Fire, Ice and Shadow♡
Las pequeñas cosas que suele darte la vida son las que Kuai Liang había aprendido a querer.
Como cuando la sombra de su hermano le cuidaba en las noches oscuras, cuando su amigo Smoke pelea hombro con hombro y cuando... cuando él lo cuida.
Realmente no sabe por qué lo hace.
–Tundra, es decir Sub-Zero –le llama su amigo de cabellos platinados y sonrisa cautivadora.
–¿Sucede algo, hermano? –responde en tono soñador mirando al cielo nublado, llovería esa noche.
–Raiden y los Shaolines enviaron una carta –menciono mostrando el trozo de papel que llevaba en sus manos–: será mejor que vengas a leer esto.
–En un momento.
Podía jurar, podía jurar por su propia vida que vio a aquel espectro esconderse tras los frondosos árboles.
Si lo que quería era esconderse entonces debía dejar de usar ropa tan llamativa pues el dorado de su máscara destacaba entre los opacos troncos.
• ● •
En la oscuridad de la habitación, dos pares de ojos totalmente cándidos se distinguían.
En esquinas contrarias, sin mirarse, tan solo veían al hombre dormido.
–¿Qué haces aquí, Saibot? –gruño el Shirai Ryu.
Un relámpago iluminó la habitación, mostrando las siluetas de los retornados.
–Lo mismo que haces tú –respondió sin importancia.
Ambos se quedaron en silencio, la respiración del Lin Kuei era lo único que se podía escuchar en aquella habitación; la compartía con el ninja de humo.
La habitación se ilumino nuevamente, totalmente imperceptibles.
Fueron testigos de cómo Smoke se escapaba sigiloso para salir a buscar a Sektor y Cyrax, últimamente los tres se reunían con otros alumnos y jugar.
En el Templo estaba prohibido juegos y cosas del exterior que corrompieran la vida de un Lin Kuei; sin embargo, nadie hacia caso, ni siquiera el hijo del Gran Maestro que había traído un aparato extraño que reproducía canciones.
Kuai sabía que se trataba de un reproductor de música, en su infancia las había visto en una tienda, pero los otros alumnos y su mejor amigo le tenían especial curiosidad.
Sub-Zero decidió dormirse, cuando hubiese algo que le interesara entones iría a verlo.
Mientras tanto seguiría sumido en sus sueños, los entrenamientos con el hijo del Gran Maestro eran duros y lo dejaban cansado.
Completamente ignorante que su sueño era cuidado siempre por su querido hermano mayor y el espíritu vengativo.
Aunque lo que más desconocía él era el amor que estos le tenían.
• ● •
Lo que había empezado como una medida preventiva y para salvar el destino del segundo Sub-Zero.
Noob Saibot se sentía desplazado al ver que Scorpion se había vuelto una especie de guardián de su hermano, le seguía todos lados.
Lo ayudaba de manera sigilosa en sus misiones y demás, algo en lo que el esbirro de las Sombras le ofendía.
Kuai era protegido pero no parecía aprender de sus errores.
Seguía dejando puntos débiles y en más de una ocasión Scorpion había interrumpido de manera evidente.
El fuego seguía derritiendo el corazón del Lin Kuei.
No sabía por qué el asesino de su hermano lo trataba así pero se sentía honrado.
Lo que no sabía es que aquella sombra traviesa también lo seguía no solamente cuando lo abrazaba en las noches cálidas.
–Es mi hermano, mi responsabilidad es cuidarlo ahora –gruñía el sombrío.
–No, es mi deber para restaurar mi honor y pagar mi deuda –replicaba Hanzo.
–Lo haces por un estúpido código de honor –su tono era molesto.
–¡No! –desenvaino su espada, el filo ardiente le apuntaba–. Mi trabajo es que Sub-Zero viva, aléjate de él.
–Demonio –gruño–: no vas a tocar a mí hermano he visto como lo miras.
–También he visto como lo miras –contraatacó apretando la mandíbula, no podía perder los estribos–. Crees que te pertenece, pero no es más que un simple deseo de arrebatarme algo más.
–Compartir sangre no nos hace hermanos, solo es un estúpido reconocimiento y si así fuera –Noob invoco su sombra tomando una posición de pelea–: nuestra relación iría más allá de lo reproductivo, tener descendientes es algo que nos prohibieron desde que entramos al Lin Kuei. No estaría rompiendo nada, una emoción más para satisfacer el vacío.
