Capítulo 7: DURRINGTON

"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".

JORGE LUIS BORGES

Ronald Weasley no estaba en su mejor momento.

Tras su desastroso intento de conseguir sacar información a Malfoy, no solo fue dado de baja en el Departamento de Aurores, sino que su madre le había dado el sermón de su vida y su padre, le sugirió, no tan amablemente, que intentara retomar "el buen camino".

Ron no tenía idea de qué mierda quería decir con eso y entre más lo pensaba, más se sentía viviendo en un mundo incomprensible para él.

¿Cómo era posible que Harry buscara el modo de ayudar a un maldito Mortífago? Más absurdo era que el resto de su familia considerara aquello como normal. Y más patético aún el que Hermione lo apoyara. ¿Sería porque no recordaba?

Él también había perdido parte de sus recuerdos en manos de Malfoy, pero lo que sabían era suficiente para que la bruja lo odiara tanto como él, en lugar de hacer esfuerzos por salvarlo del beso del Dementor.

Jamás podría borrar de su memoria cómo habían reído esa mañana junto al río de los muros de Durrington, de una broma de Harry . Cómo Hermione había tomado su mano y le había besado los nudillos con ternura. El modo en que Harry se había escabullido a recoger la carpa para darles privacidad, y el beso que habían compartido, imaginando solo cosas buenas y prometiéndose luchar por un futuro después de la guerra. Con ella.

Y luego, los puff de aparición. Los gritos. El modo desesperado en que corrieron por sus vidas. Harry cayendo contra el piso y Hermione deteniéndose a conjurar un hechizo que llevara a su amigo lejos, mientras ellos eran alcanzados por los Mortífagos.

Las pisadas de los tres enmascarados haciendo crujir las hojas sobre el piso.

"¡No puede ser! Tenemos a la Sangre sucia de Potter.", exclamó uno de ellos.

"Y a la comadreja", rió el otro.

"Malfoy no se lo va a creer"

Los llevaron lejos de ahí a un lugar húmedo y lúgubre. Se entretuvieron en golpearlos, hacerles preguntas ridículas que no parecían tener mucha importancia, y torturarlos mencionando las cosas obscenas que harían con ella, cuando Malfoy regresara.

Y recordaba bien la patética esperanza que había guardado de que Draco Malfoy, el imbécil que se había burlado de él desde niños, el que había tomado la marca siendo aún un menor, el idiota al que Hermione había golpeado en tercer año y el que había dejado entrar los mortífagos a Hogwarts, albergara en su oscura alma alguna cuota de decencia y les diera una muerte rápida.

Pero no fue así. El maldito no hizo nada por detener a nadie. Permitió no solo que las burlas y los golpes siguieran, sino que lo separó de Hermione, llevándola quién sabía dónde, dando clara cuenta de para qué.

"Dime, Weasley...", recordaba sus asquerosas palabras. Apenas podía verlo a través de la hinchazón de sus ojos. "¿Ya te la has cogido? ¿O le dejaste ese placer a Potter?", aún retumbaban en sus oídos los gritos de Hermione a sus espaldas, pidiendo que dejaran de golpearlo. "Acostumbrado como estás a recibir sus sobras, no me extrañaría".

Y luego se había introducido en su cabeza, generando un terebrante dolor, mientras recuerdos que jamás debieron ser vistos por esa serpiente, se sucedían uno a otro, doliendo, hurgando, invadiendo su mente, hasta llevarlo a la inconsciencia.

Luego de eso solo hubo oscuridad por horas de inmensa agonía. Luego la varita apuntando hacia él, seguido de la luz haciendo un halo sobre el cabello púrpura de Tonks.

"Ya estás aquí, Ron", dijo la bruja, su imagen borrosa a través de sus hinchados ojos. "Ya estás a salvo. Harry también está aquí".

"¿Y Hermione?", preguntó. Un profundo silencio fue su respuesta.

Y luego su funesto intento de rescate, que sólo acabó con Tonks muerta y sus memorias violadas en el modo más horrendo por el maldito mortífago.

¿Cómo podía Hermione perdonar aquello? ¿Cómo podía Harry estar de lado de ese monstruo?

