Ermac
Solos una vez más... Podían escuchar una voz, llamándolos.
Fue tenue pero insistente, no cedía.
A medida que avanzaban más y más en la fortaleza del antiguo Kahn; una brizna de polvo paso rozando por su cuerpo.
Y un alma fue arrancada de ellos.
Seguido por una segunda...
...Y luego una tercera.
Y pronto, el polvo tomo forma.
Se sintieron traicionados, se sintieron usados. La angustia se arremolinaba en su mente. La rabia comenzaba a aumentar ¿Como se atrevía? ¿Como se atreve? La risa de su asaltante permaneció entre los pasillos, burlándose de ellos.
Lucharon por ponerse de pie. Se sentían tan débiles... ¿Por qué los dejo vivos? ¿Quería verlos sufrir?
Apoyaron su mano débil contra una pared desgastada para sostenerse, intentaron salir de aquellos pasillos como laberintos; todo el tiempo tratando de ignorar la lenta oleada de las voces de las cien almas que aún quedaban en si, parecían crecer en volumen con cada paso que daban.
Nunca debieron haber seguido aquella voz. Lucharon por escapar del laberinto antiguo de Shao Kahn, intentando escapar de cualquier posibilidad de que el hechicero volviera a drenar las débiles almas que aún mantenían.
¿Tendrían fuerzas para salir?
Sacudió la cabeza negándose, no era hora de pensar de esa forma. Si lo hacían, entonces el hechicero seguramente tendría la ventaja... Fácilmente drenaría el resto de almas con facilidad.
No tenían tanta energía para permitirles levitar como antes. Tenían que ser cautelosos en cuanto a la cantidad de poder que podían usar. Comenzó a tomar su postura erguida y apretar sus puño para aflojarlos lentamente.
Se sentaron en silencio, cerrando sus ojos apenas brillantes en un intento de meditar un momento. Era casi inquietante por fin poder escuchar las almas dentro de sí con tanta claridad. Al principio fue la segunda cosa que los lleno de temor, pero pronto se dio consuelo cuando entendió que ahora eran solo ellos. Entre ellos se decían que debían confiar y estar seguros. Que los haría fuertes, podía ser como una bendición.
¿Cómo sería? No estaban seguros. Se sentían tan cansados. Necesitaban conservar su energía.
—Solo estamos nosotros. Nos vengaremos del hechicero apenas recobremos la fuerza– se dijeron a si mismos.
En un arranque de ira contra todo, sujetaron las vendas de sus rostro dejándolo expuesto. Pronto recobrarían su poder y los haría sufrir.
•●•
Levantaron una mirada de cansancio hacia la nada cuando un soldado Osh-Tekk se agachó quedando a su altura para poder sujetarlo con poca fuerza del brazo y poder ayudarle a levantarse. Dada su diferencia de altura, sus pies colgaban sobre el suelo a escasos centímetros una vez que el contrario estaba estaba de pie y firme.
Cuando no les fue posible Segur flotando, el soldado lo mantuvo quieto en el suelo, manteniendo sus manos cerca en caso de que cayera de nuevo.
Era la tercera vez en esa semana que perdía altura contra el suelo repentinamente, no sabían si debían preocuparse... Estaban teniendo problemas con su cuerpo podrido.
Sus almas ya no estaban adheridas en si, como solían estarlo antes. O más bien, su cuerpo que actuaba como una especie de conductor de flujo constante de sus almas que permitía el uso de magia y telequinesis, el uso constante y el intercambio de constante de ciertas almas por el conocimiento, ya no estaba haciendo bien su trabajo, puesto que se estaba pudriendo. Y las almas estarán eligiendo quedarse dentro de su amuleto para evitar quedar en su cuerpo, porque la idea de quedar atrapadas en la carne si se rompía era demasiado horrible para arriesgarse. Esto resultó en momentos en los que su alma ya no estaban pilotando su cuerpo y simplemente... Colapsaba.
Necesitaban ayuda, pero Shang Tsung era la única persona que sabría algo sobre su cuerpo, el amuleto o las almas, pero él no se levantaría de su tumba así como así. Por lo que tenía que pensar en algo.
Podía acudir al equipo del Earthrrealmer pudiese ayudarlo, pero prefería no estar involucrado en algo con Jackson Briggs, aunque este haya podido perdonar a otros retornados y al Outworld, podrían perdonarle sus crímenes, no es como si hubiese matado a alguien... Al menos a alguien importante.
Más no tomaría esa medida, a parte de que el Kahn y su esposa no le permitiría tal acción por seguridad... El podía ser de ayuda.
Kotal estaba en una reunión cuando lo encontraron, dos exploradores informaron avistamientos de Tanya en función de las pocas palabras que captaron. Ermac les dio un empujón ligero para que le diesen espacio antes de tener que recurrir a apoyarse junto a la pared antes de caminar. Solo a Erron y a el se les permitió interrumpir las reuniones, siendo favorecido por el Kahn tal como era, siendo los principales asesor de Kotal tal como era. Evidente por cómo el Osh-Tekk hizo un movimiento de "un momento" hacia los exploradores cuando el ente de almas se acercó a su lado y se inclinó para contarle su problema.
