Por el agridulce recuerdo de la memoria, por el futuro y el amanecer

Milo resplandece en túnicas purpuras como algunas escamas de Nouri, el cabello ébano suelto de su trenza gruesa y fluye sobre sus hombros los hombros de Ryuo, ambos fuertes y hermosos, los perfectos nueros. Nouri hace que el orgullo se hinche en el pecho de Chameleon, la forma en que usa la capa las túnicas de Rain, la cabeza en alto, la espalda recta, sin señales de la carga de ser el protector de Edenia sobre sus hombros. Su sonrisa permanece mientras mira a sus compañeros, es radiante y tiene una pizca de incredulidad, como si no pudiera creer que tiene tanta suerte.

Ryuo extiende su mano primero, Nouri la toma con delicadeza y Milo gorgotea alegremente, empuja la parte de atrás de las rodillas de Nouri para hacerlos tropezar y hacer que la corona nupcial de Ryuo se mueva. Todo el mundo se ríe, incluso sus dos amantes que sujetan una mano del Zaterrano con cariño. Milo resplandece en túnicas purpuras como algunas escamas de Nouri, el cabello ébano suelto de su trenza gruesa y fluye sobre sus hombros los hombros de Ryuo, ambos fuertes y hermosos, los perfectos nueros. Nouri hace que el orgullo se hinche en el pecho de Chameleon, la forma en que usa la capa las túnicas de Rain, la cabeza en alto, la espalda recta, sin señales de la carga de ser el protector de Edenia sobre sus hombros. Su sonrisa permanece mientras mira a sus compañeros, es radiante y tiene una pizca de incredulidad, como si no pudiera creer que tiene tanta suerte.

Ryuo extiende su mano primero, Nouri la toma con delicadeza y Milo gorgotea alegremente, empuja la parte de atrás de las rodillas de Nouri para hacerlos tropezar y hacer que la corona nupcial de Ryuo se mueva. Todo el mundo se ríe, incluso sus dos amantes que sujetan una mano del Zaterrano con cariño.

La ceremonia es exactamente como Chameleon recuerda que fue la suya: está el sacrificio, una cerda para Becrux primero, y Jerrod y Sindel en segundo lugar. Con un sacrificio para la primera reina de Zaterra, todavía por ahí, resistente como un pino degradado, bendita sea; sumergen sus dedos en la sangre y dibujan el escudo de su respectivo pueblo. Hecho su trabajo, los tres miran con una emoción contenida a la sacerdotisa que los une.

Chameleon toma una respiración profunda, conteniendo la emoción lo mejor que puede mientras su hijo se da vuelta y le presenta a sus novios su katar. Dionisio, por su parte, toma su propia hacha y se la pone en el centro. Y, por último, Ryuo deja en el centro, su ice scepter. Chameleon puede ver que Qiang se muerde el labio, tratando de no reír.

Oh, recuerda cómo Rain estuvo mareado el día de su propia boda, tratando de sofocar las risas, los nervios y la alegría, todo mezclado en un paquete loco y alegre.

El levanta una mano y se seca las lágrimas. Había prometido no llorar. Pero está orgulloso de que su hijo pueda encontrar su felicidad.

Luego vienen los anillos. El Raptor de escamas diáfanas sabe que Jonathan los hizo él mismo, con el escudo que cada quien creó para si en el centro, nada como un símbolo más potente de su vínculo. Dionisio respira hondo, le lanza una mirada tan profunda con afecto que cualquiera se perdería en ella, y toman sus anillos de las empuñaduras de sus espadas, colocándolos en los dedos del otro.

