Drabbles #2

Para muchos, Hotaru no era un hombre emocional. Para los que estaban debajo de él, era un monstruo desprovisto de conciencia, incapaz de sentir nada más que rabia. Para los nombrados por encima de él, era simplemente una pieza en su juego de ajedrez para usar y guardar. Para Havik, era una nueva categoría propia.

El clérigo del caos había sido capturado por el guardián del Senado para que respondiera por sus actos, pero Hotaru tuvo "misericordia" al hacerlo su esclavo personal y forzarlo a que tuviese compostura por medios que el reino desconoce.

Cualquiera podría señalar que el hombre menor fue domado y desarrollo el síndrome de Estocolmo para quedarse con él cuando tuvo la elección por parte del Senado de ser libre luego de haber pagado por años por sus crímenes. Nadie espero que Havik se hubiese dejado capturar desde antes sólo para volver a estar con el que una vez vio como su más cercano, una oportunidad de "redimirse".

Havik había visto a Hotaru expresar muchas emociones, incluso lo había visto sonreír. ¿Pero esto? Esto era nuevo. El clérigo no dice nada, solo deja que el defensor del reino se recomponga y se seque los ojos. El hombre más alto toma una respiración profunda, disculpándose por la falta de control.

—No, no, está bien. Aunque nunca te he visto llorar. ¿Está todo bien? – Havik se encuentra preguntando, un error en su propio control, como lo había dicho Hotaru.

—Hoy es un día desagradable. Hay muchas cosas al respecto que no deseo discutir.

—Me parece justo. Es asunto tuyo, no mío. – el pelinegro asiente. Se sientan en un cómodo silencio durante unos minutos antes de que el albino vuelva a ponerse su casco y se ponga de pie. Observa a su compañero por un momento antes de abrir la puerta de su celda de contención.

—Gracias.

—Un placer. – Havik se encoge de hombros, siguiendo al guardián por el pasillo.

El clérigo posee una celda donde es retenido día y noche, pero luego de un acuerdo que consiste en no abandonar el reino, se le tiene permitido vagar de vez en cuando por el salón del parlamento y las 4 villas.

Havik se va a la villa azul y Hotaru a una nueva junta con el alto consejo, y mientras Havik solo se queda viendo un portal que le permite escapar, decide no hacer que su pequeña luciérnaga se arrepienta de lo que acaba de suceder entre ellos, agradecido por la confianza que el guardián ha depositado en él.

•●•

—Dime la verdad. – Mika se cruza de brazos. Necesita saber en qué se ha convertido esto, esta cosa entre ellos. Él sabe que es mucho más allá de una relación laboral, pero ¿Hasta dónde? ¿Amigos o más? ¿Está imaginando esta cercanía? El demonio no falla, pero ahora hay demasiadas variables. Podría fallar si no comienza a aprender las reglas.

—La verdad. – Quan Chi lo mira por un momento antes de ponerse de pie. —La verdad es que te he tomado cariño, mi leal asesino. –

El rubio asiente, mirando al hechicero antes de sonreír un poco.

—Sí, yo también te quiero. –

•●•

Kabal sabe que no puede permitirse el lujo de compartir la cama con Sony. En cambio, se traslada a una habitación cercana, se sienta y deja que sus ojos se cierren. No quiere molestar a Blade con su respiración, ni que se despierte aterrorizado junto a una máquina. Entra y sale de un sueño ligero a lo largo de la noche, y finalmente lo despiertan los gritos del otro hombre.

Se apresura a entrar en la habitación, esperando una pelea, solo para encontrar a Sony temblando y sollozando. Kabal se arrodilla con cautela al borde de la cama, extendiendo la mano para tocar los brazos de Blade y agarra la mano de su compañero, acercándolo.

—¿Dónde estabas? – Sony logra no ahogarse con sus palabras, todavía tratando de calmarse.

—Estaba descansando en la otra habitación. No quería molestarte con mi respiración.

—Pensé... Pensé que algo te había pasado. Estaba solo. – Blade usa su mano libre para secarse los ojos, aún agarrando la del pelinegro.

—Ambos estamos a salvo. No pasó nada, Sony. Estoy aquí. – Kabal calma a Sony lo mejor que puede. El rubio se calma lentamente, finalmente soltó la mano de su compañero.

—Lo siento. – suspira, pasando sus dedos por su cabello. —Odio los terrores nocturnos. –

Kabal asiente, comenzando a frotar la espalda de su amigo ahora que su mano está libre.

—No tienes nada por qué disculparte. Algunas cosas están fuera de nuestro control.

—Sin embargo, eso es todo. Debería poder controlar esto. Los he tenido durante años, ya deberían estar mejores.

—Las cosas pueden tardar más de lo que nos gustaría, Sony. No te culpes por esto. Debería haberte preguntado si querías o no que me quedara. –

Blade sonríe temblorosamente.

—Eso habría estado bien, sí.

