Hecho para servir.
Las pisadas resonaron en los pisos de piedra cuando uno de los sirvientes de Shao Kahn se dirigió hacia la Cámara del Alma, retorciendo patrones pintados en las paredes con una luz verde enfermiza. Se hizo el silencio, excepto por la suave corriente del torrente de almas que giraban en su prisión de piedra, el sonido puntuado al azar por un ruido sordo desde dentro. El sirviente se acercó a las fauces de la enorme cara de piedra y miró la tormenta verde que estaba dentro, aclarándose la garganta antes de pronunciar una sola palabra; un nombre.
—Ermac– le gritaron.
Por un momento, las almas disminuyeron la velocidad como si estuvieran sorprendidas por el enunciado, pero luego se agitaron, su remolino se convirtió en una verdadera tormenta dentro de esta, y la precipitación creció hasta convertirse en un volumen ensordecedor, como olas rompiendo contra la costa. En el centro de todo, una figura comenzó a materializarse, creciendo con cada segundo que pasaba, con un torrente final de almas, un hombre apareció ante el sirviente. Atado en capas de vendajes negros, era imposible leer su expresión, pero sus ojos se entrecerraron cuando dio un paso adelante.
—El emperador solicita tu presencia. Te espera en sus aposentos– El criado habló rápidamente; La mirada verde sobrenatural del constructo era desconcertante, y querían estar lejos de él tan pronto como pudieran.
—Iremos enseguida– dijo Ermac observando al sirviente mientras casi tropezaban con sus propios pies en su apresurada retirada. Un momento después, él también partió, desapareciendo en una explosión de niebla verde, la Cámara del Alma estaba vacía una vez más.
A pesar de que el resto del palacio era frío y oscuro, la habitación de Shao Kahn era sorprendentemente cómoda y cálida. Un fuego ardía brillante en esta, el calor irradiante del hogar era relajante y la luz proyectaba la habitación y sus lujosos muebles en un resplandor acogedor. El propio emperador descansaba en un sillón con respaldo alto, con la piel reluciente a la luz del fuego. Ya no poseía su yelmo ni la armadura, lo había retirado con cuidado y solo dejo su cinturón y faldón. Lo que sea que estaba pensando fue interrumpido por un firme golpe en la puerta.
—Entra– La voz del kahn retumbó como un trueno distante, y hubo un crujido suave cuando se abrió la puerta, seguido de una voz que reconoció de inmediato; una voz que estaba más que feliz de escuchar.
—¿Llamo por nosotros, nuestro Kahn?– Ermac entró en la habitación, rodeó la silla y quedó a la vista. Shao Kahn se sentó erguido sobre la silla, inclinándose hacia delante y sonriendo al constructo.
—Sí, lo hice– El emperador le hizo un gesto para que se acercara, y obediente como siempre, Ermac lo hizo, deslizándose hacia adelante hasta que casi chocó con las rodillas de Shao Kahn. —Me alegra ver que aceptaste mi invitación–
—Fuimos creados para servir a nuestro emperador– fue la respuesta del constructo iluminando más sus orbes verdes brillantes.
Shao Kahn se rió por lo bajo, recostándose en la silla y mostrando una sonrisa depredadora.
—Entonces sirve a tu emperador–
Sin perder tiempo, Ermac se dejó caer, avanzó sobre sus rodillas y acomodándose entre las piernas del emperador, con los ojos verdes clavados en su rostro mientras esté se estiraba para quitar las vendas del rostro ajeno. Shao Kahn gruñó casi al instante; Su constructo era perfecto, hermoso. Se preguntó por qué lo hizo cubrirse la cara, pero saber que era el único que lo veía revelado de esta manera era un pensamiento embriagador. Sin embargo, cualquier pensamiento en su cabeza se había ido, cuando sintió que su miembro se levantaba, su faldón había sido retirado a un lado mientras Ermac se acomodaba mejor. Había una mirada serena, casi reverente en su rostro mientras sus labios se arrastraban por sus muslos y sus caderas antes de que sus manos enguantadas se alzaran, acunando el falo del Kahn en sus palmas como si fuera la cosa más preciosa que habían sostenido. Ermac presionó un suave beso en la punta antes de girar la cabeza, lamiendo una linea en la parte inferior de su eje con un suspiro largo y prolongado.