Parece que Milo no puede esperar más. El tira las armas de los tres, junto con las pequeñas cadenas de oro en sus dedos y tira de los dos hombres hacia el para presionar sus frentes unos segundos, antes de besar a cada quien con amor; su corona nupcial cae de su cabeza, desatendida. Jonathan enrolla cada brazo alrededor de la cintura de sus amados antes de deslizarse a sus manos a los costados, tomando a Qiang en sus brazos y lo hace girar, es mucho más fuerte de lo que parece, deteniéndose para volver a besar a Milo mientras el tercero los mira; hay risas en ese beso, felicidad y promesa. Pero Chameleon no extraña la forma en que los ojos de su hijo van hacia la gran estatua, la forma en que respira profundamente y la forma en que sus ojos se vuelven angustiados y despojados. Hoy no debería verse así, piensa el, y se apresura a abrazar a su hijo y a sus nuevos hijos, para compartir su alegría.

—¡Es hora de la cacería nupcial! – Khameleon grita, y Chameleon, su hermano, piensa que cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual.

Algunas tradiciones son nuevas. No obstante, esta era una tradición antigua en Zaterra que Ryuo acepto, siendo que Nouri estaba más cercano a las tradiciones del reino del Raptor y Milo deseaba estar cerca de sus raíces.

—¡Nunca me vencerán! – Milo dice, levantándose con gracia practicada en la silla de la gran víbora que alguna vez pertenecía a su padre, sus pies descalzos se apoyan en la base de la silla mientras su faldón se sube- no es que a nadie le importe. La gran serpiente de Tetsurri echa la cabeza hacia atrás, gorjea y se prepara para arrastrarse.

—Ya veremos eso, mi dulce lagarto. – responde Qiang con confianza, ya en la espalda de la dragona de hielo que ruge con emoción, sabe que tiene ganas de volar, si sus patas están inquietas son algo por lo que va a pasar.

—No cantes victoria aún, como de nieve. – Jonathan grita, mientras crea un hipocampo lentamente al hacer ademanes con sus manos.

Las criaturas se lanzan hacia el bosque, lanzando el cabello y la ropa de todo el pueblo en enredos y olas, robando sus vítores con el silbido de su viento.

Los demás que pueden seguirlos, lo hacen al montar sus bestias. Reptile y Erron siendo los primeros en ir detrás de ellos en un caballo que comparten. Kuai Liang los sigue en una dragona casi el triple de grande que la que monta Ryuo, seguido de la princesa Khameleon quien va en su amada hidra.

El resto de la ceremonia los sigue para darles pistas de donde está la presa que siguen, al igual que Chameleon y su Ikran también, y ellos regresan a la aldea, aunque es más emocionante ver la cacería.

Las tres son criaturas rápidas y equilibradas, y se mueven con una gracia determinada. Sus jinetes están de espaldas, instándolos a avanzar, más rápido, más rápido, con una alegría feroz en sus rostros. Es un sentimiento que Chameleon conoce bien.

A medida que avanzan, se permite contemplar los ojos de piedra del gran monumento de Rain.

—Estarías tan orgulloso. – murmura, parpadeando para contener las lágrimas.

Vuelve a la cacería cuando una gran ovación se eleva y ve que Milo ha ganado. Apreciando con detalle como la gran serpiente de Tetsurri lanza su presa al cielo para atraparla de un mordisco apenas metros del suelo. Era de esperarse realmente, aunque no está segura de sí sus esposos perdieron a propósito. Dionisio grita su triunfo, sus túnicas ondean alrededor de sus piernas mientras baila en los escalones del gran salón.

—Y ahora... – dice, extendiendo una mano y sonriendo.

—Aw, ven aquí. – Nouri gime.

—No, yo soy el líder. – responde Qiang.

Jonathan toma su mano, su cara es tan roja como el cielo al atardecer, y Milo toma su otra mano para entre él y el cryomancer lo lleven a través de la puerta hacia el pasillo, luciendo muy complacidos consigo mismos.

—Supongo que sabemos quién usa los pantalones. – murmura Reptile.

—¿Alguna vez hubo una duda? – Se pregunta Erron, haciendo que toda la fiesta de bodas se ría a carcajadas.