La cara del Kahn se agrió ante las noticias, dirigiendo su mirada preocupada a la de su amada que también mostraba consternación, el emperador despidió a los exploradores por completo con un brusco "atenderé sus asuntos más tarde" y esperará antes de que se hayan ido antes de pararse de su trono y caminar hacia ellos, inclinándose para mirarlos más de cerca.
—Ermac, ¿es verdad?–
—Nuestro cuerpo se está pudriendo, Kotal Kahn.– dijo Ermac. —Con el potencial de expirar, nuestras almas no lo arriesgan y eligen quedarse en nuestro amuleto.– sus ojos de repente parecían perder su característico brillo en cuestión de segundos... Apenas logrando irradiar algo de luz —No... hay... un entumecimiento preocupante– agregó Ermac en voz baja. —Nuestros nervios están muriendo en este cuerpo moribundo y con él, nuestro sentido del tacto. Las piezas que pronto se caerán son las peores...–
—¿Piezas que pronto se caerán?– Kotal imitó.
—Nuestro brazo derecho pronto se caerá por el hombro, Kotal Kahn. El músculo, los tejidos conectivos, los vasos sanguíneos y la articulación se han desgastado por la podredumbre.– según los informes, no quedaba mucho tiempo.
Ya podían sentir que la articulación se desgastaba y se marchitaba, el tejido podrido se deshidrataba al descomponerse. Su mano bajo el agente ya estaba casi esquelética salvó por algunos tejidos aún sobrantes. Lo mismo estaba sucediendo con las articulaciones de sus dedos de su brazo izquierdo y estaban seguros de que sus piernas pronto seguirían después de su brazo, ni siquiera sabía por cuánto tiempo más podría mantenerse de pie. Lo mismo para la articulación de la cadera izquierda. Su cuerpo estaba... pudriéndose.
—¿Puedes poner tu amuleto en otro cuerpo?– Preguntó la reina Edeniana.
—No. Este cuerpo fue alterado para permitir el flujo de almas, nuestras almas, es lo que nos da la capacidad de usar la magia y la telepatía.– respondieron. —Si tomas nuestro amuleto y lo colocas como un cadáver, nos atraparíamos en nuestro amuleto.–
—Yo... mis más sinceras disculpas, Ermac, hubiera sabido antes...–
—No te disculpes, Kotal Kahn–
—Shang Tsung era grande en el tema del clon, ¿verdad? Ustedes siempre están encontrando laboratorios con más clones fallidos de Mileena en el palacio. ¿No sería lógico que Shang Tsung haya hecho algunas copias de Ermac? ¿Tal vez una copia de seguridad o algunos clones 'fallidos' en los que podemos darle un cuerpo a Ermac en lo que encontramos otro clon?– hablo la reina tomando posición en el tema.
—Eso, puede tener mérito.– respondió Kotal. —¿Pero dónde guardaría un laboratorio así? Todos los clones en los laboratorios ocultos que hemos encontrado en el palacio han sido de Mileena. Ermac, ¿recuerdas de dónde vienes?–
—Nuestros primeros recuerdos son del Koliseo, después de un torneo de Mortal Kombat hace muchos, muchos años. La primera de nuestras muchas almas fue absorbida allí, por los guerreros caídos.–
Recordaban haber tomado conciencia, las rodillas clavadas en la arena y gritando cuando la primera de varias docenas de almas fueron absorbidas por ellas y formaron el armazón desnudo de lo que luego se llamaría Ermac. Había sido demasiado caótico recordar mucho, las almas habían luchado e intentaron liberarse, romper la magia que los obligaba a fusionarse, convertirse en la mente de un solo cuerpo. Solo se hizo más potente cuando Shang Tsung descuidadamente lanzó más y más.
—Quedarnos dentro de nuestro amuleto tampoco está pareciendo una buena opción, quizás si busca- ¡¡Agck!!– sus ojos parpadearon brusca y repetidas veces cuando un dolor inmenso provenía de lo que difícilmente creía, venía de su amuleto.
Cayendo de rodillas en un golpe seco y posteriormente, el resto de su cuerpo. No tenía fuerzas para levantarse y su vista se nublaba poco a poco. Escuchando como sus emperadores gritaron por su estado así como por el resto de la corta real, logrando escuchar apenas que pidiesen ayuda a la general Blade y las esfuerzo especiales, y que cualquier cosa que pudiese ayudar a Ermac que tenga que ver con Shang Tsung sea informado inmediatamente, así como ordenaba a quienes creían que eran la niña y su bestia junto con el último en vida de su especie atendieran las situaciones del reino respecto a la traidora, mientras aún escuchaba a la emperatriz llamándole hasta que todo se hizo negro y no sintieron, vieron o escucharon nada más.
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