El mundo había perdido la cabeza y Ronald Weasley no encontraba el modo de convivir con eso.

"Ron", lo llamó su madre, colocando unas tostadas sobre la mesilla, para luego tomar asiento sobre la cama donde él estaba tumbado, repasando su vida y ahogándose en sus lamentos. "Debes comer algo".

"No tengo hambre", su voz salió amortiguada a través de la almohada que le cubría la boca.

"Pero debes levantarte", siguió Molly.

Ronald resopló.

"¿No te enteraste? Tampoco tengo un trabajo al cual ir", y rió de su propia tragedia.

"Lo sé, lo sé. Pero no para ir al trabajo, sino para ir con Harry." Ron habría querido decir que eso era un buen motivo para seguir en cama. Él y su ex amigo defensor de mortífagos, no tenían nada de qué hablar. "Te está esperando en casa de Hermione. Dice que tienes que ir ahora".

"¿Por qué?" bufó. "Para que sigan reclamando por lo que hice a su precioso Malfoy?"

"No, Ron." siguió Molly, su voz comenzaba a reflejar su molestia. "No me dio detalles, pero creo que algo tiene que ver con Hermione. Y dice que es importante".

No hubo una aceptación por parte de Ronald, pero tampoco se negó.

Una vez que Molly lo dejara, se vistió con letargo y hasta con cierta molestia. Ningún empeño fue puesto en rasurar su barba o parecer algo más aseado de lo que estaba. Y aunque habría podido aparecerse directamente fuera de la casa de Hermione, se desplazó hasta allá con la lentitud esperable de un condenado que camina al patíbulo.

No es muy distinto de como me siento, pensó.

Al abrir la puerta, fueron los ojos verdes de Harry Potter los primeros en recibirlo. A la ansiedad inicial que reflejaba su rostro, le siguió una expresión de extrañeza motivada por su aspecto. Pero a Ron no le importó.

¿Esperabas que me arreglara para ti?, se burló mentalmente, mientras el elegido lo dejaba pasar.

Hermione estaba sentada en el sofá, con sus brazos abrazando sus piernas, los pies descalzos y su indomable cabello tomado en un moño. El rojo de sus ojos daba cuenta de un llanto reciente. Y Ron sintió que la imagen le revolvía el estómago.

"Ron", lo saludó ella, sonriendo levemente. "Necesito que tomes asiento".

"¿Qué es esto?", preguntó, pasando su mirada desde Hermione hasta Harry, que se acomodaba en el brazo del sofá que ella ocupaba. Junto a ella y frente a él. Dos contra él.

"Hermione ya recuerda", expuso Harry. "Recuerda todo".

La última palabra hizo eco en la cabeza de Ron. Pero aún pasaron varios segundos antes de que lograra entender las implicancias de ello. Aunque no el por qué estaba él ahí.

"Eso quiere decir que... ¿ya sabes el tipo de monstruo que es?".

Hermione alzó las cejas y separó los labios inicialmente, solo para después apretarlos y negar con la cabeza.

"No Ron", respondió al fin, con cierta decepción. " Los recuerdos reafirman que Harry estaba en lo correcto. Es gracias a Draco que estamos vivos".

"¿Draco?", Ron retrocedió por reflejo, pasando su mirada entre los ojos verdes y los avellana de ella varias veces. "¿Qué mierda le hiciste?", dijo a Harry al fin. "¿Qué mierda le metiste en la cabeza que ahora llama a ese maldito por su nombre?".

"Ron", oyó a Hermione.

"¿Tan desesperado estás por salvarle el culo a Malfoy?"

"Ron"

"¿Qué mierda tienes con él?", siguió, y el modo en que Harry apretaba los labios y le miraba con cansancio solo conseguía exasperarlo más. "¿Es que mi hermana no es suficiente y ahora nos dirás que tuviste algo con Malfoy?"

"¡Ron!", gritó Hermione esta vez.

"No faltaron las teorías al respecto, ¿sabes?", siguió el pelirrojo. "Ya en Hogwarts decían que esa obsesión tuya por Malfoy..."

