ෆ ── Capítulo 18: El hijo del entrenador.

Una vez más, estamos en la Skibidi Universidad. Donde nuestros queridos personajes se preparaban para otra de sus tortuosas clases de educación física en el campo de batalla, digo de juegos, o sea el campus. En fin, los pibardos estaban a pleno sol mañanero esperando a que el entrenador terminara de cagar por quinta vez porque tenía diarrea.

Y Nan Zhao dijo: “¡Que empiece la clase!”

“Aún faltan unos 10 minutos homo estúpido.” murmuró Araceli.

El Kuliao se había quitado la remera y Li Feng estaba disimulando que no apreciaba con todos los detalles del mundo esos músculos bien trabajados. Y el calvo dijo: “ja, este sol no es nada, en Fengjian es más fuerte incluso, estoy muy acostumbrado.”

“Diez dólares a que el entrenador ya se murió, no puede ser que tarde tanto” le dijo Shoshanna a Violette, y ella respondió: “apuesto cinco a que estará cien horas más ahí dentro” y así hicieron sus apuestas.

“Me dio hambre” dijo Skugge que estaba sentado en el suelo y se cubrió con el brazo para evitar el sol.

“Ay yo también tengo hambre pero no me quiero comer lo que venden en el bar” susurró Skarlet en su oído y Skugge sin entender le preguntó: “ay ¿por qué? Si no es feo lo que venden ahí.”

“Olvídalo” dijo Skarlet.

Cuando el entrenador salió del baño, el conserje que fue a limpiar se quedó tieso en el piso del baño porque el aroma lo intoxicó. En fin, como el repelente natural de Shao no estaba tan cerca del campo de entrenamiento, ninguno de los alumnos murió (por ahora).

El Shao tenía una sorpresa para todos hoy, les presentaría a su hijo Reiko, un perro faldero, digo un chico muy musculoso y que tenía pinta de que si le decías algo te iba a meter un coñazo y te escupiría encima. Sophia se quedó sorprendida al ver al hijo del entrenador y pensó: “salaverga mi futuro hijastro."

El entrenador se paró en frente de todos sin su remera y sus pelos del pecho flamearon al aire mientras decía: “Ya me conocen, soy Shao y me gusta comer bananas porque tienen mucho potasio.”

“A mí también me gusta comer bananas, entrenador” murmuró Nan Zhao.

“Bien, este es mi hijo, se llama Reiko y si no trotan bien les dará un palazo en la espalda, así que ya saben. Ahora salgan a trotar ahora mismo sino quieren reprobar” gritó el Shao.

Entonces los pibardos comenzaron a trotar por alrededor del campus.

Kuliao iba corriendo y dijo: “ayuda, Johnny, no siento las piernas.”

“Pídele ayuda a tus dioses verduleros, yo tengo que alcanzar a Araceli y hablar con ella mientras corremos.” dijo Johnny y se adelantó.

“Ya me cansé” se quejó Skugge que había empezado a trotar hace dos segundos.

“¡Ni siquiera empezamos!” Le recordó Skarlet.

“¿Están cansados?” preguntó Takeda que iba corriendo a toda velocidad porque quería todo menos que le dieran con un palo por la espalda.

“Si…” Jadeó Syzoth.

“¡No!” Gritó Kenshi.

“Yo debería estar en mi mansión y no en este maldito campus.” se quejó Johnny que se iba mirando al espejo mientras corría.
Unos 5 minutos después de que a todos se les explotaran los pulmones y murieran de deshidratación, el entrenador tocó el silbato y gritó: “ESTIREN.”
Todos estiraron.

“¿Qué juego podemos realizar?” preguntó el Shao.

“Parece que el entrenador anda de buen humor, ojalá el viejito Raiden anduviera de buen humor en algún momento, así podría ver su sonrisa que de aseguro no es una sonrisa con dentadura, apuesto a que aun conserva sus dientes de hueso” deliró Celes mientras los demás se agarraban a los vergazos entre ellos porque todos querían jugar un juego distinto.

“Fútbol, juguemos FÚTBOL.” dijo Johnny: “mi equipo siempre gana”. El Shao negó y murmuró: “otro, de todos modos jamás serán Messi.”

“Juguemos Vóley”, propuso Pan cuando alzó la mano y el entrenador estuvo de acuerdo.

El Reiko remplazó a su padre mientras este se iba a echar tres cagadas más porque se había chingado diez pizzas durante el desayuno. Después de la clase el Reiko, siguiendo los pasos de su padre dijo: “Bien, perdedores, terminó la clase, estiren y váyanse a bañar porque huele a perro viejo.”

“Me voy a morir” se quejó Violette.

Syzoth estaba muerto en el suelo, pero a nadie le importaba. Johnny pasó por encima de él porque creía que era una alfombra de cocodrilo y empezó a hacer un live por instagram.

“Hola, fans… “empezó Johnny hablando a sus seguidores en directo, “miren, este es mí compañero verdulero de la Universidad, se llama Kung Lao, está soltero, quizá huele tierra, pero sabe chambear, y es presidente.”

“Al fin admitiste que soy un ganador” dijo Kung Lao y le lanzó besos a las skibidi fanáticas del Juan Jaulas.

Y así luego todos los hombres se fueron a bañar siguiendo las costumbres romanas, y las chicas igual.

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