Capítulo 22: RECUERDOS. PARTE XV

"La paciencia es el arma más poderosa del ser humano".

El conde de Montecristo. Alexandre Dumas.

Hermione despertó de un sobresalto, siendo contenida por la tibieza de un cuerpo que daba apoyo a su espalda y largos brazos que la envolvían. El resto de ella, particularmente sus piernas, se doblaban en un ángulo incómodo contra un piso demasiado frío.

Entre la confusión del sueño y la realidad, distinguió los techos altos, casi inalcanzables, y las paredes cubiertas de moho iluminados apenas por la escasa luz que ingresaba, proveniente de una reja que hacía de única puerta. Era una habitación amplia, con un grueso pilar central y algo similar a un mugroso retrete en la esquina más alejada. No podía ser otra cosa que un calabozo.

"Shhh", susurró a su oído una voz que reconoció como la de Ronald Weasley, cuando hizo un movimiento demasiado brusco para incorporarse. "Llevas varias horas inconsciente, Hermione. Intenta tomarlo con calma".

Su cabeza siguió girando aún varios segundos antes de poder repasar los minutos previos a la inconsciencia.

"¿Dónde estamos?", preguntó al fin, presintiendo la respuesta.

"No lo dijeron, pero estoy bastante seguro de que es un puto calabozo", expuso el pelirrojo, con la tristeza clara en su voz, recorriendo el entorno con la vista.

Al girarse a él, Hermione advirtió su labio roto y su nariz hinchada.

"¿Dónde están los demás?", preguntó, haciendo que Ron separara los labios y alzara las cejas, tomándose unos segundos para responder.

"Rodolphus y Rabastan vinieron por Luna..."

"¿Y Malfoy?", por el modo en que Ron frunció el ceño, supo que su preocupación por el rubio no agradaba del todo a su amigo.

" Intentó evitar que se la llevaran", dijo, mordiéndose el labio. " O al menos eso parecía", agregó. "Yo también intenté detenerlos pero no había mucho que pudiera hacer".

"¿Dónde se la llevaron? ¿Y qué pasó con Malfoy?"

Ron apretó los labios, incomodado por su pregunta.

"Luna... ella... No lo sé."

"¿Y Malfoy?"

" Comenzó a provocar a Rabastan, y, bueno...", se rascó la nuca. Sentado junto a ella en el frío piso del calabozo, parecía tan confundido como avergonzado. "No logró que dejaran en paz a Luna. Solo hizo que lo llevaran también a él".

"¿A dónde?"

"No lo sé, Hermione".

"¿Hace cuánto?"

"Dos horas... tal vez tres. No hay ningún reloj aquí dentro como para saberlo realmente, y el único que apareció después de eso fue el traidor de Colagusano. El maldito dejó algo incomible tirado ahí, sin querer responder a ninguna de mis preguntas".

"¿Ellos te golpearon?". Hermione alzó sus dedos hasta tocar su rostro, lo que pareció calmarlo.

" No. Ellos no. Fue el idiota de Malfoy quien lo hizo apenas llegamos."

Hermione no necesitó una aclaración para entender lo que había motivado aquellos golpes por partes del rubio. Recordaba bien los minutos previos a la inconsciencia, especialmente la mirada vacía de Nymphadora Tonks.

"Tonks...", susurró Hermione, transformando en palabras sus pensamientos, y el pelirrojo ocultó su rostro. "¡Maldita sea, Ron! ¿Cómo es que llegaste hasta ahí? Y, ¿por qué?"

"¿Por qué? ¿Cómo que 'por qué'?" exclamó, con voz temblorosa y expresión confundida. "Escuché a Tonks mencionar tu nombre y sabía que iría por ti. Cuando ella usó el traslador, alcancé a aferrarme a su capa sin que ella lo notara y al llegar... Sabía que ella no me quería ahí, y me oculté. Me escondí esperando a verte, porque yo... creí que si iba con ella, yo..."

"¿Que me rescatarías?", Hermione apretó sus labios incapaz de decir nada más. Sentía que si dejaba salir las palabras, acabaría diciendo algo de lo que se arrepentiría. Pero maldijo mentalmente la idiota impulsividad de su amigo.

"Solo quería ayudar... Yo nunca imaginé...", se mordió los labios, y Hermione advirtió como el brillo se apoderaba de sus ojos. "¿Cómo iba a saber que Malfoy decía la verdad?"

