Historias de fantasmas
—Muy bien, ¿Qué tipo de historia voy a contar ahora? – Jacqui miró expectante el círculo de las dos jóvenes y la niña sin su bestia a su alrededor, con una linterna bajo la barbilla. —¿Alguna solicitud?
—¡Ohh! ¡Cuenta una con zombis! ¡Con mucha sangre y tripas y aaaahhrrrrrggg! – Cassie agitó sus brazos alrededor para enfatizar, casi trastornando la linterna de calabaza que brillaba suavemente en medio de su grupo. Jacqui hizo una mueca de dolor, y Takeda miraron al otro lado de la habitación hacia donde D'vorah estaba leyendo uno de los registros que el emperador le dio para su viaje. Sacudió la cabeza y Cassie pareció seria por un momento, luego asintió.
—Está bien, nada de zombis. ¿Hombres lobo?"
—¿Anglófobo? – Ferra levantó la cabeza de donde descansaba sobre sus brazos, luciendo inquisitiva. A los humanos les sorprendió más su que conociera una palabra tan complicada viendo el lenguaje tan limitado que tiene, que su propia curiosidad. Se había acostado boca abajo para escuchar mejor las historias, y hasta ahora había estado escuchando con una mezcla de confusión e interés absorto. —Ferra no entender, ¿Qué tiene de malo un hombre que Londres querer?
—Halloween solía ser una época en la que la gente creía que los espíritus regresaban al mundo de los vivos. – explicó Takeda. —La gente usaba disfraces para confundir a los fantasmas y demonios que pensaban que se los iban a llevar. En estos días es más que nada una excusa para conseguir dulces de los vecinos. Uno de los disfraces comunes es el hombre lobo. Un icono del cine de monstruos clásicos que hizo histo-
—¡Solo la vas a aburrir, Tak! También es la época para películas extrañas e historias de fantasmas! Y será mejor que no cuentes una historia tonta, Jacqui. – la rubia se cruzó de brazos.
Briggs la miró divertida.
—¿Qué? Como si tu historia fuera buena. – a Cage ya se le había prohibido contar historias después de su primer intento. —Los superdemonios vampiros metaleros que quieren comerse tu corazón y tal vez tus ojos también. – se desviaron irremediablemente.
—¿Historias de fantasmas? ¿Como un alma en pena? – Ferra parecía aún más desconcertada. —No saber que humanos tener algo así.
—Espera, ¿Te refieres a las almas que el señor Ermac o ese aterrador brujo contienen? – él Shirai Ryu se sentó de rodillas, intrigado. Se había vestido para pedir dulces, pero había elegido unirse a los demás para su fiesta improvisada (Fujin había estado un poco preocupado por los colmillos que eran parte del disfraz de Drácula del joven, hasta que se aseguró de que eran extraíbles y no algún tipo de modificación). No parecía haber prestado mucha atención a las historias anteriores, pero ahora estaba alerta. —¿Hay fantasmas como los de la Tierra en El Mundo Exterior?
—Bueno, sí, al menos Ku Ku Kahn decirlo. Ferra nunca haber visto uno. – la joven arrugó sus rasgos, pensativa. —Ferra no termina de saber si fantasmas como Tierra y en Mundo Exterior.
—Espera, ¿De verdad? – la rubia se inclinó hacia adelante sobre manos y rodillas, con una expresión brillante en su rostro. —¿Ustedes tienen fantasmas de verdad? ¿Que acechan a los vivos y todo?
—¡Sí! ‐ la niña, al darse cuenta de que ahora tenía público, sonrió y se sentó erguida. —Está bien, dicen. – se interrumpió abruptamente, mirando a su alrededor. —Ferra dice ¡Esperar!. – se levantó de un saltó y trotó a través de la habitación hacia donde estaba trabajando la mujer insecto. Después de una conversación susurrada, y un poco de gestos la consejera, Ferra regresó con una piedra en la mano. —Está bien. – dijo, y sostuvo la geoda debajo de la barbilla. Su rostro se iluminó repentinamente desde abajo con una amarilla espeluznante que proyectó sus mejillas y frente en una dura sombra. Sus ojos brillaban con picardía en la penumbra.
—Rana fea mostrar que una vez haber un rey que era tan malvado, depravado, que su chispa estar lleno con oscuridad. No haber acto terrible, no acto de traición que no hacer. Incluso sus propios aliados llamarlo "Hijo de Pyro", y no importar cuántas veces ser derrotado, nunca ser destruido. – El habitual parloteo rápido y torpe de Ferra se hizo más lento. —Entonces, un día, su propio líder trató de acabar con él, convirtió todo su cuerpo en cenizas, disolviéndolo lentamente, lentamente hasta que no quedó nada más que sus pies. Pero su perversa alma no pudo extinguirse, y obsesionó su mausoleo, un horrible criatura que acecha en las sombras de las tumbas, esperando que un ser viviente se acerque ¡Para poder robarles el cuerpo! – agitó los dedos de su mano libre, con la mirada amplia.