"¡Maldita sea, Ronald Weasley, cállate y escucha!", gritó Hermione, con la furia clara en su expresión.

"¡No tengo nada que escuchar de ese monstruo! Él te violó, Hermione. Él te..."

"¡No hizo tal cosa, grandísimo idiota!"

"Pero yo vi que..."

"Tú viste lo que quisiste ver, Ron", la voz de Hermione sonaba cansada, mientras Harry se mantenía en silencio a su lado, claramente dolido por las palabras del pelirrojo. "Lo viste besarme. Eso es todo. Y como no tenías recuerdos asumiste lo peor."

"Eso no tiene sentido".

"Por eso necesito que recuerdes, para que tenga sentido".

"Si me hará verte de la mano de ese monstruo y llamándolo Draco, creo que paso".

"¿Aunque sea la verdad?", fue Harry quien interrumpió esta vez, clavando sus verdes ojos en él. Mirándolo en un modo que no recordaba verlo hacía mucho. Serio. Molesto. Dolido. Triste.

"Una vez que recuerdes entenderás todo", insistió Hermione.

"¿Y cómo se supone que recuerde cuando ese maldito me dejó sin recuerdos?"

"Lo puedo revertir", la oyó decir. "Es solo un periodo de tiempo acotado, sin recuerdos inventados sobrepuestos. Puedo hacer el contrahechizo y...".

"¿De verdad crees que soy tan idiota? Sólo quien hizo el encantamiento desmemorizante puede revertirlo. Tú misma me lo dijiste. Que solo tú podías revertir el encantamiento de tus padres, antes que los otros trabajaran en reconstruir el desastre que hiciste en sus cabezas. No soy tan imbécil como para no saber que..."

"Y por eso puedo revertirlo, Ron", siguió ella, con una expresión triste.

"¿Qué?"

"Yo fui quien hizo el hechizo sobre Luna y sobre ti. No Draco. Fui yo."

"¿Por qué?"

"Tú estuviste de acuerdo, Ron", Hermione inspiró dolorosamente. "Todos estuvimos de acuerdo", gritó, bajando la vista al instante siguiente para agregar: "Excepto Draco. Pero aceptó de todos modos, porque en ese momento, no teníamos alternativa".

"No tiene sentido", la confusión comenzaba a marearlo. "Si esos recuerdos lo pintan como un ángel salvador, ¿por qué mierda no deja a nadie verlos? Si las cosas fueron como tú dices, esos recuerdos son lo primero que él habría entregado para salvar el culo, ¿no?".

"No. No lo hará", respondió ella. Harry la observó con atención, parecía tener la misma duda que Ron. "Hay cosas en esos recuerdos que... Él quiere mantener en secreto. Cree que así no habrá consecuencias". Los ojos de Hermione se clavaron en la alfombra. "¡Por Dios!", exclamó, apretándose la cabeza con las manos. "Yo misma lo convencí de que era mejor así".

"¿Y por qué les interesa tanto devolverme esos recuerdos?", insistió él. "¿Quieren que me pase a su equipo y testifique a favor de Malfoy?", rió ante la idea. No se atreverían a pedirle algo así, ¿verdad?.

"Necesito que lo sepas", siguió Hermione, limpiando las lágrimas que asomaban a sus ojos. "Te servirá para entender las cosas. No te pediré que nos ayudes, Ron, pero necesito que entiendas, porque no saber te está destruyendo".

Su declaración casi logró conmoverlo. Casi.

"¿Y Luna?", preguntó, mordiéndose la mejilla por dentro. "¿También harás recordar a Luna para que se aleje de ese engendro con el que está?" Theodore Nott, era en su escala de maldad no muy distinto a Malfoy. Podía no tener la marca, pero era hijo de quien era, y eso no podía ser bueno.

"No por ahora", expuso demasiado rápido. "Luna...", la vio morderse los labios nerviosa. "Creo que para Luna es mejor no recordar".

"¿Por qué?", insistió.

Hermione separó los labios, pero volvió a cerrarlos, haciendo una incómoda pausa antes de volver a hablar.

"Cuando recuerdes lo entenderás", expuso al fin. "Déjame hacerte recordar, Ron".