La fiesta es algo grandioso, comida suficiente para ellos y bestias por igual, la cerveza y el hidromiel fluyen libremente, y la música y el baile son locos y alegres. La ceremonia se apresura para llegar a la comida, Nouri ignora todo el protocolo al ver como Dionisio y Qiang tienen una competencia entre ambos mientras comparten risas.

Sin embargo, la música cambia cuando los recién casados ​​se ponen de pie y se dan la mano. Entonces Nouri comienza a cantar.

Nadando cruzaré el mar,

No tengo miedo a ahogarme,

Si tú mi esposo quieres ser,

Nada temeré.

Mi ardiente sol,

Mi tempestad,

Jamás podrás dejarme,

Prométeme tu corazón,

Y amarme por la eternidad. –

Chameleon se lleva una mano a la boca y no puede contener las lágrimas. Nouri se queda en silencio, y luego la voz de Milo se eleva con palabras tan familiares.

—Mi gran amor mí, salvación

Me admira ver tu fuerza,

No necesito más acción,

Si tus brazos me rodean. —

Al unísono, nacidos de un profundo conocimiento mutuo, comienzan a girar juntos, sintonizados entre sí de una manera que muchas parejas envidiarían, y Jonathan canta mientras la música se acelera.

— Anillos de oro te daré

y te escribiré poemas,

De todo mal te salvaré,

Si junto a mi te quedas. —

La voz de Qiang se une con una tercera estrofa, dando vueltas alrededor de sus amantes antes de tomar a Dionisio de las manos, quien responde sin aliento por la risa y el amor.

—Anillos de oro no me des

Ni escribas más poemas,

Tener tu mano es lo mejor,

Tener a cerca quien amas. –

Finalmente, girando, las faldas de Milo vuelan alrededor de sus piernas y la capa del raptor de escamas púrpuras las como una gran sombra, sus voces se unen, fusionándose con la música y los aplausos de todo el pueblo mientras cambian constantemente de lugar entre su baile, dando vueltas tomados de las manos, y abriendo y cerrando un círculo. Otras voces se unen, de quienes conocen aquella canción, acompañando con aplausos y golpeteo en la mesa, la música más auténtica del pueblo que puede haber.

—Amar desearía abrazar bailando y soñando,

Tu amor jamás me dejará,

En lo bueno o en lo malo.

Nadando cruzaré el mar,

No tengo miedo a ahogarme,

Si tú mi esposo quieres ser,

ya nada temeré. –

Terminan de bailar juntos y se echan a reír. El rapaz de escamas verdosas besa la mejilla del semihumano, mientras el príncipe sonríe contra sus labios y Chameleon no puede soportarlo.

Él se retira a la oscuridad más allá de las puertas, tanto mejor para dejar fluir las lágrimas. Su Ikran lo sigue, su presencia grande y familiar, un gran consuelo, pero ahora todo lo que puede pensar es en quién no está allí.

No fue justo. Debería haber estado allí para ver casarse a su hijo. Debería estar allí para ver a sus nietos, que crecerán protegiendo el reino que los ve crecer. ¿Qué derecho tiene Chameleon a estar allí, después de todo? No vio crecer a su hijo, no lo vio cambiar los reinos y enamorarse. Él no se merece esto.

—¿Estás bien? –

Se vuelve, se frota los ojos y se enjuga las lágrimas. Intenta sonreír a Kitana, pero no logra hacerlo. Suspira, pesado, como si supiera exactamente lo que está pensando. Se sienta en un escalón, con un gruñido (las articulaciones doloridas llegan a todos, eventualmente, sean guerreros o no) y golpea la piedra a su lado, a su derecha. Toma asiento, abrazándose a sí mismo.

—Lo sé. – murmura. —Él debería estar aquí. – respira hondo y agacha la cabeza. La mano de la Edeniana está tibia en su hombro. —Yo también lo extraño, el príncipe obstinado. –

Chameleon se ríe. No puede permanecer triste, no cuando Kitana está allí. El día es alegre y Rain no querría que lloraran, no en la boda de su hijo.

