hermione casi podía advertir el temor en su voz, y dejó escapar su risa.

No tan valiente ahora, ¿no?

Por un momento, nadie dijo nada y la curiosidad obligó a Hermione a separar los párpados, para encontrarse con la mirada de Malfoy.

En cualquier otro momento, habría sentido pudor o vergüenza al estar expuesta de esa forma, tras haber orinado frente a todos. Pero en ese preciso instante, Hermione sintió que estaba más allá de la vergüenza, y alzó su rostro hacia él.

No había forma de traspasar sus ojos grises. Su expresión no reflejaba asco como la de los otros. Tampoco había en ellos lujuria o sadismo. Parecía estar... pensando, tranquilamente, como si ella no existiera, o no hubiera nada horrible en tenerla desnuda frente a él.

"¿Dónde está Weasley?", dijo de pronto, sin dejar de mirarla a los ojos, lo que acabó por confundirla.

¿Me pregunta a mí?

Pero en el modo nervioso con que Cormac se giró a Carmichael, comprendió que la pregunta no era para ella.

Harper, a pocos pasos de los otros, se rascó la nuca y clavó sus ojos en el piso.

"Abajo", oyó titubear a Carmichael. "Donde nos dijiste que lo dejáramos".

Malfoy apretó su labio inferior entre los dientes, ladeando la cabeza y mirando al hombre de soslayo, como si analizara su respuesta.

"Vengo de ahí, Carmichael", soltó. "Y si estoy preguntando por él, es porque claramente no lo encontré"

Hermione, al intentar sonreír, notó que su labio comenzaba a hincharse. Ron escapó, se dijo. Tal vez Harry vino por él. Tal vez Harry...

"¿Dónde mierda está Weasley?", repitió Malfoy, esta vez con un tono de voz frío y vibrante, entre dientes apretados.

"No pudo haber ido muy lejos", susurró Harper. "No hace mucho que...".

"¿Y qué están esperando para ir por él?" Hermione no podía ver su rostro, girado como estaba de espaldas a ella, pero por el modo en que Cormac y Carmichael encogían la cabeza entre sus hombros, antes de girarse a la puerta, pudo adivinar que su pregunta era en realidad una orden.

"Pero", dijo Harper, "al menos tenemos a la sangre sucia".

Malfoy giró a mirarla por encima del hombro primero, girando luego el resto del cuerpo, y alzó su varita.

Hermione apretó los ojos por reflejo.

"SOLUTUS".

Al instante en que el hechizo fue pronunciado, el metal que horadaba sus muñecas desapareció, y como sus piernas no pudieron soportar su peso, Hermione cayó apoyada en sus palmas y rodillas, sobre su propia orina, acumulada en el piso.

Sintió deseos de gritar, de llorar, de colocarse de pie y abalanzarse contra todos y arañarlos o morderlos o dañarlos tanto como fuera posible, pero los dedos de Malfoy la jalaron por los cabellos antes de alcanzar a hacer nada.

"¿Qué harás con ella?", preguntó Cormac, inesperadamente interesado.

"Lo único que debe importarte, McLaggen, es encontrar a Weasley, o serás el que comunique a Bella de su escape".

Lo siguiente que Hermione sintió, fue una fuerte presión en todo el cuerpo, y la sensación de atravesar un agujero, dando cuenta de una aparición conjunta, quien sabía a dónde.

Junto a Malfoy.

- Fin del Capítulo 9-

Como dije, las advertencias ya están dadas al principio del fic.

Muchas gracias a todos aquellos que leen y comentan.

Alex.

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