El Saurian estaba en uno de los palcos del palacio, admirando el mercado de Outworld, apreciando ante el atardecer como todos los mercaderes empezaban a empacar sus cosas para volver a sus moradas. Todos eran ruidosos y se veían ocupados, cualquier extranjero se estresaría ante el ambiente pero para el era hermoso, por qué sabía que las cosas en el pueblo estaban bien.

Ese balcón era el favorito del Zaterran, no solo para ver la rutina diaria, sino para descansar y pensar... Pensar en cómo la gente le repudiaba por su olor o su apariencia desagradable a la vista de cualquier criatura, estaba seguro que incluso la Kittyn era mejor vista.

Recordó la vez que había ayudado a una dama de la tercera edad, pues gracias a un alboroto que un hombre causó, termino tirando la mercancía de la dama, está apenas lo vio tomando sus cosas, sujeto la primera piedra que estaba al alcance, lanzandola por el susto que le dio, no faltó mucho para que otros habitantes del pueblo comenzarán a lanzarle cosas.

"Alimaña" "Fenómeno" "Escoria" "sabandija" "repulsivo"

Eran unos de los muchos insultos que le dedicaban.

– Sinceramente, no necesitas de esos idiotas para vivir. – declaro el forajido caminando lentamente hacia el reptiliano, haciendo sonar sus espuelas a cada paso que daba hasta quedar al lado de este. Apreciando también de la vista que otorgaba el lugar – Sinceramente, no sé cómo ustedes se adaptan a los demás de la manera que lo hacen. ¿Amigos? ¿Camaradas? Nunca necesitaré ninguno de esos ... ¿Por qué deberías hacer el esfuerzo de tener algo así? – pregunto el forajido mientras dirigía su mirada, alzando una ceja en forma de representar su duda.

–Pero no es así como realmente me siento ... tengo miedo de acercarme a los demás, aún cuando se trata de servir y ayudar en algo mínimo, si a ti o a la corte no los matan, los insultos tampoco lo matarían. Soy un sobreviviente por encima de todo lo demás ... pero la burla dolió de todos modos. Por más que no lo muestre.

Y así, la mayoría de las veces, vivo en las sombras, invisible pero vigilante, siempre dispuesto a proteger al Kahn o a civiles en medio del peligro. –Respondió el Saurian sin conectar su mirada con la del forajido, atento en todo momento al sol poniente, dejando aún lado la atención por el pueblo – En realidad, es más fácil tener un cadáver como amigo –

Black ataba los cabos sueltos en su mente, era algo que había notado y nunca le dio mucha importancia. Reptile siempre se ha excluido de la sociedad, tratando de hacerse pasar sin emociones, mientras que con el pueblo o cualquiera que lo viese era exactamente lo contrario, exagerando su impresión cuando lo veían , tratando de alejarlo apenas lo veían a lo lejos.

En realidad, ninguno de ellos es le daba la oportunidad de siquiera pasear por el pueblo sin la preocupación por ser atacado ... y lo saben: aceptándolo e intentar entenderlo son simplemente cosas que no pasaban por su mente cada que lo miraban. Con esas similitudes y objetivos compartidos, y con diferentes intenciones, aprenden cosas unos de otros que "nunca supieron que no sabían".

El de ropajes verdes siempre estaba dispuesto a dar su vida si la situación lo ameritaba, casi la pierde cuando los Shokan invadieron Z'unkanrah, a la liberación del liderazgo de la Kahnum caída Mileena, siendo parte importante de la rebelión, el primero en seguir y apoyar al Kahn, y nunca noto a alguien agradecido con el.

Erron no era de compadecerse o mostrar mucho sus emociones pero en cierto modo entendía parte de lo que el Saurian sentía y pensaba, tampoco se pondría melodramático por una situación tan irreverente para el, por lo que solo acertó a dar una pequeña palmada en la espalda de su contrario para irse.

Dejando solo de nuevo al ninja de ropajes verdes que cerraba ambos párpados de sus ojos dejando caer una pequeña y casi imperceptible lágrima que corrió por su mejilla, chocando con el barandal de piedra para deshacerse sobre esta, sin más que pasar por su cabeza finalmente soltando un suspiro pesado ante la idea hecha de que nuevamente estaba solo.