—¿Preferirías que pasara el resto de la noche aquí?

—Por favor. – el rubio asiente, acurrucándose contra el costado de Kabal cuando se une a el en la cama.

Sony yace con la cabeza sobre el pecho de Kabal y un brazo sobre el estómago de este. Le sorprende lo rápido que el cabo se queda dormido a pesar de las capas de armadura que Kabal no puede quitarse. Significa mucho para él que Sony confíe en él lo suficiente para esto.

Blade duerme profundamente el resto de la noche y se despierta acurrucada contra el antiguo mercenario. Bosteza, sin ganas de moverse. Se siente seguro, lo cual no es lo más común para él. Deja escapar un zumbido de satisfacción cuando los dedos de Kabal comienzan a peinar su cabello.

—Buenos días. – Sony reprime otro bostezo y se levanta un poco. Kabal se ajusta en consecuencia, dejando su brazo alrededor de los hombros del menor.

—Buenos días.

—Gracias por pasar la noche aquí.

—¿No perturbé tu sueño?

—Para nada. – niega el rubio con la cabeza. —Tampoco hay terrores nocturnos.

—Me alegra escucharlo. – el pelinegro asiente.

—Gracias, de nuevo.

—No hay necesidad de agradecerme. Estoy feliz de que hayas dormido tranquilamente. – hay una pausa antes de que Kabal agregue: —Intentaré estar aquí para ti más a menudo. –

•●•

—No creo que pueda hacer esto. – Reptile suspira, sosteniendo la pequeña figura en la palma de su mano, frotando su pulgar en el mismo lugar que siempre lo hacía. Se había desgastado la pintura por frotarla cuando se puso ansioso.

—¿Qué debo hacer? Es un maldito mercenario atrapado en un traje de soporte vital, una mascota para muchos como Kano. Además, ya intenté quedarme. Eso... bueno, no terminó bien. – Reptile le da la vuelta a la estatuilla.

—Simplemente no estoy hecho para esa vida. Probablemente lo entiendo de el, no es como si alguna vez te hubieras calmado. No incluso para mi. Nunca voy a dejar pasar esa cosa de la gran serpiente, lo entiendes, ¿Verdad? – Syzoth pone los ojos en blanco y sonríe con cansancio. La serpiente de la estatua se había roto hace un tiempo y nunca pudo volver a pegarla. Había perdido algunas crestas casi tan pronto como había perdido la punta de su cola.

—A veces desearía que todavía estuvieras aquí. Incluso si no estuviste todo el tiempo, me diste muchos buenos consejos. Me vendría bien unos ahora mismo. –

Fingió que la pequeña figura está moviéndose en el aire, apuntando a la pared opuesta y meciéndola hacia atrás como si estuviese atacando a alguien.

—Casi puedo escuchar lo que me dirías. "Sigue tu cabeza. No tomes el camino fácil, actúa como un verdadero guerrero, Syzoth". – imita la voz de su vieja amiga, poniéndose de pie para volver a dejar la estatuilla en su estante.

—Desearía que estuvieras realmente aquí para decirme eso. –

Kabal sabe que no debería estar escuchando a Reptile. No está bien, pero aquí está, escuchando mientras el saurio habla con nadie. No es como si estuviera parado fuera de la puerta de Reptile, pero fácilmente podría distanciarse lo suficiente como para que su traje no captara las palabras del antiguo miembro del Red Dragon.

Sabe que a Reptile nunca le gustó admitir sus dudas, especialmente no sobre algo importante. Sabe que hará todo lo posible para ayudar a su Syzoth, incluso si eso significa apartarse del camino.

•●•

Este es mi ultimo mes del semestre, así que requiere de mas mi tiempo, aparte que nomas vengo cuando se me de la gana y me acuerdo que debo subir algo.

Las pajeras van así (?)

Hotaru y Havik .- ship común del fandom.

Mika y Quan Chi .- Mortal Kombat: Conquest. Mika tenía una gran lealtad hacía Quan Chi, a pesar de que este la castigaba sin razón, ella y sus hermanas son el equivalente de Sareena y las hermanas demonio.

Sonya y Kabal .- Defenders of the realm. Una pareja que para tener solo un capitulo, fue muy hermosamente desarrollada, que puede que este muy equivocado, es referenciado de nuevo en una torre de retos de MK9 y un dialogo de MK11.

Reptile y Kabal .- ¿Es bueno tomar mis ships random de vez e cuando, no?

Ya saben que son en gender bender quienes sean mujeres, de Sonya a Sony y Mika se queda así. Personalmente no me gusta cambiar los nombres cuando se cambia de genero, mas cuando lo que cambian son los apodos. "Errina Black" ¿Qué mierda es eso? Si vas a cambiar algo, que sea Salazar. En fin, solo era eso.

Intentaré traer mejores cosas para cuando termine el semestre o en estas semanas algo corto pero bueno.

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