–Tener la mente abierta no es algo que tengan ustedes los chinos –respondió Hanzo.
–Deje atrás mi antigua y anticuada vida, los tabúes no me limitan ahora.
Ambos quedaron en silencio, esperando el momento para atacar.
–Me parece que tendremos grandes problemas –a pesar de que guardo la katana, no dejo de verlo con desprecio–. Será mejor que te alejes de él.
–Sub-Zero es mi responsabilidad –Noob invoco un blackhole desapareciendo tras decir aquellas palabras.
–¡Él es mi...!
Estalló en ira, mirando el lugar por el cual Noob Saibot había desaparecido.
• ● •
–¡Sub-Zero! –exclamaba Smoke mientras lo abrazaba por la espalda riendo como tonto.
Los Lin Kuei no celebraban exactamente cumpleaños, celebraban los días en los que los reclutas –secuestrados– habían ingresado, incluso ahora, celebraban a uno de los tantos alumnos.
–Smoke~ –su rostro enrojecido por el alcohol que había sido traído por su maestro preferido, Hydro.
–¿Por qué no te diviertes...? ¡No te has acabado tú cerveza de arroz! –decía mientras señalaba la botella.
Tenía otra botella llena cerca de su mano.
A los demás discípulos –Sektor, siempre era ese enfermo– creyeron que sería gracioso ver al Cryomancer borracho; Bi-Han –cuando aún vivía– se había asegurado de que Kuai Liang jamás probara una gota de licor. Su querido hermanito no podía estar ebrio por ahí en el Templo, él sabía a la perfección que el pirómano de Sektor iba a intentar aprovecharse de la situación para ridiculizarlo o cualquier otra bajeza.
Por supuesto no iba a permitir que nadie le hiciera daño a su hermano.
Y Sektor era bastante sucio.
No como Cyrax, él era...
–¡Smoke, hace calor! –gritaba mientras se quitaba el chen san en medio de la sala.
El de cabellos platinados miraba atento el torso desnudo de su mejor amigo al igual que todos los demás borrachos –alumnos– veía los botoncillos rozados erectos y una fina capa de sudor en el trabajado cuerpo de Sub-Zero.
Incluso el hijo del Gran Maestro veía el "espectáculo" que estaba dando el ebrio defensor del Reino.
–¡Sub-Zero! –el ninja gris intentaba cubrir a su amigo con la camisa que había tirado al suelo.
–¿Acaso no sientes el calor? –preguntaba caminando para salir de la gran sala de reuniones que estaba siendo utilizada para que todos los borrachos Lin Kuei celebraran.
El checo seguía a un tambaleante Cryomancer, aunque tampoco es que él estuviera en mejores condiciones apenas podía sostenerse de pie apoyándose en las paredes del pasillo.
–¡Espera Sub-Zero! ¡Detente! –el de largos cabellos sentía como le pesaban los parpados.
Sub-Zero ya llevaba unos cuantos metros corriendo para llegar al jardín, sentía que su cuerpo ardía y no tenía idea de por qué; al doblar en una de las esquinas un par de brazos oscuros surgieron de la pared atrapándolo mientras una sombra se materializaba frente a él.
–Creí haberte dicho que no bebieras.
Los cándidos ojos de Noob lo miraban con recelo, aunque su voz sonara severa no podía dejar de ver el cuerpo de su hermano, vaya que había cambiado con un par de años. Ya no era ese adolescente impulsivo que intentaba superarlo, ahora era un hombre fuerte... aunque no lo suficiente.
–Suéltame –exigió–. Tengo demasiado calor, nece... necesito ir afuera.
El azabache se removía incómodo en los fuertes brazos de Saibot; la sombra, esta era completamente fría y húmeda sin embargo parecía no saciar la necesidad del menor.
–Dame tus manos.
–¿Q... Qué? –seguía intentando librarse de aquella masa negra, pero le era casi imposible moverse.
–Tus manos. Ahora.
Dijo con molestia, los pasos y balbuceos de Smoke se escuchaban más cerca.
Kuai dejo de moverse dejando laxo su cuerpo, a los pocos segundos la sombra desapareció, sorprendiendo al Cryomancer.
–¿Qué caraj...?!
Noob había invocado un blackhole nuevamente, tomando a Sub-Zero de las manos mientras lo cubría de oscuridad.