"Intentamos decírtelo, Ron. Intentamos decírtelo, pero no quisiste oir".

"¡Pero es que era Malfoy!", gritó casi, con su cara tornándose roja. "El mismo que nos tuvo prisioneros con sus amigos. El mismo que te retuvo y que..."

"Y que desde entonces no hizo más que protegerme". Las cejas del pelirrojo se alzaron en expresión confundida, y Hermione debió refrenar su propia sorpresa ante lo que acababa de admitir.

"¿Protegerte?", resopló con burla. "¿Eso es lo que te ha hecho creer? ¡Vamos Hermione, eres más inteligente que eso!", agregó casi gritando otra vez. "No eres tan idiota como para creer que..."

El eco de pasos pesados acercándose los instó a mantenerse en silencio, hasta que una amplia sombra oscureció la luz que penetraba por la puerta, antes de que un cuerpo fuera arrojado contra las rejas, con tal fuerza, que esta chirrió y tembló, provocando un sonido aterrador y vibrante, seguido de la exhalación abrupta que escapó de los pulmones del agredido.

Hermione intentó incorporarse para avanzar en su dirección, pero Ron la detuvo, cogiéndola del brazo, mientras la puerta se abría apenas lo suficiente para que Walden Macnair empujara a Malfoy al interior del calabozo, con brusquedad suficiente para que este perdiera el balance y fuera a dar contra el piso, apenas apoyado en sus antebrazos.

Al instante siguiente, la puerta estuvo cerrada otra vez y el robusto hombre dio una fría mirada al interior, sus ojos negros fijos en el rubio, antes de volver a alejarse.

Esta vez, Hermione se liberó del agarre de Ron, para acudir al lado de Malfoy, intentando ayudarlo a incorporarse. Pero éste rechazó su ayuda con brusquedad.

Su cabello lucía notoriamente desordenado y un fino temblor recorría su cuerpo, mientras intentaba incorporarse.

La maldición cruciatus, adivinó Hermione.

A pesar de que no parecía dispuesto a mirarla, su rostro no reflejaba disgusto. Más bien, impresionaba sumido en algún pensamiento que ella no lograba descifrar.

"Malfoy", lo llamó, pero él se limitó a incorporarse con dificultad para luego dejarse caer contra el muro más cercano a la puerta, con la espalda apoyada en la pared y la cabeza echada hacia atrás. Sus ojos estaban cerrados y su expresión era anormalmente tranquila para alguien que acababa de ser torturado. "Draco", insistió Hermione, esperando que el uso de su nombre generara alguna respuesta en él. Por un breve instante, cuando pestañeó y la miró con expresión pensativa, pareció que iba a funcionar. Sin embargo, sus siguientes palabras lo echaron todo a perder. "¿Estás bien?"

Supo que era una pregunta estúpida incluso antes de recibir un resoplido burlón por parte de él.

"De maravilla, Granger", susurró arrastrando las palabras. Aunque no dejó de mirarla en un modo que la hizo sentir extrañamente vulnerable.

"Pues te ves como la mierda", comentó Ron, provocando que Hermione se girara hacia él con una mirada asesina.

La risa repentina y mortalmente fría de Malfoy dejó claro su disgusto.

"Dado que esta catástrofe es culpa tuya", susurró, clavando su mirada en Ron por primera vez, "agradecería que cerraras la boca mientras logro controlar el deseo de estrangularte".

Al enojo inicial que se reflejó en el rojo que invadía el rostro de Ron, le sucedieron el remordimiento y la rabia. Con las manos firmemente apretadas a cada lado de su cuerpo, parecía preso de una expresión contenida.

"Ron no quería...", intentó intervenir Hermione, pero el pelirrojo la interrumpió.

"¿Y cómo se suponía que supiera que nos estabas ayudando?"

"Oyendo lo que intenté explicarte, antes de que alzaras tu puta varita y nos condenaras a todos". Ron pareció querer decir algo, pero el rubio se giró a Hermione con una pregunta que invalidaba cualquier otra. "¿Y Lovegood?".

Hermione sintió su garganta secarse de golpe.

Por el modo en que Draco se mordió la mejilla por dentro antes de dejar caer su cabeza contra el muro otra vez, Hermione supo que no esperaba una respuesta. No realmente.