—¿Recuerdas cuando te dijo que te mantuvieras alejado de mí? – dice, la diversión se infiltra en su voz.

Chameleon se echa a reír. —¡En el nombre de la reina Sytholin, lo recuerdo! Fue hace, ¿Qué? ¿5,072 años? – el niega con la cabeza.

—Sin embargo, no me preocupaba que te robara. Jamás pensé que las cosas terminarían diferentes entre los tres. Mi padre siempre lo vio como el rey de Edenia, a mi lado. –

Chameleon choca sus hombros juntos.

—Él también comentó algo así. – reconoce con una sonrisa.

—¡Nunca lo hizo! ¡No hasta que se lo comentamos! – Kitana resopla y Chameleon ríe.

Caen en un agradable silencio, el único sonido de la respiración lenta y constante de su Ikran. El día se fue hace mucho y las estrellas han salido, tachonando el cielo como brillantes pinchazos de escarcha. Es claro y fresco, y una hermosa noche. La música se filtra desde el pasillo, fuerte y alegre, la luz se derrama sobre los escalones y la silueta de dos amigos y un bestia.

Es una sorpresa cuando Kitana se pone de pie con un gemido y le ofrece su mano. Chameleon parpadea.

—¿Quieres un baile? – pregunta con una sonrisa. Él le devuelve la sonrisa y toma su mano, permitiéndole que lo levante.

Él es más alto, pero ella lidera bien, incluso con un brazo aún sanando por parte de ella y una molesta cicatriz en la espalda de él. La canción no es familiar, pero el ritmo es dulce, agradable y fácil de seguir. Ella baila de manera muy diferente a Rain, pero conoce los pasos, y él no ha bailado desde ese fatídico día... Recuerda cuánto lo ama. Se ríen juntos, ella lo hace girar y él tiene que agacharse bajo su brazo, giran juntos hasta que la edad los alcanza y le recuerda a la mente joven que ya no pueden bailar toda la noche.

Se sientan de nuevo, sin aliento y riendo, y no pueden evitar mirar hacia arriba. El rostro pétreo está envuelto en sombras, pero saben que él está allí y ambos sonríen. Se toman de la mano, Chameleon suspira, y ambos desearían que él estuviera allí.

—Casi me hace desear tener otros invitados en nuestra boda secreta. – dice con nostalgia, rascando la barbilla del Ikran y Kitana se ríe, mientras ambos miran como el trío de amantes ríen ante las anécdotas de una de los sargentos de las Fuerzas Especiales, amiga de Nouri, quien hace ademanes para darle peso a dichos recuerdos.

—Los hubo, ¿Recuerdas? – ella dice. —Las legiones de Mileena derrumbaron la puerta del templo de mi padre cuando ustedes dos me pidieron ayuda, y ellos se llevaron todo.

—¡Oh, si! – Chameleon asiente. El lo recuerda bien. —Incluso destruyeron pastel... – había sido un pastel tan encantador, y ni siquiera habían llegado a probarlo porque esos brutos solo buscaban alguna baratija de Argus.

—¿Te sientes un poco mejor? – pregunta Kitana. Chameleon asiente de nuevo, sonriéndole.

—Gracias. – responde él. Ella se encoge de hombros.

—Es lo menos que puedo hacer. –

Chameleon se vuelve hacia donde su hijo y sus esposos se han perdido en el cielo nocturno, solo ellos tres y una dragona de hielo.

Con un brazo alrededor del cuello de la Edeniana, él sabe que Rain puede ver esta noche, y los recuerdos y el futuro se unen, y está contento.

Es muy difícil escribir sobre tríos pero yo lo hice para una ocasión muy especial. Esto es un regalo que hice con mucho amor para mi buena cosa Tyler_Daemonion, ¡Feliz cumpleaños, hermoso ser! ¡Espero que te haya gustado este capitulo! Ojala tengas un hermoso día, se te ama muchísimo. Intente seguir casi todo de lo que me contaste de tus tres nenes. Sus colores, personalidad, rasgos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top