A medida que avanzaba la historia, Jacqui pensó que había visto un cambio en el robot. Poco a poco, los gestos exagerados y las sílabas prolongadas se fueron apagando. En cambio, Smokescreen se volvió cada vez más serio, su tono pasó de alegre a extrañamente duro. La historia también se volvió más oscura y sangrienta. Si bien todavía era una historia muy simple, ahora estaba llena de los mechs poseídos por el fantasma que infligían terribles heridas a sus compañeros. Jack miró a Smokescreen con incertidumbre. La luz anaranjada parpadeante de la Jack-o-lantern a sus pies y el azul espectral que iluminaba su rostro parecían iluminar ahora una estatua lúgubre, imposiblemente antigua y severa. Su pronunciación también mejoró, algo que se le hizo extraño, probablemente resultado de ser una historia que ella ya sabía de memoria al oírla tantas veces.
—...Y aunque la sangre brotó de sus heridas, y sus intestinos internos colgaban de su cuerpo en grupos destrozados y chorreantes, se sintió aliviado, ya que finalmente se liberaron del fantasma vengativo. ¡O eso pensaban! – los ojos de Ferra era estrecha y dura, y su voz, que se había reducido a casi un susurro, adquirió un tono áspero. —Cuando su vista se volvió borrosa y escuchar era imposible, pensó que vio la forma espantosa que lo había esclavizado cubriendo a su compañero. Extendió una mano temblorosa, pero ya era demasiado tarde. Mientras estaba en su agonía, escuchó la risa aguda y terrible del fantasma brotó de la boca de su amigo, y él sabía que todos los guerreros del barco estaban condenados a una lenta y espantosa muerte. – se quedó en silencio, mirando alrededor del grupo. Jacqui lo miró a la cara, inquieta. Ahora se sentía como si la niña que la molestaba y se reía de bromas estúpidas había sido reemplazada lentamente. En su lugar había un soldado implacable, un guerrero externo y temible.
Y es verdad, se dio cuenta la menor. Eso es lo que es, lo que son todos. Se estremeció, sintiéndose terriblemente pequeña, pero en ese momento la linterna se apagó y Ferra sonrió mostrando todos sus colmillos, se dejó caer sobre su abdomen y pateó sus pies detrás de él. —Entonces, ¿Qué tal? – preguntó, con feliz y encantada a la luz de las velas.
Jacqui miró a los otros dos. Cassie tenía una sonrisa indulgente en su rostro, mientras que Takeda se había acurrucado ligeramente sobre sí mismo, con los ojos muy abiertos.
—Hey Ferra. – preguntó suavemente el niño. —¿Es real esa historia? ¿De verdad existe Tetsurri? –
—Claro que sí. Pregúntale a sapo verde, él vivirlo. – ella sonrió cuando Takeda se desenredó de su capa de disfraz y se puso en camino por el suelo, yendo a buscar a la mujer insecto, a este punto ella dejo de darle miedo teniendo en mente algo peor.
La niña de enmedio se estiró, bostezó enormemente y miró a Jacqui.
—¿Quieres escuchar la historia del psicópata loco que tenía un gancho por mano y se comía a los adolescentes? – preguntó con una sonrisa. Jacqui negó con la cabeza.
—Yo paso esta vez, Cassie.
—¡Buuu! – se puso de pie y miró su computadora, luego alrededor de la habitación. —¡Papi! ¡'El monstruo de la laguna negra' está casi lista! ¿Quieres verlo? –
—¡Ya voy, cariño! – la voz del actor resonó desde lo más profundo de la mansión. La niña disfrazada de Arlequín subió corriendo los escalones del desván, dejando a Jacqui y Ferra con la Jack-o-lantern.
—Fuiin te hará pasar un mal rato si realmente asustaste a Takeds, ¿Sabes? – dijo la pequeña princesa con una sonrisa. Ferra no parecía disgustada.
—Ferra fuerte. Ferra no temer, ¡Gran Jefe y Torr proteger yo! –. Se paro con orgullo levantándose del suelo, superando por medio metro a la niña. —Pero ser buena historia, ¿No?
—Lo fue. – dijo la menor en voz baja. —Incluso lograste asustarme un poco. – se acercó a la Jack-o-lantern y luego apagó la llama con suavidad.
En este canon, los Kombat Kids ya se conocen desde hace tiempo, les gusta pasar mucho tiempo juntos. Jacqui es la mayor de los tres, basado en que mencionan que tuvo que madurar desde muy temprano. Esta disfrazada de princesa, probablemente Cenicienta.
Cassie es la de enmedio, es en su casa donde se desarrolla esta historia. Cassie sabe mucho de cine gracias a su papá, le encantan las películas de terror de cualquier tipo sobre otro género.
Takeda es de hecho mayor que Cassie y más maduro, pero aún tiene secuelas por la muerte de su madre y un hombre sin rostro que aparece en sus pesadillas.
Podría decirse que aquí la Tierra logró una paz con El Mundo Exterior, y Ferra fue la última en enterarse de los hijos que tenían sus aliados. Se dio que Ferra es de hecho casi tan vieja como Kotal, pero aquí la pongo como una adolescente de 16 años, como el fandom usualmente cree. Cuando no está con Torr, Ferra suele ir a casa de Cage por invitación de él propio, ya que ella lo salvo de un Tarkatano hace mucho. A Ferra le gusta ir con él y proteger a los niños porque cree que con ello defiende la inocencia e infancia que a ella le fue arrebatada. Pero eso no la detiene de asustar niños.
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