Herido (D'vorah/Shao Kahn)
La sangre rezumaba horriblemente de los restos de carne y piel rasgada. Para ser honesto, no fue el peor dolor que jamás había sentido. El Falso Emperador resistía más de lo que una extremidad desgarrada podría dolor y él sabría que sufrió entre su brutalidad en no solo algunas formas, siendo la principal atracción en el deporte de sangre.
Shao Kahn se desplomó contra uno de los únicos árboles en el vasto campo, la sombra le proporcionó algo de protección de ojos curiosos siempre que no miraran demasiado de cerca. No lo admitiría, pero estaba agotado. Todo su esfuerzo por hacer que su reino estuviera completo bajo mando y todo lo que consiguió fue una extremidad perdida, la imposibilidad de ver y un dolor de cabeza. Sus mas leales fueron asesinados, Kronika lo había dejado a su suerte y el Mundo Exterior se alejó de todo lo que él creo y decreto para pudiera disfrutar de su nueva paz sin interrumpir a las alimañas humanas y a su reino mundo... No hasta que el Ser Único despierte.
Sintió que todo empezaba a tener sentido de porque Kronika apenas quería reiniciar la línea temporal. El Ser Único ya no estaría atrapado en la prisión que los Dioses Antiguos crearon a partir del primer reino. El mayor enemigo de los reinos estuvo por despertar por completo al dejar que Raiden casi se saliera con la suya. Por primera vez, realmente luchó para causar un mal, aún si realmente no le importaba, su propio ego ciego le decía que podía vencerlo.
Todo lo que quería ahora no tenía sentido, nada más importaba. ¿Fue demasiado pedir? La traición desde todos los frentes lo ofendió de maneras que nunca confesaría en voz alta para mantener vivo su orgullo o al menos lo que quedaba de él. La confianza era difícil de conseguir ahora y en los días; En este punto era insoportable cómo su propia hija se atrevió a traicionarlo, cuando incluso la defendió de su propia madre y, sin embargo, siempre fue él quien más daño recibió.
No era lástima hacia si mismo lo que sentía, era un odio por dejarse influenciar por creer que Kronika realmente le daría algo a cambio para trabajar y servirle.
El aplastamiento de la hierba hizo que sus párpados se abrieran con dolor. Solo puso su mirada en su intruso cuando hablaron:
—Está pensó que habías aprendido de la última vez que los guerreros de Raiden no se rinden cuando su hogar está amenazado por una fuente externa.
Shao Kahn simplemente hizo una mueca.
—Quiero ir a mi tiempo y tengo la intención de lograrlo, aún si es lo último que hago. Pero tú qué sabrías sobre ese deseo, ¿D'vorah? –
Vio al Kyttin hacer una expresión similar a poner en blanco antes de caminar a su lado y luego ponerse de rodillas a su lado para una mejor posición. Habría sido necesario deshacerse de la carne si no hubiera sido evidente que la hembra se estaba preparando para detener temporalmente el derrame de sangre de la extremidad amputada. La reina de Arnyek incluso tenía una cesta de herramientas especializada con piezas que probablemente robó de algún lado y larvas de Pryokashas para purificar sus heridas. Había venido a ayudarlo después de todo lo que había hecho el señor de la guerra. Esa era una lealtad a la que Shao Kahn no estaba acostumbrado.
—¿Sabes siquiera lo que estás haciendo? – El emperador gruñó al sentir que D'vorah cavaba y agarraba los tendones cercenados con precaución. Un breve momento de dolor hizo que el conquistador hiciera una mueca. —¡Será mejor que tengas cuidado, usurpadora! ¡Si causas un daño permanente aún peor, te juro por los Dioses que-!
—¡Somo guarda silencio! ¡En el nombre de Al Sheva, eres peor que Mileena! ¡Si no dejas de moverte, está arruinara las líneas de fluido y no tendrás a nadie a quien culpar más que a ti mismo! Está ha tratado antes con Telmarinos, y sabe qué diablos está haciendo. ¿Desea el emperador que lo traten o no? ¡Ahora quédate sentado y cállate! –
Los varios segundos de silencio hicieron que D'vorah finalmente se volviera hacia el brazo en el que estaba trabajando sin palabras de sobra. Ni siquiera el falso emperador herido por la batalla desafió la taciturnidad de los muertos en ese punto, solo mirando a cualquier lugar menos a la reina de Arnyek con algunas pequeñas expresiones de disconformidad.
Tenía que darle crédito a D'vorah por haberlo dejado sin palabras de esa manera. Era posible una réplica, pero no encajaba con el argumento, por lo que no valía la pena. Nadie excepto Raiden logró detener sus palabras con su propia ferocidad. En circunstancias habituales, entablar una batalla verbal con él, o cualquier batalla en realidad, era una orden de muerte, pero actualmente, sabía que la mujer insecto tenía razón para su disfavor, por lo que no había más opción que callarse y dejarla ayudar a detener el sangrado.
Un repentino destello de alivio lo golpeó, lo que hizo que su mirada volviera a D'vorah, quien ahora estaba con las manos cubiertas de sangre, al igual que sus muslos, de sangre. Su brazo no escurría en sangre y el dolor pareció desaparecer lo suficiente en un minuto que apenas se notaba.
—Creo que el trabajo está hecho por ahora. – murmuró D'vorah mientras se sentaba apoyada en las piernas del emperador.
Al observar el trabajo de parche bastante simple pero efectivo que hizo la mujer insecto, Shao Kahn no pudo detener una pequeña mueca de desprecio.
—Bien hecho, plaga. Quien sea que te haya mostrado de tratar con Telmarinos te enseñó bien. Pero debo preguntarte: ¿Por qué volviste? –
La reina de Arnyek chasqueó la lengua ante ese comentario.
—¿Sabes algo, Zarr? En el tiempo que está trabajo con Kotal, aprendió que no necesariamente todos son sus enemigos. Solo- lo que hace es por naturaleza, necesito sobrevivir. Está mi puede estar sola siempre, está necesita alguien que la defienda... Está alguna vez se sintió protegido, incluso antes de estar con Kotal... Y tal vez está encontró a una Mileena de tu era también... Esta creyó que, si la protegía, podría estar bajo tu manto. – Le mujer insecto miro el suelo bajo si, en una muestra de su confusión por todo, mientras el falso emperador la miro a ella con ligera sorpresa. De todos los guerreros que alguna vez le sirvieron, D'vorah era probablemente la ultima que esperaba ver que se abriera así. Ni siquiera esperaba tal comportamiento de parte de alguno de sus hijos.
La revelación de D'vorah y Mileena con está reconociéndola hasta cierto punto no estaba bien escondida como el emperador hubiera querido, pero sin embargo lo hizo hincharse con una anticipación que no había sentido desde que él era considerado como un defensor de los reinos antes de ser el conquistador que todos conocían y temían.
—Seamos realistas, Shao Kahn; hemos estado pegados el uno al otro desde el día en que nos conocimos en Arnyek. – agrego ella cuando pudo ver la expresión de su contrario que mostraba su respeto hacía ella.
Siempre iba a ser un infierno sobre ella, pero había momentos en los que nunca estaba de más estar agradecida por las oportunidades que tenía.
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