Y se quedó ahí, frente a él, abrazada a sus piernas. Podía sentir la respiración de Ron a espaldas de ella, pero no tenía deseos de girarse, por miedo a que la rabia y el miedo la obligaran a hacer reclamos de los que se arrepentiría luego.

Y Ron debió temerlo también, pues no insistió en hablar.

***

Luna fue arrojada al calabozo sólo una hora después de Malfoy.

A simple vista, no parecía distinta de la joven a la que había visto disparar valientemente hechizos contra los mortífagos que la rodeaban, pero al acercarse a ella, Hermione pudo advertir en sus ojos, habitualmente brillantes, una fría introspección.

"Luna", la llamó, acercándose lentamente, "¿Qué ocurrió?" Los plateados ojos de la joven se giraron a ella. Una triste sonrisa se dibujaba en sus labios.

"Estoy bien, Hermione".

"¿Para qué te llevaron?", insistió ella, pero la joven se limitó a inclinar sus ojos, y buscar en el bolsillo de su vestido el pequeño espejo mágico. "Luna..."

"Granger", la fría voz de Draco la interrumpió, seguida de un movimiento de su cabeza de lado a lado, una clara advertencia de que no debía continuar con su interrogatorio.

Instintivamente, Hermione buscó el rostro de Ronald en busca de una respuesta, pero este seguía extrañamente silencioso, con la cabeza inclinada y los ojos fijos en el piso.

"Draco", llamó Luna, caminando en dirección del rubio. "¿Estás seguro que el espejo funciona? No he logrado hacer que Theo...", no salió ninguna otra palabra por sus labios, como si la batería que impulsaba su cuestionamiento se hubiese agotado por el camino.

"Conociendo a su padre", dijo el rubio, a los pocos segundos de incómodo silencio. "Theo no tendrá oportunidad de acercarse al espejo por un rato". Luna no dijo nada al respecto, pero la preocupación se reflejaba claramente en su rostro."Lovegood", añadió el rubio, "Theo tiene razón. Él es la única esperanza que tiene el viejo Nott para mantener su maldito apellido", hizo una pausa e inhaló profundamente. "No lo ha eliminado en todos estos años, a pesar de odiarlo, solo por esa razón. No lo hará ahora".

"¿Qué Theo?", preguntó Ron de pronto, como si buscara hacer conversación.

"Theodore Nott", se adelantó a aclarar Hermione, esperando evitar a Luna tener que formular ninguna explicación, mientras en su mente buscaba una forma de explicar el estado de la rubia que no implicara una acción horripilante. Pero no encontraba ninguna. "Luna y yo estuvimos con él durante un tiempo y nos ayudó a escapar".

"¿Te refieres al Nott de Slytherin?", insistió Ron. "El que no hablaba nunca y que miraba a todos como si fuéramos idiotas?". Hermione se limitó a asentir, guardándose sus deseos de defender a nadie . "Y, ¿por qué la preocupación? No creo que pueda estar peor que nosotros".

"Pero nosotros estamos juntos, ¿no es así?", indicó Luna, extrañamente tranquila, "mientras él está solo. Y eso lo hace peor para él".

"Yo preferiría estar solo que encerrado, quien sabe dónde, y a merced de sádicos que nos están sacando uno a uno para torturarnos o... o...", la voz de Ron pareció quebrarse, y giró su rostro, como si no pudiera mirar directamente a Luna, quien seguía sumida en la contemplación del espejo.

"Estamos en la mansión", le llegó la voz de Draco, fría y cortante, como si buscara algún modo de frenar una conversación que claramente lo enojaba.

"¿Qué mansión?", insistió Ron. Y Hermione ni aún necesitó que el rubio lo clarificara para adivinarlo.

"Mi puta casa".

- Fin del Capítulo 22-

Gracias infinitas por todos sus comentarios, y por hacerme saber lo que opinan, y por añadir esta historia a sus listas de lecturas, para ayudarme a difundirla. Son tremendas!!! Gracias, Gracias!!!

Quienes leyeron con atención los primeros capítulos, ya deben tener una idea de por qué Draco parece tan tranquilo y pensativo... ¿verdad? Se aceptan teorías de lo que pueda estar ocultando nuestra serpiente favorita.

Alex.

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