零: PROLOGUE: 𝐒𝐀𝐊𝐔𝐑𝐀 𝐀𝐒𝐇𝐄𝐒
⸺ Residencia del Clan Ren ⸺
( a las afueras de la Región Kansai, 2009 )
«Nosotros mismos tenemos que elegir lo que importa. Cada uno es el protagonista de su propia vida.»
SHIGEO KAGEYAMA. [ Mob Psycho 100 ]
Mitsuha observaba atenta los pétalos que descendían a la tierra.
Así, las flores rosadas en los cerezos anunciaban que pronto llegarían a su fin, y consigo, un largo aguardo a su efímero florecer. Aquello mismo le hizo preguntarse si las ramas sentían la ausencia de sus brotes, tal como los humanos extrañaban la presencia de otros. Era curioso que se preocupase por algo que era, seguramente, improbable de descifrar, sin embargo, al menos quería sentirse acompañada por el silencio que moraba aquella tarde sobre las raíces, mientras se hacía preguntas inocentes... anhelaba, por sólo un instante, sentirse ingenua y feliz otra vez.
Desde que llegó la primavera todo se había convertido en una pesadilla a su alrededor. Su familia, un blanco de la ruina en un simple santiamén, había sido deshonrada a tal grado de temerle al ruido de los pasillos de su hogar, donde ahora sólo existían ecos de un futuro incierto bajo las sombrías entrañas del caos y la miseria. Quizá, aún era demasiado joven para comprender cómo lidiar con ello, mas deseaba ser valiente ante la adversidad, sentía que debía serlo por el deber de las memorias perdidas.
Pero, ¿acaso era posible para ella ser más fuerte de lo que apenas podía ser?
Sólo era una niña, una que se escondía tras su bufanda roja... Y aún así, ella lo intentaba arduamente.
Tratar de seguir la guía de sus congéneres desde que el sol se alzaba hasta que desaparecía por la luna se había convertido en más que un propósito, y aún así, sin importar cuanto esfuerzo endurecido colocaba sobre sus hombros, no conseguía esconder su pena, y mucho menos lograr esa hazaña tan estoica. Tal vez por eso es que se sentía tal como aquellos pétalos caídos, frágiles y condenados a morir en el preámbulo de su aparecer.
—¿Mitsuha?
El sonido de la confusión se hizo presente cuando la voz de su tío, Katsuro, la nombró. Casi de inmediato, ella tomó la tela rojiza que rodeaba su cuello y limpió el rastro de las lágrimas que apenas notó sobre sus mejillas. Sintió vergüenza al verse tan vulnerable e indefensa.
—¿Qué haces aquí, mujercita? Deberías estar adentro con el resto—habló el castaño, acercándose con sigilo hasta quedar frente a frente—. Parece como si estuvieses escondiéndote.
Aquello lo había mencionado con una sonrisa un poco afligida en el rostro, mas al ver que su joven sobrina no se inmutó en lo más mínimo, se preocupó.
—Oye, ¿estás bien?—le preguntó cautelosamente, mientras lograba ponerse a su altura.
Mitsuha asintió.
—Hmm, pues no lo parece—dijo él—. ¿Estás triste?
—No.
—¿No?—cuestionó incrédulo—. ¿Y entonces por qué tienes tus ojitos tan rojos?
Los orbes grises de Mitsuha se abrieron atónitos ante las palabras de su tío. Después de todo, había olvidado un pequeño detalle: los ojos podían delatar.
—No estaba llorando. Tenía comezón y me los tallé—se excusó.
—Ya veo. Entonces sólo se trata de una aparente alergia—suspiró—. Posiblemente, sea por consecuencia del tiempo que pasas junto a estos árboles.
Mitsuha sintió un ligero piquete en el pecho; ¿cómo podría decirle a su tío que un ser vivo indefenso con raíces tan profundas no era el verdadero causante de su torpe tristeza? Era injusto tal vez que no dijera una sola palabra, pero tampoco pretendía desmentir algo que era posible que tuviera un poco de razón, porque la tristeza y felicidad que lograba sentir en su pequeño corazón estaba tan ligado a ellos que le era imposible desarraigarse de ahí.
De alguna manera, ya era parte de los cerezos y viceversa.
Casi como si sus sigilosos compañeros pudieran leerle el pensamiento, le arroparon con más de sus delicadas flores sobre su cabeza. Ese acto compasivo mudo le causó un vacío en su estómago que no podía explicar con precisión, pero que tenía un origen tan conocido para ella que le aterraba aceptarlo.
El silencio los estaba consumiendo, y si quería convertirse en verdugo de los etéreos, debía mantenerse así, callada y marchita. No obstante, un destello misterioso de valentía le inundó el corazón, por lo que, siendo algo estruendoso e impaciente, una pregunta se plantó en su cabeza en búsqueda de la respuesta genuina; haciendo posible una sutil y audaz salvación.
—Tío Suro, ¿puedo hacerte una pregunta?—dijo en un suspiro. Lo vió asentir sin apuros, lo que le dió cierta certeza de seguir adelante—. ¿Tú crees... tú crees que soy fuerte?
La inocencia de la niñez traía consigo una audacia que lograba sorprender hasta a los más viejos, y que muy pocos lograban conservar llegando a la adultez. Katsuro Ren no era la excepción de la regla, por lo que aquellas palabras salidas de la pelinegra le han dejado perplejo.