—Buena chico– gruñó el titan, acunando la base del cráneo de Ermac en su grande mano.
El ente zumbó suavemente, con los ojos cerrados que brillaban detrás de sus párpados, una mano acunando las pelotas del emperador mientras la otra se alisaba sobre su muslo. Los labios arrastraron besos ligeros a lo largo de su eje otra vez, seguidos por su lengua dando patrones casi imposibles a lo largo de la carne caliente. Por un momento, Shao Kahn jugó con la idea de obligarlo a mamar con mas fuerza, ahogándolo con su considerable longitud, o incluso simplemente ordenando a Ermac que lo hiciera, especialmente porque el constructo no podría rechazarlo. Pero en adoración - se atrevió a decir que era amoroso - de la manera en que Ermac prodigaba su pene erecto con atención, era tan agradable que detestaba ponerle fin.
En cambio, apretó los dientes y respondió a cada toque con gemidos aprobadores. El ente, claramente alentado por los sonidos, continuó y no pasó mucho tiempo antes de que el miembro del Kahn brillara a la luz del fuego, resbaladizo con saliva y el liquido pre-seminal que se filtró desde la punta. Finalmente, los labios de Ermac se separaron y lo tragaron centímetro a centímetro hasta que el titan sintió que golpeaba el fondo de la garganta de dicho ente. el constructo, solo se atragantó por un momento antes de relajarse, dejando escapar un fuerte suspiro y aspirando el aroma a sexo proveniente de su emperador, los ojos verdes luminiscentes se clavaron en los de su contrario mientras tragaba de nuevo. Shao Kahn dejó escapar un gruñido de satisfacción cuando su longitud entro por la garganta de su lacayo, aterciopelada, húmeda y caliente a su alrededor, incluso sentía como se estrechaba al rededor de su eje. Su erección se deslizó libremente a lo largo de él cuando Ermac sacudió la cabeza para recuperar el aliento.
—Respira– siseó Shao Kahn y aunque odiaba la pérdida de esa sensación indescriptiblemente maravillosa, no quería que Ermac se lastimara, no si quería terminar con lo que habían empezado .
Jadeando, el constructo liberó de su boca aquel miembro vigoroso con un sonido obsceno, pero igual de rápido continuó adorando cada centímetro de su longitud, tomándolo en sus manos y acariciandolo mientras giraba su lengua alrededor de la punta. Shao Kahn agarró los reposabrazos con tanta fuerza que la madera crujió por el acto, pero el sonido fue ahogado por los gruñidos guturales del gigante. Por más que lo intentó, fue incapaz de contenerse por más tiempo, su eje se sacudió en las manos de Ermac mientras expulsaba su semilla en la cara de el ultimo mencionado, este rápidamente limpió el desorden restante con su lengua.
—Ven aquí– Hablo el Kahn, y Ermac colocó su taparrabos sobre su miembro ahora flácido antes de subir a su regazo, donde el Titan lo apretó contra su pecho y lo sostuvo allí. El maestro de las almas parecía contento, relajándose contra él y cerrando los orbes esmeralda que tenia por ojos mientras escuchaba el latido del corazón contra las costillas de su Kahn.
—Esperamos ser adecuados, nuestro señor.–
—Me atrevo a decir que sí. Dame un momento de respiro y te mostraré mi agradecimiento.–
Los ojos verdes del contrario se abrieron en sorpresa por la amabilidad de su señor y pareció casi estupefacto antes de relajarse de nuevo.
—Si eso es lo que desea, nuestro señor, siempre le serviremos.–
Y bueno, eso fue todo por mi parte, perdonen la tardanza pero desinstale wattpad de mi teléfono por falta de espacio y en computadora no me agarro para poner guion medio, aparte de que esta no viene con la opción de corregir las palabras, así que perdón si encuentran fallas ortográficas.
Gracias por leer, no olviden pasar por el perfil de @Dvathebestgamer, tiene muy buenas historias y en serio las recomiendo, muy bien estructuradas y desarrolladas, así como buen manejo de personajes.
Intentare seguir subiendo capítulos, así que si tardo pido disculpas por tal demora, esto fue todo por mi parte, me despido.
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