Fría.
Y desolada oscuridad.
• ● •
Despertó al sentir cálidas caricias en su hombro y espalda con cierta incomodidad abrió los ojos dándose cuenta que estaba acostado en el concreto de la estatua del primer Gran Maestro.
–¿Uh...?
Le dolía la cabeza y no entendía por qué estaba afuera.
Miraba a todos lados intentando buscar su ropa, pues había notado que solo llevaba pantalones, sus pies descalzos se hundieron en la nieve derretida.
No entendía absolutamente nada, tan solo tenía leves recuerdos de la noche anterior.
Nada concreto.
Solo recordaba oscuridad y una chispa que le llamaba para incendiar todo el lugar.
Aunque también...
Repaso cu cuerpo, todo parecía en orden menos...
–¡Auch! –gimió de dolor al tocar su cuello.
Sentía como si tuviese una quemadura, el dolor era leve pero no dejaba de ser una quemadura.
• ● •
–Lenguas de fuego.
Dijo Smoke al ver como Kuai se miraba al espejo, analizando la marca.
–¿Y cómo diablos te hiciste eso? –Thomas se cruzó de brazos, en una hora debían presentarse ante Sektor para recibir órdenes y vería la "marca".
–Va a exiliarme –contesto un poco asustado.
–Podrías usar el hoodie del uniforme –sugirió.
–¿Dentro del Templo? Me veré ridículo –señalo con obviedad.
–¿Prefieres que Sektor te vea así? ¡Incluso Hydro sería más compasivo contigo! –su voz exasperada hacía reír al maestro de hielo.
–Supongo que tienes razón –decía esgrimando una mueca–: ¿podrías traerme un poco de agua? Creo que debería limpiar la herida.
–Claro hermano.
Smoke se levantó de su futón, saliendo de la habitación.
Kuai seguía mirándose en el espejo, hasta que una figura envuelta en llamas apareció en la habitación.
Sub-Zero no pudo reaccionar.
–Veo que te molesta la marca que te di –señalo con el índice el cuello del ninja azul.
–¿Tú me hiciste esto? –replicó un tanto molesto.
–Hay un demonio que te asecha, necesitaba dejar mi marca para que pudiera notar que estas bajo mi protección.
–¿Un demonio? –susurro consternado.
–Así es –dio un paso hacia el azabache–. Tengo que protegerte de él, no debe hacerte daño.
–Si hay un demonio salido del Netherrealm debo notificar a Raiden sobre esto –dijo sin pensarlo.
–¡No! –grito enseguida Scorpion.
Aquel grito dejo sin palabras al guerrero de hielo.
–Es mi rival y tú eres mi protegido –explico intentando que sus llamas se apaciguaran.
Kuai Liang se había quedado en silencio, procesando las palabras del espectro de fuego.
–¿Eres mi Guardián? Tú eres él que asesino a mí hermano e intento asesinarme a mí –sus ojos azules ahora lo reconocían–. Eres Scorpion.
El ninja dorado pronuncio ninguna palabra.
Se acercó lentamente a Liang, acariciando su mejilla con su cálida mano.
Noob Saibot tenía razón después de todo –al parecer siempre la tenía– él no estaba hecho para cuidar del nuevo Sub-Zero, ese trabajo que se había auto impuesto parecía devolverle su humanidad de poco a poco, pero esas palabras del Cryomancer destrozaron por completo los restos de su alma.
–¿Vas asesinarme también?
Tenía unos bellos ojos celeste, brillantes y bonitos pero su mirada mostraba terror, justo como la del primer Sub-Zero cuando lo asesinó.
Esos sentimientos inferían en él y por ello es que no se atrevía a tocar a ese hombre.
–Vas a vivir por él –sentencio mientras las llamas le rodean hasta desaparecer.
Justo en ese instante apareció el Lin Kuei de humo por la puerta.
–Hey debiste verlo, Hydro puso a Sektor a subir y bajar la montaña cuatro veces –reía el joven–: el muy tonto cree que... ¿estás bien? Parece que viste un fantasma.
Su mirada perdida no le decía mucho.
–Scorpion...
N⊗TA DEL AUTOR:
Howdy!
Intento de seguir el final de Scorpion en MK2 una rara mezcla de Sub-Scorp y Sub-Saibot que al final no termina en ni puta madre :^)
No olviden ver las demás historias de mi buen amigo Jervis
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