Ronald Weasley lanzó una última mirada a Harry antes de tomar asiento frente a ellos y asentir.

No estaba del todo seguro de querer confiar en las palabras de Hermione. Tampoco estaba seguro de que aquello fuera a mejorar nada. Pero de algún modo presentía que necesitaba saber. Que quería hacerlo.

Aunque en la medida en que el contrahechizo fue cobrando efecto y las imágenes se fueron arremolinando en su memoria, pensó que, de todos los errores que había cometido en su vida, recobrar esos recuerdos había sido el peor. Y pensó también en que fue un estúpido en desperdiciar aquellos años que pasó sin ellos.

Pudo haber sido feliz sin esos recuerdos.

****

"¿Crees que estará mejor ahora?", le preguntó Harry, extendiendo a ella un tazón de té.

Tras recobrar su memoria, Ron no había dicho nada. Se había quedado estático por varios minutos y luego se apretó la cabeza antes de echar a llorar.

Hermione había intentado abrazarlo, pero el pelirrojo rechazó sus brazos, aunque sin brusquedad. Se puso de pie y salió por la puerta.

No mediaron palabras, y ella impidió que Harry lo siguiera. Sabía que el pelirrojo necesitaba estar solo. Lo sabía porque ella había sentido la misma necesidad.

"No lo sé, Harry", susurró, atrayendo el tazón a sus labios para beber de él. "Pero al menos ya no se sentirá tan perdido".

Harry no dijo nada más por un largo tiempo. Se sentó junto a ella haciendo compañía, pero sin miradas ni muecas, que la obligaran a decir nada. Era fácil estar en compañía de Harry, y en silencio, pero sabía que tarde o temprano, tendría que ponerlo al tanto de todo lo ocurrido.

"¿Ginny no te extrañará?", preguntó de pronto. Harry se acomodó en el sofá junto a ella y bebió de su propio tazón.

"Está con Molly". Suspiró. "Le dije que Ron podría necesitar apoyo luego que hablara contigo".

"O sea que, es un buen momento para hablar". Harry resopló con tristeza. Sabía bien de qué hablarían.

"Sabes que no te voy a presionar con..."

"Lo sé. Pero quiero hablar", su mano tomó la de él, quien apretó sus dedos con fuerza, y Hermione inspiró profundamente, antes de sentirse con la fuerza para comenzar. "¿Recuerdas el día en que nos atraparon en Durrington?".

"Primero estaba corriendo por el bosque y luego cayendo sobre la cocina de Grimmauld Place", sonrió triste. "Ni siquiera me diste un aviso de que me harías desaparecer".

"No hubo tiempo, Harry. Si te atrapaban, era el fin".

"¿Habías ensayado siquiera hacer aparecer a alguien a kilómetros de distancia?", preguntó, alzando una ceja. "Tuve suerte de que Kreacher me encontrara antes que otros".

"Ensayé lo suficiente para evitar una Departición, ¿no?"

"Caí sobre la estufa, Hermione... inconsciente. ¿Te imaginas si hubiera estado encendida?", sonrió, claramente en un intento de aligerar la conversación.

Hermione habría querido tener la habilidad para aligerar el resto. Pero no sabía cómo hacerlo.

"Nos llevaron a Ron y a mi a algún lugar en Wiltshire, donde nos interrogaron. Pero eso ya lo sabes".

"Y luego Ron regresó. Y tú no."

Hermione humedeció sus labios y apretó el tazón entre sus manos.

"Liberarnos a ambos lo habría dejado en evidencia, y yo podía resistir mejor la legeremancia. Por eso, era menos riesgoso que yo me quedara, y decidió rescatar a Ron".

"¿Quién? ¿Quién lo llevó con Tonks?".

"Draco".

Y la satisfacción se pintó en el rostro de Harry, porque supo que había estado en lo cierto.

Lo que no sabía, lo que no podría haber adivinado jamás sin oírlo de ella, era todo lo demás.

- Fin del Capítulo 7-

Próximo chap, nos vamos al pasado. Agradecimientos infinitos a ustedes que me siguen, me leen y comentan... no saben lo feliz que me hacen.

Alex.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top