—Es eso lo que realmente te aflige, ¿no es cierto?—acertó en decir.
A Mitsuha no le quedó más que darle la razón asintiendo con ligereza.
El mayor suspiró en busca de la respuesta adecuada. Había cosas que razonar, otras que esclarecer y unas más que simplificar para una niña de su edad. Empero era de su sobrina de quien estaba hablando; una niña a la cual no se le debía subestimar.
—No—contestó tajante.
Mitsuha quedó perpleja ante la verdad de su tío. No esperaba ser la más débil ante la mirada de uno de sus mentores, no obstante, había fallado, porque así era.
Había comprobado que tenía razón, y aquello sólo le hizo derramar una lágrima de desesperanza.
—O al menos no aún—continuó él, mientras le limpiaba la mejilla con delicadeza—. Verás, para serlo, primero se debe probar que existe en un ser las dos variantes más importantes: la fuerza y la fortaleza.
»La fuerza es física—su voz era gentil y cautelosa—. Nace del arduo trabajo y la solidez. El cuerpo es quien lo define y limita; es la habilidad en los músculos que podría permitirte partir una roca en dos. La fortaleza también es algo que se adquiere con el tiempo y la ferviente dedicación, mas esa se alberga en el espíritu. De algún modo, ambas necesitan coexistir dentro de uno para poder ser fuerte por completo, sin embargo, aquellos que viven con la frente en alto y sin quebrantarse, lo son aún más que el resto. Tienes mucho camino por recorrer, pero sin duda, una vez que logres dominarte, serás igual que un cerezo en el más atroz de los inviernos.
—¿Tú vas a enseñarme?—Mitsuha tuvo un ápice de fe en su voz, cosa que hizo sonreír al castaño.
—Por supuesto.
Aquella afirmación fue suficiente para ella, pues derramó una lágrima de felicidad sobre su mejilla derecha que no limpió por la extasía. Como pudo, se abalanzó con los brazos bien abiertos sobre su tío, esperando que el gesto fuese bien recibido. Katsuro le correspondió gustoso, estrujándola hasta más no poder sobre sí y sentirse pleno de un regocijo peculiar que le empezaba a cubrir de pies a cabeza.
Era una paz tan pura que le hacía percibirse propiamente como una ilusión en son de marcha.
Y no estaba errando para nada.
De pronto, un ardor sobre las manos de Mitsuha le comenzó a escocer mientras se aferraba a lo que ya parecía un anhelo hecho polvo. El olor del azufre y sangre se coló por sus fosas y poros, así como el silencio siniestro y oscuro que le retumbó en los oídos.
Entonces realmente abrió los ojos.
Todo había sido un delirio del adiós eterno.
Su autoengaño cegado por el dolor y la desesperación ya había terminado. Su realidad, tan funesta y desgraciada, le golpeó estruendosamente en el fondo de su corazón quebrantado, y con ello, notó que sus brazos sólo envolvían con ímpetu cenizas de sakura.
Y ante ella, como un destino cruel a su maldecida existencia, se posaba la inminente muerte.
—¿Aún crees que tienes salvación, hija mía?
n/a: ¡Oficialmente,
"MORTAL" ha comenzado!
Antes que nada, una disculpa por apenas dignarme a darle un inicio decente, pero es que, últimamente, me encuentro con horarios muy justos para poder actualizar siquiera lo más mínimo... PERO BUENO, BASTA DE APOLOGÍAS.
Después de un año de su publicación, al fin habemus prólogo. Espero que haya sido de su grado esta mini mini mini parte de lo que, desde mi perspectiva, será un iceberg total. Además, sí estoy algo interesada en conocer sus primeras impresiones; ya sean de la OC o de sus propias suposiciones.
Me gustaría, sin duda alguna, saber qué es lo que esperan conocer a fondo, sus dudas; etc., hasta que logre actualizar las partes subsecuentes al prólogo y puedan seguir disfrutando de su estadía en esta historia.
Estoy sumamente emocionada por el recibimiento que ha tenido alrededor de estos meses, y quiero extenderles mi más sincera gratitud por sus votos y comentarios. Créanme, los leo todos y me da gusto que estén disfrutando lo que les puedo ofrecer.
Les prometo que una vez que la plataforma me permita devolverles el gesto de responder sus comentarios, lo haré sin dudar.
Ya nada más para finalizar con esta nota, les reitero, de nueva cuenta, mis gracias infinitas por sus votos ⭐️ , cometarios 💬 y el apoyo que le están dando a este proyecto, pues realmente les deseo una grata estadía mientras dure el mismo. Entre tanto, a nuestros lectores fantasmas 👻, les recuerdo que también son bien recibidos, no obstante, sería muy lindo que también hicieran un acto de presencia, pues ya ven, no se me da el espiritismo ni nada por el estilo.
Espero actualizar muy pronto y ser constante en ello.
De nueva cuenta, ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR! ✨
Ahora si, hasta aquí mi reporte, Joaquín.
Nos leemos luego. ♥️
FECHA DE PUBLICACIÓN:
— 𝟏𝟖 𝐃𝐄 𝐉𝐔𝐍𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟐𝟑 —
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